Capítulo XV ● Alicent
Madre...
Aemond esta enfermo, pero esta bien, lo están cuidando y probablemente cuando te llegue esta carta él estará practicando con la espada de nuevo.
A él le gusta escribirte, aunque no hay mucho que contar, él encuentra cualquier cosa como un buen tema de conversación, creo que por eso Aegon y yo no escribimos tanto.
Me he divertido aquí, los jardines de Aegon son tan místicos como los describen en los archivos, puedo ver muchos insectos ahí y también puedo leer, hay muchas cosas sobre mi dragona, en general aquí hay mucha información de dragones.
Sabias que Jaehaerys solo le daba dragones a su línea directa de herederos? No muchas mujeres pudieron tener un dragón... creo que tuve suerte, Rhaenyra probablemente sería la única que tendría un dragón, pero padre tiene un corazón vulnerable, ahora hay muchos jinetes.
Rhaenyra tiene el favor de los 14... los dragones han nacido en abundancia desde su nacimiento, ella tiene un vínculo especial con ellos y me gusta, es raro que alguien quiera hablar conmigo sobre esto, pero me escucha, como tu me escuchas hablar de mis insectos.
Creo que me desvíe del tema. Estamos bien, Aegon esta bien, aunque creo que se aburre mucho, no tiene las calles de seda para huir.
Seguramente Aemond volverá a escribir, así que nos vemos en un tiempo, no lo molestes mucho.
Helaena.
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-Y ya? Eso es todo lo que esa niña ha podido decir?- la voz de mi padre me decepcionó. Para él nunca nadie hace lo suficiente para su gran plan.
-Solo esperemos a Aemond, sabemos que ella no dirá nada que no sea de su interés.
-Y Aegon? Pensé que causaría tantas molestias como aquí, que lo regresarían inmediatamente- se quejo dando vueltas sobre la mesa donde me mantenía sentada- pero nada... nadie ha dicho nada de él. Acaso Aemond no debió de darle vino y cerveza ya?
-Aemond pocas veces ha enfermado, pero cuando lo hace se aleja y no sale de sus aposentos, no puede hacer mucho en su condición.
-No estas preocupada? Y si lo envenenaron?
-Padre, tu mismo lo dijiste- suspire. Mucho me había costado aceptar esta alocada decisión, para que meta más miedos en mi- si mis hijos no regresan a salvo, una guerra inmediata será hecha y nadie se opondria a nosotros, no se permitirán esas ventajas.
-Lo se...- por fin se sentó frente a mi- de solo que no puedo dejar que arruinen años de trabajo, hemos hecho mucho por ellas para que todo acabe así.
-Ellos buscan mi consejo, cuando llegue el momento, actuaremos padre.
-Debemos actuar ahora, la princesa Rhaenys no está aquí para ayudar a nadie más que a Rhaenyra, crees que va a apoyarnos? Hay que sacarla- ordenó, pero esta vez más tranquilo- además debemos encontrar una manera de regresar a rus hijos, Viserys ya esta cansado de nuevo, que regrese a sus aposentos y sigue dándole leche de amapola.
-Lo dormirás de nuevo? Ya viste el daño que le esta haciendo? Ya no siquiera podía formar una oración coherente. Desde que vino Rhaenyra y la dejó, mejoro un poco.
-No necesitamos a Viserys, hemos gobernado bien. Además es un acto de misericordia, su cuerpo ya no está en condiciones para nada.
-Pensé que si, pero verlo de nuevo en el consejo... quizá podemos esperar un poco.
-Alicent... no hay tiempo, Rhaenyra tiene a tus hijos, que crees que fue eso?
-Ella está desesperada, eso es todo.- refute- no tiene nada en su estrategia contra nosotros, no debemos apresurarnos, tu mismo lo dijiste.
-Así es y por eso debemos mantener a Rey en descanso, aun no puede morir. El duerme y nosotros sacamos a la princesa Rhaenys...
-Y el consejo vuelve a nuestras manos.
-Entiendes rápido mi niña- tomo mis manos sobre la mesa y me sonrió- sabes que todos estos sacrificios los hacemos por el reino.
-Si padre...
-Bien. Busca al maestre y yo daré el aviso a Rhaenys.
-Estas seguro de que se irá?- dudaba mucho que una mujer como ella, baje la cabeza ante cualquiera.
-No podrá hacer nada, talvez no se vaya de King's Landing, pero no interferira con el consejo.
-Ya veo. Bien, buscaré al maestre...- me puse de pie y me encamine a la salida.
