02
Se escuchó un golpe en la puerta, seguido de un "pase". En ese momento el vicepresidente Patrick Mitchell estaba trabajando en su estudio, es decir, su habitación en la comodidad de su hogar.
— Señor, el CEO quiere verlo. —anunció la otra persona, Mike parecía temeroso y no era de sorprenderse, considerando que nadie duraba mucho tiempo trabajando como asistente del Presidente. Su padre, cambiaba de asistente frecuentemente, nadie quería trabajar para él debido a su fuerte temperamento. Él siempre creyó que nadie podía decirle que no, Patrick siempre fue la excepción, hasta lo consideraba divertido.
— Mi padre quiere verme. —corrigió. — Iré enseguida. —avisó. Michael asintió con la cabeza y desapareció de allí rápidamente.
Patrick bajó al comedor a los pocos minutos, allí estaban Verónica, su prima, y su padre. Él tomó asiento frente a la mujer presente.
— Quiero que me escuches con mucha atención, jovencito. —advirtió el señor Mitchell— Tenemos que hablar de un proyecto muy importante, sobretodo para nuestro futuro. —apoyó sus codos sobre la mesa y entrelazó sus propios dedos.
Pero antes de que aquel hombre pudiera decir nada más respecto al tema, Patrick habló: — No me voy a casar. No voy a cambiar de opinión. —él sabía perfectamente de aquel "proyecto" importante, habían mencionado el matrimonio tiempo atrás y él siempre se negó a escuchar cualquier cosa referente a ello; su teléfono vibró en su bolsillo, lo revisó rápidamente, era un mensaje del Director Financiero, dejó su teléfono frente a él, pensaba revisarlo más a detalle en la brevedad posible.
— Patrick, tienes 33 años, estoy empezando a preocuparme. En este punto incluso aceptaría que trajeras un hombre a la casa. —él no estaba hablando en serio, y Patrick estaba seguro de que era una exageración de su parte decir algo como eso— Tu prima va a casarse pronto, al menos podrías-
— Si mi prima se tira de un acantilado, ¿crees que voy a seguirla? —la chica negó con la cabeza pareciendo frustrada.
— Al menos podrias encontrar a alguien para llevar como acompañante a la boda. —continuó.
— Me niego.
De repente su teléfono comenzó a vibrar una y otra vez, volvió a revisarlo, había un documento seguido de muchos corazones, el par de chismosos, es decir, tanto Verónica como el señor Mitchell, padre de Patrick se fijaron en ello.
— ¿Tienes a alguien especial y querías esconderlo? —la chica preguntó con fingida curiosidad, Patrick le dedicó una mala mirada, estaba convencido de que el objetivo de aquella pregunta era que su padre comenzara a preguntar al respeto.
— No es así, yo no... —su teléfono continuó vibrando, él tuvo que apagarlo por un momento. — Yo no tengo a nadie especial como tú dices.
— ¿Por qué quieres esconder a esa persona?
— Yo no tengo pareja. —aseguró, aunque después de lo que habían presenciado era difícil que pudieran creerlo.
— Deberías traerla a cenar algún día. —su prima mencionó; Patrick le dedicó una mirada desaprobadora. Estaba enojado, pero estaba tratando de mantenerse al margen.
Él se levantó, se acercó a la mujer con una expresión completamente amenazadora y le dijo: — ¿Crees que seguiré tus pasos o los de aquel tipo? Cállate o empezaré a hablar, y sabes a lo que me refiero. —después de eso, abandonó la habitación.
— Que investiguen al Director Financiero. —su padre ordenó a su asistente quien asintió antes de alejarse para realizar una llamada.
. . .
Gabriel se encaminó hacía su trabajo, tenía la intención de aclarar el posible malentendido surgido tras el caos. Él pensaba que tendría suerte si lograba encontrar al vicepresidente ese día.
Al ingresar a su oficina, se sorprendió al encontrar al vicepresidente allí. La presencia del vicepresidente era tan imponente que dominaba el entorno sin necesidad de imponerse verbalmente.
El vicepresidente sostenía un cigarro sin encender entre los labios, lo retiró con los dedos antes de hablar.
— ¿Quieres explicarme los mensajes extraños de anoche? —él intentó sonar amable, intentó.
— Quería... —hizo una pausa— Requería que revisara la documentación que le mandé.
