10 | en la mañana
.:. CHAPTER TEN .:.
( IN THE MORNING )
-JAMES SI SIGUES LEYENDO ESE LIBRO, juro que lo voy a prender fuego, y sabes que no se me da muy bien asi que cuando el fuego comienza no hay forma de pararlo.
Harry dejo el libro del príncipe mestizo a un lado y miro a su novia con una ceja alzada.
-Ya lo deje -se defendió en un susurro.
Aún era temprano y era día de excursión a Hogsmeade, asi que el desayuno aún no estaba listo.
Lyra habia tenido últimamente problemas para dormir, asi que aburrida de estar en la cama fue a ver si Harry o Ron estaban despiertos pars molestarlos.
Harry le dejo un lugar en la cama para que se acueste junto a él y levanto la sábana para taparla cuando ella se acosto.
Lyra sonrio y lo abrazo por la cintura mientras enganchaba sus pies con los de el azabache.
-Éstas calentito -infomo.
Harry solto una risa ronca.
-No hagas eso.
-¿Hacer que? -preguntó el chico.
-Hablar o reir, lo que sea cuando recien te despiestas. Tu voz asi es tan sexy.
-¿Y si es sexy por que no lo puedo hacer? -dijo en un tono burlón.
-Porque no podemos desnudarnos frente a tus compañeros de cuarto, aunque no me molestaria si corremos las cortinas y...
-Oh, no, nada de eso -afirmo Harry- ¿Y si por casualidad ellos te ven desnuda? No quiero que nadie más te mire.
-¿Siendo posesivo, Potter?
-Solo cuidando lo mío.
La rubia se rio y escondio su cara en el cuello de Harry antes de dejar un beso allí.
-Estaba pensando que podemos retrasar nuestra salida a hogsmeade, hace mucho que no tenemos un tiempo a solas.
Lyra se acomodó mejor en la cama para verlo de perfil y levanto una ceja.
-¿Por que solamente no dices que quieres tener sexo?
-¿Por que asi no suena tan tierno?
-¿Y desde cuando me gusta lo tierno? -preguntó Lyra.
-Si tienes razón -admitió Harry-¿Entonces...?
-Yo digo que lo hagamos en el armario de las escobas -sugirió.
-¿Que? ¿El armario de las...?
-Si. Es como más excitante.
-¿Y si alguien nos descubre?
-¿Que es de la vida sin un poco de riesgo? -preguntó la rubia levantándose de la cama y tirando de la mano del azabache.
Harry se apresuró a tomar la varita, para esta vez no olvidaderse de utilizar el hechizo anticonceptivo.
-¿Esto seria como el famoso mañanero? -preguntó Harry.
Lyra solto una risa mientras salian del retrato de la dama gorda.
-Yo lo llamaria algo como: sexo fugitivo.
-¿Fugitivo? Ni siquiera somos fugitivos.
-Deja de cagar mis sueños -le dijo- Asi que... ¿El armario frente al despacho de Snape o al que esta cerca de encantamientos?
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CUANDO LYRA Y HARRY LLEGARON A EL GRAN COMEDOR, Hermione miro a la rubia con una ceja alzada y le acomodo un poco el cabello cuando se sento a su lado.
La rubia compartió una mirada con Harry quien sonreia mientras se estiraba para buscar algo que desayunar.
-... ¡y entonces se produjo otro destello y volví a aterrizar en la cama! -dijo Ron terminando de hablar notando que sus amigos habian llegado.
-Oh, ese es el mismo que uso yo para molestar, lo use el curso pasado con un mortifago. ¿Levicorpus, verdad? -preguntó mientras Harry asentía.
-¿No sería ese hechizo, por casualidad, otro de los de ese libro de pociones? -preguntó Hermione.
-Siempre piensas lo peor, ¿eh? -respondió Harry.
-¿Lo era?
-Bueno... Sí, lo era, ¿y qué?
-¿Estás diciéndome que decidiste probar un conjuro desconocido que
encontraste escrito a mano y ver qué pasaba?
-En realidad -dijo Lyra defendiendo a Harry- No es un conjuro desconocido porque yo lo sabia desde antes.
-¿Y como lo sabías? -preguntó Hermione.
-Papá me lo enseñó, el lo usaba para molestar a quejicus -infomo levantando la voz al decir lo ultimo. Hermione la piso- Auch mi pie ¿Como cuanto calzas, pie grande?
-Quizá tu padre lo utilizó y también el de Harry -dijo Hermione- Pero no fueron los únicos. Hemos visto a un montón de gente emplearlo, por si no te acuerdas. Colgar a la gente en el aire... Hacerlos flotar dormidos, indefensos...
-Eso no es lo mismo -se quejo la rubia- Yo lo uso bastante y no estoy del lado de Voldemort.
