37 | salvando a sirius
.:. CHAPTER THIRTY-SEVEN .:.
( SAVING TO SIRIUS )
-HERMIONE, ¿QUÉ...? -preguntó Harry.
-¡Ahí dentro! -dijo Hermione agarrando a Harry y a Lyra, los arrastró por el vestíbulo hasta la puerta del armario de la limpieza.
-¿Qué..., cómo...? Hermione, ¿qué ha pasado?
-Creo que yo me lo tome mejor -dijo Lyra.
-Hemos retrocedido en el tiempo -susurró Hermione- Tres horas.
-Pero...
-¡Alguien viene! ¡Creo que somos nosotros! Pasos por el vestíbulo... Sí,
creo que somos nosotros yendo hacia la cabaña de Hagrid.
Hermione se sentó en un cubo puesto boca abajo.
-¿De dónde has sacado ese reloj de arena?
-Se llama giratiempo -explicó Hermione- Me lo dio la profesora
McGonagall el día que volvimos de vacaciones. Lo he utilizado durante el curso para poder asistir a todas las clases, Lyra también lo ha usado cuando sus exámenes coincidían. La profesora McGonagall me hizo jurar
que no se lo contaría a nadie. No entiendo qué es lo que quiere Dumbledore que hagamos. ¿Por
qué nos ha dicho que retrocedamos tres horas? ¿En qué va a ayudar eso a Sirius?
-¡Podemos salvar a Buckbeak! -dijo la rubia alegremente.
-Pero... ¿en qué ayudará eso a Sirius?
-Dumbledore nos dijo dónde está la ventana del despacho de Flitwick,
donde tienen encerrado a Sirius con llave. Tenemos que volar con Buckbeak hasta la ventana y rescatar a Sirius. Sirius puede escapar montado en Buckbeak. ¡Pueden escapar juntos!
Harry empujó y abrió la puerta del armario. El vestíbulo estaba desierto.
-Nos internaremos en el bosque. Tendremos que ocultarnos detrás de un árbol o algo así, y estar atentos.
-¡De acuerdo, pero iremos por detrás de los invernaderos! -dijo Hermione.
Atravesaron los huertos hasta los invernaderos, rodearon el sauce boxeador y se a ocultaron en el bosque.
-Tenemos que ir a la cabaña sin que
se note -dijo Hermione.
Al vislumbrar la fachada de la cabaña de Hagrid, oyeron que alguien llamaba a la puerta. Se escondieron tras un grueso roble y miraron por ambos lados.
-Esto es lo más raro en que me he metido en mi vida -dijo Harry.
Avanzaron sigilosamente hasta que vieron al nervioso hipogrifo atado a la
valla que circundaba la plantación de calabazas de Hagrid.
-¿Ahora? -susurró Harry.
-No seas tonto, Harry -dijo Lyra.
-Si nos lo llevamos ahora, los hombres de la comisión creerán que Hagrid lo ha liberado. ¡Tenemos que esperar hasta que lo vean atado!
Luego de unos segundos Dumbledore, Fudge, el anciano de la comisión y Macnair, el verdugo, bajaban los escalones.
Un momento después se abrió la puerta trasera de la cabaña de Hagrid y ellos salieron.
-Esperen aqui -dijo Harry- Yo lo haré.
Mientras Fudge volvía a hablar; Harry salió disparado de detrás del árbol,
saltó la valla del huerto de calabazas y se acercó a Buckbeak.
Harry tiró de la cuerda del hipogrifo con fuerza. El hipogrifo echó a andar agitando un poco las alas con talante irritado.
-¡Harry; date prisa! -pidio Lyra.
Buckbeak se puso a trotar a regañadientes. Llegaron a los árboles...
-¡Rápido, rápido! -gritó Hermione, saliendo como una flecha de detrás
del árbol.
Ya estaban fuera del alcance de las miradas. Desde allí no veían el huerto de Hagrid.
