.49.
El ambiente estaba tenso, sintiendo la incomodidad por el aire, tan asfixiante que llegara a ahogarte. Raúl frunció el ceño, mirando la ropa tirada por el suelo de su casa.
-Pero macho, llevas un día con depresión y tu casa ya está hecha una mierda.
-No ayudas, Raúl.
-¿Querías recibir palabras bonitas y consejos? Habérselo pedido a Borja.
El moreno negó cansado con la cabeza, terminando de beber su vaso de agua en la cocina. Suspiró, llevaba todo un día 'peleado' con el azabache y ya sentía que fue un año. Siempre reprimía sus instintos de enviarle un mensaje o llamar, debía darle espacio al menor si no quería que le mandara a tomar por culo y, peor, estresarle.
Apoyó su frente en uno de los armarios superiores, cerrando los ojos. Raúl se sintió un poco mal por eso, acercándose a su amigo para darle unas palmaditas amistosas en la espalda.
-Vamos hombre, no es el fin del mundo. Guille dijo que logró hablar con él, seguro que todo volverá a ir bien.
-Tío, eres pésimo animando.
-Coño, hago lo que puedo, calvo.
David empezó a reír, caminando perezosamente hacia su habitación al escuchar cómo le mandaban un mensaje. El de mecha lo esperó en la cocina, auto invitándose a una Coca-Cola.
El moreno agarró su teléfono, desbloqueado la pantalla para poder leer el WhatsApp.
Su corazón dejó de latir al leer tanto el mensaje como el dueño de este.
'David, ¿puedes quedar mañana? Ya sabes, donde nuestro banco.'
¿Cómo era posible recibir un subidón de alegría en cinco segundos?
Sonrió de oreja a oreja, a punto de empezar a escribirle hasta que Raúl le quitó el móvil de las manos, mandando un simple 'claro, allí nos vemos'. David soltó un quejido para demostrar su disconformidad, recuperando el aparato.
-Créeme, así está perfecto- el mayor hizo un puchero de enfado, consiguiendo que el menor rodase los ojos-. Venga, te ayudo a limpiar la pocilga que tienes por piso.
-¡Oye!
Los chicos soltaron unas risas, empezando su labor. El moreno no podía estar más feliz, tenía una oportunidad de explicarse y recuperar su 'algo' con Alejandro. No veía el momento de que llegase mañana.
Raúl negó divertido con la cabeza al ver a David colocando ropa limpia en la lavadora al estar despistado mirando a quién sabe donde, sacando su teléfono para hablar con cierto castaño por chat.
'Misión cumplida, honey ;)'
'Por aquí también, mi niño.
¿El chino feo hizo su parte?'
'Of course, dude'
'Que no sé inglés, coño'
'Sorry <3'
-Oye rata, pensé que me ibas a ayudar- el grito de David le hizo volver a la realidad, ignorando la sonrisa que adornaba en su rostro para empezar a ayudar con la limpieza de la casa.
Raúl conocía perfectamente el sentimiento de calidez que te llena el cuerpo cuando estás con tu persona especial, por eso mismo le ayudaba. Era un sentimiento demasiado hermoso como para dejar que simplemente se rompiera.
David volvía a sentir que su corazón latía por algo. Mejor dicho, por alguien.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top