17 | sirius es mi padre

.:. CHAPTER SEVENTEEN .:.
( SIRIUS IS MY FATHER )


RON Y HERMIONE OBLIGARON A SUS DOS AMIGOS A AGACHARSE y esconderse debajo de la mesa.

Era muy incomodo, las rodillas de Lyra chocaban con la de Harry pero por lo menos no los habian descubierto.

Hermione susurró:

-¡Mobiliarbo!

El árbol de Navidad que había al lado de la mesa se elevó unos centímetros, se corrió hacia un lado y, suavemente, se volvió a posar delante de ellos, ocultándolos. Mirando a través de las ramas más bajas y densas, Lyra vio las patas de cuatro sillas que se separaban de la mesa de al lado, y
oyó a los profesores y al ministro resoplar y suspirar mientras se sentaban.

Luego vio otro par de pies con zapatos de tacón alto.

-Una tacita de alhelí...

-Para mí -indicó la voz de la profesora McGonagall.

-Dos litros de hidromiel caliente con especias...

-Gracias, Rosmerta -dijo Hagrid.

-Un jarabe de cereza y gaseosa con hielo y sombrilla.

-¡Mmm! -dijo el profesor Flitwick, relamiéndose.

-El ron de grosella tiene que ser para usted, señor ministro.

-Gracias, Rosmerta, querida -dijo la voz de Fudge- Estoy encantado
de volver a verte. Tómate tú otro, ¿quieres? Ven y únete a nosotros...

-Muchas gracias, señor ministro.

Lyra vio como Harry se movia nervioso en su lugar. Ella no estaba nerviosa, ya la habian atrapado muchas veces asi que una más o una menos no le hacia nada.

-¿Qué le trae por estos pagos, señor ministro? -dijo la voz de Rosmerta.

-¿Qué va a ser; querida? Sirius Black. Me imagino que sabes lo que ocurrió en el colegio en Halloween.

Lyra empujó más a Harry para poder escuchar mejor.

-Sí, oí un rumor admitió Rosmerta.

-¿Se lo contaste a todo el bar; Hagrid? -dijo la profesora McGonagall enfadada.

-¿Cree que Black sigue por la zona, señor ministro?

-Estoy seguro -dijo Fudge.

-¿Sabe que los dementores han registrado ya dos veces este local? Me espantaron a toda la clientela. Es fatal para el negocio, señor ministro.

-Rosmerta querida, a mí no me gustan más que a ti -dijo Fudge- Pero son precauciones necesarias... Son un mal necesario. Acabo de tropezarme con algunos: están furiosos con Dumbledore porque no los deja entrar en los terrenos del castillo.

-Menos mal -dijo la profesora McGonagall-¿Cómo íbamos a dar clase con esos monstruos rondando por allí?

-Bien dicho, bien dicho -dijo el profesor Flitwick.

-De todas formas -objetó Fudge- están aquí para defendernos de algo mucho peor. Todos sabemos de lo que Black es capaz...

-¿Saben? Todavía me cuesta creerlo -dijo pensativa la señora Rosmerta- De toda la gente que se pasó al lado Tenebroso, Sirius Black era el último del que hubiera pensado... Quiero decir, lo recuerdo cuando era un
chico en Hogwarts. Si me hubieran dicho entonces en qué se iba a convertir; habría creído que habían tomado demasiado hidromiel.

-No sabes la mitad de la historia, Rosmerta -dijo Fudge con aspereza-

La gente desconoce lo peor.

-¿Lo peor? -dijo la señora Rosmerta con la voz impregnada de curiosidad- ¿Peor que matar a toda esa gente?

-Desde luego, eso quiero decir -dijo Fudge.

-No puedo creerlo. ¿Qué podría ser peor?

-Dices que te acuerdas de cuando estaba en Hogwarts, Rosmerta -dijo la profesora McGonagall- ¿Te acuerdas de su novia?

-Por supuesto que si -dijo ella- Venus Scamander, si les soy sincera siempre pense que ella era mucho para Sirius, era muy amable y él un mujeriego total pero se complementaban muy bien.

Lyra sintió que el corazón se me salia por la boca. Sintio la mirada de Harry sobre ella pero no volteó.