-¡Para! Podrían oírnos.
La puerta trasera de la cabaña de Hagrid se había abierto de golpe.
Silencio. Luego...
-¿Dónde está? -dijo el anciano de la comisión- ¿Dónde está la bestia?
-¡Estaba atada aquí! -dijo el verdugo- Yo la vi. ¡Exactamente aquí!
-¡Qué extraordinario! -dijo Dumbledore.
-¡Buckbeak! -exclamó Hagrid con voz ronca- ¡Se ha ido!, ¡se ha ido! Alabado sea, ¡ha escapado! Debe de haberse
soltado solo. Buckbeak, qué listo eres.
-¿Y ahora qué? -susurró Harry.
-Tendremos que quedarnos aquí escondidos -dijo Hermione- Tenemos que esperar a que vuelvan al castillo. Luego aguardaremos a que pase el peligro y nos acercaremos a la ventana de Sirius volando con
Buckbeak. No volverá por allí hasta dentro de dos horas... Esto va a resultar difícil...
El sol se ponía en aquel momento.
-Tenemos que ir donde podamos ver el sauce boxeador o no nos enteraremos de lo que ocurre.
-Yo llevo a Buck -dijo Lyra acariciando a la criatura.
Se movieron por el borde del bosque, mientras caía la noche, hasta
ocultarse tras un grupo de árboles entre los cuales podían distinguir el sauce.
En cuanto ellos mismos desaparecieron, el árbol volvió a agitarse. Unos segundos después, oyeron pasos cercanos.
Dumbledore, Macnair, Fudge y el anciano de la Comisión se dirigían al castillo.
Vieron a los cuatro hombres subir por la escalera de entrada del castillo y
perderse de vista. Durante unos minutos el lugar quedó vacío.
-Harry, hay algo que no comprendo... ¿Por qué no atraparon a Sirius los
dementores?
-Si, ¿Que paso después de que me desmayara? -preguntó Lyra.
Harry explicó lo que había visto. Cómo, en el momento en que el dementor más cercano acercaba la boca a Sirius, dos cosas grandes y
plateadas llegaron y ahuyentaron a los dementores.
-Pero ¿qué eran?
-Sólo hay una cosa que puede hacer retroceder a los dementores -dijo
Harry- Un verdadero patronus, un patronus poderoso.
-Pero eran dos...
-¿No viste qué aspectos tenían? -preguntó Hermione- ¿Era uno de los profesores?
-No.
-¿Como iba Harry a saber el patronus de un profesor? -preguntó Lyra.
-Pero tuvo que ser de brujos muy poderosos para alejar a todos los
dementores... Si el patronus brillaba tanto, ¿no lo iluminó? ¿No pudiste ver...?
-Sí que lo vi -dijo Harry- Aunque tal vez lo imaginase.
-¿Quién te pareció que era?
-Me pareció -Harry tragó saliva- me pareció mi padre.
-Harry tu padre esta muerto -dijo Lyra sin tacto logrando que Hermione la mirara mal.
-Lo sé -dijo Harry
Después de una hora...
-¡Ya salen! -exclamó Hermione.
-¡Mi padrino se va a meter en el bosque, hay que salir.
-¿Dónde nos ocultamos? ¡Los dementores llegarán de un momento a otro!
-¡Volvamos a la cabaña de Hagrid! -dijo Harry- Ahora está vacía. ¡Vamos!
Corrieron todo lo aprisa que pudieron. Buckbeak iba detrás de ellos a medio galope.
Harry abrió de un tirón y entraron. Fang ladró muy fuerte.
-Será mejor que salga -dijo Harry- Desde aquí no veo lo que ocurre. No sabremos cuándo llega el momento. ¿cómo sabremos cuál es el momento de rescatar a Sirius?
-Bueno, de acuerdo. Aguardaré aquí con Buckbeak...
-Yo voy contigo, es mi padre.
Los dos salieron desearon la cabaña.
