CAPITULO 27
La neblina cubría los alrededores, era extraño, parecía estar en una película vieja, porque todo era blanco y negro. No conocía donde me encontraba, pero mis alas extendidas me advirtieron que estaba soñando. Caminé por las adoquinadas calles, el viento soplaba haciendo un sonido tenebroso, como un lamento que te erizaba la piel.
Las viviendas abandonadas, se podía notar que hacía mucho nadie habitaba esas casas, las puertas abiertas, las cosas tiradas por doquier, los automóviles llenos de maleza, las edificaciones en ruinas, una panorama realmente deprimente.
Seguí avanzando hasta encontrarme con alguien que se encontraba de cuclillas con la mirada clavada en el polvoriento suelo. Lo reconocí de inmediato, mi corazón se aceleró y quise ir hacia él pero levantó su vista y se encontró con la mía. Quedé petrificada, por un momento sus ojos eran completamente negros, hasta que volvieron a la normalidad, su mirada fría, cargada de odio, un aura oscura lo cubría por completo.
-Owen. -Lo llamo temerosa.
Él se mantuvo en el mismo lugar, sin moverse. Su mirada se clavó en mí, pero más bien parecía ir dirigida hacia mis espaldas. Me volteé despacio y una silueta se vislumbró, era sólo su sombra, parecía un hombre pero pude ver el reflejo de unas prominentes alas.
Creí que se trataría de un ángel, pero la energía que emanaba era negativa, igual que la de Owen en ese momento. Mi respiración se aceleró, lo miré angustiada pero él me sonrío de una manera que me heló la sangre, con maldad pura.
-Al fin nos encontramos Jade. -Me dijo aquella voz que reconocí del inmediato, era el nefilim.
Desperté de golpe, empapada en sudor, toqué mi corazón que se mantenía tal y como en el sueño, desbocado, amenazando con salirse de mi pecho. Aún no amanecía, vi el pequeño reloj digital de la mesa de noche, apenas las 2:30 a.m. Me recosté tratando de volver a conciliar el sueño pero es tarea imposible, las imágenes seguían llegando a mi cabeza, sin poder evitarlo.
Me levanté y sin darme cuenta, mis pasos me llevaron donde Owen dormía, era en el piso de abajo y noté como cristales de energía sellaban su puerta. "Adriel" dije en voz baja moviendo mi cabeza a los lados, esto era el colmo. Los retiré y abrí la puerta, encontrándome con la penumbra de la noche.
-Jade. -Me llamó Owen.
Encendí la luz y lo vi acostado sin camisa, sólo con los bóxer, la vista debo admitir era tentadora.
-¿Qué haces aquí? Si el angelito te encuentra estaré en problemas y no quiero regresar a esa jaula.
-Tuve un sueño. -Le dije.
-Lo sé. -Me confirmó.
-¿Qué? -Lo miré sin entender.
-Yo también lo tuve. -Agachó la cabeza.
Me acerqué y él me abrió campo a su lado.
-Era extraño. -Continuó.-Era yo pero a la vez no. Es como si fuera...
-Un demonio completo. -Termine la frase por él.
Asintió y agregó: -Toda mi vida he deseado eso Jade, pero en realidad no se sentía bien, y a la vez sí. Cuando te vi, nada en mí se movió, me refiero, no había amor en mi interior, no ese amor que nos une, era como si mis sentimientos hacia ti hubieran sido arrancados.
Las lágrimas recorrieron mis mejillas, no era consciente que estaba llorando.
-¿Qué significa? -Tomo sus manos entre las mías.
-No lo sé, pero viste el panorama, parecía que el mundo hubiera colapsado, lo que me hace pensar que, abrimos los candados.
Mis ojos se abrieron como platos y el corazón lastimaba mis oídos con su pronunciado palpitar.
-No puede ser. -Expreso más para mí que para él.
-Deben matarme Jade. -Su voz sonaba agónica.
-¿Qué estás diciendo? -Lo miré horrorizada.
-No lo ves. -Una lágrima bajó y luego otra, Owen lloraba. -Yo seré el percusor de la destrucción de la humanidad. Y además trabajaré conjuntamente con el nefilim que te ha acechado.
-Aún no lo sabemos, no lo menciones siquiera.
-Está muy claro para mí, se nos ha mostrado.
-No, escúchame Owen. -Tomo su rostro entre mis manos. -Nada es un hecho, el futuro es cambiante, la Pitonisa lo dijo.
-¿Y si se equivoca?
No supe que contestar, no podía asegurar nada.
-Te amo. -Le afirmé. -Te amo tanto que duele. -Llevo su mano a mi corazón y la colocó sobre éste.
-Estamos juntos en esto.
-También te amo Jade, y si convertirme en un demonio, significa perderte, entonces desecharé esa idea porque eres lo más importante para mí, por favor necesito que me creas.
-Te creo. -Lo abracé, dejándome envolver por su calidez. Su sola cercanía, movía sentimientos en mí, mi cuerpo respondía a él, a su contacto, una agradable sensación que se extendía por mi estómago, Owen me complementaba como Cely jamás lo hizo. "Cely" pensé, aún estaba el asunto de su misteriosa aparición.
-Vámonos de aquí. -Le propuse sin ser muy consiente de mis palabras.
Él me miró dubitativo.
-Encontraremos las llaves solos, y las destruiremos. Esa es nuestra labor, robaremos las que tiene Adriel, cuando las tengamos nos iremos.
-No puedo ir ningún lado Jade. -Me enseña el aro.
-Yo puedo quitártelo. -Le susurro al oído.
Me sonrío y buscó mi boca, pronto quedé debajo de él, mientras que Owen devoraba mis labios para luego entretenerse en mi cuello haciendo que pequeñas descargas eléctricas me recorrieran. Mis manos se consumieron en su cabello y su barba de dos días, me rozaba causándome cosquillas, era suave por lo cual, su roce me agradaba.
-Sabes que no podemos continuar. -Murmuró él cerca de mi oído.
-Lo sé. -Respondo besándolo para luego separarnos. Él quedó recostado a mi lado. -Pero podemos dormir juntos y portarnos bien al mismo tiempo _Le sonrío.
-Suena tentador, pero siento que tus padres no lo aprobarían.
Odiaba cuando tenía razón, me coloqué sobre él, haciendo mi cabello a un lado para que no me estorbara y lo volví a besar. Las manos de Owen me sujetaron acercándome a él, tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano para zafarme de su agarre y saltar de la cama.
-Buenas noches mi amor. -Le tiro un beso.
El miro por debajo de la cobija para expresar: -Necesito un baño con agua fría.
Me sonrojé apresurándome a marchar antes que perdiera la razón, dejándome llevar por mis aceleradas hormonas.
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Hola, sí merezco que me guinden de los dedos meñiques por tardar tanto en actualizar. Sorry, quisiera actualizar más seguido pero se me dificulta.
¿Cómo que Jade no está pensando con claridad? se está dejando llevar por sus sentimientos. ¿Quién será ese misterioso nefilim? Pronto lo sabremos.
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