08 | criaturas


:. CHAPTER EIGHT .:.
( CREATURES )

A LYRA LE ENCANTÓ SALIR DEL castillo después del almuerzo. La lluvia del día anterior había terminado; el cielo era de un gris pálido, y la hierba estaba mullida y húmeda bajo sus pies cuando se pusieron en camino hacia su primera clase de Cuidado de Criaturas Mágicas.

Ron y Hermione no se dirigían la palabra. Harry y Lyra caminaban a su lado, en silencio, mientras descendían por el césped hacia la cabaña de Hagrid, en el límite del bosque prohibido.

Lastimosamente para la rubia, compartían clase con Slytherin.

Hagrid aguardaba a sus alumnos en la puerta de la cabaña. Estaba
impaciente por empezar; cubierto con su abrigo de ratina, y con Fang, el perro que Lyra amaba, a sus pies.

-¡Vamos, apurense! -gritó a medida que se aproximaban sus alumnos- ¡Hoy tengo algo especial para ustedes! ¡Una gran lección! ¿Ya está todo el mundo? ¡Bien, siganme!

Siguieron a Hagrid por el límite de los árboles y cinco minutos después se hallaron ante un prado donde no había nada.

-¡Acerquense todos a la cerca! -gritó- Asegurense de que tenienen buena
visión. Lo primero que tienen que hacer es abrir los libros...

-¿De qué modo? -dijo la voz fría y arrastrada de Draco Malfoy.

-Acariciandolo, estúpido -hablo Lyra para que Malfoy la escuchara, no quieria que nadie arruine esa clase en particular.

Hagrid le regalo una sonrisa a la rubia. El bien sabia que esa clase era especial para ella. Casi todo Hogwarts sabia que Lyra era una amante de los animales, sin importar cual.

-Bien, pues -dijo Hagrid, que parecía haber perdido el hilo- Así que... ya tienen los libros y... y... ahora les hacen falta las criaturas mágicas. Sí, así que iré a por ellas. Esperen un momento...

Se alejó de ellos, penetró en el bosque y se perdió de vista.

-Dios mío, este lugar está en decadencia -dijo Malfoy en voz alta-
Estas clases idiotas... A mi padre le dará un patatús cuando se lo cuente.

-Cierra la boca, Malfoy -repitió Harry.

-Cuidado, Potter; hay un dementor detrás de ti.

-¡Uuuuuh! -gritó Lavender Brown, señalando hacia la otra parte del
prado.

Trotando en dirección a ellos se acercaba una docena de criaturas, Tenían el cuerpo, las patas traseras y la cola de caballo, pero las patas delanteras, las alas y la cabeza de
águila gigante. El pico era del color del acero y los ojos de un naranja brillante.

Las garras de las patas delanteras eran de quince centímetros cada una y parecían armas mortales. Cada bestia llevaba un collar de cuero grueso alrededor del cuello, atado a una larga cadena. Hagrid sostenía en sus grandes manos el extremo de todas las cadenas. Se acercaba corriendo por el prado, detrás de las criaturas.

-Listo -dijo Lyra mirando con amor a las criaturas- Esta es la mejor clase, sin dudas.

-¿Que son? -preguntó Harry al lado de la rubia.

-Hipogrifos -dijo sonriendo sin despegar la vista de las criaturas.

-Excelente Lyra ¡Son Hipogrifos! -gritó Hagrid alegremente, haciendo a sus alumnos una señal con la mano- ¿A que son hermosos?

-La verdad es que si...

-Vamos -dijo Hagrid frotándose las manos y sonriéndoles- si queren
acercarse un poco...

Lyra no tuvo que escuchar más para acercase y con ella arrastro a Harry tirandolo de la mano; Ron y Hermione los siguieron.

-Lo primero que tienen que saber de los hipogrifos es que son orgullosos
-dijo Hagrid- Se molestan con mucha facilidad. Nunca ofendan a ninguno,
porque podría ser lo último que hicieran.

-Tienen que esperar siempre a que el hipogrifo haga el primer movimiento
-continuó Hagrid- Es educado, ¿se dan cuenta? Van hacia él, se inclinan y esperan. Si él responde con una inclinación, querrá decir que les permite tocarlo. Si no hace la inclinación, entonces es mejor que se alejen de él enseguida, porque puede hacer mucho daño con sus garras. Bien, ¿Lyra queres pasar primera?

La rubia pego un saltito emocionada y asintió a Hagrid, aunque no se habia dado cuenta que todavia seguia agarrando la mano de Harry por lo que lo llevo con él.

-Bueno, Harry también puede venir -dijo Hagrid sonriendo- Veamos cómo se llevan con Buckbeak.

Soltó la cadena, separó al hipogrifo gris de sus compañeros y le
desprendió el collar de cuero.

Hagrid les iba a explicar pero vio como Lyra ya miraba al hipogrifo a los ojos y la dejo hacerlo sola. Era la nieta de Newt Scamander, asi que no iba a tener problemas con eso.

Toda la clase presto atención a los movimientos de la ojigris.

Lyra siguió mirando a Buckbeak a los ojos y lentamente inclinó la cabeza entonces el hipogrifo dobló las arrugadas rodillas y se inclinó profundamente.

La rubia sonrió más si eso era posible y se termino de acercar para acariciar a la criatura.

-Te toca Harry -dijo Hagrid en voz baja- Primero mírale a los ojos. Procura no parpadear. Los hipogrifos no confían en ti si parpadeas
demasiado...

