Capítulo 61

—No lo diré una segunda vez—advirtió.

Aquel mal presentimiento que me había estado acompañando durante toda la mañana comenzaba a cobrar sentido. Ya no era el hecho de que Morgan hubiese preparado una segunda prueba extremadamente difícil de superar para un principiante o para alguien que casi no había tenido contacto con la magia, sino que todas mis compañeras, que poseían años de experiencia y que además habían crecido rodeadas de la misma, tenían la misma cara de asombro e incertidumbre que yo.

El problema más importante de la segunda prueba, y el que seguramente nos aterraba, era que nuestra vida no estaría en juego, sino la de ellos. El error más mínimo podía llegar a resultar fatal. Un paso a la derecha o a la izquierda en vez de al frente sería el fin.

Me giré para mirar a Kai y él apartó la mirada. También estaba nervioso.

Rina tocó esa mañana a mi puerta para que acudiera a la Sala del Consejo donde Morgan nos esperaba para explicarnos cómo sería esa segunda prueba y lo que tendríamos que hacer. No había sido hasta el momento en el que nos había teletransportado al acantilado que pude ver a Kai por primera vez desde lo que pasó el día anterior. Sus dedos dejaron marcas en mi piel, pero el cuello de mi vestido las ocultaba a la vista de todos.

—¿Alguna voluntaria?—susurró Cleo—. A Morgan no le gusta que le hagan esperar.

—¿Te gustaría inaugurarla?—Cleo no respondió ante el comentario de Gwen, sino que fijó sus ojos en el suelo.

—¿Y bien?—el tono de voz de Morgan dejaba claro que más que una pregunta era una advertencia.

Era hora de demostrar que sus planes no saldrían siempre como ella quería. Cerré los ojos y respiré hondo, al tiempo que sentía que una chispa se prendía en mi interior, expandiéndose por todo mi cuerpo.

—No me arrodillaré ante nadie—susurré con voz temblorosa mientras daba un paso hacia delante—. Nosotros seremos los primeros.

Morgan apareció justo delante de mí y sus ojos azules, gélidos y amenazantes se clavaron en los míos. Levantó una de sus manos y la colocó en mi cuello, ejerciendo presión. Apreté la mandíbula y no dejé de mirarla ni por un segundo.

—Espero que tu precipitada forma de demostrar valentía no acabe con uno de los mejores y más fieles brujos de la academia.

Sentí miles de ojos clavados en mí, pero reuní toda la fuerza que tenía para no mostrarme vulnerable ante ella.

—No decepciones a las personas que tuvieron que sacrificarse para que tú estuvieras hoy aquí—murmuró junto a mi oído.

Aunque sus palabras hicieron que mi interior se estremeciera, coloqué mi mano sobre la suya y traté de apartarla.

—Quizás sus sacrificios no fueron en vano.

Me miró con una mezcla de curiosidad e irritación y tras lo que pareció una eternidad, apartó sus manos de mi cuello.

—Acércate Kai—sus ojos volaron hacia él—¿Creéis que con vuestra actitud llegué a convertirme en la soy ahora?—siseó mirando a mis compañeras.

—Yo seré la siguiente—la voz de Gwen sonó con firmeza.

Kai se colocó a mi lado y evitó mirarme, mostrándose extremadamente tenso en comparación de la expresión relajada que solía acompañarlo.

—Nina y Kai darán comienzo a la segunda prueba—Morgan dio dos pasos hacia atrás—. Te espero en el otro lado—fijó sus ojos en Kai y tal y como había aparecido, se desvaneció y regresó al otro lado.

Avancemos al unísono hacia una de las siete tablas y traté de mantener la calma cuando mis ojos fueron directos al fondo del precipicio. No supe qué decir cuando me giré hacia Kai y posé mi mano en su brazo, obligándolo a mirarme. Sus ojos azules me recordaron al cielo en una agradable mañana de verano. Tragó saliva y le tembló ligeramente la barbilla antes de hablar.

—Te hice algo, ¿verdad?—sus palabras estaban cargadas de un profundo arrepentimiento, pero ese no era el momento más adecuado para contarle lo que había sucedido.

—Hablaremos de eso más tarde. Ahora tenemos que estar tranquilos y hacer el concilium tal y como practicamos ayer—le di un ligero apretón—¿Confías en mí?

Si dudó, apenas pude notarlo, pues no transcurrió ni un segundo antes de que respondiera a mi pregunta.

—Confío en ti.

