Capítulo 21

Comienza a ser ahora lo que serás de ahora en adelante.

- William James.

Tuvo que pasar una semana hasta que finalmente le dieron el alta a William y ya estaba viviendo con nosotros en nuestro departamento en Brooklyn. Me encontraba en la cocina con Sherlock, donde le estaba explicando la preparación del café que Sherlock estaba preparando para William, quien se encontraba esperando en la sala. A Sherlock le estaba costando preparar el café, ya que se olvidó de comprar nuevos filtros y lo estaba preparando como podía con un pañuelo de lino. Unos de mis pocos trucos que tenía bajo la manga de mis tiempos como agente.

Con el café ya preparado, sirvió un poco en la taza de William y se lo entregó. Sherlock se sentó en la silla frente a él, esperando la respuesta de su amigo. Mientras tanto, yo los observaba desde la cocina, donde me serví también un poco del café improvisado de Sherlock. Tomé un sorbo y me sorprendió lo bueno que estaba, a pesar de haberse preparado con un pañuelo y no con un filtro. Hasta se podría decir que está más bueno el suyo que el mío.

¿Por qué será?

- Dime Liam, ¿qué tal está? - preguntó nervioso.

- Está delicioso para ser un café preparado con un pañuelo de lino. - Respondió con sinceridad.

- Ya veo. Después de todo, es inútil hacer un café bueno si no es con un filtro instantáneo adecuado. - Dijo Sherlock desanimado.

- Estoy de acuerdo.

- Bueno, era de esperar. - Me acerqué a ellos con la taza de café. - No hemos tenido tiempo de reponer la despensa, solo de comprar lo imprescindible durante el tiempo que estuviste hospitalizado.

- Aun así, me sorprende que hayas podido decorar tan bien la casa. - Me alabó al ver la habitación un poco decorada con las cortinas y algunos muebles que decoraban el salón, además de la vajilla justa para los tres y de utensilios de cocina.

- Gracias a que traje todos mis ahorros y pude decorar la casa poco a poco en los momentos libres, cuando Sherlock me relevaba mi turno.

- ¿Estás tomando café? - me preguntó Sherlock sorprendido.

- Sí. No debemos desperdiciar la comida y más en nuestra situación. - Tomé un sorbo del café.

- Pero, si acabas de decir que te has traído todos tus ahorros.

- Es solo para emergencias, Sherlock. - Lo fulminé con la mirada.

- ¿No me digas que vas a estar como la Sra. Hudson? - preguntó molesto.

- Si es necesario. Sí. ¿Algún problema?

- Bueno, ya sabemos quién es el señor de la casa o, en este caso, señorita.

- Liam, ¿es en serio?

- Sherly. Si algo he aprendido en esta vida es que no debemos enfadarla.

- En eso estoy de acuerdo. - Se levantó de su asiento abatido por haber perdido una batalla contra mí.

De pronto, llamaron a la puerta y se presentó Billy con una cesta llena de frutas variadas. - ¡Hola a todos! - Saludó con jovialidad. - Os he traído un poco de fruta. ¿Lo que huelo es café? - Entró a nuestra vivienda y cerró la puerta. - Ponytail, ¿me das un poco por favor?

- Con una porción grande de azúcar, ¿verdad? - Al parecer, Sherlock no le hace mucha gracia cuando Billy está de ese modo con él. Pero sé que lo hace para animar el ambiente. Si algo sé de Billy, es que él es un experto en percibir estas cosas.

- ¿Cómo lo sabías? - Preguntó con falsa sorpresa.

- Está claro que eres un goloso.

- William, te presento a Billy. Es la persona de quien te hablé, mientras estuviste ingresado en el hospital.

William se levantó de su asiento y estrechó la mano a Billy. - Encantado de conocerle por fin, Billy. (T/N) me ha hablado mucho de usted. Gracias por salvar la vida de Sherlock y la mía.

- No tienes por qué darlas, aunque me parece que usted ya sabe quién fue vuestro verdadero salvador. - Respondió mientras dejaba la cesta encima de la mesa, para luego sentarse en el asiento donde estaba antes Sherlock.

- Que eso no le quepa la menor duda.

- ¿Sherlock lo sabe? - preguntó serio.

- Sí. - Respondí directa.

- (T/N), ¿ha pasado algo entre tú y Sherly? - preguntó William preocupado. - Desde que estoy viviendo con vosotros he notado un ligero distanciamiento entre vosotros.

