Capítulo XXII ● Daemon

-Esta todo bien?

-No... no lo sé...- Rhaenyra contesto preocupada, una vez que termino de leer los pergaminos en sus manos.

-Que te preocupa mi dragón?- me acerque a tranquilizarla con mi aroma, que acepto gustosa.

-Luke... me dio algunos informes y notas del Norte, pero creo que un pergamino que no estaba destinado a mi se ha colado...

-Déjame verlo- me lo dio y note que seguía siendo la letra de Luke, pero que no hablaba del Norte.

"Por qué los Targaryen hemos sido tan pocos? Por qué el rey Jaehaerys tuvo tantos hijos... él único que tuvo un vínculo especial con la ciudadela... los Hightower y los maestres...

Los maestres son en realidad nuestros aliados?

De que murió el abuelo Baelon? Por que tantas muertes en el lecho de parto? Es coincidencia? Venganza de los Dioses? O todo es planeado?

Quien esta de nuestro lado?"

-Lucerys escribió esto?- pregunte preocupado.

-Si, creo que me dijo que había estado hablando con Aemond... no pensé que estas fueran sus platicas...

-No puedo negar que me preocupa, además del hecho de que él piense en estas cosas... no es que no lo haya pensado, pero llevo mucho tiempo alejado de King's Landing.

-Le crees?- poso sus manos en su vientre- de verdad crees que nos han hecho algo? Envenenado talvez?

-Tranquila cariño- pose mi mano en su vientre- confiamos en Gerardys y tus partos siempre han sido atendidos por panteras, no debes tener miedo.

-Mi miedo me hizo actuar de esta manera... vivir la experiencia de mi madre no fue grato, pero y si... lo que le paso fue intencional? No quería a los maestres cerca porque cortaron a mi madre... pero si los hubiera dejado acercarse?

-La debilitaron... puede ser, mi padre enfermo en 5 días, mi hermano que no ha podido recuperarse... pero tu... no tenían interés en ti?- me hizo dudar.

-Estaban adorando a Alicent, supongo que solo me olvidaron.

-Pero fue un descuido, diste a luz a demasiados herederos sanos.

-Me atacaron de otras formas, me callaron ante el consejo que debe ser mio, creo que creyeron suficiente esa acción y desacreditar a mis hijos.

-Ahora estas segura y los niños también... pero Viserys...- nos quedamos en silencio un momento y después contesto como si todo fuera evidente.

-La leche de amapola... -susurro y ambos conectamos los puntos.

-La ciudadela esta en nuestra contra- no fue una pregunta, lo afirme sin miedo.

-Pero cual es el motivo? No hemos hecho más que darle poder!

-Ese es el problema, nos quieren hundir y atacar... y ahora tienen el trono en sus manos.

-Eso no es una respuesta... sabemos eso de Otto, pero no de todo OldTown o los maestres? Por qué quieren acabarnos y Otto llegar al trono?

-Puede que sean dos frentes separados, talvez solo quieren el trono por ahora... lo averiguare una vez que ataque a esos imbéciles.

-No atacarán a nadie- ordenó.

-Rhaenyra!- grite indignado

-No podemos atacar sin pruebas Daemon!

-La muerte de nuestra familia no es prueba suficiente!

-No! No hay forma de que el mundo lo crea, podemos estar seguros nosotros, pero ante los demás puede verse como una solución arbitraria en contra de lo que se supone es nuestra familia.

-Ese perro de Hightower no es familia.

-Lo sé...- froto sus ojos con cansancio y veía como su cerebro iba demasiado rápido. Me force a tranquilizarme, no debía darle más problemas de los que ya tiene- necesitamos pruebas, algo que nos de vía libre para aplastarlos y que no nos llamen Maegor.

-Si, tienes razón... lo siento.- me deje caer de rodillas y la aparte un poco de su asiento para poder recargar mi rostro so re sus piernas y poder tener cerca su vientre- tengo la sangre caliente, no lo pensé bien.

-Por eso somos un equipo Daemon- sus manos cayeron a mi cabello y empezaron a jugar con el.

-Si... el mejor.

-Me preocupa que Lucerys estuviera pensando en esto.

-Es un chico inteligente, no sé que lo llevo a ese tema, pero debes aceptar que fue hábil al llegar a estas conclusiones.

-Estará preocupado por sus futuros hijos, por el lecho de parto... por su misma vida?

-Rhaenyra... basta- detuve sus pensamientos abrazando su viente- él está bien, te entrego su informe del Norte no es así?

-Si, él no parecía distinto.

-Talvez fue una platica tonta con Aemond, lo vigilare un poco más antes de irnos... talvez él fue el detonante, con todo eso de su vínculo... ya sabes.

