12 | cerezas

.:. CHAPTER TWELVE .:.
( CHERRIES )

LYRA MIRO A HARRY CON UNA SONRISA INOCENTE.

-¿Que quieres? -preguntó el azabache conociendo perfectamente esa mirada.

-¿Puedo usar tu capa para salir? -preguntó Lyra.

-¿Para que quieres salir? -se metió Ron.

-Quiero comprar caramelos de cereza -informó la rubia al mismo tiempo que se escuchaban los pasos de Hermione volviendo a la cocina.

-¿Y de qué en nombre de los pantalones de Merlín más desgastados va todo esto? -le preguntó Ron.

-Recordé esto -jadeó Hermione.

Llevaba una gran pintura enmarcada, que bajó al suelo antes de agarrar su pequeño bolso de cuentas del mostrador del aparador de la cocina. Abriéndolo, procedió a meter a la fuerza la pintura dentro y a pesar del hecho de que resultaba patente que era demasiado grande para caber dentro del diminuto bolso, en unos segundos se había desvanecido, como todo lo demás, en la espaciosa profundidad del bolso.

-¿Por que metes a mi tatara algo en ese bolso raro? -preguntó Lyra antes de llevarse la cuchara a la boca.

-Snape podría enviar a Phineas Nigellus a mirar dentro de la casa por él -explicó Hermione- Dejemos que lo intente ahora, todo lo que Phineus Nigellus podrá ver es el interior de mi bolso.

-¡Bien pensado! -dijo Ron, que parecía impresionado.

-Gracias -sonrió Hermione, acercándose a su sopa- Entonces, Harry, ¿qué más ha pasado hoy?

-Nada -dijo Harry-. Vigilé la entrada del Ministerio durante siete horas. Ni rastro de ella. Sin embargo vi a tu padre, Ron. Parecía estar bien.

-Papá siempre nos decía que la gente del Ministerio utiliza la Red Flu para ir a trabajar -dijo Ron-. Por eso no hemos visto a Umbridge, nunca camina, cree que es demasiado importante como para eso.

-Podemos pedirle a un centauro que la lleve -dijo Lyra para luego chocar el puño con Ron.

-¿Y que hay de esa curiosa vieja bruja y el pequeño mago de la túnica azul marina? -preguntó Hermione.

-Oh, si, el tipo de Mantenimiento Mágico.

-¿Cómo? -preguntó Hermione, con la cuchara suspendida en medio del aire.

-Papá dice que todos los de Manteniento Mágico llevan túnicas azul marinas.

-¡Pero nunca nos habías dicho eso!

Hermione dejó caer la cuchara y empujó hacia ella la hoja de notas y mapas que ella y Ron habían estado examinando antes.

-¡No hay nada aquí sobre túnicas azul marino, nada! -dijo, pasando fervientemente las páginas.

-Bueno, ¿importa realmente?

-Ron, ¡todo importa! Si vamos a entrar en el Ministerio sin que nos atrapen cuando deben estar a la búsqueda de intrusos, cada pequeño detalle importa. Hemos estado repasando esto una y otra vez, quiero decir, ¿de qué sirven de todas estas salidas de reconocimiento si no te molestas en contarnos...?

-Caray, Hermione, olvidé una cosita...

-Lo comprendes, ¿verdad?, que probablemente no haya lugar más peligroso en el mundo entero para nosotros ahora mismo que el ministerio de....

-Creo que deberíamos hacerlo mañana -dijo Harry.

-Realmente no se si estoy preparada para volver a Ministerio -comento Lyra mirando hacia otro lugar para evitar la mirada de sus amigos.

Harry se estiro para tomar la mano de Lyra por debajo de la mesa.

-Puedes quedarte aqui si quieres.

-¿Y dejarte solo? -sonrió apretandole la mano- Eso no existe en mi biblia.

-¿Que biblia? -preguntó Ron confundido pero Hermione lo corto.

-Eso no importa ahora, pero ¿Mañana? -repitió Hermione-. ¿Hablas en serio, Harry?

-Solo digo -dijo Harry- Que no creo que vayamos a estar mucho mejor preparados de lo que estamos ahora si rondamos alrededor de la entrada del Ministerio un mes más. Cuando más lo alarguemos más lejos podría estar el relicario. Ya hay muchas posibilidades de que Umbridge lo haya tirado a la basura, esa cosa no se abre.

-A menos -dijo Ron- que encontrara una forma de abrirlo y ahora esté poseída.

-¿Se imagan alguien exorcizando a Umbridge? -preguntó Lyra estirandose en su lugar- Necesitaría a Colin para que capturara ese momento.

-Ya sabemos lo más importante, es decir, que no se puede entrar ni salir del ministerio mediante aparición, y que sólo a quienes ocupan un cargo de responsabilidad se les permite conectar sus hogares a la Red Flu, porque Ron oyó a esos dos inefables quejarse de ello. Y también sabemos, más o menos, dónde está el despacho de Umbridge, por lo que tú oíste que ese tipo barbudo le comentaba a su amigo...

Voy a la primera planta; Dolores quiere verme» -recitó Hermione.

-Exacto. E igualmente sabemos que se entra utilizando esas extrañas monedas, o fichas o lo que sean, porque yo sorprendí a esa bruja pidiéndole prestada una a su amiga...

-¡Pero nosotros no tenemos ninguna!

-Si el plan funciona, las tendremos -declaró Harry con serenidad.

-No sé, Harry, no sé si... Hay muchas cosas que podrían salir mal, dependen tanto del azar...