Buckbeak había vuelto la cabeza grande y afilada, y miraba a Harry fijamente.

-Eso es -dijo Hagrid- Eso es, Harry. Ahora inclina la cabeza...

Harry se inclinó brevemente y levantó la mirada.

El hipogrifo seguía mirándolo fijamente y con altivez. No se movió.

-Ah -dijo Hagrid, preocupado- Bien, vete hacia atrás, tranquilo,despacio...

Pero entonces, ante la sorpresa de Harry, el hipogrifo dobló las arrugadas rodillas delanteras y se inclinó.

-¡Bien hecho, Harry! -dijo Hagrid, eufórico- ¡Bien, puedes tocarlo! Dale
unas palmadas en el pico, vamos.

Harry estiró la mano sin animarse a tocar al hipogrifo por lo que Lyra agarro su mano y la paso por el pico de la criatura.

- ¡Creo que el hipogrifo dejara que lo
monten! Subanse ahí, detrás del nacimiento del ala -dijo Hagrid- Y Harry, procura no arrancarle ninguna pluma, porque no le gustaría... Bueno Nix, ya conoces esto...

Harry puso el pie sobre el ala de Buckbeak y se subió en el lomo, después ayudo a subir a Lyra.

-¡Vamos! -gritó Hagrid, dándole una palmada al hipogrifo en los cuartos
traseros.

Sin previo aviso, se abrieron unas alas de más de tres metros de longitud, el
hipogrifo remonto vuelo.

Buckbeak sobrevoló el prado y descendió.

Lyra disfruto el viaje aunque le hubiese gustado volar un rato más.

-¡Bueno!, ¿quién más quiere probar?

Hagrid desató uno por uno los hipogrifos y, al cabo de poco rato, los
alumnos hacían timoratas reverencias por todo el prado.

Malfoy, Crabbe y Goyle habían escogido a Buckbeak. Había inclinado la cabeza ante Malfoy, que le daba palmaditas en el pico con expresión
desdeñosa.

-Esto es muy fácil -dijo Malfoy, arrastrando las sílabas y con voz lo
bastante alta para que Harry lo oyera- Tenía que ser fácil, si Potter fue capaz... ¿A que no eres peligroso? Aunque de Scamander no me sorprende vive rodeada de estas bestias asquerosas.

Sucedió en un destello de garras de acero. Malfoy emitió un grito
agudísimo y un instante después Hagrid se esforzaba por volver a ponerle el collar a Buckbeak, que quería alcanzar a un Malfoy que yacía encogido en la hierba y con sangre en la ropa.

-¡Me muero! -gritó Malfoy, mientras cundía el pánico- ¡Me muero, miren! ¡Me ha matado!

-Ojala muera -dijo Lyra mirandolo con rabia- Nadie llama a una criatura bestia asquerosa sin recibir su merecido.


DESPUÉS DE CENAR SALIERON hacia la cabaña de Hagrid.

-Adelante, entren.

Hagrid estaba sentado en mangas de camisa, ante la mesa de madera
limpia; Fang, tenía la cabeza en el regazo de Hagrid. Les bastó echar un vistazo para darse cuenta de que Hagrid había estado bebiendo. Delante de él tenía una jarra de peltre casi tan grande como un caldero y parecía que le costaba trabajo enfocar bien las cosas.

-Supongo que es un récord -dijo apesadumbrado al reconocerlos- Me
imagino que soy el primer profesor que ha durado sólo un día.

-¡No te habrán despedido, Hagrid! -exclamó Hermione.

-Todavía no -respondió Hagrid con tristeza- Pero es sólo cuestión de tiempo, ¿verdad? Después de lo de Malfoy...

-El Consejo Escolar está informado, por supuesto -dijo Hagrid- Piensan que empecé muy fuerte. Debería haber dejado los hipogrifos para más tarde... Tenía que haber empezado con los gusarajos o con los summat... Creía que sería un buen comienzo... Ha sido culpa mía...

-¡No, Hagrid! Fue un comienzo experctacular. La culpa es de Malfoy por ser un estúpido.

-Dijiste que los hipogrifos atacan al que los ofende. Si Malfoy no prestó atención, el problema es suyo. Le diremos a Dumbledore lo que de verdad sucedió.

-Creo que ya has bebido bastante, Hagrid -dijo Hermione con firmeza.

Cogió la jarra de la mesa y salió a vaciarla.

-Sí, puede que tengas razón -dijo Hagrid, se levantó de la silla y siguió
a Hermione al exterior; con paso inseguro.

Oyeron una ruidosa salpicadura.

-¿Qué ha hecho? -dijo Harry, asustado, cuando Hermione volvió a
entrar con la jarra vacía.

-Meter la cabeza en el barril de agua -dijo Hermione, guardando la jarra.

Hagrid regresó con la barba y los largos pelos chorreando, y secándose los ojos.

-Mejor así -dijo, sacudiendo la cabeza -Fueron muy amables por venir a verme. Yo, la verdad...

Hagrid se paró en seco mirando a Harry; como si acabara de darse cuenta de que estaba allí:

-¿QUÉ CREES QUE HACES AQUÍ? -bramó, y tan de repente que dieron un salto en el aire- ¡NO PUEDES SALIR DESPUÉS DE ANOCHECIDO, HARRY! ¡Y USTEDES TRES LO DEJAN!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top