- Es complicado. - No quise responder estando Sherlock delante y más en el momento que regresaba de la cocina con la taza de café para Billy, se lo entregó y se sentó en el sofá.

- Toma Billy.

- Gracias.

Los dos notaron el extraño ambiente que había entre nosotros, confirmando que era mucho más complejo de lo que ellos pensaban.

- Billy, no has venido a visitarnos para vernos, ¿verdad? ¿Cuál es el verdadero de tu visita?

- ¡Vaya! Tan directo como siempre. Es cierto, el motivo de mi visita es para hablar sobre nuestra situación, pero como hace buen tiempo. ¿Por qué no salimos a pasear un rato?

William y yo nos intercambiamos las miradas, ya que supimos que lo hizo para relajar el ambiente entre Sherlock y yo, y así poder explicar la situación con calma. Cogimos nuestros abrigos y salimos a pasear por las tranquilas calles del barrio de Brooklyn y de paso comprar algunas cosas que necesitamos. Al llegar a un parque, Billy se detuvo y se compró un helado de un pequeño puestecito ambulante que había allí y nos sentamos tranquilamente sobre la hierba fresca y verdosa del parque, teniendo frente a nosotros las vistas de la isla de Manhattan y su enorme puente que conecta a ambas islas.

- Pinkerton, he oído hablar sobre eso. Sirvieron como la escolta privada del presidente Lincoln, también evitaron muchos asesinatos. - Dijo William, después de haber escuchado a Billy.

- Así es. Al principio, su trabajo se parecía más a la de los mercenarios, pero ahora son más como un servicio de inteligencia. Es por esa razón que tenían puestas sus miradas en Sherlock.

- Exacto. A la hora de explicarlo es un poco problemático, pero para ello necesito hablar desde el principio sobre el país que es América.

- Espero que esta vez seas más preciso, Billy. - Respondió Sherlock molesto. - Cuando me lo explicaste por primera vez, la historia estaba completamente desordenada.

- Muy típico de Billy. - Aún recuerdo cuando me lo explicó y lo complicado que era seguirlo, debido a lo confuso que era.

- Ya que Ponytail me lo pide, esta vez lo haré mejor. - Respondió Billy sin dejar de lado su jovialidad. De acuerdo, como bien sabréis este país se creó bajo la marca de la libertad. En 1776, consiguieron oficialmente la independencia, pero solo de la patria, del líder y de su gente. Es decir, conseguimos la libertad de varias cosas. Es la libertad que todos y cada uno de los ciudadanos han alcanzado. Tierra y país. Como dijo Lincoln: "Por los ciudadanos y para los ciudadanos un gobierno ciudadano".

- En otras palabras, los ciudadanos son el centro del país. Es por esa razón por la que se dice que cada ciudadano es América. - Respondió William.

- Como tú dices, es difícil para el gobierno gobernar abiertamente debido a los fuertes derechos individuales. Cuando se trató de gobernar de ese modo en el pasado, resultó en una guerra civil. El ejército de la unión abogaba que era por la liberación de los esclavos negros, cuando en realidad solo querían poner el lado Sur bajo control. Como resultado, el ejército de la unión ganó y quedó bajo su control, pero eso solo no funcionó. Hay ciertas circunstancias únicas en este país, es decir...

William se adelantó y lo respondió en su lugar. - La Constitución de los EEUU, segunda enmienda.

- Exacto. - Respondió Billy. - En 1971 se promulgó la segunda enmienda de la Constitución de los EEUU. "Siendo necesaria una milicia bien organizada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del pueblo de poseer y portar armas no será infringido".

- Conocido como los derechos armados.

