XII
Jungkook POV.
Recuerdo aún la primera vez que descubrí la magnitud de mi escencia, era septiembre para ese entonces, tenía mis diez años cumplidos, yo aún no vivía con Yoongi y no tenía idea de lo que sucedía. Había ocurrido una vez, una mínima parte de mi ser me decía que algo no estaba bien cuando de mis manos y con un fuerte olor a humo se expulsó fuego de las palmas directamente al al techo de mi habitación. En casa de mis padres. Grité, sollocé y poco después ocurrió la tragedia. Esa noche justo en mi cumpleaños Yoongi recogió mi cuerpo que yacía a un lado de las ruinas de lo que una vez llamé hogar. Ese día me enteré por mérito propio la magnitud de mi pecado, y de la carga que significaba tener el poder de las llamas. Entendí y recordé; jamás sería normal.
Fue cuestión de tiempo para que las pesadillas, aquellas que eran ventanas a mi mente empeorarán y con el tiempo consumieran mi corazón totalmente.
—B-basta... No más... Porfavor... N-no... Duele, no apaguen su l-luz...no...
Dolía, mi garganta se sentía seca eran realmente monstruosas los sueños hace dos años, ocurría cada que veía la luna. El dolor en mi pecho aumentaba quinientas veces más de lo usual. Dolor y calidez ¿Cómo decirlo? Sentir agujas perforando mi corazón desbordando sangre sin cesar pero al terminar y verla una vez más sentir incesante calidez y reconfortante paz. No lo entendía. Nada tenía sentido y nada encajaba en mi mente. Y dolía. Dolía como el infierno sin tener respuesta alguna. ¿Por qué simplemente no desaparecía? El horrible sentimiento se estancaba en mi mente, alma y corazón. Quería gritar, llorar, hacer desaparecer a todo el maldito mundo, porque la inevitable y cruda realidad se asomaba ante mí. Y la oscuridad me conllevaba a hechos exasperados poco realistas. Cosas que creo y no creo entender aun teniendo todas las piezas de un rompecabezas incierto. Llevé mis manos a mi cabeza tironeándo mis mechones sin cuidado alguno, caí de rodillas al suelo aún con las manos en mi cabeza moviendo esta de un lado a otro para, de alguna forma, borrar esta desesperante realidad.
No soporté más.
Mi vista se nubló de un rojo carmesí, mis manos empezaban a perder fuerzas, sentía como mi cuerpo se desmoronaba como una tormenta de arena, como agua entre mis manos. Toqué mi rostro con mis dedos tanteando mis facciones, inmediatamente viendo de regreso mis manos temblar hechas un mar de sangre cayendo sin pudor alguno. No sentía mi cuerpo y las lágrimas de sangre seguían cayendo sin cesar. Otro fuerte dolor se hizo presente en mi cabeza, el dolor en mi pecho cesó por un segundo para nuevamente aparecer y de un tirón hacerme caer inmediatamente al frío mármol de aquella dorada habitación. Intenté con las pocas fuerzas que aún creía tener en mi cuerpo levantarme del suelo, pero fue inútil. La luz de la luna que entraba por la ventana era tenue y majestuosa ante mis ojos, saciaba y dolía. Saciaba y ardía en mi caliente piel. Saciaba y a la par calmaba mi tormento en esta lúgubre monotonía. El lejano sonido de alguien llamando mi nombre se hacía cada vez más claro.
—Jeon–De nuevo esa voz, esa desconocida melodía por ratos y conocida de toda una vida. Tan lejana, pero tan real. —¡Jeon!–exclamó de nuevo la voz un poco más fuerte. La voz que se había vuelto mi refugio en cada tempestad. Intenté abrir mis ojos, pero se sentían tan pesados que dudaba que abrirlos en verdad sucediera.