-Si no podemos implementar la tortura y...

-Nix, no somos Voldemort -la corto Harry mientras la rubia ponia los ojos en blanco.

-Está bien -dijo Ron con cautela-
supongamos que lo hacemos mañana... Creo que deberíamos ir Harry y yo.

-Ron no empieces -se quejo Lyra- Todas las mujeres podemos patear tu trasero y el del maldito voldemort si queremos.

-Bueno, si vamos los cuatro, tendremos que desaparecernos por separado -dijo Ron- Ya no cabemos todos debajo de la capa invisible.

Harry se levantó y Kreacher fue rápidamente hacia él.

-Harry Potter no se ha terminado la sopa. ¿Prefiere el sabroso estofado, o la tarta de melaza?

-No, Kreacher, gracias. Vuelvo enseguida. Voy...al lavabo.

Lyra y Hermione compartieron una mirada. Claramente ninguna de las dos le creía.

No paso mucho tiempo para escuchar los gritos de Harry asi que los tres amigos corrieron hacia la escalera para llegar hasta el baño.

-¡Harry! -gritó Lyra golpeando la puerta que estaba trabada- ¿Harry que mierda te pasa?

El azabache abrio la puerta y Lyra casi se cae encima de él.

-¿Que hacias? -le preguntó Hermione.

-¿Tú qué crees? -replicó Harry.

-¡Chillabas como un condenado! -le espetó Ron.

-Oh, es eso... Debo de haberme quedado dormido, o...

Ja! -se burlo Lyra bajando la tapa del inodoro para sentarse.

-¿Nos tomas por tontos, Harry? -terció Hermione- Sabemos que en la cocina te dolía la cicatriz, y estás blanco como la cera.

-Está bien, tienes razón -dijo Harry- Acabo de ver cómo Voldemort mataba a una mujer. A estas alturas ya debe de haber acabado con toda la familia. Y no tenía ningún motivo para hacerlo. Ha sido como lo de Cedric: ellos estaban allí y...

-¡No debes permitir que esto vuelva a pasar, Harry! -le recriminó Hermione- ¡Dumbledore quería que utilizaras la Oclumancia porque creía que esa conexión era peligrosa! ¡Voldemort puede utilizarla, Harry! ¿De qué te sirve ver cómo él tortura y mata, en qué puede ayudarte?

-Así sé lo que hace -se defendió.

-Entonces, ¿ni siquiera tratarás de cerrarle el paso a tu mente?

-Ni siquiera aprendio como -se metio la rubia.

-No lo entiendo, Harry. ¿Acaso te gusta tener esa conexión o relación o... como quieras llamarla?

-¿Gustarme, dices? -musitó el chico- ¿A ti te gustaría?

-Yo no...Lo siento, no quería...

-La odio. Detesto que él pueda meterse dentro de mí, detesto tener que verlo cuando más sanguinario se muestra. Pero voy a utilizarla.

-Sin embargo, Dumbledore...

-Olvídate de Dumbledore. Esto es asunto mío y de nadie más. Quiero saber por qué busca a Gregorovitch.

-¿A quién?

-Es un fabricante de varitas extranjero -explicó Harry-Confeccionó la varita de Krum, y éste asegura que es muy bueno.

-Pero, según tú -intervino Ron- Voldemort tiene a Ollivander encerrado en alguna parte. Si ya tiene a un fabricante de varitas, ¿para qué necesita a otro?

-Pense que Gregorovitch estaba muerto -comento Lyra pero nadie le presto atención asi que apoyo la cabeza en la lavabo y fingió ahogarse.

-Quizá piensa como Krum y considera que Gregorovitch es mejor. O quizá cree que Gregorovitch podrá explicarle lo que hizo mi varita cuando él me perseguía, porque Ollivander no supo aclarárselo.

-Harry, no paras de hablar de cómo actuó tu varita -dijo Hermione- Pero lo hiciste tú. ¿Por qué te empeñas en no asumir tu propio poder?

-¡Porque estoy seguro, y Voldemort también lo está, de que no fui yo, Hermione! ¡Él y yo sabemos qué ocurrió en realidad!

-Déjalo, Hermione. Que haga lo que quiera. Además, si tenemos que ir mañana al ministerio, ¿no crees que deberíamos repasar el plan?

-Nix, ¿Que haces? -preguntó Hermione cuando la vio.

-Me ahogo en un mar de lágrimas porque mis amigos que no me prestan atención.

Ron oculto una sonrisa al mismo tiempo que Harry estiraba su mano para que la rubia la tomara.

Hermione y Ron salieron del baño dejandolos un momento a solas.

-He estado pensado... -empiezo Lyra cuando Harry paso una mano por su cintura para abrazarla.

-Oh, nunca es bueno cuando piensas -se burlo Harry.

-Voy a fingir que no te escuche, cara rajada -dijo Lyra- Decia que estaba pensado en que quiero terminar contigo.

-¿Qué? -preguntó Harry soltandola repentinamente.

-¡Aja! -chilló Lyra para luego soltar una carcajada- Eso te pasa por decirme lo de antes.

-¡Lyra...!

-Ahora vamos a ser serios -dijo la rubia bajando un poco la voz- ¿Puedes comparme los caramelos de cereza? Realmente estoy antojada y Kreacher no puede ir a un lugar muggle a comprarlos. Aunque... -penso por un minuto- Oh ¿sabes que? No te preocupes, Kreacher los puede robar.

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