- Así es. Puedes tomar el derecho de armarte, pero lo que realmente quiere decir es: "Si el Gobierno viola la libertad, los ciudadanos usando armas para sacar al Gobierno pueden derrotarlo en cualquier momento". Ya que existe esto, si el Gobierno trata de reprimir a los ciudadanos descaradamente, solo dará al ejército civil una causa para derrocar al gobierno. ¡Es por eso! Que cuando el Gobierno quería silenciar a sus ciudadanos, no actuaban de manera directa. Los dejaba en manos de Pinkerton para que lo hiciera de forma indirecta. Así que con mano dura y bastante áspera, reprimieron los disturbios por todo el mundo, pero hasta los ciudadanos se dan cuenta de eso e incluso si una persona de Pinkerton es quien llega a controlar la situación. El cliente seguirá siendo el Gobierno. Es por eso que existe la Ley anti Pinkerton, una ley que establece que el gobierno no deba utilizar agencias de detectives, aunque claro, el Gobierno es un servidor de los ciudadanos, por lo que es un flujo natural que el Gobierno también lo pensara porque no es fácil gobernar a sus ciudadanos. Los ciudadanos nunca deben ser atrapados y por eso, deben de hacerlo hábilmente. ¡Y lo que estamos haciendo ahora es análisis y planificación de estrategias! Porque hay que ver cómo resolver el problema de manera natural. Como no soy bueno en eso y no puedo ver lo que es más importante. - Señaló con su dedo la frente de Sherlock. - Hice que aquel grupo de matones renaciera como un grupo de intelectuales, reclutando solo a las personas más destacadas en Universidades como Harvard o Yale. Sin embargo, aunque sean las personas más inteligentes, no tienen la experiencia necesaria y no hay suficiente entrenamiento ni organización. Por lo tanto, una flecha dio en el blanco sobre nosotros. El Gobierno solo quiere mantener el equilibrio. Además, como analista tú decides como hacer la planificación de la estrategia. Si no quieres hacerlo, no tienes que hacerlo y si puedes, puedes hacerlo con el método que quieras. - Billy le estaba ofreciendo trabajo a William. No me parece mal la idea de tenerlo en el equipo, pero creo que aún es pronto para él. - Ya tengo a Ponytail ayudándome y tengo de respaldo a (T/N) por si la situación lo requiere. William, ¿qué tal si tú también...?

- Trabajar para el Gobierno americano, eh. - Respondió de forma dubitativa.

- William no tienes que forzarte, sabes que no estas obligado a trabajar con él. - Me dirigí a él preocupada, ya que, mentalmente aún no está preparado y, aunque lo estuviera. ¿Realmente William quiere volver a la acción?

- Es cierto, me basta con solo darme algún consejo. - Intervino Billy, ya que no quería forzarlo a que se uniera a él. - Lo único que quiero saber es: ¿Qué es lo más importante? Obviamente, ya le hice esta pregunta a Ponytail y ahora me gustaría saber cuál es tu respuesta sobre ello.

- Yo tenía amigos que me juraron lealtad, pero nadie está dispuesto a dar la vida por algo intangible como el gobierno. Por lo tanto, los siguientes dos puntos son los más importantes para una operación: "Debes procurar que personas locales hagan el trabajo cada vez y no les debes dar demasiada información". Aquellos con poca lealtad, en el caso de ser capturados y torturados, inmediatamente lo dirán todo, en cuyo caso un "no lo sé" es mucho mejor que eso. Solo da una instrucción para cada persona, subdivide la estrategia sin que se comprenda del todo. La persona en cuestión no tiene que saber porque está haciendo el trabajo. Para comprenderlo mejor, os pondré un ejemplo de uno de los crímenes que cometimos, para cavar un pasaje subterráneo en una estrategia determinada, era necesario que el dueño de un anticuario estuviese fuera la tienda durante el periodo estimado, ya que se encontraba justo encima del lugar que necesitábamos. Creé un grupo ficticio que buscaban a alguien parecido al dueño de la tienda preparándole un trabajo excepcional, donde solo se le encargó una cosa. Copiar la enciclopedia en la oficina preparada. - Tanto Sherlock como yo, nos llamó la atención de aquel caso. Pues, curiosamente, nosotros ayudamos a resolver aquel caso que John lo bautizó como "La liga de los pelirrojos". No me puedo creer que William estuviese metido en aquel caso. - Finalmente la operación se completó con éxito y no pensarías jamás que él mismo era parte de eso. Incluso si lo atrapasen, no podrían inculparlo, aunque les diera la historia completa. Esa es la regla de hierro.

- ¡¡Genial!! - exclamó eufórico Billy. - Fue exactamente lo mismo que me contestó Ponytail.

- ¿En serio? - respondió sorprendido con un tono alegre.

- Liam, tú. ¡Planeaste el caso de la liga de los pelirrojos! - Sherlock se dirigió hacia William, mostrándose molesto y al mismo tiempo sorprendido. Aunque, no me sorprende fue uno de los casos más enrevesados que había resuelto Sherlock.

- Fui útil arrestar al ladrón de bancos en ese momento, aunque el propósito original estaba en un lugar diferente.

- Moviste tantas cosas. ¡Un momento! ¿No me digas que también estabas implicado en el caso de Camberwell Ward?

- Fue fácil, Sherly.