-Lo abra amenazado?

-No, ayer salieron al pueblo... de hecho todos parecían bastante tranquilos.

-Dioses, por que el cambio de reinado no puede ser pacifico para nosotros- suspiro- primero Otto, luego mis medios hermanos, ahora el Norte y por último la Ciudadela.

-Si tenemos suerte acabaremos con 3 de ellos una vez que tengas la corona en tu cabeza.

-Mi primer mandato no puede ser acabar con OldTown...

-Podemos desterrar a Otto y a su fiel cachorro...

-Cachorro?

-A su hija- reí al ver su sorpresa, pero no me regaño.

-Aunque lo deseo, no sé si eso sería lo ideal para mis primeros años como reina.

-No vivirán con nosotros- gruñi.

-No, espero que no... pero tampoco sabría que hacer con ellos, mi padre dejó un peso muy grande sobre nosotros y nunca hizo nada por apoyarnos o prepararnos.

-Tu Rhaenyra Targaryen eres la reina. Has sido desafiante, eres inteligente, eres noble, tu corazón se preocupa por la gente pequeña, pero eres la primera que cuestiona las leyes, las aprendes, las sabes y las honras, conoces nuestras costumbres y las respetas, pero también lo haces con la de la gente que te rodea... no te doblegas. No eres una guerrera, pero no dudarías en tomar una espada, eres una jinete de dragones, eres madre, eres esposa... tu eres digna... te amo y sé que lo harás bien.

-Lo haremos, gobernaremos como iguales- me robo un beso para sellar el trato y sin dudarlo alargue el beso.

-Aun hay tiempo, planeemos cuidadosamente esa parte después, ahora tenemos otras prioridades- me puse de pie y la ayude a levantarse.

-Y que podría ser eso?- me siguió a voluntad, tomada de mi mano.

-A las cuevas, hoy es un buen día.

-Has visto algo? Nos ayudará con nuestra visita al norte?

-Si, definitivamente.

-Magnífico, espero muchas cosas de este viaje... pero ya sabes, los niños han estado inquietos, espero que cualquier cosa que veamos, pueda ayudarnos a formar un plan para que todos estemos tranquilos.

-Muchas cosas te comento la cabeza cariño, creo que debes dejarnos a los demás algo de esa carga.

-Son mis responsabilidades, yo debería poder con ellas.

-Crees que algún rey fue a la guerra contra su propia familia, tuvo que cuidar a sus hijos, buscar la verdad de una profecía y desmantelar una conspiración contra su familia?

-De acuerdo, ahora suena ridículo

-Porque lo es, todos llevaremos nuestra carga.

-Gracias Daemon...- susurro y toma más fuerte mi mano.

-Un equipo recuerdas?

-Si... tienes razón.

La platica siguió y el recuento de los daños también, hasta que llegamos a las cuevas. Estaban un poco húmedas y trataba de llevarla por los lugares más sólidos, su vestido probablemente quede arruinado y se enojara por no advertirle, pero son gajes de estas aventuras.

Tardamos un rato en llegar a las pinturas qué había encontrado, pero ella no perdió el detalle de todo el vidriadragon que había por todos estos túneles y cundo por fin llegamos, solo escuche un profundo suspiro de asombro.

-Estas son las criaturas del otro lado del muro?- pregunto señalando los.h9mbres con pieles azules de las pinturas.

-Solo hay dibujos, no todos tienen que ver unos con otros, pero por lo que entendí en general, es sobre la pelea con estas criaturas... tiene alguna debilidad vinculada a nosotros.

-La canción de hielo y fuego... seremos nosotros... o talvez los dragones.

-Sería algo tan literal? Las profecías nunca han sido lo mio... no puedo entender del todo cual es nuestro propósito.

-Mi padre no se veía preocupado cuando me contó  sobre esto... creo que es más una tradición que quería pasar con seguridad, talvez no nos corresponda cumplirla y solo pasarla

-Solo en norte nos dará las respuestas, recuperemos el vinculo perdido y si no hay más que hacer... solo podremos seguir transmitiendo estas palabras a nuestros hijos...

-La promesa de los Targaryen...

-Por lo menos, cumplir con mantenernos unidos, aun en la guerra.

-Los dragones no deben volar solos- recito mientras pasaba sus manos por las pinturas.

-Hemos nacido en parejas Rhaenyra, nunca estamos solos...

-Un alma dividida, conectada al otro- volteo hacia mi... -talvez podremos todas las costumbres perdidas de nuestra casa...

