26 | ¿salvación?

.:. CHAPTER TWENTY-SIX .:.
( SALVATION )

LYRA SABIA QUE DRACO NO LE HABIA CONTADO TODO EL PLAN EN SI, solo le habia dado algunos detalles de lo que estaba haciendo en la sala de menesteres: Draco habia estado todo el año intentando reparar un armario, por él cual los mortifagos iban a infiltrarse a Hogwarts.

Al principio Lyra, se sintio mal y quiso arrepentirse. Ella no queria tener nada que ver con Bellatrix pero luego recordo la risa cínica, la diversión que brillo en sus ojos cuando mato a Sirius. Y no tuvo nada más que pensar, Lyra iba a ayudar a Draco pero iba a estar esperando que Bellatrix saliera del armario para cobrar venganza, para hacer justicia por la muerte de su padre.

Draco habia estado retrasandose de sobre manera con sus tareas asi que ella se habia quedado el resto de la noche en la habitación del chico, ayudandolo con lo que podía.

Asi que a la mañana cuando se dejo caer junto a Ron en la mesa de Gryffindor para desayunar, no paro de bostezar cada cinco minutos.

-¿Adónde fuiste anoche? -preguntó Harry.

Lyra compartió una mirada con Hermione. Era obvio que la chica Granger habia notado su ausencia durante toda la noche, Lyra deseaba que por esta vez Hermione cerrara su boca y no dijera nada.

-Tuve una charla intensa con Kreacher -respondió antes de meterse la tostada en la boca para evitar más preguntas.

-Si, no me gusta que trate asi a Hermione -dijo Ron, pero Harry lo ignoro y siguió preguntando.

-¿Y a que hora volviste?

-Oh, que fueron ¿Quince, veinte minutos? -preguntó Hermione abriendo El Profeta- No fue mucho tiempo, estuvimos hablando durante la noche, por eso esta algo cansada.

Lyra asintio rápidamente, recordandose internamente agradecerle a Hermione su bendita salvación, aunque luego iba a tener que darle una explicación.

-Cambiando de tema -comenzó Hermione mirando de reojo a la rubia- Slughorn...

-Escúchame -dijo Harry- No me he olvidado de Slughorn, pero aún no sé cómo sonsacarle ese recuerdo y hasta que se me ocurra alguna idea genial, ¿qué mal hay en averiguar qué se trae entre manos Malfoy?

-Ya te lo he dicho: tienes que centrarte en Slughorn -replicó Hermione- No se trata de engañarlo ni de hechizarlo, porque eso lo habría hecho Dumbledore en un periquete. En lugar de perder el tiempo paseándote por delante de la Sala de los
Menesteres deberías ir a verlo y empezar a apelar a su bondad.

Hermione volvio su vista a El Profeta, mientras que Lyra trataba de llamar la atención de Draco que estaba justo en frente, en la mesa de Slytherin. El si parecia extremadamente cansado.

Draco parecia no prestarle atención a nada más que el plato que tenia en frente, pero levanto la cebeza rápidamente cuando escucho la risa de Merope quien venia entrando al Gran Comedor junto con Ginny.

El rubio la siguio con la mirada hasta que se sento y de reojo vio a Lyra quien intetaba de la forma más disimulada que podia, llamarle la atención. Draco la miro con una ceja alzada.

Lyra fingio rascarse la cabeza pero señalo a Harry, que estaba sentando justo frente a ella. Draco parecio entender porque asintio levemente y volvio su vista a Merope.

La rubia suspiro. Harry se iba a encontrar con absolutamente nada en la sala de menesteres o lo que fuera a intentar hacer.

-¿Mencionan a alguien que...? -preguntó Ron mirando a Hermione.

-¡Sí! -exclamó Hermione- Pero tranquilos, no está muerto. ¡Es Mundungus; lo han detenido y enviado a Azkaban! Aquí dice que se hizo pasar por un inferius durante un intento de robo... Y ha desaparecido un tal Octavius Pepper... ¡Oh, qué espanto, también han detenido a un niño de nueve años por haber intentado asesinar a sus abuelos! Creen que estaba bajo la maldición imperius...

Terminaron de desayunar en silencio y después se marcharon en diferentes direcciones: Hermione a la clase de Runas Antiguas; Ron a la sala común, donde todavía tenía que acabar las conclusiones de la redacción sobre los dementores; Lyra a buscar a Hagrid para comenzar con su clase de Cuidado de las Criaturas Mágicas; y Harry al pasillo del séptimo piso.

Harry se despidió con un beso y le regalo una sonrisa, Lyra sintió ganas de vomitar. Estaba tracionando a una de las personas que más amaba por ayudar a Draco, la persona que su novio odiaba.

Pero se sintio fuerte al recordar que quizas pasando más tiempo con él, ella podria salvarlo de alguna forma, podria ser un escape para que el rubio pudiera vivir una vida tranquila, lejos de todo ese caos, todo ese mal en el que se crio. O por lo menos a Lyra le hubiese gustado que alguien intentara ayudar a su tío Regulus, cuando se metio en un mal camino.

Después de todo ellos dos tenia algo en común. Criados por una familia que solamente les importaba una cosa: la pureza.

Ambos, Regulus y Draco habian tenido que tomar la responsabilidad por cosas que en un principio nunca tendrían que siquiera haber pensando.