-Alicent...- me detuve ante su voz- recuerda que hacemos esto para proteger al reino.
-Si padre...- hice una reverencia y salí de ahí.
No preste atención a Ser Criston cuando me siguió, pero sentía su presencia a mi lado. Mi mente estaba divagando en las palabras de mi padre, siempre he confiado ciegamente en él, pero no dijo eso último como un recordatorio, si no como una advertencia...
Un sacrificio necesario. Mis hijos eran ese sacrificio? No, Aegon sería rey, eso no era un sacrificio, es un gran honor, el reino tendrá prósperos años después de eso, pero... ¿Qué tan segura puedo estar de eso?
Ciertamente él solo es la cara, mi padre y yo gobernaremos como lo hemos hecho todo este tiempo, verdad?
No hay un sacrificio, solo el deber.
-Mi reina?- Ser Criston me llamo más fuerte de lo habitual.
-Dígame Ser?
-Sus aposentos no son en esa dirección.
-Ah... si. Debo visitar al maestre.
-Se siente mal?
-No, es sobre mi esposo.- frunció el ceño por un segundo, pero lo elimino rápidamente.
-Algo pasa con el rey? Es un problema si sus hijos permanecen con esa puta de Rhaenyra.
Detuve mis pasos y lo mire con frialdad, Sir Criston era leal, era un hombre al que aprecio demasiado, pero a veces olvidaba su lugar y valga la redundancia, el lugar donde hablaba.
-Le recuerdo Sir, que sus palabras pueden ser tomadas por traición.
-Lo siento, me excedí- se disculpo de inmediato y regreso a mi lado.
-Lo digo por su seguridad- empece a caminar de nuevo- las cosas están cambiando de nuevo desde que Rhaenyra vino.
-Esa mujer solo trae desgracias.
-Espero se equivoque en sus palabras, recuerde que ella tiene a mis hijos.
-No quería inquietarla mi reina, pero todo estaba bien hasta que ella vino.
-Lamentablemente fue nuestra culpa, debimos saber que no bajaría la cabeza y aceptaría que le robaran a su bastardo algo que ella cree que es suyo.
-Ella es como una araña que lleva a todos bajo su red mi señora, no debe culparse.
-Fueron planes de mi padre, él cree que un hombre del mar es el mejor indicado para tomar Drinfmark.
-Y para asegurar una alianza- completo la idea.
-Así es, pero ya no importa. Él está muerto, el plan también y Lord Corlys despertó, no importaba el resultado, nos haríamos amigos de los Velaryon.
-Y la esposa de Lord Corlys? Ella no era una opción?
-A que re refieres? Olvidas que es una Targaryen? Y una mujer a la cual también le quitaron el trono... nunca estará de nuestro lado.
-No sé le pedirá permiso y mucho menos ayuda, solo un trato justo, una alianza.
-Demasiado tarde mi buen caballero, ya se declaró a su favor y protegío a ese niño, no hay más alianzas.
-Pero una boda es algo bueno, le dará su favor. Una de sus nietas casada con un Príncipe Targaryen, es un honor y...
-Espero no volverlo a escuchar hablar del tena Criston- los dedos de las manos se me enfriaron, sentí la boca seca y la necesidad de morder mis uñas. Mi padre no podía escuchar esta locura, porque estaba muy segura de que él aprobaría esto.
Una aberración lo que escuche, nietas de Rhaenys? Acaso había olvidado de quien son hijas? Por quien fueron educadas? Esas moscas iniciaron la pelea que terminó en la mutilación de Aemond. No... no habrá unión.
-Su majestad, debería considerarlo, le dará los barcos de los Velaryon a su favor y...
-Dije que basta!- le grite- no quiero a esas mocosas cerca de mis hijos, fueron educadas por Daemon lo olvido? Es más probable que nos apuñalen antes de aceptar un matrimonio.
-Yo... no lo pensé, lamento mi atrevimiento.
-Eso espero, no quiero hablar de nadie de ellos por ahora.
-Como prefiera...- eso acabo la conversación y justo a tiempo para entrenarme al maestre
-Maestre Orwyle- le llame y el hizo una reverencia antes de hablar
-Necesita algo mi reina?
-Si, mi marido ha tenido dolor y quisiera que retomará la leche de amapola.
-Oh...- desvío la mirada.
-Sucede algo?
-El rey... ha ordenado que sea la princesa Rhaenys quien le de la leche, no quiere perder sus pensamientos.