Varias punzadas amenazaban con volver a hacerme perder el control de mis actos. La cordura poco a poco me abandonaba dejando mi ser a merced de la locura. De los recuerdos de una irreal realidad. Cerré mis ojos y me entregué a lo que sea que fuera esa especie de tormento al que me he obligado a creer certero ya no queriendo sufrir más porque no tenía caso. Porque mi interior fue arrancado de manera brutal sin siquiera un poco de piedad y porque lo único que anhelaba con fiereza en cada lamento era el rayo de luz lunar que estaba frente a mis ojos. Lo necesitaba, pero dudaba si en verdad era eso.
—¡JEON! ¡JEON! ¡JUNGKOOK DESPIERTA! – Unas manos sujetando mis hombros zarandeando mi cuerpo desesperadamente hicieron que "intentara" despertar si es que estaba soñando o era la cruda verdad en la que siempre he vivido. –Por el amor a Zeus, Jungkook. ¿Qué pasó?
–Y-Yoongi hyung – solté en un quejido lastimero.–
–Dios, ¿En verdad sucedió de nuevo? Ya van cinco veces en la semana. JungKook, es necesario seguir entrenando.
Empeoraron cuando desaté las llamas.
Me limité a formar una línea recta con mis labios dejándome hacer bajo su reconfortante calidez. No quería hablar de esto, odiaba esto. Y hyung lo sabía, lo sabíamos. Odiaba mi asquerosa vida, me odiaba a mí mismo y odiaba ser como soy. Un monstruo.
—Estoy aquí para tí. Lo sabes, ¿no? Siempre estaré contigo y siempre ha sido así, no llores Kookie.
Sentí unos brazos rodear mi cuerpo, no me negué. El nudo en mi garganta se hizo más doloroso, lágrimas empezaron a desbordar de mis cuencas. Sin siquiera notarlo ya estaba llorando a mares aferrado a mi único amigo. Se sentía deplorable cargar con un peso que mi mente desconocia. Se sentía realmente ajeno mi dolor. Me aferré aún más a él esperando que el dolor disminuyera como siempre que refugiaba mi cabeza ocultándola en el hueco de su cuello. Me abrazó con más fuerzas mientras acariciaba mis cabellos. "Gracias" fue lo único que repetía como una grabadora averiada. Porque en medio de mi caos Yoongi podía apacigüar al menos una mínima parte de lo que en mi mente yacía escondido. Un "todo mejorará" logré escuchar mediante susurros en mi oído antes de caer en un profundo y agradable sueño donde el protagonista no era yo. Era la hermosa y resplandeciente luna.
Para cuando desperté eran más de las once de la mañana. Había dormido toda la noche y mitad de la mañana después de la noche anterior en el teatro. Después de ver a Taehyung, después de besar a Taehyung. Sentí mi cara arder para cuando caí en cuenta de lo que había hecho. No fue demasiado pero para mí, un chico que come y bebe libros las veinticuatro horas al día había sido la maravilla de mi desastroso mundo. Había sido suficiente para desatar más pesadillas y extrañamente recuerdos.
—¡Taehyung merece recordar!
Mi confianza se había ido a la mierda.
—No me hagas reír, ¿Ya le has dicho toda la verdad a Jungkook?
¿De qué verdad hablaban? ¿Porqué hablaban de Taehyung como si nos conociéramos?
— ¡No vengas a reprochar algo que ni siquiera tú has podido hacer!
Yoongi jamás me mentiría. Yoongi jamás me ocultaría algo que ayudase a recordar mi identidad. Yoongi jamás podría, él no podría, no podría.
Mi cabeza daba vueltas aún con una leve punzada y mi cuerpo dolía como si me hubieran molido a golpes. Opté por ponerme de pie e ir a buscar un vaso con agua, pero mis acciones quedaron allí al ver a cierto chico de grises hebras y tez pálida parado justo en el marco de la puerta con los brazos cruzados.
– Hasta que despiertas – soltó en un leve suspiro haciendo notoria su preocupación— Dejé unos analgésicos para el dolor a tu izquierda, tómalos te harán bien – dijo mientras se sentaba en la esquina de mi cama pasando sus manos por sobre su rostro. Se veía cansado y fatigado, desvíe la mirada.
–Lo siento.
