25 | hija de black
.:. CHAPTER TWENTY-FIVE .:.
(
BLACK'S DAUGHTER )
CUANDO HERMIONE POR FIN SE HABIA DORMIDO, Lyra se cambio a su cama para poder dormir más comoda.
Ya abrazada a Apolo y apunto de cerrar los ojos para dormir un grito la hizo sobresaltar.
-¡AAAAAAAAAAAAAAGH! ¡NOOOOOOOOOOOO!
Sus compañeras de cuarto también se despertaron.
-¿Que es lo que esta pasando? -preguntó Lavender refregandose los ojos.
-Voy a ir a ver -dijo levantandose de la cama y tomando a Apolo para salir, detras de ella la sigueron todas sus compañeras incluida Hermione.
Los demás Gryffindor también se amontonaron fuera de su cuarto para saber que era lo que habia pasado.
-¿Quién ha gritado?
-¿Qué hacen?
La sala común estaba iluminada por los últimos rescoldos del fuego y llena de restos de la fiesta. No había nadie allí.
Lyra vio a Harry y a Ron salir de su cuarto.
-¿Por qué arman tanto jaleo?
-¡La profesora McGonagall nos ha mandado acostarnos!
-Estupendo, ¿continuamos? -preguntó Fred Weasley con animación.
-¡Todo el mundo a la cama! -ordenó Percy, entrando aprisa en la sala
común y poniéndose, mientras hablaba, su insignia de Premio Anual en el pijama.
-Percy... ¡Sirius Black! -dijo Ron, con voz débil- ¡En nuestro dormitorio! ¡Con un cuchillo! ¡Me despertó!
Todos automáticamente dieron vuelta para mirar a Lyra quien estaba apoyada en contra las escaleras acariciando a Apolo.
-¡Absurdo! -dijo Percy con cara de susto- Has comido demasiado, Ron. Has tenido una pesadilla.
-Te digo que...
-¡Venga, ya basta!
Llegó la profesora McGonagall. Cerró la puerta de la sala común y miró
furiosa a su alrededor.
-¡Me encanta que Gryffindor haya ganado el partido, pero esto es ridículo! ¡Percy, no esperaba esto de ti!
-¡Le aseguro que no he dado permiso, profesora! -dijo Percy, indignado- ¡Precisamente les estaba diciendo a todos que regresaran a la cama! ¡Mi hermano Ron tuvo una pesadilla.. .!
-¡NO FUE UNA PESADILLA! -gritó Ron- PROFESORA, ME DESPERTÉ Y SIRIUS BLACK ESTABA DELANTE DE MÍ, CON UN CUCHILLO EN LA MANO!
La profesora McGonagall lo miró fijamente.
-No digas tonterías, Weasley. ¿Cómo iba a pasar por el retrato?
-¡Hay que preguntarle! -dijo Ron, señalando con el dedo la parte trasera del cuadro de sir Cadogan- Hay que preguntarle si ha visto...
Mirando a Ron con recelo, la profesora McGonagall abrió el retrato y salió.
Todos los de la sala común escucharon conteniendo la respiración.
-Sir Cadogan, ¿ha dejado entrar a un hombre en la torre de Gryffindor?
-¡Sí, gentil señora! -gritó sir Cadogan.
Todos, dentro y fuera de la sala común, se quedaron callados, anonadados.
Lyra suspiró tirando la cebeza para atrás.
-¿De... de verdad? -dijo la profesora McGonagall- Pero ¿y la contraseña?
-¡Me la dijo! -respondió altanero sir Cadogan- Se sabía las de toda la
semana, señora. ¡Las traía escritas en un papel!
La profesora McGonagall volvió a pasar por el retrato para encontrarse con la multitud, que estaba estupefacta. Se había quedado blanca como la tiza.
-¿Quién ha sido? -preguntó con voz temblorosa mirando a Lyra de reojo- ¿Quién ha sido el tonto que ha escrito las contraseñas de la semana y las ha perdido?
