Amenaza

—¿Ese es mi amor?

—Sí.

La situación pintaba así, un hombre arrodillado en el piso, con las manos atadas y los ojos cubiertos con una venda negra, temblando de miedo y sudando con la presión baja.

—Yoo… —recibió una patada en la boca que lo hizo caer al suelo.

Yoongi se agachó cerca del hombre y agarró su cabello para levantarle el rostro.

—Pedazo de mierda, tú te atreviste a amenazar a mi chico —le quitó la venda e hizo que viera a Hoseok. —Porque no te quiso dar una bebida gratis. —le dijo a unos centímetros de su cara y escupiendo en el acto.

—No-oo sabíaa que era-a su chi-ico —respondió con la sangre corriendo de su boca.

—Ahora lo sabes —lo soltó para que nuevamente cayera.

Caminó con prisa para acoger en sus brazos el cuerpo de Hoseok y lo acarició de manera delicada.

—De ahí lo esperaste al final de su trabajo y quisiste atacarlo —era un contraste entre su voz y sus caricias impartidas a Hoseok. —Y como el cobarde que eres, fuiste con más basuras como tú —dejó un beso en la frente de Hoseok y regresó al hombre tirado en el piso que temblaba de miedo.

Miró a Namjoon a un lado y este supo lo que tenía que hacer. El hombre brincó asustado, pensando que el grandulón que lo había llevado a ese lugar le golpearía.

—Le dijiste a mi chico que tenías sed y que fue miserable por no darte un poco, así que como soy un buen hombre, te daré una bebida preparada solo para ti.

Y temblando observó como el grandulón meaba en un vaso de refresco, exactamente uno con el logo que trabajaba Hoseok.

Suplicó arrodillado que le perdonen sus actos imprudentes, que, si del principio hubiera sabido que era el chico del jefe de la mafia Min, la historia sería diferente.

—Vamos gatito, no quiero ver eso —pidió Hoseok tomando la mano de Yoongi y hablándole al oído.

No le respondió, pero lo acompañó despacio y cerró la puerta, dejando atrás los gritos del hombre, porque eso solo sería el inicio de su infierno.

Porque nadie se metía con su chico y vivía para contarlo.

»ও«

Hoy me pasó algo parecido y dio pie a esto.

En mi trabajo tuve un percance con unas personas, donde me insultaron y amenazaron, sin importarles que hubieran clientes o niños.

El resumen es que me tocó llamar a la policía, porque lo único que yo les había dicho es que dejen espacio fuera de mi trabajo para que los clientes pasen.

En fin, no pasó a mayores y el resultado fue que muchos me apoyaron y no me dejaron sola ahí.

El resto, lo pensé al salir del trabajo, porque necesitaba sacar lo que sentía, aunque no hay nada relacionado qué describa una amenaza de ese tipo.

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