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Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.
Todo se desarrollaba tranquilamente en el edificio que albergaba la ceremonia en honor a la llegada del avatar Korra a Ciudad República.
Justamente en estos momentos el concejal Tarrlok estaba llevando a cabo una rueda de prensa cuyas preguntas tenían como objetivo principal a Korra, que contestaba como podía.
Pero la pregunta que llamó su atención respectaba a los igualitarios, aquellos que propugnaban que se había de erradicar a los maestros para reestablecer el equilibrio.
Korra oyó sobre ellos en su primer día en la ciudad pero no se lo tomó en serio. Pero su prepotencia le llevó a decir que fácilmente se encargaría de ellos y que no habían de temer.
Finalmente los periodistas le tomaron unas fotografías para los periódicos y Korra sonrió incómodamente ante las muchas cámaras.
Minutos después cesaron los luces de las cámaras y Tarrlok le agradeció cordialmente al avatar por su presencia en aquel evento.
"Oh cielos, por fin se acaba esto"- Korra soltó un suspiro bajándose del estrado y comenzó a caminar sonriente hacia cierta dirección.
Tenzin la estaba esperando mientras hablaba con otros miembros del consejo de la ciudad, pero ella caminaba hacia otra dirección.
Ahí se hallaba cierto chico azabache, quien mantenía los brazos descansando sobre su nuca sin saber qué hacer en estos momentos.
"Rayos espero que Asami no se tarde demasiado"- pensó Goku pues estar en este lugar le parecía bastante aburrido y tedioso.
Asami estaba con su padre en otro lugar conversando con unos futuros socios que comprarían acciones de industrias futuro.
Aunque ella se moría de ganas por estar con Goku debía quedarse, pues ella era la heredera de industrias futuro y por ende la concernía.
Por esa razón Goku se encontraba ahí parado esperando a su amiga. No conocía a nadie más y tampoco se iba a molestar en hacer aquello.
"¡Oye Goku!"
Goku giró la cabeza viendo que Korra se acercaba a él con una sonrisa, que no tardó en aparecer en su rostro al ver a su otra amiga.
-Korra qué bien que estés aquí, realmente estaba bastante aburrido jeje -habló el azabache sonriendo- Vi que hace rato estabas ahí arriba.
-El concejal Tarrlok quiso que contestara algunas preguntas de los periodistas, lo hice mal, ¿verdad? -respondió Korra dejando que un suspiro saliera de sus labios pero Goku negó.
-Creo que realmente lo hiciste bien -dijo el chico para subirle los ánimos a Korra- Supongo que no es fácil ser el avatar, ¿no? -le preguntó Goku.
-A veces no, debes cumplir las expectativas de muchas personas -respondió Korra- Ahora mismo todos aquí en Ciudad República confían en mí, así que intentaré no defraudarles.
-Bien dicho, confío en que te esforzarás al máximo -agregó Goku con una sonrisa y ella asintió con un poco de ímpetu- ¿Quieres?
-No acostumbro a beber, pero haré la excepción -habló Korra aceptando la copa de vino que Goku la extendía con una sonrisa en su rostro.
-Igual, sólo bebo en contadas ocasiones -agregó el chico observando su copa de vino medio llena.
Goku había alcanzado la mayoría de edad así que podía permitirse estos lujos, y aunque Korra tuviese un año menos tampoco se iba a negar.
-¡Salud! -ambos chocaron sus copas en un brindis y bebieron el vino tinto que había en su interior de un solo trago, sin pensárselo mucho.
-¡Puagg! Definitivamente no estoy hecha para beber -Korra pregonó esbozando una mueca y Goku soltó una carcajada- ¡Oye, no te rías!
-Perdón, perdón, sólo que me recordaste a mí la primera vez que bebí vino jaja -se excusó el chico frenando su risa y Korra le miró con curiosidad.
-A propósito... mañana es cuando quedamos para entrenar, ¿no? -preguntó Korra conteniendo sus ansias y Goku asintió respondiendo su duda.
-Cuando termine de trabajar iré a la isla del templo aire y entrenaremos ahí si te parece -añadió Goku pero Korra negó rápidamente.
Korra sabía que si eso pasaba tendría problemas con Tenzin y seguramente se lo haría saber a sus padres, así que se iba a ahorrar todo aquello.