Ron asintió
-Sirius, Lyra, Harry y su padre sólo lo hacían para divertirse. A ti no te gusta el príncipe, Hermione -añadió apuntándola con una salchicha- Porque Harry es mejor que tú en Pociones.
Lyra que estaba tomando jugo de calabaza se ahogo al mismo tiempo que queria reir.
-¡No es por eso! -se defendió Hermione- Lo que pasa es que considero muy irresponsable realizar hechizos cuando ni siquiera sabes para qué sirven. ¡Y deja de hablar del «príncipe» como si fuera un título, seguro que sólo es un apodo absurdo! Además, no me parece que fuera una persona muy agradable.
-No sé de dónde sacas eso -replicó Harry acaloradamente- Si hubiera sido un mortífago en ciernes no habría ido por ahí alardeando de ser mestizo, ¿no te parece?
-Todos los mortífagos no pueden ser sangre limpia, no quedan suficientes
magos de sangre limpia -se empecinó Hermione- Supongo que la mayoría de ellos son sangre mestiza que se hacen pasar por sangre limpia. Sólo odian a los hijos de muggles, pero a ustedes tres los aceptarían sin problemas.
-¡A mí jamás me dejarían ser mortífago! -saltó Ron, indignado- ¡Toda mi familia se compone de traidores a la sangre! ¡Para los mortífagos, eso es tan grave como ser hijo de muggles!
-Sí, y les encantaría que yo estuviera en sus filas -ironizó Harry- Seríamos
supercolegas, siempre y cuando no intentaran matarme.
-Oh, yo si podria estar en sus filas, ¿Como me ven con un segundo tatuaje en el brazo izquierdo? -preguntó Lyra.
-Ni lo pienses -le dijo Harry.
Filch estaba plantado junto a las puertas de roble, como de costumbre, comprobando los nombres de los alumnos que tenían permiso para ir a Hogsmeade.
El proceso llevó más tiempo del habitual porque el conserje registraba tres veces a todo el mundo con su sensor de ocultamiento.
-¿Qué más le da que saquemos del colegio cosas tenebrosas? -preguntó Ron- ¿No cree que lo que debería importarle es lo que podamos entrar?
Su insolencia le valió unos cuantos pinchazos más con el sensor, y el pobre todavía hacía muecas de dolor cuando bajaron los escalones de piedra y salieron al jardín, azotado por el viento y la aguanieve.
Harry atrapo a Lyra en un fuerte abrazo cuando noto que habia empezado a temblar del frio.
Cuando por fin llegaron a Hogsmeade y vieron que la tienda de artículos de broma Zonko estaba cerrada con tablones. Con una mano enfundada en un grueso guante Ron señaló hacia Honeydukes, que afortunadamente estaba abierta, y los otros lo siguieron tambaleándose hasta la abarrotada tienda.
-¡Menos mal! -dijo Ron- Quedémonos toda la tarde aquí.
-Yo creo que me vendria bien un hidromiel...
-¡Harry, amigo mío! ¡Lidia querida! -bramó una voz a sus espaldas.
-¡Oh, no! -masculló Harry al mismo tiempo que Lyra decia.
-Que es Lyra, viejo sordo.
Los cuatro amigos se dieron la vuelta y vieron al profesor Slughorn.
-¡Ya te has perdido tres de mis cenas, Harry! ¡Y tu señorita Black, no creas que no me di cuenta! -rezongó Slughorn- ¡Pero no se van a librar, amigos míos, porque me he propuesto tenerlos en mi club! A la señorita Granger le encantan nuestras reuniones, ¿no es así?
-Sí -asintió Hermione- Son muy...
-¿Por qué no vienes nunca, Harry? -inquirió Slughorn.
-Es que he tenido entrenamientos de quidditch, profesor -se excusó.
-¡Espero que ganes tu primer partido después de tanto esfuerzo! Pero un poco de esparcimiento no le viene mal a nadie. ¿Qué tal el lunes por la noche? No me dirás que van a entrenar con este tiempo...
-No puedo, profesor. El lunes por la noche tengo... una cita con el profesor Dumbledore.
-¡Nada, no hay manera! -se lamentó Slughorn- ¡Está bien, Harry, pero no creas que podrás eludirme eternamente!
El profesor les dedicó un afectado ademán de despedida y salió de la tienda.
-Oh que chico extremadamente ocupado -se burlo la rubia.
-Vamos a Las Tres Escobas -propuso Harry- Nix quiere hidromiel.
De camino a las Tres Escobas, Ron no paro de burlarse de Harry diciendo que hacia todo lo que la rubia queria y cosas asi.
Pero antes de llegar vieron que habia dos individuos plantados un poco más allá, delante de Las Tres Escobas
-¡Mundungus!
El hombre dejó caer una vieja maleta, que al dar contra el suelo se abrió y esparció lo que parecía mercancía de una tienda de artículos usados.
