CAPITULO 36
Me dirigí a la recamara de mis padres, mamá le cambiaba el pañal a mi hermano, no entiendo como alguien tan pequeño expulsará tanta fetidez. Se encontraba sola.
-Hola amor ¿Cómo dormiste? -Me preguntó sonriendo.
-Bien. -Contesté sin ganas.
-Sé que esto es difícil para ti cariño. -Me mira con comprensión a través de sus dorados ojos.
-Puedo hacerte una pregunta.
-Claro. -Me sonrió
-¿Qué sentiste cuando te comentaron sobre mi destino? Es decir, no había nacido y ya sabías que yo tendría un papel importante en hechos que pueden cambiar el giro de la historia. _Sonrío con amargura.
-No nos dio muchos detalles, se limitaron a que supiéramos lo necesario, por eso nos empeñamos en prepararte física y mentalmente para lo que se avecinaba, hubiera preferido que tuvieras más madurez para sobrellevarlo.
-Me siento perdida mamá. -Dos traviesas lágrimas se deslizaron, tratando de controlar la opresión que llevaba en mi pecho.
-Lo sé amor, yo también me sentí así incontables veces. Pero algo debes saber, después de la tormenta, viene la calma. Sé que tomarás la decisión correcta, creo en ti Jade, y no solo porque eres mi hija, sino porque eres fuerte, valiente, y decidida. -Sonríe para sus adentros. -A la vez, noble y justa.
-Quisiera tener esa confianza que tienes en mí. -El llanto quería hacer su gran aparición pero ya estaba cansada de llorar, eso nada resolvía.
-Lo harás bien. -Con la mano acarició mi cabello. Recosté mi cabeza en su hombro, mientras ella plantaba un beso en mi frente con dulzura. Tenía que reconocer que nos estábamos llevando mejor y eso me alegraba.
**********
¿Cómo te quitaste el aro?
-Pregunta Adriel enfadado.
-No fui yo. -Conteste cansada de tener que discutir con él todo el tiempo. ¿Deberían de cambiarme de tutor? Adriel resulta un verdadero dolor de cabeza.
-¿Entonces quién? -Arquea una ceja.
-Anael. -Me limito a decir.
No contestó, se quedó mirándome pero él sabía que yo no mentía, los ángeles tenían la capacidad de reconocerlo.
-¡Carajo! -Exclamó frustrado. -Yo solo hice lo que consideré correcto. -Se disculpa.
-Adriel, empezamos con el pie izquierdo, ¿Crees que podamos hacer una tregua? Es desgastante pelear contigo las 24 horas del día.
Se cruza de brazos y me mira, sus ojos grises me escudriñan analizando lo dicho.
-Escucha. -Continúo. -Sé que he actuado de forma precipitada, pero esta vez haré las cosas bien. ¿Puedes darme algo de crédito? Por favor.
-¡Qué rayos! Yo también he sido un asco de tutor, me extraña que no me hayan suspendido y te asignaran a alguien más. Soy un fraude Jade. -Pasa las manos por su rostro y me mira afligido.
-No digas eso. -Trato de consolarlo.
-No me justifiques, de lugar de brindarte consejo y apoyo, te he dado la espada todas las veces que has requerido asesoramiento, ¿En qué clase de tutor me convierte eso? Siquiera me avisaron que te quitaron el aro, no me toman en cuenta ¿Ves mi punto?
-Estás aprendiendo, es normal que te equivoques, de los errores aprendemos. ¿No es así?
-La pupila le enseña al maestro. _Sonríe.
-Amigos. -Le extiendo la mano.
-Amigos. -La toma pero para mi sorpresa me jala y me abraza con cariño. -Prometo ser diferente Jade, se acabó el Adriel altanero.
-Y se acabó la Jade irresponsable que actúa sola.
Así nos encontró papá.
-Hey, suelta a mi hija es menor de edad ¿Sábes? -Dice en tono burlón.
-Me gustabas más cuando eras ángel, como amargado casi no hablabas.
-¿Qué? -Frunzo el ceño.
-Sí Jade, ya es hora que sepas la verdad. Tu padre era el ser celestial más arrogante de esta tierra y el más allá.
-Cállate eso no es cierto. -Se defiende papá.
-Ah no. -Adriel se cruza de brazos.
Papá lo encara con los brazos cruzados también, se miran fijamente, parecía una batalla silenciosa. Ninguno de los dos daba el brazo a torcer, parecía que ganaría el que primero quitara la mirada. Pasaron cerca de dos minutos y continuaban igual.