-Si -confirmó McGonagall con tristeza- Al salir de Hogwarts los dos se casaron y tuvieron una hija.

-Si, Lyra -dijo Hagrid.

-Remus Lupin y Lily Potter se convirtieron en sus padrinos, todo parece ir bien, hasta que Sirius mato a Venus. Fue una total suerte que los Scamander se quedaran con Lyra.

Lyra no se habia dado cuenta cuando habia comenzado a llorar, pero no podia detenerse. Sirius Black nunca había sido su tío, era su padre. Andrómeda nunca había sido su madrina, la madre de Harry lo era. El profesor Lupin era su padrino, alguien que nunca antes había visto si no fuera gracias a Hogwarts.

¿Era normal sentirse asi de mal? Por que la rubia sentía que en cualquier momento podia llegar a morir.

-Y eso no es lo peor ¿Sabes quién era su mejor amigo?

-Pues claro -dijo la señora Rosmerta- Nunca se veía al uno sin el otro. ¡La de veces que estuvieron aquí! Siempre me hacían reír. ¡Un par de cómicos, Sirius Black y James Potter!

Lyra penso que ahora todo tenia sentido, las veces que Pevees les habia dicho a ella y a Harry que Potty y Blackie estaban juntos de nuevo.

-Exactamente -dijo la profesora McGonagall- Black y Potter. Cabecillas de su pandilla. Los dos eran muy inteligentes. Excepcionalmente inteligentes. Creo que nunca hemos tenido dos alborotadores como ellos.

-No sé -dijo Hagrid- Fred y George Weasley podrían dejarlos atrás y ni hablar de la propia Lyra.

-¡Cualquiera habría dicho que Black y Potter eran hermanos! -terció el
profesor Flitwick- ¡Inseparables! ¡Tal como lo son ahora sus hijos!

-¡Por supuesto que lo eran! -dijo Fudge- Potter confiaba en Black más que en ningún otro amigo. Nada cambió cuando dejaron el colegio. Black fue el padrino de boda cuando James se casó con Lily. Luego fue el padrino de Harry, junto con Venus.

-¿Porque Black se alió con Quien Ustedes Saben? -susurró la señora
Rosmerta.

-Aún peor; querida... -Fudge bajó la voz - Los Potter no ignoraban que Quien Tú Sabes iba tras ellos.

Dumbledore, que luchaba incansablemente contra Quien Tú Sabes, tenía cierto número de espías. Uno le dio el soplo y Dumbledore alertó inmediatamente a James y a Lily. Les aconsejó ocultarse. Bien, por supuesto que Quien Tú Sabes no era alguien de quien uno se pudiera ocultar fácilmente. Dumbledore les dijo que su mejor defensa era el encantamiento Fidelio.

-¿Cómo funciona eso? -preguntó Rosmerta.

-Es un encantamiento tremendamente complicado que supone el ocultamiento mágico de algo dentro de una sola mente. La información se oculta dentro de la persona elegida, que es el guardián secreto. Y en lo sucesivo es imposible encontrar lo que guarda, a menos que el guardián secreto opte por divulgarlo. Mientras el guardián secreto se negara a hablar, Quien Tú Sabes podía registrar el pueblo en que estaban James y Lily sin encontrarlos nunca, aunque tuviera la nariz pegada a la ventana de la salita de estar de la pareja.

-¿Así que Black era el guardián secreto de los Potter? -susurró la
señora Rosmerta.

-Naturalmente -dijo la profesora McGonagall- James Potter le dijo a
Dumbledore que Black daría su vida antes de revelar dónde se ocultaban, y que Black estaba pensando en ocultarse él también para proteger a su familia... Y aun así, Dumbledore
seguía preocupado. Él mismo se ofreció como guardián secreto de los Potter.

-¿Sospechaba de Black? -exclamó la señora Rosmerta.

-Dumbledore estaba convencido de que alguien cercano a los Potter
había informado a Quien Tú Sabes de sus movimientos -dijo la profesora
McGonagall- De hecho, llevaba algún tiempo sospechando que en nuestro bando teníamos un traidor que pasaba información a Quien Tú Sabes.

-¿Y a pesar de todo James Potter insistió en que el guardián secreto
fuera Black?