-Creo que necesitas un respiro- la tome de los hombros y la conduje a la salida- debes soltar responsabilidades, no hacer más de ellas.

-Lo siento, creo que... solo es mi deseo por ser recordada como una buena reina.

-Eres una buena hija, una buena esposa, una buena madre, una buena princesa regente, estoy seguro que serás una buena reina.

-Que los dioses te escuchen- pidio- por que ha sido complicado llegar a este punto.

-Lo harán... y si no, me tienes a mi para poner al mundo a tus pies.

-Eso es mucho para un hombre.

-Como es esa cosa que dicen... ah si... somos los únicos que estamos más cerca de los Dioses, eso debe ser suficiente para convencerte.

-Quieres conquistar al mundo Daemon?

-Si surge el momento, claro!

-Puede que sea mi amor por ti, pero estoy segura de que lo lograrías

-Esa es plena confianza esposa, por eso seremos una pareja inolvidable- proclame una vez salimos de las cuevas.

-Primero lleguemos al trono, príncipe pícaro- me robo un beso y sonreí sobre sus labios.

-Siempre te doy lo que quieres, no es así?- Le robe otro beso.

-Siempre...

Esta pequeña muestra de aprecio hubiera terminado en una visita a nuestros aposentos, si no hubiera escuchado la voz de Joffrey a lo lejos. Rhaenyra parecía aun no ser consciente de ellos pero cuando camine un poco más a la playa, Joffrey me vio y de acerco.

-Kepā- saludo con la voz cansada- el huevo de Viserys se rompio- hablo con orgullo como si su propio huevo hubiera nacido.

-Eso es fantástico- mi propio orgullo como padre salio a flote y voltee a ver a Rhaenyra.

Ella parecía más calmada, pero igualmente sonriente. No habíamos tenido un huevo para poner en la cuna de Viserys cuando nació, pensé que tendríamos que esperar para que reclamara su dragón una vez fuera adulto, pero tuvimos suerte o fuimos bendecidos de nuevo, por que una nueva nidada por Caraxes y Syrax llego.

Que nacieran tantos dragones era un precedente en sustrato historia, nunca habían nacido tantos, era un buen presagio para nosotros... rodeados de dragones como indica nuestra casa.

No tardamos mucho en llegar a la guardería y fui directo a la cuna de Viserys, noté al dragon, tenía escamas rojas, mucho más claras qué las de Caraxes, desde su rostro hasta la cola, se volvían hacia los naranjas obscuro, pero sus alas eran negras. Sonreí que tenía un parecido curioso al cuello de Caraxes, no tan largo, pero no era pequeño y contaba con los cuernos de Syrax... una pequeña hembra, noté al verla enrollarse junto a mi hijo.

-Esta bien?- pregunto Rhaenyra, llegando a mi lado con Baelon en sus brazos.

-Si... una pequeña hembra- conteste, aun sin apartar los ojos de Viserys y su dragón dormidos.

-La primera de nuestros hijos...- sonrió y me tomo de la mano, esta vez toda mi atención estaba sobre ella- tienes un nombre para ella?

-Pensé que tu serias mejor para ello- conteste rápido y ella me miro como si supiera lo que pensaba, pero antes decir algo más, noté la sombra de Joffrey.

Él se mantenía estoico en la puerta, como si no fuera su lugar, pero su mirada lo delataba, había curiosidad... cariño y demasiada esperanza en unos ojos qué no deberían rogar lo que es suyo.

-Joff- extendí mi brazo y se acerco sin dudar- por qué no escoges tú el nombre?

-Yo? Pero... ustedes son quien...

-Todos hemos puesto nombres, creo que te toca uno- le corte y lo abrace por los hombros.

Somos de las primeras generaciones en ver tantos huevos nacer y no existía un protocolo para los nombres en estos casos... puede que los niños al crecer cambien el nombre o respeten el que tenían, Rhaenyra escogió el de su dama en cuanto pudo hablar, ninguno se atrevió a llamarla por respeto a lo que representaba esa niña, pero ahora era un poco diferente... o eso quiero creer, es como una tradición familiar.

-Entonces yo...- Joffrey se puso nervioso, pero cuando dijo el nombre, parecía un hermano mayor honorable y orgulloso- Shrykos.

-Es perfecto hijo- lo alentó Rhaenyra y lo despeine, para dar mi propia aprobación.

-Un dragón más...

-No podemos llamarlo el ultimo- río Joff y señaló el embarazo de Rhaenyra.

-Espero que esta sea una niña, por lo menos así podemos compensar -beso la mejilla de Baelon y este se rio en los brazos de su madre.

-Esperaremos a una niña entonces- nuestra primera niña...

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