Hubo un silencio total, roto por un leve grito de terror. Neville Longbottom, temblando desde los pies calzados con zapatillas de tela hasta la cabeza, levantó la mano muy lentamente.
Pero antes de que Neville dijera algo la rubia hablo.
-Fui yo, profesora McGonagall -Neville la miro confundido.
-No te creo, Black -todos los presentes aguantaron la respiración cuando escucharon ese apellido- No eres tan tonta como para olvidarte la contraseña.
-Fui yo -diji Neville levantando la mano.
Lyra suspiro, habia tratado de culparse porque prácticamente su padre era su responsabilidad ¿o no?
En la torre de Gryffindor nadie pudo dormir aquella noche. Sabían que el
castillo estaba volviendo a ser rastreado y todo el colegio permaneció despierto en la sala común. esperando a saber si habían atrapado a Black o no, varios alumnos no despegaban la vista de Lyra y ella había empezado a creer que sus abuelos tenian razón. La profesora McGonagall volvió al amanecer para decir que se había vuelto a escapar.
Por cualquier sitio por el que pasaran al día siguiente encontraban medidas
de seguridad más rigurosas. El profesor Flitwick instruía a las puertas principales para que reconocieran una foto de Sirius Black. Filch iba por los pasillos, tapándolo todo con tablas, desde las pequeñas grietas de las paredes hasta las ratoneras. Sir Cadogan fue despedido. Lo devolvieron al solitario descansillo del piso séptimo y lo reemplazó la señora gorda. Había sido restaurada magistralmente, pero continuaba muy nerviosa, y accedió a regresar a su trabajo sólo si contaba con protección. Contrataron a un grupo de hoscos troles de seguridad para protegerla. Recorrían el pasillo formando un grupo amenazador; hablando entre gruñidos y comparando el tamaño de sus porras.
Hagrid habia pospuesto sus clases hasta nuevoaviso.
Aunque Lyra y Harry no pudieron dejar de notar que la estatua de la bruja tuerta del tercer piso seguía sin protección y despejada. Parecía que Fred y George estaban en lo cierto al pensar que ellos eran los únicos que sabían que allí estaba la entrada de un pasadizo secreto.
Ron se convirtió de repente en una celebridad. Por primera vez, la gente le prestaba más atención a él que a Harry, y era evidente que a Ron le complacía.
Le encantaba contarle a todo el mundo los pormenores de lo ocurrido.
Neville había caído en desgracia. La profesora McGonagall estaba tan
furiosa con él que le había suprimido las futuras visitas a Hogsmeade, le había impuesto un castigo y había prohibido a los demás que le dieran la contraseña para entrar en la torre, aunque Lyra siempre se las decia sin que nadie se diera cuenta, la rubia se sentía culpable aunque la culpa habia sido de su padre.
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-TU PADRE ES UN COMPLETO LOCO -dijo Rolf- Ya se a quien te pareces.
-No es gracioso -se quejo Lyra.
-Bueno, estaba tratando de hacerte reir -protesto Rolf.
-Tony me contó que te la pasas muy cerca de una chica de Ravenclaw -las mejillas de Rolf se volvieron rápidamente rojas- ¿Te gusta?
-Por favor, no -dijo Rolf- Ella es muy linda y muy inteligente si me preguntas, pero solo somos amigos.
-Bueno, esta en Ravenclaw, tiene que ser inteligente ¿no? -preguntó riendo y mirando a su primo con ternura.
-Les gustan los animales casi tanto como a ti.
-Entonces me la tenes que presentar, nos vamos a llevar muy bien.
-Estoy seguro que a ella tambien me gustaria conocerte -Rolf miro a Apolo que lo estaba mordiendo- Tu perro me odia.
-No te odia, solamente quiere afilar sus dientes.
-¿En mi? -preguntó su primo indignado.
-Si, dejalo en paz.
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