CAPITULO 48
(Segunda parte)
Owen y yo nos encontrábamos solos, la reina insistió en que durmiéramos separados pero no quería estar sin la compañía de mi demonio, por la manera en que Frenan me devoraba con la mirada, temía que se metiera de improvisto en mi lecho e intentara violarme.
-¿Qué piensas de todo esto? –Owen se acuesta a mi lado, sobre unas pieles, cuyo pelaje es suave y confortable.
-¿Te refieres a nuestro cambio de cuerpos o a estar aquí? –Respondo hastiada con la situación.
-Ambos. –Contesta con la vista perdida en el techo de paja.
-Ni al caso, si me pongo a pensar en ello me da migraña.
-Es extraño verte dentro de mí, aunque estando en el tuyo me dan unas tremendas ganas de explorarte. –Sonríe con picardía.
-Ni se te ocurra. –Le advierto.
-Ummm, me pareció interesante, es todo.
Lo fulminé con la mirada, quería regresar a mi cuerpo, desesperadamente.
Gritos nos despertaron, me enderecé de inmediato, imitándome Owen, salimos a inspeccionar.
-Están aquí. –Nos avisa Nuva._Llevamos a la gente a un lugar seguro.
-Bien, averigüemos a quiénes nos enfrentamos. –Mi demonio y yo, corrimos en contra de las mujeres que se alejaban para protegerse, nos topamos un ejército de criaturas que no tengo como describir. Humanoides es la palabra que resonó en mi interior. Altos y delgados, huesudos, su piel de un color tierra, largas uñas, sin cabello, ojos negros y una línea como boca con diminutos colmillos como un tiburón que se mostraban amenazantes.
Usaban una clase de varas que disparaban fuego, la aldea ardía a nuestras espaldas. Miré a Owen quien leyó mi pensamiento, ahora podía trasladarme sin dificultad de un lugar a otro, así que desaparecí y me presenté justo en frente de la comitiva, formé esferas de energía dejándolas ir en contra de ellos, cayendo uno a uno con la sorpresa reflejada en su expresión. Pude ver de reojo a Owen hacer lo mismo.
Las criaturas salieron huyendo espantadas, sorprendidas ante nuestra presencia, debo admitir que es divertido tener los poderes de Owen, no digo que no me agraden los míos, pero es una sensación diferente. Creímos que se habían marchado pero se reagruparon y de entre ellos salió nada más y nada menos que Tamiel. Así que él era el gran hechicero, dentro de la ignorancia de estas personas, lo veían como un ser superior, ya que no entendían sus habilidades.
-Vaya, vaya. –Repitió. -¿Qué tenemos aquí? –Sonrió extendiendo sus negras alas a los lados. Aunque Tamiel no era para nada de mi gusto, había un oscuro atractivo dentro de él.
-Así que eres tú el que está causando problemas. –Le hablé pero me ignoró, ya que su atención recaía en Owen, o debería decir en mí.
-Hermosa Jade, sigues en mala compañía.-Pronuncia y me ve con malicia, o más bien, ve a Owen con malicia.
Intercambio una mirada con mi demonio que luce frustrado, al momento me materializo junto a él.
-¿Qué haces aquí? –Le pregunta Owen colocándome a sus espaldas, en un acto protector.
Tamiel nos examina frunciendo el ceño, tratando de ver qué no está bien.
-Lo mismo podría decir yo. –Nos miró a ambos.
-Dale las gracias de eso a Yeialel. _Espeto molesta.
-Jade. –Me llama Tamiel y de inmediato contesto: -Sí. –Cerrando la boca ante mi error.
-Ya sabía que algo no estaba en orden, ¿Cómo sucedió eso? Que divertida situación. –Sonríe observándome a mí.
-Los ángeles tienen un pésimo sentido del humor.-Me vi respondiendo.
-Basta de tonterías. –Expresó Owen impaciente. -¿Qué demonios haces aquí Tamiel? ¿Cuál es tu interés en este mundo?
-Eso no es de su incumbencia. Solo recibo órdenes.
-¿De quién? –Ahora fui yo la que habló.
Sonrió sin ganas y nos miró con el rabillo del ojo, vestía pantalón y una gabardina negros con una camiseta gris oscuro.
