"Luz Entre Oscuridad"

NOTAS: Historia, brevemente inspirada en la historia "Amigo Imaginario", y probablemente no vaya a haber otro al menos claro, si se me da la inspiración y el tiempo para hacerle una continuación.

Finalmente, antes de comenzar a leer, debo decir un pequeño aviso. En caso de que llegaran a leer mis historias en otro lado, es muy seguramente un plagio. Yo siempre uso el seudónimo "RozenDark" y únicamente público en Amor Yaoi, Wattpad, Fanfiction.Net y AO3. Esto lo digo, debido a los recientes fallos de Wattpad y que esta misma plataforma tiene una página espejo donde lucran con las historias. Por lo que cualquier cosa, les estaré agradecida si me lo hacen saber :3

En fin, los personajes de Kingdom Hearts son propiedad de Square Enix y Disney. Las imágenes utilizadas en la historia, son propiedad de sus respectivos autores y de saber quiénes son, les agradecería muchísimo si me informan sobre sus nombres/seudónimos. En cualquier caso, trataré de hacer algunos dibujos para no quedar mal con la gente :D

Y sin más que decir, lesinvito a leer (^3-)/

~°ɞ°~~°ɞ°~

Sentía frío.

Sentía miedo.

Sentía soledad y abandono.

Pero lo que más sentía era un vacío en el pecho: Justo en el lugar donde debería estar su corazón.

Y vaya que sabía la razón de ese vacío; después de todo, su corazón acababa de ser fracturado.

Poco a poco sentía que caía a un vacío sin fin. No. Aquel vacío tenía fin, y terminaba justo en una plataforma circular en donde hacía falta la mitad. Justamente lo que sería la oscuridad que guardaba en su corazón: Su otra mitad...

Y cuando llegó a esa plataforma fracturada y en blanco, con su mirada azul opacada por la falta de equilibrio en su corazón, el joven solamente pudo mirar justo donde ahora había vacío...

No podía hablar, pero podía ver y sentir como poco a poco, la plataforma en blanco comenzaba a desmoronarse. Parte por parte, en minúsculos fragmentos que formaban pequeñas luces que desaparecían como polvillo en el viento...

Y él sabía perfectamente la razón de eso...

Sin el equilibrio entre luz y oscuridad, siendo que una parte era faltante, pronto, su corazón terminaría por desmoronarse hasta no quedar nada. Y él, no tenía la fuerza suficiente para impedirlo. Él nunca había sido lo suficientemente fuerte para una batalla de esa magnitud.

Lo único que le quedaba, era ver cómo poco a poco su luz se iría apagando hasta no quedar nada...

Más pronto que tarde, su luz se apagaría como una vela a la que le sopla el viento. O eso había pensado hasta que una tenue luz hizo acto de aparición.

Y con esa luz, escuchó una voz. Y aquella voz era tan cálida y atrayente, que aún en la bruma de su fracturado corazón, quería sentir más...

"¿Quién eres?" Preguntó de manera apagada.

La voz solamente dio una risa alegre. Casi como si le hubiera agradado oírlo hablar.

'Soy un nuevo corazón', la voz respondió. 'Sentí tu llamado y vine a ayudarte'.

"Pero si este es... ¿Qué haces en mi corazón...?" Preguntó.

'Me ha traído la luz', la voz respondió. 'La vi brillar en la lejanía... Y la seguí hasta aquí...'

El chico completamente ido se llevó una mano al pecho. "Sí... Era mi luz", y cuando vio la parte faltante de su corazón, una expresión vacía surco su jovial rostro. "Pero mi corazón está fracturado. Y ahora, lo que me queda, se escapa..."

El joven una vez más, espero con paciencia a que el halo de luz desapareciera, que la voz simplemente se marchará y le permitiera la soledad que él no quería. Sin embargo, la voz de ese nuevo corazón, no hizo absolutamente nada de lo que él joven esperaba y nuevamente habló con la convicción que aparentemente tenía.

'¡Une entonces tu corazón al mío!'

"¿Qué...?"

El joven repentinamente vio como el corazón que antes estaba partido, se completaba nuevamente, con la única diferencia de que ahora, era hecho de luz por completo.

El halo de luz y la voz que pertenecían a ese nuevo corazón, no desaparecieron al instante y en su lugar, dio unas palabras más esperanzadoras...

'Y ahora nuestros corazones están conectados y nada más se escapará', mencionó con tono alegre. 'Un día serás lo bastante fuerte para recuperar lo que ya te abandonó...'

El joven sin poder evitarlo, sonrió, mientras daba un asentimiento a esa voz. "Sí... Gracias..."

La voz soltó una agradable risa. 'Ahora debes despertar...' Le dijo. 'Lo único que debemos hacer es...'

"¡Abrir la puerta!"

Tan pronto el chico soltó aquellas palabras, la luz en su corazón dio paso a una imagen de él mismo, dando por hecho que aquella conexión había permitido la restauración de su corazón antes fracturado.

El halo de luz y la voz desaparecieron, tal y como habían aparecido antes: Tan repentina y misteriosamente...

Y de alguna manera, lo ocurrido sólo ayudó, para que él joven fuera envuelto en una luz blanca y despertará de manera momentánea en una extraña isla con llamativas palmeras y frutas en una peculiar forma de estrella. El joven envuelto en una manta blanca, solamente hizo aparecer una especie de llave gigante en su mano y junto a ella, soltó un rayo de luz hacía el cielo estrellado. Casi al instante de haber hecho eso, volvió a quedarse completamente dormido, pero con una expresión apacible en el rostro.

"Una llave espada..." Soltó el encapuchado.

El hombre que había orillado a dicho joven a casi perder la vida, solamente sonrió con diversión, al formar otro plan para tener lo que tanto había buscado...

Despuésde todo, Ventus aún podía serle de utilidad para sus planes a futuro...

"Luz Entre Oscuridad"

Ventus no podía creer lo que había pasado y es que en el maestro Eraqus había visto no solo un mentor. El hombre era como un padre no solo para Terra y Aqua, también lo era para él.

Así que ahora, cuando en verdad necesitaba su apoyo, se sentía abandonado por completo...

"Tal vez el maestro tenga razón..." Soltó un murmullo lleno de rendición.

De no ser porque Terra había llegado a Tierra De Partida, él ya no estaría vivo y, por ende, no tendría que estar preocupándose por lo que Vanitas le había dicho. Tal vez era verdad y tenía que ser eliminado para evitar la creación de aquella arma que traería infortunio en todos los mundos.

"¿Estás bien...?"

Ventus salió de su letargo para mirar al dueño de aquella voz. Era un niño pequeño y al parecer, parecía preocupado por él, a pesar de que ni siquiera lo conocía y eso solamente lo hizo sonreír.

"Supongo que no muy bien..." Respondió. Claro, no es como si estuviera del todo bien, pero algo en la mirada de ese niño le hacía no querer preocuparlo.

"Te ves muy triste", soltó el niño. "Tal vez necesites compañía, usualmente cuando me siento triste, Riku está junto a mí para alegrarme, aunque la mayoría de las veces se burla de mí y me dice llorón".

Ventus asintió y sin esperarlo, una sonrisa surcó su rostro. "Sabes, tengo dos amigos que siempre me apoyan y me cuidan, aunque a veces y solo a veces, me tratan como si fuera un niño pequeño".