No respondí. Él volvió hablar.
—Por salir así anoche, estabas, yo...
—¿De dónde conoces al amigo de Taehyung?
—¿Quién?
—Yoongi, los escuché hablar.
Abrió los ojos como platos pero rápidamente regresó a su cara de poker. Es todo lo que tengo y que confirme mis sospechas hacia su no veracidad es incrédulo. Duele. Carraspeó antes de hablar.
—Lo que escuchaste es un malentendido Jungkook–dijo y solté una risa amarga—Es un viejo conocido, sabe de tus poderes él puede ayudar...
—¿Viejo conocido? A mí parecer lo conocías y muy bien por tu manera de tratarlo y en cuanto a mi ayuda, no estoy enfermo, gracias.
—Jungkook no...
Le volví a cortar. Me empezaba a exasperar.
—Osea que Taehyung también es un viejo conocido. ¿No? Vaya maldita coincidencia, pues al parecer en estos días ¡Todos coinciden o con mis malditos poderes o con mi persona en si!
—¡Déjame terminar de hablar por un demonio Jungkook!
—Me mientes. Estás mintiéndome, Yoongi.
Y una lágrima resbaló por mi mejilla antes de salir por la puerta, mis manos ardían, mi cuerpo dolía todo era una maldita mierda.
Y la nube que cubría mi mente lo hacía todo peor.
Taehyung POV.
No recuerdo con exactitud la primera vez que sucedió, pero sin duda no recuerdo que doliera. No dolía, solo dentro, allí, justo en la parte izquierda donde palpitaba bruscamente cuando soñaba y despertaba con ese sentimiento de agobio, de asfixia. Pero mis manos no dolían, no dolían cuando expulsaba leve frío, casto hielo sin ser abundante, sin ser peligroso. Entonces no entendía porque anoche dolió, porque mis manos se quemaron, se congelaron.
Las veo fijamente una vez más, vendadas y envueltas con un guante dorado que proporcionaba calor a mis manos. Duele, claro que duele. Pero no son mis manos las que arden, eso es lo que menos importa justo ahora. Duele, si. Pero es la traición que jamás creí sentir.
Ver a Jungkook había aliviado una parte de ese algo que desconocía. Esa parte que yacía escondida en un rincón de mi mente. Besar sus labios, aunque fugazmente había sosegado la lava en mis venas. No pregunté, fui atrevido pero no me arrepiento, fui atrevido pero él no pareció importarle. Sin embargo, la corriente que subió por mi espina dorsal conectaron a mis manos cuando besé sus labios y de allí a su cuerpo. Estoy seguro.
Seguro de que queremos lo mismo.
Jimin había salido hace un rato. Son más de las diez de la mañana, el sol golpea las ventanas, los rayos pasando por la fina tela de las cortinas iluminan mi rostro, calientan mi alma, aún así no calman la ansiedad de saber el aumento de mis problemas. Había asomado su cabeza unas diez veces antes de irse esperando a que despertara, yo estaba despierto. Por supuesto que lo estaba, más no quería verle. No quería confirmar sus mentiras. No quería entenderlo.
Sabía algunas cosas. Como que Jimin portaba el elemento del aire, sí, el podía controlarlo a su merced, a diferencia de mí no podía ni hacer un muñeco de nieve. Lo de su elemento lo descubrí por mi mismo, ese día Jimin y yo jugábamos a las escondidas me enojé porque perdí y me empecé a llorar recostado a un árbol, por alguna razón no podía parar de llorar y aunque mi amigo me apacigüaba con palabras y arrullos nada funcionaba
—Vamos Tae Tae, le diré a mamá que compre un helado de avellana para tí, ¿Si? Pero porfavor deja de llorar –había dicho él sobando mi cabeza.
