CAPÍTULO II ● Jacaerys
-Jace?- me susurro Lucerys.
-Estoy bien...- contesté en automático al ver su rostro preocupado.
Aunque no lo parecía, estaba mejor que en muchos meses. Mucho mejor que cuando quede atrapado en una batalla junto a su abuelo Corlys, en comparación con aquello, esto era el cielo.
-Vamos, por lo menos come algo- pidió con una sonrisa forzada.
Lucerys y yo somos unidos, solo que... estar separados y regresar dañado... nos hizo inseparables, ambos nos conociamos a la perfección, pero el no vernos nos obligo a empezar de nuevo. Ahora era fácil hasta comunicarnos con pequeños gestos, no era sano, pero era por supervivencia, más por mi que por él, pero guncionaba para ambos, notaba que Luke también estuvo afectado aunque no fue a la batalla.
El abuelo tenia que pelear, eso era inevitable, Daemon lo acompaño y me ofrecieron ir con ellos, tenia recién cumplidos los 14, me parecía una buena idea. Quería demostrar mi valor y estaba emocionado por participar en batallas, cosas de las cuales solo había leído.
Una pelea con la gente libre y piratas? Claro. Tenemos dragones, que nos puede pasar? Si... creo que ese pensamiento me duro apenas un día.
La sangre, la vista nublada por el humo, sentir el calor tan cerca como para quemarte y tener mas miedo de lo que no puedes ver... el olor, el olor era lo peor.
-El ambiente no me da apetito- susurre viendo de nuevo a los acompañantes.
A mi izquierda estaba Aemond, que también parecía odiar estar en aquel lugar, pero tenia buen apetito, se concentraba totalmente en su plato y en nadie más; después estaba Aegon, su boca estaba pegada a su vaso de vino, juraría que si pudiera tener la botella ya estaría vacía; por último estaba su tía, Helaena, ella simplemente parecía no estar, apenas y hacia ruido al comer y su mirada estaba fija en su falda, nadie la volteaba a ver.
Después estaba Otto y Alicent, se susurraban cosas entre ellos y no dejaban de ver mal a mi familia, todo se había vuelto de nuevo tenso al escuchar el anuncio del abuelo.
Rhaenyra, madre estaba radiante. Aunque se veía tensa, no dejaba de sonreir ante su esposo, Daemon. Mi ahora padre, era una gran pareja, notaba como amaba a mi madre... almas gemelas.
Por último estaban mis primas, Rhaena y Baela, mandando miradas de odio a los Hightower, especialmente a Aemond, no eran muy discretas y ni siquiera parecían intentarlo.
Al final estaba Lucerys a mi derecha y yo a la cabeza del otro lado de la mesa de donde estaba el rey. No tenía ganas de estar aquí, como casi todos los demás, pero lo haría, aguantaría por madre.
Los aromas de todos estaban agrios, los únicos sutiles y casi agraciados eran los de Helaena y Deamon. Una por ignorar completamente el ambiente y otro por disfrutarlo con demasiado descaro.
Probablemente en cuanto el abuelo se fue, yo también debí, pero si mi madre no se movía yo tampoco, había hecho un anuncio importante y desagradable, así que seguro que tendríamos que hablar, pero no ahora y no aquí.
-Come un poco... la carne es buena- volvió a insistir Luke.
Comí algo obligado, me terminé lo que tenia en el plato y no toque nada más, agarre mi vaso y me acabe el vino de un trago, necesitaba apagar mi mente.
-Asi que si tomas Jace?- escuché las burlas de Aegon de nuevo.
-La única conversación que tienes es sobre vino? Creo que ya te atrofiaron el cerebro.
Eso logro borrar la sonrisa de su rostro, pero Daemon río disimuladamente, me sentí apoyado, aunque no quería llamar mucho la atención, así que pedí más vino y me concentre en Lucerys.
-Si ya son todos unos hombres, no les importará entrenar conmigo no?- susurro Aemond, directamente a Lucerys- aun hay una deuda que pagar.
-Te he ofrecido disculpas por aquel accidente tío, no me arrepiento de proteger a mi hermano, estoy seguro que harías lo mismo... pero lamento la cicatriz que cause.