Respiré aliviada, coloqué mi mano en su corazón y después lo hice sobre el mío. Ambos latían a un ritmo ligeramente acelerado, por lo que aproveché ese instante y me acerqué, preparándome para lo que sucedería a continuación.

Recité el hechizo al tiempo que su cuerpo daba una pequeña sacudida y mis ojos se encontraban con los de Phoebe.

—Estoy listo—la voz de Kai volvió a centrarme en lo que estábamos haciendo. Retrocedí y me encontré con una mirada tranquilizadora—. Todo saldrá bien.

—Me aseguraré de que llegues al otro lado sano y salvo.

—Sé que lo harás.

El momento había llegado.

—Colócate sobre la tabla de madera—obedeció mis órdenes sin oponer resistencia y percibí su estado de tranquilidad a través del hilo invisible que nos unía—. Mantén tu mirada fija en el frente y no mires hacia abajo. Hay unos veinte metros de distancia de un punto a otro, así que quiero que te concentres en lo que te estoy diciendo y no pienses en nada más. Cierra los ojos y comienza a andar, Kai. Ábrelos únicamente cuando te lo diga.

Sus ojos se cerraron al tiempo que comenzaba a andar sobre la tabla de madera y no los abrió incluso cuando la misma crujió bajo su peso. Me concentré física y mentalmente en lo que estaba haciendo, sin dudar de mis habilidades y de mi falta de experiencia.

La voz de Jared alentándome resonó en mi cabeza y una sensación cálida me invadió, enviándome la fuerza que necesitaba para ponerle punto y final a mi segunda prueba. Mis ojos no se despegaron de Kai, el cual avanzaba con paso decidido y tranquilo.

—Abre los ojos, Kai—susurré—. Lo hemos conseguido—me giré hacia mis compañeras y mis ojos fueron directos a los de Gwen, que asintió mientras sonreía—. Lo he conseguido.

Cuando volví a mirar hacia el frente, la figura de Morgan, que había vuelto a materializarse a mi lado, me hizo retroceder dos pasos hacia atrás.

—Enhorabuena—sonrió fríamente—. Has sido la primera en superar la segunda prueba. ¿Todavía sigues pensando lo mismo sobre ser mi sucesora o estás empezando a cambiar de opinión?

—Pase lo que pase, nunca jugaré a ser Dios.

—Espero que puedas mantener tu promesa, aunque es una verdadera pena que en el pasado sí que jugaras a serlo.

Morgan se apartó y se dirigió hacia mis compañeras tras haber lanzado esos dardos envenenados que me dejaron pensando hasta qué punto eran ciertas sus palabras.

***

Gwen logró que Cody cruzara hacia el otro lado del precipicio. También lo hizo Cleo con Jackson, Moira con Caleb y Cora con Adam. Sólo quedaban Phoebe, Asher y Eric. Todas se habían ofrecido voluntarias y ella la única que no había dicho nada al respecto, así que cuando quedaron los tres, me temí lo peor.

—¿Vas a decir algo o vas a permanecer callada todo el tiempo?—Morgan estaba empezando a irritarse ante su actitud—. Tú no eres así. ¿Ha pasado algo que te ha molestado?—se colocó frente a ella—¿Es por lo de Ruby?—frunció el ceño—¿La echas de menos?—bufó—. Ella quería destruiros—Phoebe reaccionó clavando sus ojos en los de ella—¿Acaso quieres hacerle compañía?

—No—contestó.

—Pues haz que Asher y Eric crucen por el mismo tablón de madera al igual que han hecho tus compañeras.

—¿Los dos?—sonó desesperada—¿Al mismo tiempo?

—¿Acaso tienes miedo?—la desafió—¿Eres menos poderosa que ellas?

Phoebe nos miró y apretó los puños.

—Lo haré.

—No tienes otra opción—sentenció Morgan al tiempo que se apartaba e indicaba a Asher y a Eric que se acercaran.

Phoebe siguió los pasos para hacer el concilium y ambos se colocaron sobre la tabla de madera. Ella estaba seria, concentrada y yo deseé con todas mis fuerzas que llegaran a salvo hasta el otro lado. Sin embargo, mis ojos captaron cómo la mano de Morgan se curvaba hacia un lado y seguidamente la tabla de madera crujía.

Miré a Phoebe y observé que cerraba en un puño la mano que tenía en su pecho. Sus piernas cedieron y cayó de rodillas. Un grito ensordecedor se abrió paso desde el centro del precipicio, estremeciéndome. Mis ojos volaron al punto exacto en el que deberían encontrarse Asher y Eric justo cuando perdían el equilibrio y sus pies abandonaban el tablón de madera.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top