-¿Sabes qué? Mejor iré yo a buscarte cuando salgas del trabajo... ¿y eso a qué hora es más o menos? -preguntó ella sonriendo nerviosamente.
-Alrededor de las seis aunque... -habló Goku sabiendo que normalmente siempre se reunía con Asami para almorzar a esas horas.
"Bueno... por un día no creo que pase nada. Además no quiero resultar una molestia para Asami"- pensó Goku mientras que negaba.
-¿Aunque...? -preguntó Korra anhelando oír la continuación de sus palabras, creía que había algún inconveniente y por eso Goku titubeaba.
-Nada, a esa hora está bien -aclaró el chico con una sonrisa- Después de todo no creo que tardemos tanto, y no serán tantos días.
Korra creyó que Goku tenía algún método para que su entrenamiento durase menos tiempo pero la realidad era otra distinta a la que concebía.
-Te lo agradezco mucho Goku, aparte de Tenzin no hay otra persona bien versada en aire control y él a veces es algo... exasperante -confesó Korra suspirando mientras recordaba al hijo de Aang.
-Pero entiende que lo hace por tu bien Korra, el aire control es una disciplina que requiere mucha paciencia -habló Goku con una sonrisa amena.
Goku sonrió ante las ironías de la vida, años atrás era él quien se impacientaba por aprender cualquier cosa y ahora era él quien aconsejaba a otros a que sean pacientes. Bastante irónico.
Korra quiso replicar pero enseguida recordó que Goku iba a ser su maestro, así que asintió soltando un bufido. Pero después, sonrió.
-Está bien, intentaré ser "paciente" como dicen -habló Korra enfatizando en el término paciente y haciendo comillas con los dedos- Confiaré en ti.
-Intentaré corresponder esa confianza, Korra -respondió Goku sonriendo y Korra le imitó, antes de acercarse y golpearle el pecho con su puño.
-Nos vemos mañana pues -con esas últimas palabras el avatar se dio la vuelta y se fue para reunirse con Tenzin, quien seguro debía de ser extrañado por que Korra no hubiera vuelto.
Cuando se presentaron minutos antes Korra le dijo que conoció a Goku casualmente por la calle en su primer día en la ciudad pues no podía decirle que iba a ser su maestro. Tenzin asintió, por más credibilidad que le faltara a aquello.
"Parece que mañana será un día bastante ajetreado"- el azabache sonrió con evidente nerviosismo ante lo que le esperaba mañana. Una parte de él estaba emocionada y ansiosa.
"¿Estabas hablando con Korra?"
Nuevamente Goku fue sorprendido por Asami y con una pregunta similar a la que hizo antes, ¿acaso era este el día de asustar a Son Goku?
-Sip, le dije a Korra que podría pasar para el entrenamiento después de que termine con el trabajo -contó Goku sorprendiéndola por lo que conllevaba aquello- Sé que a esas horas solemos comer pero no veía otra opción, y además yo no quiero molestarte todos los días con lo mismo.
-Tonto, ya te dije que algo como eso no me molesta -Asami le reprendió pellizcando sus mejillas con una sonrisa- Pero lo entiendo... te dije que te apoyaría con esto y eso haré.
Asami en el fondo estaba decepcionada por el hecho de que pasaría menos tiempo con su amigo, pero ante todo estaba su amistad.
Goku sonrió al ver lo comprensiva que era Asami. ¿Qué había hecho para merecer una amiga así? Se quedaba sin respuesta alguna cada vez que se lo preguntaba a sí mismo.
-Eres una gran amiga Asami -le halagó Goku suscitando un rubor en sus mejillas- Bueno... ¿cómo fue con esos accionistas o como se llamen con los que estaban charlando?
-Oh, ha ido fenomenal. Van a adquirir el diez por ciento de las acciones par... -al ver el rostro confundido de Goku, Asami sonrió y decidió usar otros términos- Comprarán parte de la empresa y de cierta forma nuestras ganancias aumentarán.
-Eso suena genial, felicidades Asami -el azabache en verdad estaba contento, ver a su amiga feliz le transmitía el mismo sentimiento a él- Entonces, ¿ya ha terminado la ceremonia?