No funcionó. Por el contrario el llanto aumentó y me pregunté la razón de mis lloriqueos realmente. ¿Fue porque perdí? ¿O había otra razón? No lo supe. Me descubrí a mi mismo llorando a mares cuando dónde había estado apoyado, se congeló. Literalmente. El tronco del árbol se estaba quebrando, me paralicé al instante cuando se partió a la mitad y una de ellas cayó directamente en mi dirección. Cerré de golpe los ojos esperando por el impacto que jamás llegó. Jimin, mi mejor amigo estaba allí de pie frente a mí haciendo levitar la parte del árbol quebrado con una fuerza de aire que salía de sus manos.
Fue la primera vez que descubrí que él también tenía magia. A nuestros doce años.
No me extrañó que poco después me explicara con detalles que fuimos bendecidos por el firmamento. Mi mente de infante obviamente no entendía la magnitud de sus palabras. Ahora en mi juventud ya no sé qué pensar y si en verdad todo lo que me dijo fue una mentira. Sigo sin entenderlo, pero estoy seguro que pronto lo averiguaré. Él me miente, si. Pero hay algo que no logro recordar completamente.
Ahora ni yo mismo estoy seguro que pasa con mi cuerpo. No entiendo completamente que resguarda mi mente.
—Tenemos que hablar–fue lo primero que dijo al regresar, yo estaba sentado en el sillón de la sala con un periódico en mi regazo. Pues mis manos seguían vendadas.
—Adelante, dí lo que tengas que decir. Te escucho.
Respiró hondo sentándose en el sillón frente a mí.
—Perdóname.
—¿Porqué tendría que hacerlo? ¿Has hecho algo mal acaso?
—Tae, hablo en serio.
—¿Y tú crees que estoy jugando? –desafié —O ahora debería disculparme yo por andar escuchando conversaciones ajenas, ¿No?
—No es a lo que quiero llegar.
—¿A dónde quieres llegar entonces?
—¿Podrías sólo...? Agh deja de estar a la defensiva, Tae. –dijo superado. Esperé a que nuevamente hablara. —Hay muchas cosas de las cuales debemos hablar, primero que todo Tae. Tus poderes. Se están descontrolando y no es bueno. Hay que seguir entrenándolos, no puedes seguir así, lo sabes. Antes solía ser poco, pero no sé qué... ¿Hiciste algo fuera de lo usual? Quiero decir, ¿Porqué de repente hubo un aumento en tu hielo?
Me encogí de hombros pensando en aquel leve toque de labios.
—Puede ser porque me estás ocultando algo.
—No es eso.
—Entonces si me ocultas algo. –dije resaltando lo obvio—Como lo dijo el amigo de Jungkook. El mismo que cambió la carta para mí.
Abrió sus ojos sorprendido. Aunque sinceramente no sé porque pareció tan asustado. Descubrí que había cambiado la carta por el sobre, era diferente.
—Sabes lo que significan aquellos sellos. ¿No es así?
—No lo sé. –musitó desviando la mirada. Es horrible mintiendo.
—Si no lo sabes, tal vez pueda ir y preguntarle directamente a tu amiguito el peligris. –hice el amague de levantarme, rápidamente negó con sus manos al frente.
—¡Está bien, está bien! Prometo contarte sobre ellos, ¿Vale? Pero por ahora no puedo hacerlo...
—Entonces le daré tus saludos de mi parte al cara de felino.
—¡No! Quiero decir, no. Mira, —se acercó quedando cerca de mi oído—Por ahora solo puedo decirte que tiene que ver contigo y JungKook.
Y no supe que responder, sacado de onda. Entonces esto va más allá que una simple carta.
—Creí que no nos ocultábamos nada. Pero está bien, espero y tengas una muy buena razón, porque sino olvídate de nuestra amistad.
Me levanté dando por terminada la charla. Antes de eso acoté:
—Aún está en pie lo del viaje. Tengo una sesión de fotos que completar.
Estoy seguro que asintió con un puchero. Sigue siendo mi mejor amigo. Eso no quita el hecho de que siga molesto con él. Me duele, si. Aunque deba jugar sucio llegaré a final de ésto.
Nadie me dijo nada acerca de mi separador 👉👈lo hice yo solita. :'
Comenten y voten. Los amo
Katsu✓❄️
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top