-Así es -confirmó Fudge- Y apenas una semana después de que se hubiera llevado a cabo el encantamiento Fidelio...

-¿Black los traicionó? -musitó la señora Rosmerta.

-Desde luego. Black estaba cansado de su papel de espía. Estaba dispuesto a declarar abiertamente su apoyo a Quien Tú Sabes. Y parece que tenía la intención de hacerlo en el momento en que murieran los Potter. Pero como sabemos todos, Quien Tú Sabes sucumbió ante el pequeño Harry Potter. Con sus poderes destruidos, completamente debilitado, huyó. Y esto dejó a Black en una situación incómoda. Su amo había caído en el mismo momento en que Black había descubierto su juego. No tenía otra elección que escapar asi que mato a su esposa y dejo a su hija con Newt Scamander.

-Sucio y asqueroso traidor -dijo Hagrid, tan alto que la mitad del bar se quedó en silencio.

-Chist -dijo la profesora McGonagall.

-¡Me lo encontré -bramó Hagrid- seguramente fui yo el último que lo
vio antes de que matara a toda aquella gente! ¡Fui yo quien rescató a Harry de la casa de Lily y James, después de su asesinato! Lo saqué de entre las ruinas, pobrecito. Tenía una herida grande en la frente y sus padres habían muerto... Y Sirius Black apareció en aquella moto voladora que solía llevar. No se me ocurrió preguntarme lo que había ido a hacer allí. No sabia que él había sido el guardián secreto de Lily y James. Pensé que se había enterado del ataque de Quien Ustedes Saben y había acudido para ver en qué podía ayudar. Estaba pálido y tembloroso. ¿Y saben lo que hice? ¡ME PUSE A CONSOLAR A AQUEL TRAIDOR ASESINO! -exclamó Hagrid.

-Hagrid, por favor -dijo la profesora McGonagall- baja la voz.

-¿Cómo iba a saber yo que su turbación no se debía a lo que les había pasado a Lily y a James? ¡Lo que le turbaba era la suerte de Quien Ustedes Saben Y entonces me dijo: «Dame a Harry, Hagrid. Soy su padrino. Yo cuidaré de él, va a estar bien conmigo y con Lyra..» ¡Ja! ¡Pero yo tenía órdenes de Dumbledore y le dije a Black que no! Dumbledore me había dicho que Harry tenía que ir a casa de sus tíos. Black discutió, pero al final tuvo que ceder. Me dijo que cogiera su moto para llevar a Harry hasta la casa de los Dursley. «No la necesito ya», me dijo. Tendría que haberme dado cuenta de que había algo raro en todo aquello. Adoraba su moto. ¿Por qué me la daba? ¿Por qué decía que ya no la necesitaba? Lo habia escuchado decir muchas veces que se la iba a regalar a su hija cuando sea mayor. La verdad es que una moto deja demasiadas huellas, es muy fácil de seguir. Dumbledore sabía que él era el guardián de los Potter. Black tenía que huir aquella noche. Sabía que el Ministerio no tardaría en perseguirlo. Pero ¿y si le hubiera entregado a Harry, eh? Apuesto a que lo habría arrojado de la moto en alta mar. ¡Al hijo de su mejor amigo! Y es que cuando un mago se pasa al lado tenebroso, no hay nada ni nadie que le importe...

-Pero no consiguió huir; ¿verdad? El Ministerio de Magia lo atrapó al día
siguiente.

-¡Ah, si lo hubiéramos encontrado nosotros...! -dijo Fudge con amargura- No fuimos nosotros, fue el pequeño Peter Pettigrew: otro de los amigos de Potter. Enloquecido de dolor; sin duda, y sabiendo que Black era el guardián secreto de los Black, él mismo lo persiguió.

-¿Pettigrew...? ¿Aquel gordito que lo seguía a todas partes? -preguntó
la señora Rosmerta.

-Adoraba a Black y a Potter. Eran sus héroes -dijo la profesora McGonagall- No era tan inteligente como ellos y a menudo yo era brusca con él. Pueden imaginar cómo me pesa ahora...

-Pettigrew murió como un héroe. Los testigos oculares (muggles, por supuesto, tuvimos que borrarles la memoria...) nos contaron que Pettigrew había arrinconado a Black.