-Un ojo Lucerys, no solo fue una cicatriz- gruño.
-Dijiste que era una deuda pagada, te quedaste con el dragón que tanto deseabas- intervine enojado, era el mismo tema de nuevo- pagaste por esa decisión.
-Soy un Targaryen, tenía derecho a reclamarlo.
-No a ese dragón- reitere.
-Y entonces a cual? Debía seguir esperando a que ustedes murieran?- bajo la voz para que solo nosotros escucharamos, pero ya se sentía la tensión en toda la mesa.
-Ibas a tener a tu dragón...
-Basta Jace, él tomo su decisión- interrumpió Luke, apretando sus manos. Era su secreto, no diría más.
Una fatídica noche empeoro toda relación que manteníamos con nuestros tíos, aun guardo con recelo los recuerdos de nuestra infancia, los admirabamos, eramos los cuatro y los demás... pero por esa estúpida decisión de Aemond.
Podía esperar un poco más, probablemente una noche y Lucerys le hubiera dado lo que tanto deseaba, de buena fe y sin lastimar a nadie... pero era egoísta... todos lo éramos.
-Bien...- escupi con odio, pero me detuvieron.
-Oh no, por favor iluminenme, algo bueno iban a hacer nuestros pequeños Strong?
-Vamos, vamos... estamos celebrando, no debemos meternos en un conflicto cuando llevamos tanto sin vernos.- le pidio Aegon, esto ya no estaba siendo una broma.
Los mayores estaban atentos ante cualquier inconveniente, notaron el cambio y no querían que esto se saliera de sus manos.
-Vamos chicos, comportense- dijo Otto.
-Si, seguro será divertido tener a todos juntos- se burlo mi padre y madre le dio un leve golpe.
-Entonces sobrinos- Aegon empezó de nuevo la conversación-. Aunque fingen bien, aun no han crecido mucho- se burlo, después de un rato, cuando los mayores volvieron a su mundo.
Rode los ojos, no era el primero en decir aquello, no eramos tan altos como ellos y la complexión, aunque tenemos buen físico, no teníamos el cuerpo que presumiria Deamon.
No era necesario tener ese cuerpo, lo sabíamos, pero tampoco era muy normal el físico que tenemos... omegas. Nuestro cuerpo tenía otras características por nuestro genero, era normal el como crecimos, pero era un secreto familiar.
No podíamos arriesgarnos a que se sepa aquello, porque tendrían una razón más para juzgarnos, para poner en duda nuestro reclamo como reyes.
Para los Targaryen que tanto han repudiado poner en el trono a una mujer o a un omega, aquí estamos. Cuando me presente como tal, estaba realmente emocionado, Aenys fue rey y omega... pero bueno los 7 lo juzgaron junto a Maegor y provocaron su muerte, no me duro mucho la emoción y a mi madre tampoco.
Lo escondemos bien, pero vivir juntos con nuestros tíos... eso no se ocultara por mucho tiempo y seguro abrirá la puerta a otro problema más.
-Estamos creciendo bien tío, gracias por la preocupación- contesto Lucerys en mi lugar.
-Si? Ya son todos unos hombres entonces... ya lo has usado?
-Usado que?- cuestione.
-Ya sabes... lo que tienes entre las piernas.
Frunci el ceño, se estaba burlando de mi? Enfrente de su familia?
-No creo que esa información sea relevante.- repliqué.
-Oh por favor Jace, por lo menos sabes donde meterla verdad?
-Aegon!- regaño su madre.
Afortunadamente los adultos seguían hablando entre ellos, solo prestaron atención hasta que Alicent le llamo la atención.
-Todo bien?- pregunto mi madre, más como amenaza, que con interés.
-Todo bien hermana...- Aegon no volteo a verla en ningún momento, su mirada había caído en cuanto Alicent le regaño.
No parecía derrotado, solo frustrado. Él también había cambiado... lo recuerdo más alegre, picaro, las burlas nunca faltaban estando a su lado, si quisiera pensar más en ello hasta podría decir que el grupo de 4 que eramos, pasaba mayor tiempo con él.
Era bueno con la espada, ágil... no el mejor para cargar de frente con un caballero, pero listo para contra atacar. Hábil con las manos... robaba cualquier cosa que quisiera comer sin ser descubierto, y se escapaba fácilmente si no quería ser encontrado.