-Como sea, esta conversación me empieza a aburrir, así que.... –De la nada comenzó a lanzarnos bolas de energía, apenas nos dio tiempo de esquivarlas. Es obvio que Tamiel es más fuerte que Owen y yo juntos, ya se había comprobado en la India, pero teníamos una misión que cumplir, de lo contrario nos estancaríamos aquí, y deseaba con todas mis fueras, regresar a mi cuerpo.
-Owen forma un escudo.-Le indiqué. –El aludido no supo a qué me refería, lo noté en su expresión. –Concéntrate. –Hablé en su mente. –Él lo hizo o al menos lo intentó sin éxito.
Tamiel movió sus manos a los lados y fuimos lanzados de espaldas a una considerable distancia, el golpe se estampó en mis pulmones, sacándome el aire por un momento. Nos pusimos de pie, ¿Cómo vencerlo? Y es cuando la loca idea cruzó por mi pensamiento.
-Unamos fuerzas. –Sugerí.
-¿Qué? –Tamiel lanzó una esfera de gran tamaño que nos tomó desprevenidos, una pared de energía nos cubría, Owen logró alzar un campo de fuerza.
Coloqué mi mano en su hombro concentrándome, cerré los ojos, sentí el poder dentro de mí, lo dejé fluir, liberándolo, empujándolo hacia afuera, sentí un hormigueo en mi brazo que se extendió a mi mano y al abrir los ojos, vi como una corriente oscura se trasladaba hacia Owen. Él me miró boquiabierto pero captó lo que intentaba hacer. Asentí con la cabeza y mi demonio retiró el campo de protección, formó una gran esfera, la dejó ir contra Tamiel, que la recibió cubriéndose con sus brazos. Los que estaban a su alrededor se convirtieron en ceniza y él fue expulsado pegando contra un árbol, que se partió al impacto, quedando inconsciente y con sus ropas quemadas.
-¡Eso ha sido increíble! –Exclamó Owen emocionado, abrazándome.
–Quisiera besarte, y no es que yo no me ame a mí mismo, pero sería extraño. -Claro que comprendía a qué se refería.
Caminamos hasta donde Tamiel se encontraba inerte, sabíamos que no estaba muerto, pero al menos, fuera de combate.
-Bien hecho. –La voz de Yeialel nos exaltó como de costumbre.
El cuerpo de Tamiel desapareció y ambos la miramos anonadados.
-Esta prueba se trató de dos cosas. La primera es reconocer lo que es estar en el lugar del otro, y la segunda, aprender a trabajar en equipo. Han superado todas las pruebas, son merecedores de encontrar la última llave.
-"Todas las pruebas" -Repito con el ceño fruncido.
-Tómenlo como un combo. -Yei nos sonrió con dulzura.
-Al menos algo positivo resultó de esta locura. -Dije más tranquila.
-¿Por qué dijiste encontrar? Pensé que al acabar las pruebas nos entregarían la séptima llave. _Cuestiona Owen.
-No, lo lamento, yo no impongo las reglas.
-¡Genial! –Mi demonio lucía de verdad enojado.
-No te olvida algo. –Le señalo a Owen y luego a mí.
Yeialel sonríe y es cuando sucede, siento un mareo y estamos de regreso en la casa del Limbo. Veo a Owen de pie junto a mí, y me refiero al verdadero Owen, corrí hacia el espejo y cuando vi mi reflejo, mi propio reflejo, toqué mi rostro con la alegría desbordándose por todo mi ser.
-Somos de nuevo nosotros. _Enunció Owen igual de complacido que yo.
Nos abrazamos y nuestros labios se encuentran, aprisionando su boca con necesidad, sintiendo el conocido vacío en mi estómago, todo regresaba a la normalidad.
-Casi haces una conquista con la reina Frenan. –Se burla, pegando su frente con la mía.
-No es gracioso. –Pongo los ojos en blanco.
-Sabes que me apetece. –Me susurra al oído, poniendo mi piel de gallina.
-No, dime.
-Explorarte.
Un escalofrío me recorrió desde la nuca hasta los pies.
Le sonreí, él me tomó entre sus brazos colocándome sobre la cama. –Me gusta más la vista desde esta posición. –Sus labios se curvan, buscando los míos y fundiéndose en un apasionado beso.
*********
Hola, bueno, un poco cortito pero era eso o dejarlos sin nada. Esta semana ha sido de locos con el trabajo y ya estoy en exámenes en la U.
Espero les haya gustado el capítulo.
Besos y abrazos. 😘🤗
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