-La princesa Rhaenys?- mi padre no estará contento.
-Si mi reina, le notificamos hace una quincena que los curanderos de Daemon llegaron y han sido cuidados por la princesa Rhaenys, se me permite llevar la leche, pero no mucho más.
-Padre sabe de esto?
-Más o menos?- el maestre se veía temeroso- por el momento quiero conservar mi vida a enfrentarme a una señora con dragón
-Lo entiendo Orwyle, no se preocupe, pero debemos encontrar una forma.
-Rhaenys debe salir en algún momento.
-Siempre hay un guardia y se le informa todo a ella.
-Yo soy la reina, talvez pueda dar la orden y lo dejen.
-No quiero ofenderla mi reina- el maestre parecía nervioso- pero no parece ser como siempre, están más alerta y... aunque la princesa Rhaenys es diplomática y seria, no se ha tocado el corazón para no amenazar sutilmente con su dragón.
-Con que derecho!- maldita sea, malditos Targaryen y sus bestias.
-Parece ser que su argumento es que la princesa Rhaenyra ha dado la orden de cuidar a su padre de cualquiera y de cualquier forma.
-Su palabra no está arriba de la mía.
-Es una orden como heredera y fue respaldada por el rey, lamentablemente si puede pasar por usted esta vez.
Maldita Rhaenyra.
-Hablaré con mi esposo- no dejaré que me pase por alto, sigue siendo una mocosa rebelde y no puedo dejar que Viserys este en mi contra, no ahora- prepare la leche, lo convenceré.
-Como ordene- hizo una reverencia y se retiro.
-Como se atreve?- reclamé a la nada, pero recibí respuesta.
-Sigue siendo una perra engreída.- contesto Criston.
-Algo esta mal, como en solo unos días logro tener poder aquí?- no tenía cabeza para detener las palabras de mi caballero jurado.
-Pregunto sobre la reunión del rey y Rhaenyra?
-Si, pero no ha querido decir nada.
-Debería insistir mi reina, creo que de ahí viene el problema.
-Si, volveré a preguntar.
Llegamos a los aposentos del rey. Ser Criston se quedó fuera y mi entrada fue anunciada, recupere mi sonrisa para poder tener el favor de Viserys en esta ocasión, pero me decepcione demasiado rápido al ver a la princesa Rhaenys a su lado.
-Mi reina- me saludo, pero no se puso de pie y apenas me volteó a ver.
-Princesa- regrese el saludo y fui al otro lado de la cama de Viserys- esposo.
-Alicent... acabo la junta del consejo?- pregunto Viserys y me puse algo tensa, el hecho de que pudiera hablar ya era un logro, pero que su mente estuviera en algo más que en el dolor, significaba que estaba estable.
-Si, acabo pronto, el reino está estable.
-Ya veo, Rhaenys me ha puesto al tanto.
-Espero que estemos a la altura de sus expectativas princesa.
-Dejando el tema de que no pueden tomar decisiones, creo que hacen bien teniendo platicas Inútiles en el consejo, como siempre.
-Rhaenys-la detuvo Viserys.
-Sabes que no miento, haces lo mismo estando en ese consejo.
-Dejemos de hablar de política- pidió Viserys- a que has venido Alicent?
-Me informo el maestre de tus dolores esposo.
-Qh si, pero con un buen descanso me recupere. Los curanderos de mandaron mi hija y Daemon me han ayudado y Rhaenys ha sido muy amable en hacerme compañía.
-Eso veo majestad, talvez tenga tiempo para mi también?
-Siempre Alicent, pero pensé que disfrutabas más tu tiempo en el consejo o con tus damas.
-Puedo hacer ambas.
-Se ve nerviosa, reina... hay algo que le moleste.
-Nada en especial, solo... puedo hablar un momento con mi esposo?
-Lo estas haciendo- replico Viserys confundido.
-A solas...
-Claro, esperare a fuera.
-No tiene porque, puede ir a descansar...
-No sé preocupe por mi, aun tengo asuntos que tratar con mi primo.- se puso de pie y camino a la puerta- esperare afuera.
Apenas salió, se formó un gran silencio. Necesitaba cuidar mis palabras y convencer a Viserys a mi favor, no podemos perderlo, no ahora.
-Viserys...
-Que sucede?
-Mi rey, solo quería ver que todo estuviera bien.
-Por qué no lo estaría?
-Bueno... tener gente desconocida en el castillo, y que se ocupen de ti, es extraño.
-Se clara Alicent.