— Estoy al tanto de eso, me estoy refiriendo a los otros mensajes inusuales. —hizo una pausa, suspiró— No importa, olvídalo. Tú... Simplemente no debiste enviar esos registros. —se acercó a Gabriel casi amenazadoramente— Observé las transacciones inusuales. Simplemente no deberías haberme enviado esos registros. ¿Qué pasaría si yo fuera el responsable? ¿Crees que me quedaría de brazos cruzados? Si lo fuera, me aseguraría de silenciarte.
— ¿Y lo es? —no hubo respuesta, el vicepresidente Patrick salió de la oficina.
Gabriel se dio cuenta que era absurdo preguntar, si él fuera el responsable no le habría dicho nada de eso en primer lugar. Asimismo, su nombramiento estaba cerca. Sería absurdo tirar todo su esfuerzo a la basura por una cantidad extra de dinero.
Tal vez con todo eso que había dicho, su lección era "no confíes en nadie", Gabriel suspiró un poco frustrado. ¿No hubiera sido mejor expresarlo de esa manera? Decidió dejarlo de lado por el momento, revisó los registros financieros de los últimos años, específicamente en los que había empezado a trabajar. Las transacciones inusuales a esa supuesta empresa habían empezado solo 1 año después.
En ese momento, se estaba reprochando sobre sus propias decisiones, pensando que sí no hubiera delegado ese trabajo y lo hubiera hecho él mismo, se habría dado cuenta de las transacciones extrañas hace mucho tiempo.
Revisó su computadora, tenía un extraño mensaje en su correo electrónico, sin ningún remitente.
» ¿Podrías encender tu maldito celular? — Mitchell.
En menos de un minuto llegó otro.
» Olvídalo. — Mitchell.
Gabriel, indeciso de qué hacer, decidió hacer caso omiso por el momento. Su área de trabajo era un caos, y todavía tenía que trabajar en el proyecto de Innovación Financiera que había pasado por alto debido al incidente.
Durante las horas siguientes, Gabriel se dedicó por completo a su proyecto. Tras haber selección el tema apropiado, llevó a cabo una investigación exhaustiva al respecto. Sin embargo, su mente estaba enfocada en otro lugar; descubrir al responsable de la malversación de fondos no era su responsabilidad. A pesar de haber cumplido con su deber de informar a la directiva, su mente no parecía estar conforme con ello.
» Ven a mi oficina. — Mitchell.
. . .
Gabriel divisó a una mujer salir de la oficina del vicepresidente, destacando por su largo cabello negro y llamativa apariencia, ella se despedía con un gesto con la mano. Patrick, que se hallaba en la entrada de su oficina, parecía visiblemente descontento mientras la veía alejarse.
Gabriel se aproximó. — ¿Necesita hablar conmigo?
— ¿Has compartido información sobre la malversación de fondos con alguien más?
Gabriel pensó rápidamente antes de negar.
— Quiero que consigas para mí toda la documentación; registros contables, facturas, comprobantes de transacciones, y cualquier otro documento relacionado con las transacciones a esa pseudo empresa.
— Si, señor. —Gabriel estaba seguro de que aquello le iba a tomar años. Lo mejor sería empezar cuanto antes. Estaba a punto de retirarse cuando Patrick avanzó hacia él, invadiendo por completo su espacio personal, de nuevo. Intentó no alejarse o verse intimidado. En ese momento notó el broche de una rosa que él tenía entre sus manos; y luego Patrick colocó el broche sobre el cabello de Gabriel.
— Lo más rápido que te sea posible. Eso es todo. —el vicepresidente Patrick se alejó, dejando a Gabriel sumamente confundido.
. . .
Gabriel se encontraba al borde de la desesperación o locura. Después de una exhaustiva búsqueda y preguntas, descubrió que nadie había clasificado los recibos o facturas emitidos tras completar los registros financieros y pagar impuestos. La situación era un completo caos, con todo almacenado y mezclado en varias cajas; la tarea se vislumbraba interminable. Aunque...
— ¿Qué es todo esto? —el vicepresidente cuestionó al ver cajas en su oficina.
— Todo está allí, solo hay que clasificarlo. Estoy ocupado con mi proyecto, de lo contrario, con mucho gusto le habría ayudado.
Patrick le dedicó una mirada despectiva mientras se acercaba a él. — ¿Crees qué voy a dejarte ir así de fácil? No puedes venir a traer todo este desorden aquí y dejarme hacer el trabajo sucio.
"Hay que hacer el trabajo sucio antes de alcanzar la cima, ¿verdad?" Pensó Gabriel.