Tan repentinamente recordó todos los momentos que había vivido en Tierra De Partida junto a Terra y Aqua, Ventus sintió alegría, pero al mismo tiempo, esos recuerdos se sentían lejanos con todo lo que habían vivido en ese viaje. Y nuevamente sentía que debía dejarse eliminar para no involucrar aún más a gente inocente o en este caso, a la gente que amaba.

"Eso significa que eres muy querido, ¿No?" El niño sin esperar más, se sentó junto al joven extraño, casi como si en verdad lo conociera. "Ahora que lo pienso, ¿Cómo te llamas?" Preguntó con interés. "Yo me llamo Sora".

El rubio asintió sonriente. "Un gusto Sora, mi nombre es Ventus, pero generalmente las personas que son mis amigos me llaman solamente Ven", respondió en tono alegre.

El pequeño Sora asintió con una sonrisa y sin decir algo más, comenzó a mecer sus pequeñas piernas por el borde donde se encontraba sentado. Por un momento Ventus creyó que el niño ya no diría algo más o incluso que en cualquier momento se despediría para ir a buscar a su amiguito. Sin embargo, Sora lo vio con completo interés y de alguna manera, sintió que habrían más interrogantes por parte del pequeño.

"Si tienes amigos que te quieren, ¿Por qué te encuentras solo?"

La pregunta de Sora tomó por sorpresa a Ventus, aunque de alguna u otra manera había sentido que el niño preguntaría algo así. Y aunque no lo hubiera querido su sonrisa por supuesto, desapareció, junto con su buen humor con la sola pregunta de un niño inocente.

Nuevamente los sentimientos negativos habían regresado y el niño pareció preocupado con solo ver su expresión tan deprimente...

"A decir verdad... Temo que nuestra amistad esté fracturada..." Y hablando con sinceridad, Ventus no creía, él sentía que su amistad ya no tenía reparación.

Todo había comenzado a salir mal desde el momento en el que el maestro Eraqus había nombrado a Aqua Maestra de la llave espada y a Terra no. Fue desde ese preciso momento en el que Terra había comenzado a alejarse cada vez más y Aqua había comenzado a actuar de una manera tan distinta a lo que había sido momentos antes del examen.

Y luego estaba el asunto con la aparición de Vanitas en su habitación. Siempre haciéndolo enojar con las palabras malintencionadas que soltaba en contra de Terra y Aqua.

Solo en ese momento, cuando el pequeño Sora le había preguntado, es que Ventus recordaba tantas cosas por las que, en primer lugar, había tomado la decisión de regresar a Tierra de Partida y dejar que el maestro Eraqus lo eliminará de una vez por todas. Sin embargo, el toque de esa pequeña mano lo regresó a la realidad.

Ventus vio a Sora con una imperceptible sorpresa, casi como si aquel toque amistoso, le trajera recuerdos borrosos de algo que en su momento había olvidado. Y por alguna razón, una risita, junto un halo de luz fue lo que vio de manera momentánea, casi como si quisiera recordar algo de gran importancia.

"No estés triste Ven... Tal vez solo sea un malentendido", Sora mencionó con una sonrisa compasiva. "Riku y yo también peleamos de vez en cuando, pero no duramos mucho tiempo molestos y siempre terminamos juntos y de regreso a esta pequeña isla donde jugamos durante horas".

Ventus se permitió sonreír con esas palabras. "Supongo que tienes razón..." No tenía idea de cómo aquel niño podía animarlo tan fácilmente, pero agradece sin duda alguna, el gesto.

"¡Ya sé!" Sora se levantó de manera emocionada al ocurrírsele una gran idea. "Si lo que te preocupa es que tus amigos y tú se separen, entonces necesitan una Fruta Paopu".

Ventus simplemente le dio una mirada confundida al niño. "¿Fruta Paopu? ¿Qué es eso...?" Al final, decidió preguntar, aunque de alguna manera, la mención le recordaba a algo que Aqua les había contado justo cuando les regalo a Terra y a él los amuletos que había hecho.

"Es una fruta muy significativa en este lugar", respondió Sora sin perder el brillo de emoción en su mirada. "Hay una leyenda que dice que, si compartes la fruta con alguien especial, sus destinos se unirán y seguirán unidos sin importar lo que pase. Así que, si te preocupa que tus amigos y tú se separen, necesitas la Fruta Paopu para compartirla".

Ventus asintió en silencio, mientras veía al niño alejarse poco a poco. Y por un breve instante, se sintió completamente solo: Él no quería estar solo.

Aparentemente el niño notó su incomodidad y nuevamente le dio una sonrisa que aparentemente era tan característica de él, mientras señalaba unas palmeras algo alejadas de donde se encontraban justo ahora.

"Solamente iré a buscar una fruta para que compartas con tus amigos, tal vez de paso vea a Riku y le pida que venga a conocerte. Estoy seguro de que Riku te agradará".

Ventus asintió más calmado. "Aquí te espero entonces", murmuró.

Y sin perder más tiempo, el niño salió corriendo justo hacía la única puerta que se encontraba en el lugar. Era algo curioso que esa pequeña isla tuviera tantas puertas y escaleras, pero Ventus lo atribuía a que era para evitar que los niños salieran lastimados por tratar de escalar.

Pero al ver a Sora ya en la parte baja de aquella pequeña subida, sonrió más relajado y respondió el saludo efusivo del niño. Curioso que justo ahora, sentía que, gracias al destino, hubiera conocido a Sora.

Ese pequeño niño lo había ayudado cuando más lo necesitaba y por alguna razón, sentía que no era la primera vez que lo hacía...

Con ayuda del pequeño Sora, por un momento, se había olvidado de sus problemas. Su cuerpo se había relajado y su mente estaba más tranquila. Pudo haberse quedado a disfrutar de la vista de aquel bello atardecer y el sonido apacible del mar, pero solamente el escuchar esa voz, lo regresó a su cruel realidad...

"Veo que te diviertes mucho Ven..." La voz escupió con asco el dulce apelativo con el que nombraban a su contraparte.

Y Ventus vio con sorpresa <<y al mismo tiempo enojó>> a Vanitas...

De ninguna manera quería ver a ese tipo y mucho menos ahora que Sora volvería en cualquier momento...

"¡Vanitas!" Espetó Ventus, mientras hacía aparecer a Brisa descarada en su mano.

Vanitas sonrió con la arrogancia que lo caracterizaba. "El mismo".

No importaba qué es lo que tuviera que hacer, pero Ventus debía hacer que ese ser de oscuridad se fuera antes de que Sora regresará y se viera involucrado...

~~

Terra había dejado de pelear. No le veía caso seguir con una pelea que solamente serviría para empeorar la situación.

Aun así, no hizo desaparecer a Teluria de sus manos, siempre en guardia en caso de que su mentor siguiera con las intenciones de continuar con esa pelea.

"Antes que nada, lamento haber comenzado una pelea que en un principio no debió ocurrir. Sin embargo, maestro, no podía quedarme de brazos cruzados y permitir que asesine a Ventus..."