-No confío en esos curanderos.
-Por qué? Fueron mandados especialmente para mi, que hicieron para que dudes tanto de ellos?
-Ya tenemos un gran Maestre, no sé que pasa contigo, no confías en él?- quise presionar un poco más.
-No hay nada de malo en escuchar otras opiniones y como has visto han sido para mejor.
-Caíste en cama de nuevo.
-Aunque quisiera que ese curandero haga milagros, mi cuerpo ya no es lo que era- suspiro- me canso rápido, pero me siento mejor que en muchos años.
-Entonces... solo te pido que no hagas a un lado a nuestro maestre, me ha dicho que niegas los remedios qué te ofrece.
-Por que él solo me ofrece leche de amapola- note que empezaba a irritarce, si se enoja no ganaré nada para después- no necesito nublarme la mente.
-Lo hace por tus dolores, acaso no se ha preocupado por ti todos estos años?
-Lo escucharé- sonreí- pero no tomaré nada, escucharé su opinión y es todo, si creo que me favorece lo haré.
-Mi rey....
-Eso es todo? -me mordi la lengua para no replicar- como están los niños?
-Creo que bien, Aemond enfermo, pero Helaena dice que no es nada grave.
-Ya veo, salúdame a Helaena en tu próxima carta.
-Lo haré- de nuevo la platica cayó en silencio, no tenía nada más que decir.
-Algo más?
-No, creo que no- tendríamos que pensar en algo más- descansa Viserys, vendré después.
-Bien, descansa.
Me despedí y salí. Afuera encontré a mi padre discutiendo con Rhaenys, ella sonreía y parecía casi burlarse de mi padre, él cual aunque mantenía su cara serena, notaba como apretaba la mandíbula.
-Todo bien?- pregunto Rhaenys, cuando se dio cuenta de mi presencia. Me estaba cansando que todos preguntaron lo mismo.
-Si, y usted?
-También, solo le dejaba a su padre algunas cosas claras.
-Solo era una sugerencia- intervino mi padre.
-No recibo sugerencias de cualquiera Otto.
-Princesa!- me exalte.
-Si ya acabaron, seguiré hablando con mi primo- no se despidió. Entro y nos cerro la puerta.
Contuve mis palabras y avance a mi habitación, seguida por mi padre y sir Criston.
-Creo que no te fue mejor que a mi, verdad?- pregunto mi padre igual de frustrado.
-Había olvidado, que tan superiores se creen estos Targaryen.
-Pero eso es lo que nos ha dado ventaja.
-De que hablas? Solo nos humillan!
-Baja la voz- me tomo del brazo y me llevo apresurado a mis aposentos, una vez dentro me hablo- no dejes ver que te afecto su actitud, no les des ese placer.
-Son insoportables.
-Como ya dije. Es nuestra ventaja, como crees que hemos llegado hasta aquí?
-A que te refieres?
-Sentirse indestructibles es lo que nos da ventaja, no ven todo lo que deberían.
-Y eso es?
-Crees que la enfermedad de Viserys no se cura por casualidad?- me quedé sin palabras al comprender lo que decía- tardo años claro, creo que la parte de que los Targaryen son más fuertes que una persona normal es cierta, pero no son invencibles.
-Ellos... nunca sospecharon?- pregunte con cautela.
Mi padre siempre ha sido ambicioso, pero no esperaba esta confesión. Matar a un hombre? A su supuesto mejor amigo? Supongo que entiendo el propósito, pero eso me ponía a mi en peligro. Como puedo argumentar que no me pasara lo mismo? Sería capaz?
Si... estoy segura de que lo haría, yo lo haría.
-No, nunca. Por eso estoy tan seguro de que tenemos otras opciones.
-Y cuales son?
-Ya que no lo tomara como medicina, ocultemoslo en otro lado, como dije, nos sirve vivo, pero no consciente.
-Y Rhaenys?
-Si sigue yendo al consejo ignoremosla, se cansará y si tenemos un tema importante que tratar mandemos cartas.
-De acuerdo.
-Hasta que Viserys duerma, mantenla aquí, quizá ponla de tu lado, ya veremos.
-Si, solo... no lo mataremos verdad?
-No querida, él morirá cuando sea su hora- un último escalofrío recorrió mi cuerpo, pero no pide hablar de nuevo... no podía ponerme a mi padre en contra.
No ahora... cuando el trono esta tan cerca y podremos evitar que el reino caiga en manos de Rhaenyra o peor... Daemon.
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