Regulus habia cargado con la responsabilidad de ser el buen hermano, de no defraudar a sus padres y unirse a Voldemort porque habia asumido la reponsabilidad que Sirius habia dejado atrás cuando se escapo de casa. Y Draco... Draco habia tomado el lugar de su padre luego de fallar.

Si ella no había podido salvar a su tío porque apenas estaba naciendo, queria hacer algo con Draco. Ella queria hacer algo por su família, Lyra queria demostrar que no todos eran malos, solamente habian sido criados por las personas equivocadas y les habian llenado la cabeza de mierda.

Cuando su clase de con Hagrid habia termindo, Lyra salio corriendo de los terrenos de Hogwarts para llegar a horario a Defensa Contra las Artes Oscuras. No necesitaba un castigo ahora que se habia propuesto ayudar a su primo.

La rubia se sento junto a Hermione, mirando de reojo a Draco que estaba sentando con Theo Nott.

-¿Y Harry? -preguntó mientras sacaba su libro de la mochila.

-Aún no llega -respondió Hermione y se acerco un poco para susurrarle: -Vas a tener que contarme donde estuviste en la noche. Y es la ultima vez que te cubro.

-Me encontré con Rosier -mintió pensando en lo primero que se le vino a la cabeza.

Hermione la miro con terroe y la rubia se sintio terriblemente mal por mentirle y usar a Rosier.

-No me hizo nada -se adelanto a decir- Solo nos quedamos hablando.

-¿Toda la noche? -preguntó Hermione confundida.

-Si, se comprometió y me comento lo mucho que me extrañaba, me conto cosas de su vida que no me interesan.

Hermione fue a abrir la boca para preguntar otra cosa, pero Snape dio comienzo a la clase.

-Llegas tarde otra vez, Potter -dijo Snape con frialdad. Lyra se dio vuelta para ver a su novio parado en la puerta- Diez puntos menos para Gryffindor.

Harry lo miró con ceño y se dejó caer en el asiento junto a Ron.

Lyra se contuvo de decirle algo a Snape. No queria un castigo.

-Antes de empezar me entregaran sus redacciones sobre los dementores -dijo Snape. Agitó su varita con un ademán indolente y veintiséis rollos de pergamino se elevaron, cruzaron el aula y aterrizaron en un pulcro montón sobre su mesa- Espero por su bien que sean mejores que las sandeces que leí sobre cómo resistirse a la maldición imperius. Y ahora, abran los libros por la página... ¿Qué pasa, señor Finnigan?

-Profesor -dijo Seamus- ¿podría explicarme cómo se distingue a un inferius de un fantasma? Porque en El Profeta hablaban de un inferius...

-No, no hablaban de ningún inferius -replicó Snape con hastío.

-Pero señor, me han dicho que...

-Si te hubieras tomado la molestia de leer el artículo en cuestión, Finnigan, sabrías que el presunto inferius en realidad era un asqueroso ratero llamado Mundungus Fletcher.

-Tenía entendido que Snape y Mundungus estaban en el mismo bando -susurró Harry a sus amigos- ¿No debería contrariarlo que hayan detenido a Mundungus?

-Pero al parecer Potter tiene mucho que decir sobre este asunto -comentó
Snape señalando hacia el fondo del aula, con sus oscuros ojos clavados en Harry- Preguntémosle cómo podemos distinguir a un inferius de un fantasma.

Toda la clase miró a Harry.

-Pues... bueno, los fantasmas son transparentes... -dijo.

-Estupendo -se burló Snape con una mueca despectiva- Sí, veo que casi seis años de educación mágica han servido para algo en tu caso, Potter. «Los fantasmas son transparentes.»

Pansy Parkinson soltó una risita y varios alumnos se sonrieron.

-Sí, los fantasmas son transparentes, pero los inferi son cadáveres, ¿no? Por lo tanto, deben de ser sólidos... -siguió Harry.

-Eso podría habérnoslo aclarado un niño de cinco años -se mofó Snape- El
inferius es un cadáver reanimado mediante los hechizos de un mago tenebroso. No está vivo; el mago sólo lo utiliza como una marioneta para hacer lo que se le antoja. Un fantasma, como espero que todos sepan a estas alturas, es la huella que deja un difunto en la tierra... Y por supuesto, como sabiamente ha dicho Potter, es «transparente».

-Hombre, si de distinguirlos se trata, la definición de Harry es la más clara -opinó Ron- Si nos encontramos a uno en un callejón oscuro, nos limitamos a echarle un vistazo para ver si es sólido, y punto. No le preguntamos: «Disculpe, ¿es usted la huella de un difunto?»

Hubo una cascada de risas, acallada al instante por la gélida mirada que Snape dirigió a la clase.

-Otros diez puntos menos para Gryffindor -anunció- No esperaba nada más sofisticado de ti, Ronald Weasley, el chico tan sólido que no puede aparecerse ni a un centímetro de distancia.

-¡No! -susurró Hermione sujetando a Harry por el brazo al ver que éste, furioso, iba a replicar- ¡No tiene sentido, sólo conseguirás que te castigue otra vez!

-Abran los libros por la página doscientos trece -ordenó Snape con una sonrisita de suficiencia- y lean los dos primeros párrafos sobre la maldición cruciatus...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top