Bueno con los estudios, él me ayudaba con mi Valyrio... pero flojo, le gustaba pasar más tiempo conociendo el castillo o jugando con nosotros, que estudiando.
Ahora era diferente, físicamente se veía diferente, no solo por los años, se veía cansado y su aroma estaba podrido... su ropa apestaba a alcohol y probablemente otros aromas restregados en su ropa.
Su fama de promiscuo tampoco fue pasada por alto, pero regresando de la guerra no era que me importara... solo lo sabía, pero verlo era diferente.
La música siguió, las platicas se volvieron a dividir, pero no por mucho, claro que Alicent debía de ser un poco más el centro de atención, después de aquel regaño.
Algo volvió a mencionar de un compromiso entre Aegon y Helaena. Cosas de que era lo mejor y que seguro el abuelo lo aprobaría, pero los nombrados estaban incómodos y de ambos solo una me caía bien.
-Tía... quieres bailar- me levanté y fui a su lado, extendiendo mi mano. Ya no soportaba el ambiente en la mesa.
-Si...- acepto de inmediato y me siguió
Nos posicionamos y los músicos cambiaron la balada para nosotros, apartados de la mesa donde todos estaban tensos, esperando cualquier acción para explotar y no tardo.
-Estas bien?- pregunté en susurros.
-Ya estoy acostumbrada, estoy bien.
-Si no quieres casarte puedes decirlo. Lo sabes... verdad?
-Conozco a mi madre Jace, no se rendirá...
-Bueno... podemos hacer una locura, huir y casarnos -sonrió ante mi tonto plan, sabía que no era posible, pero hacerla reír lo valía.
-Tampoco estas libre de casarte- ella empezó a guiar el baile y la deje, yo solo la seguía- no con una alpha.
-Lo intente...- le reste importancia.
-Encontraras a la persona indicada... un reinado bueno te espera.
-Aun falta mucho... espero.
-Espero también...- la platica acabó y ahora solo nos balanceabamos sumidos en nuestros pensamientos.
Hasta que vi que trajeron un lechón a la mesa, que no vi hasta que escuche la risa de Lucerys. Algo que no paso desapercibido para Aemond y con un golpe estridente, se levanto de su asiento y tomo su copa; la musica se detuvo y todas las miradas cayeron sobre él.
-Un tributo final, por la salud de mis sobrinos. Jace... Luke...- detuvo su mirada en este último.- y Joffrey... atractivos, sabios y como su padre... fuertes.
-Aemond- le susurro su madre preocupada.
Mi madre estaba desconcertada, después de su anuncio creeriamos que esta cena terminaría en paz, después de todo viviríamos juntos, pero no... no podíamos fallar en un enfrentamiento.
-Vamos! Vaciemos nuestras copas por los tres jóvenes Strong- continuó Aemond.
-Te reto a que lo digas otra vez- lo encare.
-Por qué? Solo fue un cumplido- empezó a caminar hacía mi- no te consideras fuerte?- le golpee la mejilla con el puño cerrado.
Lucerys reacciono rápido y se levanto, pero Aegon se levanto para interponerse, lo empujo y le tomo por los hombros para golpearlo contra la mesa.
-Jace!- madre advirtió.
-Ya basta! Deténganse!
Aemond rio por el golpe, sin siquiera moverse me empujo de regreso, los guardias reaccionaron, pero solo nos detuvieron a Luke y a mi. Alicent por su lado se acerco a Aemond colérica.
-Por qué dirías algo así frente a estas personas?- susurro mientras clavaba sus uñas en el brazo de su hijo.
-Yo solo expresaba lo orgulloso que estoy de mi familia, madre.- se soltó de su brazo y volvió hacia nosotros- Aunque parece que mis sobrinos no lo están tanto de la suya.
Logre soltarme, pero Daemon me detuvo. No dijo más, se paro frente a nosotros y madre, con una pose altanera y estoica, mirando fijamente a Aemond, este no bajo la mirada, pero su cuerpo claramente le advertía que enfrentarse a su tío, no era la mejor opción, así que solo se retiró en silencio.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top