Cada vez estaban más cerca del lago, pero no se veían a nadie. En la orilla
opuesta veía leves destellos de plata: eran sus propios intentos de conseguir un patronus.
Había un arbusto en la misma orilla del agua. Se agacharon detrás de él,
faltaba muy poco.
-¡Vamos! ¿Dónde estás? Vamos, papá.
-Harry tenemos que hacer algo -dijo Lyra sacando su varita- No quiero ver a mi padre morir.
Harry asintió y saco también su varita.
-¡EXPECTO PATRONUM! -exclamaron al mismo tiempo.
Y de la punta de cada varita surgió, un animal plateado, deslumbrante y cegador.
De la varita de Harry salio un
ciervo y de la de Lyra salio un perro, era muy parecido a Apolo pero más grande.
Los dos patronus lograron alejar a todos los dementores.
Hermione, se acercaba a toda prisa, tirando de Buckbeak.
-¿Qué hicieron? -dijo enfadada.
-Salavamos nuestras propias vidas -dijo Harry.
Observaron la otra orilla desde ambos lados del arbusto. Snape había
recuperado el conocimiento. Estaba haciendo aparecer por arte de magia unas camillas y subía a ellas los cuerpos inconscientes de Harry, Lyra y Sirius Black.
-Disponemos de unos 45 minutos antes de que Dumbledore cierre con
llave la puerta de la enfermería. Tenemos que rescatar a Sirius y volver a la enfermería antes de que nadie note nuestra ausencia.
-¿Crees que ya estará allí arriba? -preguntó Harry, consultando la hora.
Los tres se montaron sobre Buckbeak.
Buckbeak emprendió el vuelo hacia el oscuro cielo.
Planeaban silenciosamente hacia los pisos más altos del castillo. Harry tiró
de la rienda de la izquierda y Buckbeak viró.
-¡Sooo! -dijo, tirando de las riendas todo lo que pudo.
Buckbeak redujo la velocidad y se detuvieron. Pasando por alto el hecho de que subían y bajaban casi un metro cada vez que Buckbeak batía las alas, podía decirse que estaban inmóviles.
-¡Ahí está! -dijo Harry, localizando a Sirius mientras ascendían junto a la
ventana. Sacó la mano y en el momento en que Buckbeak bajaba las alas, golpeó en el cristal.
Black levantó la mirada.
-¡Échate hacia atrás! -le gritó Hermione, y sacó su varita.
-¡Alohomora!
La ventana se abrió de golpe.
-¿Cómo... cómo... ? -preguntó Black.
-Vamos papá, no hay tiempo. Tienes que subir.
-Tienes que huir, los dementores están a punto de llegar. Macnair ha ido a buscarlos.
Black se sujetó al marco de la ventana y asomó la cabeza y los hombros.
Fue una suerte que estuviera tan delgado. En unos segundos pasó una pierna por el lomo de Buckbeak y montó detrás de Hermione.
-¡Arriba, Buckbeak! -dijo Harry, sacudiendo las riendas- Arriba, a la
torre. ¡Vamos!
El hipogrifo batió las alas y volvió a emprender el vuelo. Buckbeak aterrizó tras las almenas con mucho alboroto, y Harry, Lyra y Hermione se bajaron.
-Será mejor que escapes rápido, Sirius -dijo Harry- No tardarán en llegar al despacho de Flitwick. Descubrirán tu huida.
Sirius se inclinó y dejo un beso en la cabeza de su hija.
-Te amo, cachorrita. Cuando todo esto termine te prometo que vamos a recuperar todos los años perdidos. Cuidate, por favor.
-Yo tambien, pa -dijo Lyra tratando de no llorar.
-¡Nos volveremos a ver! -los saludo.
Sirius presionó los flancos de Buckbeak con los talones.
El hipogrifo emprendió el vuelo...
Luego, una nube pasó ante la luna... y se perdieron de vista.
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