"Tú no lo entiendes Terra..." Alguien que ya había pasado por la experiencia de lidiar con la eliminación de sus amigos y mentores, no podía permitir que una historia así se repitiera. "Si Ventus sigue con vida, su contraparte logrará cumplir con su objetivo y crear algo que solo traerá destrucción a todos los mundos..."

"¡¿Y por eso intentó eliminar a Ventus?!"

"¿Qué?"

Aqua, quien había llegado no hacía mucho tiempo a Tierra de partida, se mostró completamente sorprendida al escuchar por boca de Terra que su mentor había intentado hacer una barbaridad. Dio una mirada dolida al maestro Eraqus, esperando que negara lo dicho por su amigo, pero en su lugar, su mentor solo pudo mirar hacia otro lado con una expresión llena de resignación...

"¿Por qué haría tal cosa, maestro...?"

"Porque de no hacerlo, las consecuencias serían peores..." Respondió sin titubear. "No es algo que quisiera hacer, pero es algo que, sin duda alguna, debo hacer por un bien mayor".

"¿Y si con eliminar a Ventus no resuelve nada?" Cuestionó Terra con enojo. "Si esto fue un plan y por todo lo que he escuchado del propio maestro Xehanort, puedo decir que siempre habrá algo más en todo esto..."

"¿Qué quieres decir?" Preguntó Eraqus. "El mismo Ventus fue quien me dijo todo lo que él era..."

"Y Vanitas fue quien le dijo a él todo lo que él era, pero hay algo más maestro. Siempre que se hablaba de Vanitas o incluso, siempre que Vanitas estaba cerca, el maestro Xehanort siempre estaba en el momento justo. Incluso cuando todo comenzó, fue al mismo tiempo que el maestro Xehanort había llegado a este lugar..."

Aqua asintió de acuerdo con las palabras de Terra. "Ventus comenzó a actuar raro justo después del examen y las cosas se salieron de control justo con el maestro Xehanort en el lugar... Maestro Eraqus, usted me envió a vigilar a Terra no porque desconfiará de él, más bien porque le preocupaba que sucumbiera a la oscuridad y Terra lo ha hecho gracias a que siempre estuvo cerca el maestro Xehanort..."

Y ahora que lo pensaba con detenimiento, las palabras de Aqua tenían sentido para Terra. Él había hecho caso al maestro Xehanort en un principio, incluso le había creído lo que le había dicho sobre Ventus y Vanitas, pero pensando con más claridad, el día que Ventus había llegado, fue porque el mismo maestro Xehanort lo había traído a Tierra de Partida, pero Ventus en ese entonces parecía completamente ido, casi como si estuviera herido o le faltará algo de suma importancia.

Solo ahora, es cuando podía sentir que si bien, había hecho las cosas mal en ese viaje, podría remediarse si se aseguraba de mantener a Ventus protegido y de paso, eliminar al verdadero causante de todo ese problema: Vanitas.

"Podría ser que Xehanort..." A decir verdad, Eraqus de alguna manera ya había comenzado a dudar de su viejo amigo. Después de todo, aún recuerda la noche en la que Ventus había llegado. "De ser así, ustedes tendrían algo de razón..."

Terra solamente hizo desaparecer su llave espada. "Maestro Eraqus, de ser así, eliminar a Ventus solamente le traería un cargo de conciencia y sin duda alguna, sería algo de lo que siempre se arrepentiría".

Eraqus pensó en las palabras de Terra. Pero al mismo tiempo, recordaba todo lo que había tenido que enfrentar en su juventud, todas esas muertes de sus amigos y compañeros y todo lo que había tenido que hacer para salir con vida y evitar que las cosas empeorarán.

Tal vez por eso su renuencia hacía la oscuridad...

Pero nuevamente pensaba en las palabras de Terra. Si el usaba su llave espada y eliminaba a Ventus, nada podía asegurarle que Vanitas no tuviera algún plan en caso de que esa posibilidad existiera. No, no Vanitas...

Eraqus debía aceptar la realidad de que su viejo amigo era el verdadero causante de todo ese embrollo...

"Tienen razón..." Susurró con arrepentimiento. "Aun así, le hice un daño mayor a Ventus y seguramente pensará que en verdad debe morir para evitar que algo malo pase..."

"Entonces solo debemos encontrarlo y traerlo a casa", a paso calmado, Aqua se situó junto a su mentor, usando ese tono tan dulce característico de ella.

"Esta vez nosotros dos nos aseguraremos que regrese a casa", mencionó Terra de igual manera. "En cuanto a todo lo demás, maestro, en verdad desearía poder erradicar la oscuridad que tengo en mi corazón, pero no es cuestión de querer hacerlo, más bien de aprender a vivir con ella o al menos así me he sentido desde que conocí a un niño en uno de los tantos mundos que he visitado".

Aqua dio una mirada sorprendida a su amigo. "Ese niño... Ahora que lo mencionas, tú hiciste el ritual de la llave espada".

"¿Lo hiciste...?" Eraqus dio una mirada impresionada a su pupilo. "¿Qué fue lo que viste?"

Terra no pudo evitar sonreír al recordar a ese pequeño niño y en las palabras que le había dicho. "Creo que vi esperanza, maestro... Ese niño sin duda alguna es especial y alguien que en un futuro será muy importante en nuestra lucha".

"¿De qué mundo proviene?"

Terra y Aqua se miraron entre sí, mientras daban un asentimiento mutuo. "Islas del Destino", respondieron ambos.

El nombre de dicho mundo solamente le traía tantos recuerdos a Eraqus, aunque en esos momentos no creía que fueran gratos de oír. Aun así, se permitió ponerse de pie y encomendar a sus dos pupilos dejar ese asunto para otro día y enfocarse en buscar a Ventus y traerlo a casa.

"Lo más sensato sería ir en busca de ese niño y traerlo antes de que Xehanort se enteré de su existencia, pero por ahora, Ventus es un asunto de más importancia..."

"Ambos iremos por él", respondió Aqua sin titubear.

"Y regresaremos juntos los tres", agregó Terra de igual manera.

Tan pronto estuvieron por hacer aparecer sus respectivas armaduras, el amuleto que cada uno poseía comenzó a brillar con gran intensidad.

"Los siempre juntos..." Aqua dio una mirada preocupada a Terra al tener una idea de lo que estaba pasando.

"Debe ser por Ven..." Terra apenas guardó su amuleto, hizo aparecer su armadura y se preparó para dar vuelo hacía donde sentía que Ventus se encontraba.

"Maestro Eraqus, traeremos a Ven de vuelta", de igual manera, Aqua se preparó para comenzar a volar hacía el mismo lugar que Terra.

Eraqus solamente se quedó en Tierra de Partida, con la preocupación latente. Si en verdad todo lo sucedido era algo que estuviera escrito de alguna manera, lo más seguro es que habían más conexiones en las Islas del Destino, que solamente un punto de inicio...

Sea como sea, solamente esperaba que sus pupilos regresaran con bien a casa...

~~

Vanitas veía con mucha diversión como su contraparte dulce y azucarada lo veía con desdén y completamente en guardia. Sin poder evitarlo, soltó una risotada descarada, como si no le supusiera ni un mínimo de amenaza.

A paso aburrido, comenzó a caminar de un lado a otro, lenta y tortuosamente, sin perder de vista a ese torpe niño mimado y llorón frente a él.