-Se podría decir que sí... y te confieso que tengo ganas de irme -reveló Asami soltando un suspiro y Goku sonrió; él también quería irse del lugar.
-Pero, ¿y tu padre? -preguntó Goku al no ver en ningún lado a Hiroshi- Creí que estaba contigo.
-Como llevaba un tiempo fuera de la ciudad decidió ponerse al día, así que seguro estará conversando con alguien -le respondió Asami- Así que podemos irnos de aquí tranquilos.
-Perfecto. Entonces, ¿me hace el favor de acompañarme, señorita Sato? -preguntó Goku con tono caballeroso y Asami soltó una suave carcajada ante las ocurrencias de su amigo.
-Será un placer, caballero -correspondió la bella joven uniendo su brazo al de Goku y caminando hacia la salida del edificio mientras charlaban.
Korra vio a lo lejos la interacción entre ambos jóvenes y de manera casi inconsciente hizo una mueca. Bueno, mañana tendría su momento.
Cocina de Kwong.
Este gran restaurante era uno de los más emblemáticos de Ciudad República al punto de que sólo entraba gente con alto estatus social.
Asami aprovechó la ocasión para cenar con Goku en este lugar, aunque el pelinegro se negó en un primer momento debido a que prefería un lugar más barato como donde fueron anoche.
Estaban sentados en una mesa a cuyo lado izquierdo había una ventana que daba a la calle, que en estos momentos estaba tranquila.
-¿Eso es en serio? -preguntó Asami bastante asombrada ante lo que acababa de oír en boca de su amigo Goku, quien dio un asentimiento.
-Sí, atracaron una tienda como si nada justo cuando estaba a punto de dormirme -prosiguió Goku- Pero bajé rápidamente y les detuve antes de que siguieran con el robo a aquella tienda.
La sorpresa de Asami se hizo mayor tras oír aquellas palabras. Tenía entendido que la triple amenaza era muy peligrosa pero que Goku les hubiera detenido así de fácil era desconcertante.
"Después de todo su abuelo fue miembro de la orden del loto blanco... y aunque Goku haya preferido una vida tranquila no quiere decir que sea alguien débil"- indagó la hermosa azabache.
-Me parece muy indignante que se aprovechen de que en el distrito dragón no hayan maestros para cometer esos delitos, al menos estuviste ahí para ayudar -comentó Asami pero él negó.
-Sí, les detuve pero no pude impedir que destrozaran el negocio de esa pobre mujer. Era lo único que ella tenía -Goku profesó la impotencia enorme que sentía ante aquello.
Goku todavía recordaba las lágrimas de aquella mujer, lo que hacía aumentar más su impotencia.
-Pero no es tu culpa Goku... tú no sabías que esos vándalos iban a atacar a esa hora y en ese lugar -habló Asami tratando de consolarle.
-Sí pero... Me gustaría ayudar a esa mujer, así que pensé en darle parte de mi salario para que ella pueda reconstruir su tienda, ¿qué te parec...? -iba a preguntar Goku pero fue interrumpido.
-Hablaré con mi padre para ver si puede hacer algo al respecto pero no quiero que te sacrifiques de esa forma, ya hiciste mucho ayudándola -le reprochó Asami severamente.
Asami sabía bien que a veces Goku llegaba a tomarse demasiado a pecho ciertas cosas, y aunque en ocasiones resultara algo bueno en otras como lo era ésta era un sinsentido.
En primer lugar con su salario sería más que insuficiente y segundo, si le donaba su salario Goku se quedaría sin dinero para pagar la renta de su apartamento y pagar sus pocos gastos.
Al ver la expresión facial de su amiga Goku supo que no la haría cambiar de opinión, así que suspiró con tedio y se rascó la nuca sonriendo.
-Por lo menos podría ayudar participando en los trabajos de reconstrucción, ¿no? -preguntó él con una sonrisa amarga y Asami asintió con una risita- Nuevamente te agradezco Asami, me sentía muy mal por lo de esa señora y no iba a descansar bien hasta no tener la certeza de que iba a ser ayudada. Así que gracias por eso.
-No es nada Goku, yo también quiero ayudar en lo que pueda -le dijo Asami- Ya que mañana estarás ocupado... ¿me acompañarías a ver el partido de pro-control? Será por la noche.