- ¡Oh! ¡Venga ya! - Sherlock se molestó al saber finalmente el verdadero perpetrador de aquellos casos.

- William, nunca pensé que estuvieses involucrado en aquellos dos casos. - Dije sorprendida.

- Que tú también desconocieras ese detalle, significa que mi plan salió a la perfección.

- Por cierto, Billy, ¿tú por qué estás trabajando en Pinkerton? - preguntó Sherlock.

- También destruí mis pecados. - Respondió con sinceridad y con un tono melancólico. - Bueno, ya es hora de que nos marchemos. Ya está refrescando un poco.

Nos marchamos del parque y nos volvimos al barrio de Brooklyn. Billy se ofreció a llevarme las bolsas de la compra para que no lo cargase por todo el camino. Mientras caminábamos, pude distinguir las voces de dos niños discutiendo, Billy se alarmó al escuchar la palabra traidor entre los niños. Fue cuando no pudo reprimir su enfado.

- ¡¡No deben decir tal cosa!!

Nos sorprendimos al escuchar a Billy con ese tono, ya que estábamos acostumbrado al verle siempre alegre. Billy le entregó las bolsas a Sherlock – Sujeta esto. No puedo ignorar a esos niños. - y se dirigió a los niños con seriedad sin terminar de escuchar a Sherlock.

Sherlock, William y yo nos quedamos observando como Billy resolvía la situación entre los dos niños que se habían peleado por un juego. Billy les estaba, de alguna manera regañando, por haberle llamado a su amigo traidor y les estaba contando que, si algún día se separaban, se arrepentirían para toda la vida, ya que el mañana no siempre llegarán para ambos. Pues, cuando una vez pase, lo que pierdes jamás volverá. Aquellas palabras me recordaron a la historia que una vez me contó Billy sobre cómo perdió a su mejor amigo. Eso me hizo pensar en mi relación con Sherlock, si alguna vez lo perdiese. Jamás llegaría a perdonarlo y, aunque lo quisiese, cómo podría hacerlo. ¿Cómo podría estar al lado de la persona a la que amo? Desvié mi mirada hacia él, quien también fijó su mirada en la mía. Rápidamente, volví mi mirada. Sintiéndome dolida por haberle dicho aquellas palabras hace varias noches. Cuando finalmente los niños se habían perdonado, Billy volvió con nosotros y regresamos al apartamento. Al llegar a la puerta, nos encontramos con una nueva misión para Sherlock, como él tenía las manos ocupadas. Le pidió a Billy que lo abriera por él, aunque según las normas, no estaba permitido hacerlo. Noté como el rostro de Billy cambió por completo al leer la encomienda, lo que me hizo pensar que podría tratarse de aquel lugar, que tanto sufrió Billy años atrás.

- ¿Qué tipo de encomienda es? - preguntó Sherlock. - Si está cerca de nuevo, me pregunto si lo lograré.

- Según la solicitud está cerca. - Respondió Billy con seriedad.

- Lo que hablabas con los niños hace un rato, juraría que es lo mismo que te ocurrió a ti. - Billy estaba tan concentrado en la lectura que ignoró por completo sus palabras.

- ¡Lo siento! ¿Qué decías? - respondió finalmente Billy.

- ¿Acaso me estabas escuchando? - Se quejó Sherlock.

- Lo siento. Ponytail, aunque esta estrategia está dirigida a ti. Déjame participar en ella. - Dijo con seriedad.

- ¿Billy no me digas que...? - Su mirada lo decía todo y sabía que él no iba a querer un no como respuesta. Iba a ir sí o sí, aunque se lo nieguen. Pero conociendo a Sherlock, sé que no le iba a negar su petición.

- No puedo aceptarlo sin saber la razón. - Billy le entregó los papeles a Sherlock, quien los leyó detenidamente. - Por lo que veo, con este trabajo estarías expiando todos tus pecados, ¿no es así?

Billy soltó una pequeña risa al saber que no podía esconderle nada a Sherlock. - Este también es un caso que no tendrás problemas en resolverlo. Si te lo cuento todo, ¿me dejarías participar? - Propuso Billy.

- Eso depende del contenido de tu relato.

- Comprendo.

Tanto Sherlock como William y yo escuchamos con atención la historia de Billy. Aunque yo ya conocía su historia, ellos aún no lo conocían y si Billy quiere participar en la misión, tiene que explicarles sus motivos a Sherlock para que este lo acepte en él.