"¿Te divertiste en tu plática con ese bebé llorón?" Preguntó con burla. Había visto y escuchado toda esa 'amena' charla y no podía evitar sentir cierto asco por esos mocosos empalagoso y su charla sobre la amistad.

La pregunta solamente hizo que Ventus le diera una mirada de advertencia. "¡No te atrevas a involucrarlo!" Advirtió, mientras apuntaba su Llave Espada a su contraparte.

"¡Te encariñaste con el bebé!" Soltó entre risas maliciosas. "¿Cómo era que se llamaba?" Casi como si le interesara el tema, se puso en pose pensativa, solo para sonreír con maldad al ya recordar el nombre. "Ya recordé, es el pequeño Sora, ¿No es así?" Vanitas veía con diversión como con la sola mención de ese niño, Ventus parecía perder el control. "¿Es que acaso ahora sí quieres pelear como se debe?" Preguntó con una falsa curiosidad. "De ser así, deberías mover tu trasero e ir a la Necrópolis de Llaves Espada".

Por un breve instante, Vanitas pensó que Ventus al fin comenzaría a ceder ante él y lo que se había planeado desde un inicio. Sin embargo, su contraparte simplemente negó apresurado, sin bajar la guardia.

"¡No pienso pelear contigo!" Respondió Ventus. "Pero tampoco pienso dejar que se te ocurra hacer más daño y menos a ese niño".

"¿Y cómo piensas impedirlo?" Vanitas no esperó más para sacar la Quid Vacuo y apuntar a Ventus con furia. "¿Acaso esperas que, con unos cuantos diálogos sobre la amistad y el amor, me vas a detener? ¡Despierta de una vez Ventus!"

"Sé perfectamente que no me harás caso, después de todo, solamente eres un ser de oscuridad", sin titubear con sus intenciones, Ventus apuntó su Llave Espada hacía su corazón. "Pero tampoco pienso permitir que el maestro Xehanort o tú, se salgan con la suya, así que yo mismo tendré que acabar con mi existencia".

Ventus supo de inmediato que había logrado parar las intenciones de Vanitas, aunque sea brevemente. Al parecer, no era una opción factible que él en verdad muera sin pelear contra su oscuridad.

"¿En serio serías tan estúpido para cometer suicidio?" Cuestionó Vanitas con enojo. "¡Tan cobarde eres para no pelear como se debe!"

"Haré lo necesario para evitar que te salgas con la tuya", respondió Ventus. "Terra y Aqua tarde o temprano te encontrarán y te detendrán, pero mientras yo sea eliminado, puedo darles más tiempo..." Tal vez no podría volver a ver a sus dos amigos, pero al menos lograría frenar los planes de Vanitas.

En cuanto a Vanitas, ahora mismo podía confirmar que Ventus al menos tenía algo de valor y al mismo tiempo el descaro de retarlo de esa manera. De nada le serviría si el cobarde termina suicidándose en lugar de pelear contra él, así que retrocedió, para evitar que hiciera esa locura.

Tendría que pensar una manera de tomar desprevenido a ese tonto y llevarlo directamente al Necrópolis de Llaves Espada, pero no se le ocurría una manera de hacerlo.

Se sentía un perdedor con el actuar de Ventus, o al menos así se había sentido, hasta que la voz infantil y alegre de aquel niño, les dio la señal a ambos de que había regresado.

"¡Aquí tengo la Fruta Paopu, Ven!" Apenas pasó por la puerta que daba paso a ese lugar, Sora alzó lo más que pudo la fruta amarilla en forma de estrella de la que le había hablado a Ventus. Pero al ver a la persona de aspecto amenazante y un extraño casco, su sonrisa desapareció, mientras veía preocupado a su nuevo amigo. "¿Quién es él, Ventus...?"

Ventus sintió pánico al ver que Vanitas veía al niño. "¡Huye de este lugar Sora!"

Sora sintió miedo al escuchar la urgencia de su nuevo amigo, así que nervioso, trató de correr de regreso a la puerta, pero para su sorpresa, aquel enmascarado, ya lo había tomado de la mano con un agarre firme y sin las intenciones de liberarlo. Por supuesto, trató de soltarse, pero era obvio que no podría hacerlo sin ayuda, así que su temerosa mirada, sólo pudo enfocar a Ventus...

"¡Déjalo ir, Vanitas!" Ventus decidió apuntar su Llave Espada hacía su contraparte. "¡Sora no tiene nada que ver en esto!"

A pesar de sus palabras y sentirse en la necesidad de ceder ante los mandatos de Vanitas, Ventus solamente pudo ver como su contraparte solamente se retiraba aquel casco con su mano libre. Y al ver su verdadero rostro, Ventus no pudo evitar mirar con asombro no solo a Vanitas, también al aterrado Sora.

"Curioso, ¿No?" Vanitas simplemente hizo aparecer a varios Nescientes para evitar que Ventus intentará acercarse. "Al principio, admito que no había entendido porque este mundo tan aburrido me atraía una y otra vez, pero ahora, con este niño justo aquí, puedo decir que, si quieres suicidarte, adelante Ventus, eres completamente libre".

"¡Riku!" Sora había tratado una y otra vez soltarse, pero aquel extraño, solamente apretaba más su agarre y lo lastimaba al mismo tiempo, así que optó por llamar a su mejor amigo, después de todo, Riku siempre llegaba en su ayuda.

"Ese supuesto amigo tuyo no vendrá", Vanitas dio una sonrisa con amabilidad fingida. "Temo decirte pequeño Sora, pero Ventus te ha mentido... Y tu amigo Riku, él se irá al mundo de Ventus y sus amigos. Te dejará completamente solo en este mundo tuyo".

Ventus no podía acercarse a Vanitas y a Sora, los Nescientes se encargaban de impedirlo, así que evitando ataques y atacando con fuerza, pudo defenderse, pero no lograr salvar a Sora.

Claro que había algo en el comportamiento de su contraparte y sin duda alguna, no entendía el repentino interés de Vanitas hacia Sora y mucho menos el cambio de opinión con respecto a lo que tanto le había exigido desde aquel día en el que había aparecido en su habitación...

En cuanto a Sora, el pequeño solamente dejó de intentar soltarse, para darle una mirada temblorosa a ese extraño de ojos dorados. De ninguna manera podía creer que Riku lo abandonaría y mucho menos que Ventus estuviera involucrado, después de todo, había algo que le decía que debía confiar en su nuevo amigo.

"¡Eres un mentiroso!" Acusó con lágrimas amenazando con caer en cualquier momento. "Riku no me abandonaría nunca, él es mi mejor amigo..."

El niño por un momento pensó que ese extraño se rendiría o que incluso admitiría la mentira que había dicho. Sin embargo, Vanitas solamente soltó una risotada, mientras negaba.

Una caricia que pretendía ser amable, rozó su cabello, y sin poder evitarlo, dio una mirada aterrada al dueño de esa mano.

"Yo no podría mentirte Sora" Vanitas sonrió con falsedad, mientras señalaba la Llave Espada en la mano de su contraparte. "Antes ya habían venido a este mundo dos personas nuevas a parte de Ventus, ¿No?"