Mamá se nos aproximó y extrañada preguntó: ¿Qué me perdí?
-Nada especial, dos machos-alfas, marcando su territorio.
Adriel soltó sonora carcajada seguido de papá, ambos nos volvieron a ver. Mamá y yo nos unimos a su contagiosa risa, al menos por el momento se respiraba un poco de tranquilidad.
*************
-Jade. -Me llama y al voltear me encuentro con sus oscuros ojos. Busco mis alas, signo prominente que estoy soñando pero no están.
-Sí estas soñando, solo que he sido yo el que invadió tu mente.
-¿Qué quieres? -Indago cortante.
-¿Esa es la forma de saludarme después de tantos días separados?
-Deja el drama Owen, el que tengo en frente no es la persona que conocí.
-¿No lo soy? -Camina hacia mí y por reflejo retrocedo unos pasos.
-¿Me temes? -Me mira fingiendo indignación.
-¿Dime lo que sea que tengas que decir? -Lo encaré.
-¿No he vuelto a tener sueños con las llaves? -Me indica, observándome con el rabillo del ojo.
-Yo tampoco. -Respondí sincera.
-¿No te parece extraño? -Consulta.
-Qué se yo, los sueños no te avisan con fecha y hora, cuando los tendrás.
-Estás muy esquiva.
-Vamos Owen, o quién quiera que seas, esta conversación me está aburriendo.
Cuando me di cuenta lo tenía pegado a mí, me rodeó por la cintura y me acercó aún más. Nuestros rostros se encontraban tan juntos que sentía su respiración envolverme.
-Déjame. -Forcejee en vano.
-Te diré algo Jade, algo que Tamiel no sabe. Siento esto por dentro, que no puedo descifrar y me confunde y enoja, porque sé que es tu ausencia, quizás si yo te eliminó, esta aflicción desaparecerá.
-Si me matas no terminarás de encontrar las llaves ¿Lo sabes?
-Sí, por eso todavía estás con vida.
-Suéltame Owen.
Se aproximó casi tocando mis labios con los suyos, me susurró al oído: -No tienes idea la falta que me haces, tu lejanía duele. -Y terminando la frase me besó. Traté de impedirlo pero a quién engaño, cualquier versión de Owen me nubla los sentimientos. Me besó con ternura primero, para luego incrementar el movimiento mientras su lengua se fusionaba con la mía, y odio admitir, que me encantaba su forma de besar.
Cuando nos separamos, nuestras respiraciones son irregulares.
-No he podido sacarte de la cabeza ¿Qué es esto que me inunda y que hace que desee tenerte cerca?
-Es amor. -Contesto con la esperanza marcada en cada facción de mi cara ¿Será que nuestra unión es más fuerte que el poder de Tamiel? -Owen, sé que estás ahí, en algún lugar, por favor regresa a mí.
-Lo intento. -Añadió rozando nuestros labios, plantando pequeños besos que me desconcentraban y me hacían querer más. -Jade. -Me llamó bañándome con su aliento, volvió a poseer mi boca, su mano subió a mi nuca y se instaló ahí, mis dedos se consumieron en su cabello, su cuerpo con el mío se unificaba.
-Owen no. -Apenas soy capaz de separarme.
-¿Qué ocurre? -Averigua.
-Esto no está bien, no me siento cómoda.
-Porque soy un demonio. -Me miró mal y me soltó.
-Sí, mientras que estés en esa condición no podemos estar juntos.
-Te das cuenta que siempre he sido lo que tanto aborreces, sangre de demonio corre por mis venas, te guste o no.
-Lo sé, pero al menos había bondad en tí, ahora tu interior está consumido por la oscuridad.
-No te cierres Jade, lo que está por venir es mayor a cualquier cosa que te imagines. Debemos estar juntos si quieres subsistir, el Amo pronto estará libre de su encierro y destruirá a la humanidad. ¿Por qué salvarlos? Son asesinos, egoístas, pretenciosos, ambiciosos, no te engañes, el odio habita en sus corazones, no merecen vivir, son una especie cuyo pecado carcome poco a poco su alma.
-A ti no te compete juzgarlos, ¿En qué difieres de ellos?
Me sonríe de medio lado pero no contesta. Coloca su mano sobre mi mejilla, la toca con suavidad.
-Nos veremos cuando nos veamos. _Al momento desapare.
-"Nos veremos cuando nos veamos". -Repetí, aun sintiendo sus labios sobre los míos.
*************
Oka, otro capi subido, ahora si Dios lo permite hasta el lunes. Disfruten el fin de semana.
Besos 😘
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