Si Goku salía a las seis de trabajar Asami esperaba que su entrenamiento con Korra no durase mucho tiempo, así tendrían tiempo para ir a ver el partido. Claro, eso si Goku aceptaba.
-Sería egoísta si me negase a ir, además es bastante divertido -habló Goku con una sonrisa que Asami no tardó en imitar- ¿Quiénes juegan?
-Nuevamente los hurones de fuego, aunque no recuerdo el nombre de sus contrincantes -le respondió Asami un tanto pensativa.
Goku sonrió viendo como ella se esforzaba por recordar el nombre, aunque esa sonrisa se esfumó cuando su estómago rugió de hambre.
Pronto llegó el camarero trayendo los platos de comida que habían pedido. Goku pidió pollo rebozado con salsa de tomate y Asami optó por algo más simple: espaguetis a la carbonara.
"¡Huele delicioso!"- exclamó Goku mentalmente mientras se preparaba para devorar, de manera literal, el alimento que tenía frente a sus ojos.
Un sutil carraspeo de Asami hizo que se deshiciera de la idea. Goku entendió que en un lugar tan refinado como lo era éste, debía comer de manera más moderada que de costumbre.
Así que, haciendo gala de los modales que aprendió, Goku cogió el cuchillo y el tenedor para empezar a comer tranquilamente aquel pollo.
Asami mostró una risa burlesca ante aquello, pero tenía que admitir que se le hacía extraño ver comer tan lento a Goku. Normal, después de haberle visto tragarse varios platos enteros...
Al día siguiente.
Goku cargaba unas ruedas desgastadas para ir a dejarlas con el montón, su jornada laboral estaba llegando a su último tramo finalmente.
Después de cenar anoche con Asami en la cocina de Kwong tuvo que acompañarla hasta su casa y como era de esperar, se entretuvieron hablando en el camino hasta llegar a la mansión.
Tras despedirse de su amiga Goku se fue ipso facto a su casa para descansar y reponer fuerzas, lo necesitaba para trabajar mañana.
Y confirmo que las necesitaba porque nada más llegar a la fábrica se encontró con trabajo pendiente. Era lógico, dado que ayer se tomó la jornada libre para acudir a la ceremonia.
Una buena taza de café y se llenó de las fuerzas necesarias para afrontar su trabajo de mecánico. Hoy tuvo que hacer unas cuantas reparaciones.
Pasaron las horas y se fue acercando el tiempo en que Korra vendría a buscarle, pero a diferencia de antes ahora sólo le quedaba almacenar un par de ruedas desgastadas.
-Espero que cuando termine de entrenar con Korra pueda descansar un poco antes de ir al partido de pro-control -habló Goku suspirando.
Echaba de menos su cama, estos últimos días había disfrutado muy pocos momentos con ella.
Goku depositó aquellas ruedas en una sala donde había un montón de ellas, y tras hacerlo cerró aquella sala con varios candados.
-Oiga señor Qiang, ya terminé de hacer lo que me encargó -comentó Goku dirigiendo aquellas palabras al jefe encargado de esa sección.
Qiang era un hombre corpulento, de aspecto intimidante debido a sus rasgos acentuados, pero en el fondo era buena persona.
-De acuerdo Son, ve a limpiarte y ya podrás irte a casa -habló Qiang contento con el rendimiento que mostraba Goku trabajando en la fábrica.
Goku asintió sonriendo y con un cubo de agua cercano se limpió la cara y las manos impregnadas de grasa. Después se retiró la camiseta sin mangas manchada de grasa y se puso una negra que le compró Asami ayer.
Una vez listo salió de la fábrica no sin antes despedirse del señor Qing y de varios compañeros, con los que se llevaba bien.
"Veo que llegué justo a tiempo"
Una voz cargada de gran ilusión sonó a espaldas de Goku y no le hizo falta saber que se trataba de Korra. Pero el chico se giró por si las moscas.
Korra venía con su habitual indumentaria de la tribu agua y sostenía una bolsa, que desprendía un olor que no pasó desapercibido por Goku.
-No me digas que esos son... -habló Goku babeando, esperaba que su imaginación no le hubiera jugado una mala pasada ya que se moría de hambre después de un largo día trabajando.