Sora recordó a la amable chica y aquel muchacho que se había tardado hablando con Riku. "Una chica bonita de cabello azul... Y un chico muy serio de cabello castaño", respondió Sora de manera nerviosa.

Con una sonrisa, Vanitas asintió. "Aqua y Terra, ambos amigos del mentiroso de Ventus" mencionó, mientras daba otra caricia al cabello del niño. "Dime algo, tu amigo Riku no quiso contar sobre la plática que había tenido con Terra, ¿No es así?"

Sora recordó aquel día, terminando por asentir a lo mencionado por ese extraño y aterrador muchacho. Un poco desconfiado, dio una mirada a Ventus y notó la similitud en las vestimentas que el rubio llevaba con las de los otros dos.

"¿Por qué querrían llevarse a Riku?" Preguntó nervioso.

Vanitas no pudo evitar sonreír con malicia al notar una mancha de oscuridad en ese dulce e inocente corazón. "Porque necesitan más guerreros para blandir la Llave Espada", respondió. "Ventus lleva una, Aqua y Terra también lo hacen. Y Terra, ya ha elegido a tu amigo para ser un portador y alejarlo de ti".

Sora miró a Ventus como si se sintiera traicionado. "¿Por qué lo harían?" Preguntó con tristeza.

Vanitas le dio una mirada de falsa empatía. "A decir verdad, tu supuesto amigo se mostraba completamente interesado por Terra, ¿Acaso ese amigo tuyo siempre muestra interés por alguien nuevo?"

Sora negó sin dejar de mirar su mano atrapada. "Riku no es muy amistoso con los extraños, pero con ese chico, él se mostró muy interesado..." Triste de que en verdad existiera la posibilidad de que Ventus y sus amigos quisieran llevarse a su amigo, dio una mirada dolida al rubio, que no había dejado de pelear contra esas extrañas criaturas. "¿Ventus en verdad me mintió...?"

Vanitas asintió con una falsa preocupación. "Ventus es un buen mentiroso", mencionó. "Pero te aseguro que yo estoy aquí para apoyarte, de hecho, puedo hacer que Riku y tú estén juntos, que ambos puedan ser portadores de una Llave Espada y así juntos podrán explorar la infinidad de mundos" Dio una mirada divertida a su contraparte, podía sentir una gran satisfacción al ver la desesperación de Ventus por acercarse y alejar al niño, pero sus Nescientes hacían un excelente trabajo para variar. "Sora, yo puedo hacerte mi sucesor y permitirte ser un portador de la Llave Espada", con calma dejó su casco en el suelo, para luego hacer aparecer su Quid Vacuo y acercarla al niño.

"¿Qué es eso...?" Preguntó Sora, mientras abrazaba su mano recién liberada y veía al extraño con cautela.

"Es una Llave Espada", respondió Vanitas sin perder de vista el comportamiento del niño. "Si en verdad te interesa, puedo ayudarte a ser un portador y así, podrás estar junto a tu amiguito".

"¡No lo hagas Sora!"

Ventus no entendía a lo que Vanitas quería llegar, pero de algo estaba seguro y es que no podía permitir que se saliera con la suya y convirtiera a Sora en un portador de la Llave Espada.

Sora no era alguien que debería tener que lidiar con una carga como la de él o incluso la de sus amigos. Así que trato de liberarse de esos molestos Nescientes, pero siempre que eliminaba a los que estorbaban su camino, aparecían más.

"Lo ves Sora, Ventus no quiere que te conviertas en un portador de la Llave Espada, ¿No es eso egoísta?" Vanitas no pudo evitar la mirada burlesca que había dirigido a su contraparte. Tuvo que controlarse para no reírse de Ventus y su obvia desesperación por salvar a ese mocoso.

Respecto a Sora, Vanitas sonrió complacido al ver que esa pequeña mancha de oscuridad se había agrandado considerablemente, pero al mismo tiempo, esa molesta luz también seguía brillando. Lo último no le interesaba en lo absoluto, pero si lograba que esa oscuridad creciera un poco más, podría salirse con la suya y ya no necesitaría de Ventus y su patética renuencia a pelear como se debe...

"¿Por qué no quiere que sea un portador de la Llave Espada? ¿Es algo malo...?" Sora le preguntó a Vanitas con preocupación.

"Ya te lo había dicho, ¿No?" Vanitas pasó su mano por la regordeta mejilla del niño en un gesto que aparentaba ser cariñoso. "Terra vio algo de interés en tu amigo Riku, pero no lo vio en ti. Además, Terra logró que tu amigo te guardará secretos y estoy seguro de que tú no eres la clase de personas que esconde secretos a sus amigos, ¿O sí?"

Sora vaciló por un momento en responder. "Después de que nos alejamos, le pregunté a Riku sobre su plática, pero él no quiso decirme nada", sin poder evitarlo, lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. "¿Riku en verdad quiere abandonarme...?"

Vanitas asintió. "Me temo que así es, pero puedo ayudarte..." Sonrió al ver que esa oscuridad había tomado el tamaño justo para lo que tenía planeado, ahora, solamente debía lograr que el niño tomará su Llave Espada. "Puedo hacer de ti un portador como tu amigo, solo debes confiar plenamente en mí".

"¡Ya basta Vanitas!" Ventus quiso correr hacía su contraparte, tratar de evitar que hiciera lo que tenía planeado con Sora, pero tal como había sucedido antes, los Nescientes se encargaron de alejarlo con garras y puños.

"¿Ventus?" Sora dio una mirada preocupada al chico, después de todo, había sido muy amable, pero al sentir la caricia en su cabeza, miró al extraño, que seguía esperando una respuesta de su parte. "¿Por qué esas cosas están atacando a Ventus?"

"Descuida Sora, esas criaturas no te harán ningún daño, solamente lo están deteniendo. Ventus después de todo, no quiere aceptar que ahora tú sabes la verdad y que dentro de poco serás un nuevo portador de la Llave espada", con falsa calma, intentó acercar su Llave Espada al niño, pero tal parecía que Sora aún tenía dudas. "Si no lo haces, Terra y Aqua llegarán en cualquier momento y te aseguro que no solamente llegarán a buscar a Ventus, también a tu amigo".

Sora se asustó con aquella posibilidad, así que temblando completamente nervioso, comenzó a acercarse a la Llave Espada en las manos de aquel extraño. "¿En verdad crees que pueda ser un portador...?" Preguntó temeroso, porque en verdad le preocupaba que hubiera una mínima posibilidad de no ser merecedor de ese privilegio y, por ende, aceptar que su amigo fuera alejado.

Vanitas asintió con una falsa amabilidad. "Te aseguro Sora, que serás un portador de la Llave Espada como ningún otro. Incluso puedo afirmar que eres alguien completamente especial para mí".

Sora dio una última mirada a Ventus y por alguna razón, sintió que debía alejarse del extraño. Temeroso, comenzó a retroceder lentamente, mientras negaba, al mismo tiempo que veía con temor al de ojos ambarinos.

"¡Mientes!" Gritó con temor. "No entiendo la razón por la que lo digo, pero sé que mientes".

La sonrisa de Vanitas desapareció y su expresión llena de falsedad pasó a ser una llena de furia. Dio una mirada rencorosa hacía Ventus, pero su contraparte seguía demasiado ocupada con los Nescientes como para poder acercarse.