-¡Ah, hola, Harry! -saludó Mundungus- Bueno, no quisiera entretenerte.
Y empezó a recoger del suelo el contenido de su maleta.
-¿Qué es esto? ¿Para vender? -preguntó Harry.
-Bueno, de alguna manera tengo que ganarme la vida... ¡Eh, dame eso!
Ron había recogido una copa de plata.
-¿Si? ¿Robandome cosas? -pregunto la rubia demasiado calmada, algo extremadamente raro en ella. Por las dudas Hermione la tomo de la mano.
Harry lo agarró por el cuello y lo estampó contra la pared del pub. A continuación lo sujetó fuertemente con una mano y sacó su varita mágica.
-¡Harry! -gritó Hermione.
-Eso lo has cogido de casa de Sirius -lo acusó Harry- Tiene el emblema de
la casa de Black.
-Yo no... ¿Qué...? -farfulló Mundungus.
-¿Qué hiciste, volviste allí la noche que lo mataron y desvalijaste la casa?
-Yo no...
-¡Dámelo!
-¡No lo hagas, Harry! -suplicó Hermione mientras Mundungus se ponía cada vez más morado.
Se oyó un estallido y las manos de Harry se soltaron del cuello de Mundungus.
Resollando y farfullando, el hombre recogió la maleta del suelo y entonces... ¡crac!, se desapareció.
-¡Vuelve, ladrón de...!
-No pierdas el tiempo, Harry -Tonks había aparecido de la nada, con el desvaído cabello mojado por la aguanieve- Mundungus ya debe de estar en Londres. De nada te servirá gritar.
-¡Ha robado las cosas de Sirius! ¡Le ha robado a Nix!
-Sí, pero de cualquier modo -repuso Tonks- Deberían resguardarse del frío.
Lyra se quedo un momento atrás mientras que sus amigos entraban a las Tres Escobas.
-¿Como va todo con mi padrino? -preguntó mirandola de forma inocente.
Tonks solto una risita.
-Estamos hablando más seguido, ¿Es un avance, no? Pero el ahora esta en una misión asi que no lo veo mucho.
-Pues apresurense porque yo quiero ser madrina.
-En lo unico que me voy a apresurar es en mandarte adentro, vete rubia.
Ahora fue el turno de Lyra en reir.
-¡Bien, pero yo quiero ser la madrina, recuerdalo! -grito antes de entrar y buscar con la mirada a sus amigos.
-Ya quiero que ellos se casen -dijo Lyra sentandose junto a Harry.
El chico la miro con una ceja alzada mientras le ofrecia el hidromiel que habia pedido para ella.
-Lunático y Tonks -informo.
-¿Ellos? -preguntó Ron.
-Si, ¿No te diste cuenta? Estan muy enamorados, y son lindos.
Cuando terminaron de tomar, Hermione propuso regresar al colegio.
Volvieron a ceñirse las capas, enrollarse las bufandas y ponerse los guantes; luego salieron del pub detrás de Katie Bell y de una amiga suya y enfilaron la calle principal.
Mientras avanzaba con dificultad por la nieve semiderretida que cubría el camino de Hogwarts, Harry atrapo a Lyra de vuelta en un fuerte abrazo mientras metia su mano en el bolsillo de su campera.
-¡No es asunto tuyo, Leanne! -exclamó Katie, antes de que ambas
desaparecieran tras un recodo del camino.
Mirando por donde se habian ido, Lyra distinguió que Katie se elevó por los aires con una postura algo extraña, algo estremecedora... La ventisca le alborotaba el cabello y tenía los ojos cerrados y el rostro inexpresivo. Lyra, Harry, Ron, Hermione y Leanne se detuvieron en
seco, estupefactos.
Entonces, cuando estaba a casi dos metros del suelo, Katie soltó un chillido aterrador y abrió los ojos. Sin duda lo que veía o sentía le producía una tremenda angustia. No paraba de chillar. Leanne empezó a gritar también, y la agarró por los tobillos intentando bajarla al suelo. Los demás se precipitaron a ayudarla, y cuando lograron cogerla por las piernas Katie se les vino encima. Los dos chicos
consiguieron atraparla, pero Katie se retorcía violentamente y apenas lograban sujetarla. La tumbaron en el suelo, donde la muchacha siguió revolcándose y chillando, como si no reconociera a nadie.
-¿Quizas esta poseída? -preguntó Lyra y Hermione nego claramente avisandole que no era momento de bromas.
-¡No se muevan de aquí! -ordenó Harry- ¡Voy a pedir ayuda!
Lyra se giro para mirar a la amiga de Katie.
-¿No ha estado haciendo pactos satánicos o rituales? -la chica nego- ¿Estas segura? ¿Vudú?
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