11 | amenazas
.:. CHAPTER ELEVEN .:.
( THREATS )
-HOLA COBARDE -se burlo Lyra sentandose junto a Harry quien fingia leer el periodico.
-¿Crees que fui muy duro? -preguntó Harry levantando la vista para ver a la rubia.
Lyra nego.
-No, o bueno, quizás un poco. Pero el tenia que entender que no puede abandonar a si hijo asi como así.
Harry asintió.
-Pero... ¿Que habría pensado mi padre sobre lo que le dije a Remus?
-Se que la vida de Remus siempre fue difícil pero eso no justifica que abandone a su hijo -dijo Lyra y luego miro el periodico- ¿Ese es Dumbledore?
Antes de que Harry pudiera responder escucharon un «¡crac!» ensordecedor que resonó en la cocina.
-¡Kreacher! -chillo Lyra al mismo tiempo que se ponia de pié.
Kreacher le hizo una reverencia.
-Kreacher ha vuelto con el ladrón
Mundungus Fletcher, ama.
Mundungus se levantó con dificultad y sacó su varita; pero Hermione fue más rápida que él y gritó:
-¡Expelliarmus!
La varita mágica de Mundungus saltó por los aires y ella la atrapó. Mundungus, despavorido, echó a correr hacia la escalera; sin embargo, Ron le hizo un placaje y lo derribó sobre el suelo de piedra con un amortiguado crujido.
-Pero ¿qué pasa aquí? -bramó retorciéndose para soltarse de los brazos de Ron- ¿Qué he hecho? ¿Por qué envian a un maldito elfo doméstico a buscarme? ¿A qué juegan? ¿Qué he hecho? ¡Suéltame! ¡Suéltame o...!
-¿O que? -se burlo Lyra- ¿El tipo desagradable sabe hacer algo más aparte de robar?
-No estás en posición de amenazarnos -dijo Harry mientras se arrodillaba al lado de Mundungus, que dejó de forcejear y lo miró aterrado.
Ron se levantó jadeando y observó cómo Harry apuntaba su varita a la nariz de Mundungus.
-Kreacher pide disculpas por el retraso en traer al ladrón, ama. Fletcher sabe cómo evitar que lo capturen, tiene muchos escondrijos y muchos cómplices. Sin embargo, al fin Kreacher consiguió acorralar al ladrón.
-Gracias Kreacher, lo hiciste bien -le dijo la rubia acercandose hasta Mundungus.
-Bien, tenemos varias preguntas que hacerte -le dijo Harry.
-Me entró pánico, ¿vale? Yo no quería ir, lo dije desde el principio; no te ofendas, chico, pero nunca me ofrecí como voluntario para morir por ti, y el maldito Quien-tú-sabes venía volando hacia mí... cualquiera se habría largado. Ya advertí que no quería hacerlo...
-Para que te enteres, nadie más se
desapareció -le informó Hermione.
-Bueno, pues son una pandilla de malditos héroes, ¿vale?, pero yo nunca dije que estuviera dispuesto a dar la vida por...
-No nos interesa saber por qué dejaste plantado a Ojoloco -lo interrumpió Harry, y le acercó un poco más la varita a los ojos, con bolsas e inyectados en sangre- Ya sabíamos que eras un canalla y que no se podía confiar en ti.
-Entonces, ¿por qué demonios me ha traído aquí ese elfo doméstico? ¿Es otra vez por lo de las copas ésas? No me queda ni una; si las tuviera se las daría...
-No, no se trata de las copas, pero te estás acercando -dijo Harry.
-Escucha lo que tenemos para decir y quizas no te matemos -siguió Lyra.
Hermione nego, Lyra era imposible.
-Cuando te llevaste de esta casa todos los objetos de valor... -empezó Harry, pero Mundungus volvió a interrumpirlo:
-Sirius nunca le dio ningún valor a la chatarra que...
Hubo un correteo, un destello de cobre, un resonante golpazo y un chillido de dolor: Kreacher se había abalanzado sobre Mundungus para golpearle la cabeza con una sartén.
Lyra solto una risita y aplaudió como toda una madre orgullosa.
-¡Saquenmelo de encima! ¡Este bicho tendría que estar encerrado! -vociferó Mundungus cubriéndose la cabeza con ambos brazos al ver que el elfo volvía a levantar la enorme sartén.
-Kreacher dale una vez solamente para verificar algo.
Ron se echó a reír y el elfo hizo lo que Lyra le pidio.
-Ahora es todo tuyo, Harry.
El chico puso los ojos en blanco.
-Cuando te llevaste de esta casa todos los objetos de valor que encontraste -volvió a decir Harry- Cogiste unas cosas que estaban en el armario de la cocina. Entre ellas había un guardapelo... ¿Qué hiciste con él?
-¿Por qué lo preguntas? ¿Tiene algún valor?
-¡Todavía lo tienes! -acusó Hermione.
-No, ya no lo tiene -dijo Ron con astucia- Se está preguntando si habría podido pedir más dinero por él.
-¿Más dinero? -se extrañó Mundungus- Eso no habría sido difícil, porque puede decirse que lo regalé. No tuve alternativa.