No perdió más tiempo cuando notó que el niño había intentado irse por aquella puerta, tampoco se contuvo cuando tomó nuevamente la pequeña mano.

"Intente hacer las cosas más fáciles, pero esa maldita conexión que tienes con Ventus fue lo suficientemente fuerte para que no me creyeras", furioso acercó su Llave Espada a la mano que tenía fuertemente agarrada. "Pero de nada sirve si no me crees, después de todo, esa oscuridad en tu corazón, es lo que necesito justo ahora..."

Sora fue obligado a tocar esa extraña Llave Espada, sintiendo el frío tenebroso que solo le daba más miedo. Dio una mirada a Ventus, pero no podía acercarse, aunque lo intentará, luego miró al extraño, pero este solamente sonreía al ver su temor.

"¿A qué le temes Sora?" Vanitas preguntó. "Yo solamente quiero ayudarte..."

"¡Eso no es cierto!" Gritó, mientras trataba de liberarse.

"La verdad... Ya no me interesa si me crees".

Vanitas no dio aviso de sus intenciones, repentinamente, Ventus se vio liberado de los Nescientes, pues de un momento a otro comenzaron a mirar a su creador y al niño. Y Ventus vio con horror como poco a poco la oscuridad que Vanitas había creado en el corazón de Sora, salía y formaba un Nesciente de un tamaño considerable, tal como en una ocasión, le habían hecho a él...

"¡Sora!"

Vanitas solamente miró a su contraparte con demasiada diversión, mientras se aseguraba de absorber la oscuridad que había formado parte del corazón del niño, sintiéndose más fuerte, pero, sobre todo, sintiendo ahora, la conexión con Sora y al mismo tiempo, la conexión que el niño tenía con Ventus. Por supuesto que al ver al niño caer desmayado, se aseguró de cargarlo y sonreír divertido, mientras veía a Ventus...

"¿Qué fue lo que le hiciste?" Ventus vio preocupado al niño inconsciente en los brazos de su contraparte. Todo con la disposición de pelear contra Vanitas de ser necesario. "Déjalo ir... ¡Es a mí a quien quieres!"

Vanitas soltó una risa divertida al escuchar esas palabras. "Eso fue antes de descubrir la razón por la que continuaste con vida, después de que el maestro Xehanort te trajera a este mundo a morir..." Con falsa preocupación vio al niño en sus brazos, todo sin perder su sonrisa. "¿Acaso no sentiste la conexión con este niño en cuanto lo viste?" Preguntó. "Sora después de todo, es la razón por la que pudiste seguir con vida, después de que el maestro Xehanort extrajera la oscuridad de tu corazón y yo naciera".

Ventus dio una mirada confundida al niño. "Eso no puede ser..." De ninguna manera podía creer que Sora había sido involucrado en su batalla por culpa de su propia debilidad. "Eso no puede ser verdad... ¡Estás mintiendo de nuevo!"

"Claro que sí puede ser... Esa noche, cuando tú morías, un nuevo corazón acababa de nacer y casualmente ese corazón pertenece a este niño..." Sonrió al ver el temor en el rostro de su contraparte. "Ventus, ya no te necesito, después de todo, puedo espere unos años a que fueras fuerte para pelear como se debe, pero al ver tu renuencia a pelear y tu disposición para suicidarte, sé que puedo esperar unos años más y moldear a este pequeño para formar la Llave Espada X", encantado con su plan, dio una mirada al niño en sus brazos.

Ventus negó apresurado y sin perder tiempo apuntó su Llave Espada hacía su contraparte. "¡De ninguna manera voy a permitirlo!"

"¿En serio? ¿Qué es lo que harás exactamente?" Preguntó Vanitas con interés. "¿Vas a matar a Sora?, Ventus, te recuerdo que fue culpa tuya que se viera involucrado, después de todo, fuiste tú quien unió su corazón con el suyo y ahora, el pequeño e inocente Sora es alguien como tú, un ser de luz por completo y una valiosa herramienta para los planes del maestro Xehanort".

Ventus titubeo al escuchar esas palabras. Tenía que detener a Vanitas, pero ahora ya no era cuestión de eliminar su propia existencia, porque Sora también estaba involucrado. Tampoco podía pelear contra Vanitas, porque eso solamente haría que su contraparte se saliera con la suya...

Preocupado, tomó su amuleto, esperando que le diera alguna respuesta a sus problemas y de alguna manera, así fue...

Fue breve, pero el Siempre Juntos brilló con gran intensidad y Ventus supo que la ayuda estaba en camino. Así que ahora, solo debía impedir que Vanitas logrará llevarse a Sora...

~~

Terra y Aqua habían llegado a Islas del Destino, ambos buscaban preocupados a su amigo, pero el lugar donde habían llegado desde un inicio, parecía vacío o al menos eso es lo que habían creído hasta que el pequeño Riku apareció...

"¡Sora!"

Riku había visto momentáneamente a su mejor amigo, pero Sora no le dio una explicación a su apresurada carrera, ni mucho menos la razón por la que estaba buscando una Fruta Paopu. Aun así, se había asegurado de ayudarlo en busca de una de esas frutas tan especiales, con la intención de pedir respuestas. A pesar de ello, Sora apenas logró encontrar una, comenzó a correr sin siquiera esperarlo, aunque agradecía que le dijera que la fruta no era para él, sino que para un amigo nuevo al que quería que conociera.

Así que después de esperar unos minutos que parecían eternas horas, Riku se preocupó en cuanto no vio a Sora llegar. Y por un momento pensó que solamente estaba siendo paranoico, pero al escuchar su nombre pronunciado con la voz temerosa de Sora, Riku comenzó a correr por todos lados, buscando completamente preocupado.

"¿Sucede algo malo, Riku?" Terra dio una mirada preocupada al niño.

"Son ustedes de nuevo..." Riku saludó lo más rápido que pudo, sin dejar de mirar a todos lados en busca de Sora. "Es mi amigo, él se fue hace unos minutos a ayudar a un nuevo amigo, pero estoy completamente seguro de que lo escuche gritar mi nombre y se escuchaba asustado", explicó preocupado.

Terra y Aqua se miraron entre sí, ambos con expresiones preocupadas en sus rostros. El amuleto que la chica había hecho para sus dos amigos, los había llevado justo a Islas del Destino y ahora que llegaban, las cosas no estaban nada bien con el futuro portador y sucesor de Terra.

Y aunque les preocupaba Ventus, al menos sabían que su amigo podía defenderse, no como el pequeño Sora, que era un civil y además un niño muy pequeño. Así que optaron por ayudar a Riku a buscarlo...

"¿Qué es eso?"

O al menos hasta que Riku señaló a varios Nescientes que comenzaron a aparecer en su camino. Así que ambos sacaron sus respectivas Llaves Espada y se encargaron de proteger al niño, mientras al mismo tiempo eliminaban a las criaturas de la oscuridad que solo daban una mala señal.

"Riku, ¿Hay alguna manera de que regreses a casa?" Terra preguntó con preocupación. "Si esas cosas están aquí, significa que este lugar no es seguro..."

Riku dio una mirada preocupada al chico y rápidamente negó. "¡No puedo irme sin Sora!" Respondió. "¡Él me necesita!"