— ¿Qué piensas hacer al respecto? —desafió.
— Ya lo verás.
Durante las siguientes horas, ellos se dedicaron a revisar minuciosamente cada uno de los documentos, clasificando cada uno según la fecha de cada una de las transacciones realizadas.
Gabriel sentía como si estuviera una máquina programada en ese punto, actuando de forma automática. En ocasiones, volvía a repasar los papeles que ya habían sido clasificados porque no se daba cuenta de lo que realmente estaba haciendo.
Por otro lado, Patrick estaba completamente agotado y harto por la abrumadora cantidad de números. Su malhumor era evidente a simple vista, y exacerbado por los mensajes que recibía de su padre y prima sobre el asunto que estaba pendiente.
La situación los estaba llevando al límite de la cordura.
Gabriel, sumido en el agotamiento de horas de trabajo, se detuvo por un instante para observar al vicepresidente. A medida que sus ojos recorrían la figura cansada de su superior, una chispa de determinación captó su atención. A pesar del cansancio que los envolvía a ambos, Gabriel notó como esa energía sutilmente irradiaba por el vicepresidente lo hacía destacar entre el agotamiento compartido.
Ese brillo que parecía emitir era tan molesto como encender las luces justo después de despertarse, una sensación completamente irritante.
— Número de caja de ahorros 430.221
Todas las transacciones realizadas a la pseudo empresa se llevaron a cabo a través de la misma cuenta de ahorros de la misma entidad bancaria.
Ambos estaban agotados por la abrumadora cantidad de trabajo, pero finalmente habían terminado con toda la documentación. Se dedicaron a ello durante su tiempo libre. A pesar del caos en el lugar, tenían una pila separada con toda la documentación necesaria.
— ¿No podríamos solicitar información sobre el titular de la cuenta de ahorros para rastrear el dinero de la empresa? De esa manera, daríamos con el responsable. —preguntó, aunque ya sabía que era algo imposible sin una orden judicial. La única opción que les quedaba era emprender acciones legales. Sin embargo, el vicepresidente no quería llegar a ese extremo cuando su nombramiento estaba a punto de concretarse.
La situación se desmoronaría de esa forma.
— ¿Sobornamos a alguien?
— No es una mala opción. "Vicepresidente Patrick Mitchell soborna a funcionario de entidad bancaria". Ya lo veo en los titulares. Pero sigue adelante... Utiliza tus conexiones.
— Eso no sería un problema, pero solo tengo contactos en el Banco Nacional y esas transacciones fueron realizadas desde otro lugar, el responsable fue muy astuto.
— Esa persona te conoce bastante de ser así. ¿Qué te parece si comenzamos por averiguar quiénes en la dirección ejecutiva son socios de la entidad?
— Al menos la mayoría.
— Comencemos por ahí. Ellos deben rendir cuentas por todo, en alguna parte deben tener esos documentos.
— "Vicepresidente Patrick Mitchell y cómplice son atrapados robando documentos de los directores ejecutivos". Ya lo veo en los titulares. —Gabriel puso los ojos en blanco, aunque le resultaba entretenido.
— ¿Un cómplice? ¿De qué estás hablando? Solo fue una idea, no tengo la intención de participar activamente. —se burló.
— Lo harás, vas a llevar a cabo ésta investigación conmigo. —no era una pregunta, se acomodó en su asiento tras su escritorio— De cualquier manera, la junta directiva está compuesta por 7 gerentes, y solo 5 de nosotros estamos asociados. Andrea Schmitt, Margaret Sinclair y George Sullivan son algunos de ellos.
— ¿Quién es el último?
Patrick titubeó. — Bernard Mitchell, el CEO.
¿Mitchell? Fue en ese momento que Gabriel percibió que había cierto parentesco familiar entre el CEO y el vicepresidente.
— Deberíamos empezar por Andrea Schmitt y Margaret Sinclair.
— ¿Qué tienes en mente?
— No te preocupes, estoy seguro de que van a cooperar sin problemas en esta pequeña investigación.
— ¿Cómo puedes estar tan seguro?
— Porque sé algo que tú no. —hizo una pausa— Que algo como eso salga a la luz sería perjudicial para Andrea y Margaret.
Gabriel suspiró, no estaba de acuerdo con esa idea. — No me parece bien llegar a esas instancias.
— Si no te gusta deposita tu sugerencia en aquel buzón de sugerencias. —Patrick sonrió casi burlonamente.
— Eso es un basurero.
— Correcto.
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