Para resumirlo un poco, Billy tuvo un amigo llamado Garret. Se conocían desde niños y siempre estaban juntos. Vivían en un pequeño poblado conocido como Fort Summer, donde apostaban a menudo bandidos y delincuentes, cuyo modo de vivir eran destruir y robar los poblados que ellos mismos escogían al avistarlo durante su travesía. El padre de Garret era sheriff de aquel poblado, y siempre se enfrentaba a esos tipos. Al verlo siempre despachando y enfrentándose contra los malhechores, ambos decidieron ser sheriff cuando fueran mayores. A espaldas de los mayores, ambos entrenaban su tiroteo gracias a la pistola que Garret traía, que era una de las viejas armas de su padre. Una vez, atraparon a un ladrón y como recompensa, se compraron una vieja placa de sheriff que nadie usaba, y se turnaban para cuidarlo como si de un tesoro se tratase. Aquella placa significó mucho para ellos, ya que simbolizaba su primer trabajo como aspirantes a sheriffs. Cuando crecieron, seguían conservando sus mismos objetivos y su amistad. Se sentían imparables, pero poco a poco, Billy sintió que quería llegar a más. Ya no solo quería proteger a la gente de su pueblo, también quería proteger a la gente de a lo largo y ancho de su país. Fue entonces, que sus caminos se separaron. Garret se convirtió en el nuevo sheriff de su pueblo y Billy se marchó de su pueblo natal para impartir su justicia por todo el país. Sus "heroicidades" lo convirtieron en el personaje que es ahora, Billy the Kid, atrayendo la atención del Gobierno y reclutándolo en el puesto que está trabajando en la actualidad. Tras pasar un tiempo, Billy recibió una carta de su pueblo natal, donde le pedían ayuda. Según el contenido de la carta, todo el pueblo estaba envuelto por un levantamiento de tierras a gran escala, los ciudadanos estaban frenéticos con los pros y los contras. Contaron que los terratenientes estaban contratando grupos de malhechores afiliados al ejército para callar y eliminar a todos los que estuviesen en contra, lo que provocaría una guerra sangrienta si se negaban a vender tus tierras con tal de proteger el pueblo y, aunque Garret esté allí para protegerlo, era demasiado para él. Cuando Billy llegó a su pueblo pudo ver el conflicto que había entre los ciudadanos del pueblo. Por una parte, querían vender sus tierras con tal de proteger a sus familias, pero había otros que se negaban rotundamente venderlas y tirar todo el arduo trabajo, que les han costado sus antepasados, a la basura. Billy estaba sorprendido de cómo había cambiado la gente de su pueblo, quienes siempre estaban unidos cuando había algún conflicto en su pueblo y ahora se encontraban completamente divididos, pero no lo suficiente cuando al reencontrarse con su mejor amigo Garret, le contó que no iba a hacer nada al respecto. Debido a que Billy quería luchar por su pueblo, ambos se convirtieron en enemigos y Billy se vio obligado a enfrentarse contra el que fue su mejor amigo. En el día de duelo, todos los que se encontraban en el bar en el día de su llegada, fueron a ver el duelo. Ambos decidieron sus posiciones con ayuda de una moneda y Billy se posicionó a espaldas del acantilado donde si fuera derrotado, su cuerpo sin vida caería en él. Por desgracia, quien fue el mejor amigo de Billy, optó por dispararle y apuntar directo a su corazón, por suerte la placa de Sheriff lo protegió y sobrevivió de una muerte súbita. Tras un largo tiempo, sin saber nada más del asunto, el Gobierno le mandó a una misión cerca del que fue su lugar natal, en una casa abandonada encontró una nota de su amigo Garret que contenía una disculpa suya y una moneda de dos caras, que es el que se usó en el duelo. Billy comprendió que su amigo nunca cambió y que pasara lo que pasase, siempre confió en su amistad con Billy. Al volver del lugar, descubrió que lo habían asesinado por el pueblo tras los sucesos de un ataque nocturno por parte de los opositores contra uno de los cuidadores del terreno y que estos fueron masacrados. En consecuencia, informaron que matarían a toda la gente del pueblo si se volvía a repetir, provocando el linchamiento de Garret.

La historia entre Billy y Garret es desalentadora, sobre todo cuando el conflicto aún sigue en el aire y, ahora es Sherlock quien tiene que resolver el problema.