Terra y Aqua vieron con pena al niño frente a ellos. Lo entendían, puesto que ellos también estaban preocupados por Ventus. Sin embargo, no podían permitir que Riku estuviera en un lugar peligroso y menos si Vanitas estaba cerca...

"¡Ya basta Vanitas!"

Terra y Aqua miraron hacía el frente, aliviados de ver que Ventus se encontraba en ese mundo, pero al ver que Vanitas se encontraba también, se preocuparon por su amigo, en especial porque Vanitas no tenía las intenciones de pelear como las había tenido antes...

"¡Ven!" Terra se acercó apresurado a su amigo, para evitar que fuera dañado por uno de los tantos Nescientes que parecían proteger a su creador. "¿Qué está ocurriendo?"

Ventus estuvo a punto de responder lo que había sucedido en el tiempo que había estado en ese mundo, hasta que la voz de un niño atrajo su atención. Ese debía ser Riku, el amigo de Sora y Ventus se sintió más culpable de lo que ya se sentía, al ver la preocupación del niño.

"¡Deja ir a Sora!" Riku levantó su espada de madera y la apuntó al extraño que tenía a su amigo inconsciente.

Vanitas soltó una risa divertida con la clara amenaza de aquel niño. "¿Qué me harás si no lo hago?" Preguntó con malicia.

"¿Qué le hiciste a ese niño?" Aqua decidió intervenir, antes de que Riku decidiera lastimarse al enfrentar a Vanitas.

Vanitas simplemente sonrió, mientras daba una mirada maliciosa al niño en sus brazos. "¿Yo?, ¿Por qué no mejor le preguntas a tu pequeño amiguito, Ven...?"

Aqua dio una mirada preocupada a su amigo más joven. "Ventus no sería capaz de hacer algo en contra de un inocente o incluso de alguien que en verdad se lo merezca", respondió completamente segura.

"Así que más te vale que dejes ir al niño" Terra apuntó su Llave Espada a Vanitas.

"¿Por qué lo haría? ¿Solo porque tú me lo ordenas?" Vanitas se encargó de hacer aparecer más Nescientes a su alrededor. "En cuanto a porque necesito a este niño, Aqua según tengo entendido, puedes ver que tan puro es el corazón y también sé que ya habías visto a estos dos niños antes".

La mencionada no había entendido a lo que Vanitas quería llegar, hasta que dio una mirada analítica al estado del niño y se llevó una sorpresa no tan grata. Dio una mirada preocupada a Ventus, pero su joven amigo solamente veía a su contraparte con molestia.

"¿Qué ocurre Aqua?" Terra vio preocupado a su amiga al solo escuchar silencio.

"Su corazón... Antes era puro, su luz era atrayente, pero ahora, su corazón es por completo luz... El corazón de Sora es como el de Ven..."

"Eso es porque Vanitas le quitó la oscuridad en su corazón... Él convirtió el corazón de Sora en uno de luz por completo y absorbió su oscuridad para que él ocupará mi lugar como una herramienta para crear la Llave Espada X..." Ventus respondió con un claro sentimiento de culpa.

Riku no entendía esas palabras. "¿Qué es lo que le pasa a Sora?" Preguntó preocupado.

Aqua no supo cómo responder las dudas del niño. Sin embargo, si Sora ahora era como Ventus, no tenía las intenciones de dejarlo desprotegido y menos sabiendo las intenciones que Vanitas tenía.

"¡Déjalo ir Vanitas!" Exigió Aqua.

Vanitas estuvo a punto de responder, hasta que un rayo oscuro le dio por la espalda...

Terra, quien había estado más cerca de Vanitas, logró atrapar al inconsciente niño, antes de que tocará el suelo. Por supuesto, apenas se acercaron los otros tres detrás de él, le dio la tarea a Ventus de proteger a los dos niños, mientras Aqua y él se encargaban de Vanitas.

"¡¿Por qué hiciste eso?!" Vanitas se aseguró de mirar al encapuchado detrás del ataque y, por ende, el causante de que hubiera perdido a Sora.

"Sabes bien porque lo hice... Has arruinado los planes..."

Los tres portadores de la Llave Espada no entendían lo que estaba pasando, pero los dos mayores no estaban dispuestos a dejar que Vanitas se fuera y volviera en un futuro. Sin embargo, aquel misterioso encapuchado, tenía otros planes y Vanitas terminó por ser transportado a otro lugar a través de un portal de oscuridad.

"¿Quién eres?" Exigió saber Terra sin bajar la guardia. "¿Acaso trabajas para el maestro Xehanort?"

Aqua por supuesto, apuntó su propia Llave Espada al extraño. "¿Qué es lo que buscan obtener con todo el daño que han hecho?"

El silencio del encapuchado solamente los ponía nerviosos, casi como si la respuesta que les diera, decidiera el destino de todos en el lugar, pero el encapuchado solamente negó, mientras alzaba su cabeza hacía el cielo.

Sin entenderlo, Aqua y Terra dieron una mirada al cielo, solamente para ver como varias estrellas iban desapareciendo y ellos sabían lo que eso podía significar...

"Ya ha empezado..."

Tan pronto escucharon la voz del hombre, lo miraron para exigir respuestas de ser necesario, pero, así como el encapuchado se había encargado de Vanitas, hizo aparecer un portal de oscuridad y pasó como si no le supusiera alguna molestia.

"Los mundos han comenzado a sucumbir... Al igual que este..."

No había pasado mucho tiempo desde que aquel extraño desapareció tan misteriosamente como había aparecido, cuando de la nada, extrañas criaturas totalmente distintas a los Nescientes que seguían a Vanitas, comenzaron a aparecer...

"¿Qué son esas cosas?" Ventus preguntó, mientras dejaba a Sora junto a su amigo.

"No son Nescientes..." Terra tampoco entendía lo que eran, pero tal como sucedía con los Nescientes, solamente la Llave Espada podía destruirlos.

"¡No puede ser!" Aqua se percató de algo que parecía de suma importancia y eso era que, al destruir a las extrañas criaturas, lo que parecía un corazón flotando y desapareciendo se hacía notar. "Creo que esto es lo que queda de las personas que pertenecían a los mundos desaparecidos..."

Terra miró a su amiga con preocupación. "¿Es posible que estas criaturas nazcan de las personas que pierden su corazón...?"

De ser esa la posibilidad, los tres portadores vieron con impotencia como aquel mundo se llenaba cada vez más de esas criaturas sin corazón y por desgracia, ellos sabían que era lo que podía significar.

Numerosos Sin Corazón aparecían y ellos cada vez más se veían imposibilitados de evitar que aquel mundo desapareciera. Los tres tenían las manos ocupadas tratando de liberarse de los Sin Corazón, tanto, que no podían proteger a los dos niños que se encontraban en aquella batalla.

"¡Los niños!" Aqua advirtió al ver que varias criaturas se acercaban a un nervioso Riku, que hacía lo que podía por proteger a su inconsciente amigo.

"¡No puedo liberarme de estas cosas!" Ventus trataba de liberarse, pero cada vez que destruía Sin Corazón, más aparecían en su camino.

"Esto no puede estar pasando..." Terra de igual manera hacía lo posible, pero al igual que sus amigos, estaba entre la espada y la pared.

