CAPITULO 33
Les dejo foto de Cely
Aparecimos en Central Park en Nueva York, mis padres me trajeron una vez en primavera, cuando era niña y me encantó. Aún recuerdo los árboles de cerezos y la alfombra de flores de diversas tonalidades que decoraban los senderos. No sé por qué elegí precisamente este sitio, quizás por el hecho de que fue uno de los días más felices que recuerdo, cuando todavía tenía niñez y disfrutamos como una familia normal.
Owen estaba desorientado pero al recobrarse, me miró con odio puro, se lanzó en contra de mí, traté de esquivarlo pero su movimiento fue inesperado, para sorpresa de ambos me atravesó, como si yo fuera transparente. Intentó volver a atacarme pero su puño pasó por medio de mí técnicamente. Su ceño se convirtió en una V, y pude leer su expresión "Que demonios", lo mismo pensé yo.
-Está aquí. -Le dijo al aire y de inmediato, Tamiel se materializó.
-¿En realidad creíste que podías escapar? -Me dijo con tono de burla.
-Algo ocurre con ella. -Le explicó mi ex novio, maldito traidor.
-¿A qué te refieres?
-Es como si fuera un espectro, no tiene cuerpo sólido.
-Pues me pareció muy sólido hace unos momentos.
-Algo ha cambiado. -Le indicó mi demonio volviéndome a ver.
Tamiel se acercó a mí, por instinto retrocedí unos pasos, trató de sujetarme pero su mano acarició la nada.
-¿Qué hiciste?-Me preguntó el ángel oscuro de verdad sin comprender.
Me quedé analizando ¿Qué pudo suceder? Y caí en cuenta que no cumplí la parte del hechizo, debía regresar al Limbo, pero en mi obstinado intento de salvar a Owen, le ordené a mi esencia aparecer aquí, por lo tanto, sospechaba que perdí mi cuerpo físico, y me convertí en espíritu. ¡Ahora sí que la hiciste Jade! Cerré los ojos e intenté volver, pero no resultó, sintiendo como la ansiedad se apoderaba de mí.
-Contéstame. -Levantó la voz Tamiel.
-¿Y a ti qué te pasó? -Le hice un escaneo, parecía haber recibido una paliza.
-No es de tu incumbencia. -Sus heridas ya comenzaban a sanar.
-Bueno, estamos en un dilema. -Le señalo. -Creo que en mi condición actual no te soy útil.
-¿Eso crees? -Movió sus manos y formó una bola de energía líquida, lanzándola contra mí, absorbiéndome, convirtiéndose en mi prisión.
Tamiel extendió su mano y la esfera se encogió hasta caber perfectamente en la palma de su mano. Esto no pintaba bien, ¿Cómo iba a escapar?
-Te tengo. -Sonrió, Owen se acercó a él, desapareciendo ambos llegando a aquella extraña casa flotante, sopló sobre la esfera y ésta me dejo libre, pero mi condición continuaba igual.
-Te diré mi teoría. -Agregó Tamiel caminando a mi alrededor. -Creo que hiciste un conjuro y no te salió bien ¿Me equivoco?
Moví mi cabeza en afirmación.
-Vaya bruja resultaste ser. _Expresó con ironía.
Callé ante sus palabras, porque sabía, me decía la verdad.
-Te dejaré aquí con tu novio, de todas formas no tienes a donde ir. Iré a dialogar con Adriel y tu padre, gracias a ti, pronto tendremos las otras llaves.
Me sentía fatal, otra vez actué por impulso, sin medir las consecuencias y para terminar de remachar, me convertí en una clase de espectro. Tamiel nos dejó solos, Owen se sentó en un sillón con las manos reposando sobre su regazo y sus dedos entrelazados. Me puse de cuclillas hasta quedar a su altura.
-Owen mírame. -Lo hizo, encontrándome con dos témpanos de hielo que eras sus ojos, fríos e inexpresivos.
-¿Me recuerdas? ¿Sabes quién soy? -Consulté suplicante.
Sólo se limitaba a observarme, no hubo otra reacción de su parte.
-Owen por favor, te necesito.
-Quería llorar pero en esta extraña condición me era imposible hacerlo. -Te amo. -Bajé la mirada con el corazón oprimido.
Él levantó su mano, la pasó por mi mejilla, o al menos sobre la superficie ya que no podía tocarme en realidad. Su ceño se frunció y ladeó la cabeza como analizando cada parte de mi rostro.