Dicen que sollozaba: «¡A Lily y a James, Sirius! ¿Cómo pudiste...? ¿A tu propia mujer?» Y entonces sacó la varita. Aunque, claro, Black fue más rápido. Hizo polvo a Pettigrew.

-¡Qué chico más alocado, qué bobo! Siempre fue muy malo en los duelos.
Tenía que habérselo dejado al Ministerio...

-Les digo que si yo hubiera encontrado a Black antes que Pettigrew, no habría perdido el tiempo con varitas... Lo habría descuartizado, miembro por miembro -gruñó Hagrid.

-No sabes lo que dices, Hagrid -dijo Fudge con brusquedad- Nadie salvo los muy preparados Magos de Choque del Grupo de Operaciones Mágicas Especiales habría tenido una oportunidad contra Black, después de haberlo acorralado. En aquel entonces yo era el subsecretario del Departamento de Catástrofes en el Mundo de la Magia, y fui uno de los primeros en personarse en el lugar de los hechos cuando Black mató a toda aquella gente. Nunca, nunca lo olvidaré. Todavía a veces sueño con ello. Un cráter en el centro de la calle, tan profundo que había reventado las alcantarillas. Había cadáveres por todas partes. Muggles gritando. Y Black allí, riéndose, con los restos de Pettigrew delante... Una túnica manchada de sangre y unos... unos
trozos de su cuerpo.

-Bueno, ahí lo tienes, Rosmerta -dijo Fudge con la voz tomada- A Black se lo llevaron veinte miembros del Grupo de Operaciones Mágicas Especiales, y Pettigrew fue investido Caballero de primera clase de la Orden de Merlín, que creo que fue de algún consuelo para su pobre madre. Black ha estado desde entonces en Azkaban.

La señora Rosmerta dio un largo suspiro.

-¿Es cierto que está loco, señor ministro?

-Me gustaría poder asegurar que lo estaba -dijo Fudge- Ciertamente
creo que la derrota de su amo lo trastornó durante algún tiempo. El asesinato de Pettigrew y de todos aquellos muggles fue la acción de un hombre acorralado y desesperado: cruel, inútil, sin sentido. Sin embargo, en mi última inspección de Azkaban pude ver a Black. La mayoría de los presos que hay allí hablan en la oscuridad consigo mismos. Han perdido el juicio... Pero me quedé
sorprendido de lo normal que parecía Black. Estuvo hablando conmigo con
total sensatez, me preguntó si sabía algo de su hija. Fue desconcertante. Me dio la impresión de que se aburría. Me preguntó si había acabado de leer el periódico. Tan sereno como se poden imaginar; me dijo que echaba de menos los crucigramas. Sí, me quedé estupefacto al comprobar el escaso efecto que los dementores parecían tener sobre él. Y él era uno de los que estaban más vigilados en Azkaban, ¿saben? Tenía dementores ante la puerta día y noche.

-Pero ¿qué pretende al fugarse? -preguntó la señora Rosmerta- ¡Dios
mío, señor ministro! No intentará reunirse con Quien Usted Sabe, ¿verdad?

-Me atrevería a afirmar que es su... su... objetivo final -respondió Fudge
evasivamente- Pero esperamos atraparlo antes. Tengo que decir que Quien Tú Sabes, solo y sin amigos, es una cosa... pero con su más devoto seguidor, me estremezco al pensar lo poco que tardará en volver a alzarse...

-Si tiene que cenar con el director, Cornelius, lo mejor será que nos
vayamos acercando al castillo.

Volvió a abrirse la puerta de Las Tres Escobas, entró otra ráfaga de nieve y los profesores desaparecieron.

Lyra salio de dejo de la mesa y salio de Las Tres Escobas dejando atrás a sus amigos.

No queria ver a Harry ¿Era posible volver a mirarlo a la cara sin sentirse culpable?

Todo este tiempo Lyra habia estado confundida, Sirius Black era su padre, el cual habia matado a su madre y a los padres de Harry. Pero habia algo que no lograba entender, ¿Como no lograba odiarlo despues de enterarse todo eso?

Muy en el fondo ella creia que Sirius si la amaba y ella no queria odiarlo.

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