-¿Qué quieres decir?
-Estaba vendiendo en el callejón Diagon cuando una tipa se me acercó y me preguntó si tenía permiso para comerciar con artilugios mágicos. Una fisgona asquerosa. Quería multarme, pero le gustó el guardapelo y me dijo que se lo quedaba y que por esa vez me perdonaba, y... y que podía considerarme afortunado.
-¿Quién era? -preguntó Harry.
-No lo sé, una arpía del ministerio -caviló un momento, frunciendo el entrecejo, y añadió- Era bajita y llevaba un lazo en la cabeza. Ah, y tenía cara de sapo.
Harry bajó la varita y, sin querer, golpeó a Mundungus en la nariz. Saltaron unas chispas rojas que le prendieron fuego a las cejas.
-¡Aguamenti! -gritó Hermione, y un chorro de agua salió del extremo de su varita y roció a Mundungus, que, atragantándose, se puso a farfullar como un enloquecido.
-¿Esa vieja no se cansa de arruinar nuestras vidas? -se quejo Lyra corriendo una silla para sentarse.
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LYRA ESTABA ENCANTADA CON EL CAMBIÓ QUE HABÍA TENIDO KREACHER Y NO PERDÍA NINGÚN MOMENTO PARA HACERLE PREGUNTAS SOBRE SU FAMÍLIA.
Kreacher estaba cocinando mientras la rubia se estaba hamacando en la mesa de la cocina.
-¿Y como era mi abuelo? -preguntó con intriga. Lo unico que sabía de su abuelo era su nombre, Sirius nunca había dicho nada de él.
Lyra miro el anillo en su mano que anteriormente le habia pertenecido a Orión Black. Sirius se lo había dejado tener.
-El amo siempre fue una persona reservada -dijo Kreacher- Era hijo de hijo de Arcturus Black II y Melania Macmillan.
-¿Macmillan? -preguntó Lyra- ¿Entonces tengo algún parentesco con el estúpido de Ernie Macmillan?
-Parece que a usted no le cae muy bien, ama.
-En absoluto, en segundo año me acuso de ser la heredera de Slytherin. Si me preguntas podria decir que es medio bobo. Pero... -siguió Lyra volviendo al tema anterior- ¿Como murió mi abuelo?
-De tristeza -confesó el elfo- Murio el mismo año que el amo Regulus.
-¡Tengo noticias, y no les gustarán! -grito Harry llegando a la cocina.
Lyra le guiño un ojo mientras se acomodaba bien en su silla.
-¿Qué ha sucedido? -preguntó Ron con aprensión. Hermione y él estaban examinando un montón de notas garabateadas y mapas trazados a mano, esparcidos por un extremo de la larga mesa de la cocina, pero levantaron la cabeza cuando Harry se acercó y puso el periódico encima de los trozos de pergamino.
Una gran fotografía de un hombre de nariz ganchuda y pelo negro los miró con fijeza, bajo un titular que rezaba:
SEVERUS SNAPE, NUEVO DIRECTOR DE HOGWARTS
-¡Nooo! -exclamaron los tres amigos al mismo tiempo.
Hermione fue la más rápida: agarró el periódico y empezó a leer en voz alta:
-«Severus Snape, hasta ahora profesor de Pociones del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, ha sido nombrado hoy director. Su nombramiento es el más importante de una serie de cambios en la plantilla del antiguo colegio. Tras la dimisión de la anterior profesora de Estudios Muggles, Alecto Carrow asumirá su cargo, mientras que su hermano Amycus ocupará el puesto de profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras. "Agradezco esta oportunidad para conservar nuestras mejores tradiciones y nuestros valores mágicos"»... ¡Ya, como cometer asesinatos y cortarle las orejas a la gente! ¡Snape director! ¡Snape en el despacho de Dumbledore! ¡Por las calzas de Merlín! -chilló Hermione. Ella se levantó de la silla y salió en tromba de la estancia, gritando- ¡Vuelvo enseguida!
-¿Y que pasa con Minnie? -se quejo Lyra dejando caer su cabeza en la mesa- Ella es la más calificada para tomar el puesto de directora. Odio a Snape.
-Los otros profesores no lo permitirán; McGonagall, Flitwick y Sprout saben la verdad, saben cómo murió Dumbledore. No aceptarán a Snape como director. Oye, ¿y quiénes son esos Carrow?
-Mortífagos. Dentro hay fotografías suyas. Se hallaban en la torre cuando Snape mató a Dumbledore; están todos compinchados. Y no creo que los demás profesores puedan hacer otra cosa que quedarse en Hogwarts -añadió Harry con amargura, sentandose junto a Lyra- Si el ministerio y Voldemort apoyan a Snape, tendrán que elegir entre quedarse y enseñar o pasar unos años en Azkaban, y eso si tienen suerte. Supongo que se quedarán e intentarán proteger a los alumnos.
Kreacher se acercó muy animado a la mesa con una gran sopera y, silbando entre dientes, sirvió el potaje con el cucharón en unos impolutos cuencos.
-Gracias, amigo -le dijo Lyra sonriendo antes de comenzar a comer.
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