- Él era un buen tipo y yo dudé de su amistad hasta el final. Terminé mi amistad con él justo en el momento que me disparó en el pecho. - Terminó Billy de contar su historia. - La directiva determina sobre el levantamiento de tierras, es por eso que quiero participar junto a ti en esta operación. Es posible que pienses que solo lo hago por venganza por lo que le ocurrió a mi amigo, pero no es así. Lo hago para proteger a esas personas y que puedan vivir en paz y sigan mirando hacia delante. Yo, simplemente. ¡No puedo quedarme quieto sin hacer nada, esta vez quiero terminar lo que empecé! Porque ese hombre, McGinty, fue quien aplastó mi pueblo natal y mató a mi mejor amigo, es por eso que quiero participar contigo en la misión y así poder expiar mis pecados. - Billy se veía completamente decidido en participar en la misión, incluso si Sherlock se lo negara, él se involucraría de todos modos.

- Está claro que, si te lo negara, me seguirías igualmente, ¿verdad? No tendré más remedio que aceptar tu propuesta. - Sherlock acepta gustoso de que Billy vaya con él.

- Ponytail. - Billy se alegró de su respuesta.

- Pero Billy, puede que esto no sea bueno para ti. - Advirtió Sherlock a Billy. - ¿Igualmente, estarás bien con ello? - Pude sentir que Sherlock estaba preocupado por Billy, mientras que Billy optó por calmarlo para que no estuviera demasiado preocupado por él.

- Regresaré a casa y me prepararé para nuestra partida. - Billy se dirigió a la puerta y antes de marcharse, se dirigió a Sherlock y le dijo: - Gracias.

- Sherly, - William se dirigió a Sherlock y con un tono reconfortante le respondió: - Estoy seguro de que podrás guiarlo por el buen camino porque hiciste lo mismo por mí.

- Haré todo lo que esté en mis manos, pero no importa lo que yo haga, al final todo dependerá de él.

- Sherlock, ten mucho cuidado. Esta misión es más compleja de lo que parece, un paso en falso y podrías peligrar tu vida. - Me preocupaba por lo que les puedan suceder a Sherlock y Billy, a pesar de que ambos son muy capaces de resolver el problema con sus capacidades. Aun así, tenía un mal presentimiento.

- No tienes nada de qué preocuparte (T/N). Billy y yo estaremos bien.

Aquellas palabras suyas no me tranquilizaron en absoluto y, al parecer, William lo notó.

Al día siguiente, ambos nos encontrábamos en la calle, donde Sherlock y Billy estaban preparados para marcharse en un carro, rumbo a la localización donde ambos se prepararían para ir al lugar del conflicto.

- Liam, lamento que tengas que quedarte aquí, pero aún no estás del todo recuperado y tampoco estas familiarizado con la ciudad.

- Sherlock, sabes que yo voy a estar a su lado en todo momento. No tienes nada de qué preocuparte. William estará bien. Por otro lado, he quemado la directiva, ya que conozco sus reglas.

- Gracias, (T/N). Al parecer, puedo irme tranquilo al saber que tú estarás cuidándolo. - Sherlock parecía tranquilo, gracias a mis palabras.

- Sherly, no soy un niño. A estas alturas, soy capaz de valerme por mí mismo. Igualmente, tú también deberías de escuchar a Billy y ejecutar sus órdenes.

- William tiene razón. Sherlock, esto no es Inglaterra. Aquí se mueve de una manera distinta de allí, las costumbres son muy diferentes de las nuestras.

- Sin olvidar que podrían desconfiar de tu acento. - Ambos estábamos muy preocupados por él, ya que sería la primera vez que nos alejaríamos tanto de él después de mucho tiempo.

- Lo sé. Llevo medio año trabajando aquí, he madurado por si no os habéis dado cuenta. Madre mía, os habéis puesto de acuerdo para sermonearme.

- Entonces, nos vamos. - Dijo Billy acercándose a nosotros, mientras Sherlock entraba al coche. - Al parecer, también estáis preocupados, pero tranquilos, déjalo en mis manos. Lo protegeré, aunque me cueste la vida. - Me acerqué a Billy le sostuve una de sus manos libres y con una mirada suplicante.

- Billy, no te pido que sacrifiques tu vida, pero por favor, cuida bien de Sherlock.

- Sabes que lo haré. Además, no permitiré que muera la persona a la que amas y - desvió su mirada hacia William – a su mejor amigo.

Billy entró en el coche y nos despedimos por última vez de ellos, no abandonamos del lugar hasta que perdimos de vista el coche por completo.


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