-Di mi nombre. -Le dije esperanzada.
-Jade. -Contestó bajando su mano.
-¿Sabes quién soy? -Repetí.
Él asintió pero su mirada se perdió en la pared.
-Sé que estás ahí en algún lado, Owen lucha, eres fuerte, lo que sea que Tamiel te hizo, puedes deshacerlo.
Se levantó pasando a través de mí, llegando al desayunador, colocando sus manos sobre el borde.
-Una vez me dijiste que me amabas, que jamás me harías daño, que me protegerías, ¿Dónde quedaron tus palabras? O fueron solo eso, palabras huecas.
-¡Cállate! -Expresó molesto. _Tamiel no debió sacarte de la esfera, al menos ahí te mantenías en silencio.
Si pudiera tocarlo, abrazarlo, besar sus labios, estaba tan segura que lo haría entrar en razón, recordarme, ¿El amor todo lo puede? ¿O no? Pero así como me encontraba no lograba grandes avances.
-No podrás convencerlo. -Una segunda voz me exaltó.
Miré con desagrado al recién llegado, si Tamiel me era antipático, Asmodeo le ganaba por mucho, solo que él de verdad me asustaba.
-Jade, Jade. -Repite mi nombre dirigiéndose hacia nosotros.
-¿Cómo cambian las cosas? Que gusto tenerte aquí de nuevo.
-Perdona si el gusto no es mío.
-Respondo altanera.
-Mírate, tan indefensa y vulnerable.
_Imagino que te divierte mi situación. _Me cruzo de brazos.
_Bastante, brujita imprecavida, que juega con la magia sin conocer sus consecuencias.
Asmodeo se quedó escuchando como si alguien lo llamara, puso cara de fastidio y dejó ir una sonrisa forzada.
-Te vendré a visitar en otro momento, tengo asuntos que atender.
Volvió a ver a Owen y desapareció, sintiéndome aliviada, al menos por ahora.
-Todo esto en tu culpa. -Le reclamo a mi demonio. -Desde que apareciste en mi perfecta vida, todo es caos y frustración.
Owen me miró pero en realidad no parecía prestar atención a lo que decía.
-Óyeme, al menos eso me debes. Todas las estupideces que he realizado han sido por ti, porque te amo y para qué. Si el apocalipsis destruye a la humanidad, yo seré la única responsable. -Odiaba querer llorar y no poder llevar a cabo la acción. -¿Entiendes lo que te digo? ¡Maldita sea Owen! Lucha, tú no eres así, yo creo en ti.
Pero era en vano, gastaba saliva, aquel individuo que tenía en frente no era mi demonio, solo un muñeco hueco, esperando recibir órdenes de su ventrílocuo. Tamiel tenía razón, y odiaba aceptarlo.
-Jade. -Una voz resonó en mi cabeza. -¿Qué? -Pregunté confundida. -Owen analizó mi reacción así que disimulé para que no se diera cuenta.
-Jade ¿Estás bien?
-¿Quién es? -Contesté mentalmente.
-Soy Cely.
Ese nombre hizo que me paralizara, escuché bien "Cely" pero ¿Cuál de las dos versiones? La malévola o el Cely a quién amé.
-No temas Jade, soy yo.
-Ya no sé qué es real. -Respondí sintiéndome desfallecer.
-Ven conmigo. -Su figura se visualizó en frente de nosotros, incluso Owen lo vio. Me extendió su mano, su aura era diferente, una leve luz lo cubría. Era el Cely el verdadero, lo supe de inmediato.
Caminé hacia él, aún dubitativa, algo en mi interior me indicaba que no era el mismo que había visto en el Limbo, por alguna razón, confiaba en él.
-Aléjate de él. -Owen intentó agredirlo sin lograrlo, su condición era la misma que la mía.
Nuestras manos estaban a punto de tocarse, cuando dudé.
-No temas Jade, mi Jade, yo cuidaré de ti.
Esas palabras me terminaron de convencer, Cely siempre me repetía en cada misión que éramos asignadas esa frase "Yo cuidaré de ti". Nuestras manos se tomaron y sentí la calidez de aquel contacto. Sonreí, mientras veía la expresión de Owen, que empezaba a llamar a Tamiel desesperado.
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Oki, otro capítulo subido. Esto se complica cada vez más, ¿Qué pasará ahora con Jade? ¿Será de verdad Cely o es un engaño?
Feliz fin de semana 😘😘
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