.47.

Alejandro salió con prisa de la casa, ignorando el llamado de sus amigos. Frunció el ceño, haciendo todo lo posible por no empezar a llorar. En ese momento no le importaba nada, ni siquiera el haberse olvidado el abrigo en casa de su amigo. Sí, hacía algo de frío, pero lo último que quería hacer ahora mismo era volver.

-¡ALES!- ignoró el grito, aumentando la velocidad de sus pasos. Solo quería irse, alejarse de todo- ¡ALEJANDRO!

No iba a malgastar saliva, tenía la madurez suficiente para no empezar a montar un drama de adolescente histérica.

O eso quería pensar.

Se detuvo en seco cuando sintió su muñeca siendo agarrada, escuchando la acelerada respiración del mayor a su espalda, al parecer tuvo que correr para alcanzarle.

-Vete.

-Ales, por favor, solo...

-David, vete- no quería girarse, no quería mostrarse débil, no quería estar ahí-. Por favor, solo... Lárgate.

-Escúchame, ¿vale? Solo te pido eso- el moreno dio una gran bocanada de aire, soltándolo lentamente-. Solo te pido eso, que me escuches.

-¿Para qué? ¿Para que me mientas a la cara diciendo que no es lo que parece? Pues ahórratelo tío, ambos sabemos que es mentira.

-Alejandro, por favor...- la voz de David sonó suplicante, consiguiendo que Alejandro se ablandara. Cerró los ojos, dándose la vuelta para quedar cara a cara.

-Dime lo que tengas que decirme y vete.

-Yo... Es un malentendido, no pasó en las circunstancias que crees. Ya te conté lo nuestro, sabes que Guille nunca haría algo tan horrible.

El mayor se alarmó cuando Alejandro abrió los ojos. Estaban rojos, y a punto de soltar las pequeñas lágrimas que tenía acumuladas.

-David, si vas a seguir diciendo esas mierdas mejor vete.

-Ales, no es eso, él estaba borr-

Un empujón en sus hombros le hizo alejarse, sorprendiéndose por eso.

-¡VETE DE UNA VEZ, JODER!- Alejandro tosió levemente por el repentino grito, sintiendo un nudo en la garganta mientras intentaba mantener la seriedad, aguantando las lágrimas- Pensé que... eras diferente, David. Realmente esperaba más, pero...

-Ales por favor, escucha- dio un pequeño paso, intentando no asustar al azabache. Le dolía, sentía un horrible dolor en su pecho al verle así-. Me iré, ¿vale? Te dejaré tranquilo, pero por favor, déjame explicarte lo que pasa en algún momento, ¿está bien?

El menor quería salir corriendo y huir, pero al mismo tiempo quería ir con el moreno, abrazarle como tantas veces habían hecho y olvidarlo todo, pero no podía. No podía simplemente ignorar la imagen que le atormentaba su mente.

Para darle la guinda al pastel, poco a poco empezaron a caer pequeñas gotas de lluvia caer del cielo, acabando por una potente lluvia. Genial, al parecer el universo quería añadirle drama a la situación, aunque también era posible por la época de lluvia que hubo durante los últimos 15 días, lloviendo casi a diario.

Sintió el agua helada calarle los huesos, su ligero flequillo pegándose a su frente y su ropa empapándose entera, pero le importó una mierda eso. Lo único bueno que tenía la lluvia era que pudo liberar sus lágrimas sin que se notara. Tembló por el frío, manteniendo la mirada con el contrario.

-¿Sabes? Me había hecho ilusiones- Alejandro se alejó al ver al contrario intentar acercarse, abrazándose a sí mismo mientras negaba con la cabeza-. Pensé que podríamos ser algo más, que nuestra relación avanzaría, y tú...- se mantuvo en silencio por unos momentos, bajando la mirada.

No fue necesario que siguiera hablando, David le conocía demasiado bien como para saber que ahora mismo lo que quería era estar solo. Le daría su tiempo, le dejaría que se tranquilizara para así explicar todo como se merece, dando media vuelta para volver a la casa de su amigo.

Y solo se quedó, parado en medio de la lluvia. Menudo Halloween.

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