-Son fideos de algas de Narook, sería muy ingrato de mi parte no llevarte nada cuando vas a dedicarme tu tiempo -habló Korra entregándole la bolsa a Goku, quien lloraba de la felicidad.
-N-no sabes cuánto lo aprecio Korra... esos fideos son la mejor comida que hay en esta ciudad -le confesó Goku abriendo la bolsa y anhelando que su hambre fuera saciado.
-¡¿Verdad que sí?! -preguntó Korra de manera eufórica- Oh, pensé que era la única que lo sabía. La comida de la tribu agua del sur es la mejor.
-Sip, aunque la comida del reino tierra no se queda atrás -habló Goku recordando aquellos viajes con su abuelo con suma nostalgia.
-¿Has estado en el reino tierra? -preguntó Korra con curiosidad. Goku no respondió de inmediato, se encaminó hacia un banco y se sentó.
Korra le siguió y se sentó a su lado. Definitivamente Goku era la persona más enigmática que había conocido hasta la fecha.
-Ten, quiero que también disfrutes de esta comida -habló Goku extendiéndole un tazón de fideos al avatar- Y en respuesta a tu pregunta... Sí, estuve en Ba Sing Sé cuando era pequeño.
Goku bendijo y empezó a comer los fideos. Sus ojos ónix rápidamente se convirtieron en estrellas debido al sabor divino de aquel manjar.
-¿Sabes? Esta es la primera vez que salgo de la tribu agua del sur, nunca me dejaron salir de ahí hasta hace poco -confesó Korra bajando la cabeza con algo de pesar en su expresión.
Quería entender que tanto sus padres como Tenzin y Katara lo hicieron para protegerla.... ¿pero protegerla de qué exactamente?
Goku sabía a qué se refería ya que la orden del loto blanco tuvo como prioridad al avatar, orden que fue encomendada por Aang antes de morir.
En el polo sur Korra aprendió a dominar los tres elementos (agua, fuego y tierra) con la supervisión y claro, la ayuda del loto blanco.
-Pero como debía aprender aire control insistí en venir a Ciudad República para aprender con Tenzin y... no resultó tan fácil como lo esperaba, es bastante complicado -expresó el avatar.
Goku siguió comiendo sus fideos tranquilamente mientras la escuchaba hablar. Hasta que vació el tazón y lo dejó a un lado, ya era hora de hablar.
-Todos estos años he aprendido que si quiero lograr algo, debo sudar para conseguirlo... -por primera vez, habló Goku- Que seas el avatar no quiere decir que lo tendrás todo en bandeja, yo te ayudaré pero debes poner tu mayor voluntad para conseguir dominar el aire control. Si no lo haces tú, créeme que nadie lo hará por ti Korra.
Korra abrió sus ojos ante aquellas palabras tan crudas proferidas por Goku pero que retrataban a la perfección la realidad que había vivido.
Ella lo tuvo todo en bandeja. Sus padres, maestros para dominar los elementos, no le faltó de nada y aun así ella se atrevía a quejarse.
En cambio Aang estuvo solo desde el punto de partida. Sufrió junto a Katara y Sokka buscando maestros alrededor del mundo que le ayudaran a controlar los cuatro elementos a contrarreloj ya que un cometa se dirigía a la tierra, y más encima cargaba con el peso de reconstruir la nación del aire que Sozin había destruido.
-Entonces avatar, Korra ¿vas a rendirte o seguirás en esto? -le preguntó Goku finalmente.
Korra titubeó por unos instantes antes de responder, pero si quería mostrar de lo que estaba hecha este sería el primer paso..
-Me esforzaré, voy a dominar el aire control... ¡cueste lo que cueste! -exclamó Korra alzando su puño al aire de manera bastante enérgica.
Dominaría ese jodido aire control sí o sí.
Goku sonrió al escucharla, estaba contento de que sus propias experiencias hubieran ayudado a Korra. Ahora sí comenzaría el entrenamiento.
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Fin del capítulo.
Espero que este capítulo haya sido de su agrado, si es así voten y comenten qué les pareció. Acepto cualquier crítica o sugerencia :)
Igualmente vemos cómo están avanzando las cosas entre los personajes, con los 130 votos alcanzados actualizaré el fic. Voten panas.
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