Riku dejó a su amigo, mientras preparaba su espada de madera. "No te preocupes Sora, que yo te cuido..." De ninguna manera le fallaría a Sora de nuevo.

Pero Riku, a pesar de querer proteger a su amigo, sabía que no podía hacerlo solo, aunque eso no impedía que lo intentará, así que más que dispuesto a pelear, comenzó a tratar de golpear a esas criaturas.

Y como era de esperarse, los ataques de una simple espada de madera no harían una diferencia...

"¡Cuidado!"

Los tres portadores de la Llave Espada sintieron impotencia al ver como esos Sin Corazón se abalanzaban a los niños. Riku a pesar de ser solo un niño, trató de proteger a Sora con su propio cuerpo y por un momento, habían llegado a pensar que ambos niños no la contarían.

Pero tal como alguna vez había sucedido con Ventus, Sora abrió los ojos y alzó la mano. Aqua, Terra y Ventus se vieron sorprendidos al ver una peculiar Llave Espada justo flotando encima de la mano de Sora y junto aquella Llave Espada, una luz brillante se deshizo de todos esos Sin corazón que los habían dejado imposibilitados.

Riku por su parte, se había sentido aliviado de ver a Sora despertar y de alguna manera, salvarlo, pero al ver su mirada carente de brillo, solamente lo preocupó aún más por su estado. Y más cuando aquella arma desapareció y Sora nuevamente cerró los ojos, sin escuchar su llamado alterado.

"Debemos irnos..."

Riku vio con miedo a Terra al ver que cargaba a Sora. "¿Por qué...?" Preguntó, pero al ver que esas criaturas aparecían y que había una gran tormenta de oscuridad por todo Islas del Destino, sólo pudo temer.

"Riku, este mundo está a punto de desaparecer..." Aqua tomó de los hombros al tembloroso niño. "Debemos salir antes de que la oscuridad nos atrape a todos..."

"¿Qué pasará con las personas? ¿Mis padres y los de Sora?"

Aqua negó con tristeza. "Parece ser que ya es tarde..." Respondió con impotencia. "Trataremos de recuperar este mundo y a su gente, pero no podemos permitir que tú o Sora terminen siendo parte de la oscuridad..."

Riku no dijo nada más, aun cuando solo era un niño, entendía que, de no irse, no podrían hacer nada por su mundo. Dio una mirada preocupada a su amigo, y luego se permitió asentir a lo dicho por Aqua...

Fue complicado, pero los tres portadores lograron sacar a los dos niños de las Islas del Destino. Aun así, al llegar a Tierra de Partida, no era satisfactorio, debido a que aquel mundo había desaparecido, junto a varios más.

~~

Solo habían pasado unos cuantos días, desde que habían regresado a Tierra de Partida, Riku había aceptado ser entrenado cuanto antes, para evitar que alguno de esos misteriosos seres de oscuridad tratará de hacerle daño a Sora y para lograr encontrar una manera de recuperar su mundo.

El maestro Eraqus había aceptado que ahora tenía dos nuevos discípulos, pero de alguna manera, le preocupaba el estado del más joven. Ventus incluso, no se despegaba de Sora al saber que, de alguna manera, había sido su culpa el estado del niño.

"¿Qué fue lo que te dijo el maestro Yen Sid?"

Aqua hacía poco había regresado de la Torre de los Misterios. El maestro Eraqus personalmente la había mandado a informar lo ocurrido y al mismo tiempo, esperando que el maestro Yen Sid tuviera alguna pista de lo que podría estar ocurriendo justo ahora.

"El maestro Yen Sid confirmó lo que ya sabíamos: Varios mundos han desaparecido", respondió Aqua con pesar. "Tienen una pista de quién pudo ser el verdadero causante de lo ocurrido y me temo, que no hice lo suficiente para que se detuvieran sus planes".

"¿Dijo algo sobre Ventus y Sora?" Preguntó Terra con preocupación.

Aqua asintió. "El maestro Yen Sid dijo que existía una posibilidad de que fueran objetivos del causante de la desaparición de los mundos. Hay siete princesas de corazón puro, pero ahora Ventus y Sora pueden reemplazar a dos de esas princesas al tener un corazón de luz..."

"Y esto solo empeoró para Ven..." Murmuró Terra.

"Creo que tendremos que entrenarlos y prepararlos para cualquier enemigo que desee utilizarlos. Aprendimos que no podemos encerrarlos y esperar a que nada malo ocurra..."

Todos sabían que existía una posibilidad de que el maestro Xehanort y Vanitas regresarán o incluso ese encapuchado misterioso tuviera intenciones con lo que estaba pasando, así que debían estar preparados y al mismo tiempo, entrenar a los nuevos portadores de la Llave Espada.

"Y está vez haremos las cosas bien..." El maestro Eraqus haría lo que estuviera en sus manos para evitar que las cosas se salieran de control aún más. "Esperemos que Sora despierte pronto, para poder entrenarlo como a Riku..."

Por ahora, ese era el plan a seguir, aunque todos los que habían visto a Ventus llegar, esperaban que Sora no tuviera algún contratiempo al momento de despertar o que incluso hubiera alguna repercusión por el daño a su corazón a tan temprana edad...

Solo esperaban, que tuvieran el tiempo suficiente para prepararse en caso del regreso de Xehanort y compañía...

~~

Una pequeña niña había terminada en el callejón de una pequeña, pero al mismo tiempo, alegre ciudad. En cuanto se despertó, trató de encontrar a su querida abuela, pero al recordar lo ocurrido con todos en su mundo, comenzó a llorar.

Apretó con fuerza el collar que tenía puesto, casi como si sintiera algún tipo de alivio al hacerlo.

"¡Oh, pequeña! ¿Tú también estás perdida?"

La niña dio una mirada temerosa a la linda mujer frente a ella, aunque dos de sus amigos le daban cierto miedo con lo mal encarados que se veían. Aun así, asintió nerviosa, mientras tomaba la mano de la mujer y la apretaba de manera temblorosa.

"Mi mundo... Desapareció... Todos desaparecieron..."

La amable mujer sonrió con tristeza, mientras se aseguraba de revisar que la niña no tuviera ningún daño físico. "El nuestro también lo hizo, pero te aseguro que en este lugar estás a salvo", respondió. "¿Cuál es tu nombre?"

"Kairi..." Respondió la niña.

"Es un lindo nombre. Yo me llamo Aerith y no te preocupes por mis amigos, que, a pesar de sus malas caras, no te harán ningún daño".

Kairi asintió con más confianza y aunque por alguna razón desconocida para ella sentía que ese no era el lugar al que debía llegar, se sintió aliviada de no encontrarse sola. Decidió confiar en esas personas, puesto que no tenía de otra.

Además, algo le decía que tenía que esperar para conocer a las personas indicadas que la ayudarían...

Solo debía esperar un poco más...


FIN °~

~°ɞ°~~°ɞ°~

NOTAS: Y eso ha sido todo por este capítulo. Si les gustó la historia, les agradecería que me lo hicieran saber con sus lindos comentarios :3

Como dije en las notas del principio, si el tiempo me lo permite y la inspiración sigue latente, le haré una continuación...

En fin, nos seguimos leyendo...

Chau chau (^3-)/

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top