.33.

-Joder, aún estamos terminando mayo y ya hace calor.

-Bueno Ales, es lo que tiene el verano.

El menor le dio un puñetazo indoloro en el hombro ante ese comentario, sentándose en el banco de siempre. Eran apenas las 10 de la noche, el cielo aún mostraba esos tonos anaranjados del atardecer que se mezclaban con las nubes, casi pareciendo algodones de azúcar.

Como siempre, se sentaron en su banco, el que quedaba a pocos metros del lago.

-Muy bien, ¿debo preocuparme?- esta vez Alejandro fue directo, ya sabía que el mayor tenía algún problema. Este suspiró, mirándole.

-No realmente. Verás, un amigo mío me pidió consejos por mi bisexualidad, y necesitaba hablar del tema con alguien más.

El azabache ladeó la cabeza, confuso.

-¿Ajá?

-Me hizo una pregunta que, sinceramente, no sabía contestar. ¿Me podrías ayudar? Eres en el que más confió para esto- sintió su corazón latir un poco más rápido, asintiendo con la cabeza en respuesta-. Bien, mi amigo dice que es posible que también sea bisexual por que le empieza a gustar por primera vez a un chico, pero tiene dudas de si realmente le gusta. ¿Cómo sabes que alguien te atrae?

Alejandro abrió la boca, sorprendido. Realmente no se esperaba esa pregunta, por lo que le tomó algo de tiempo aclararse. Tosió, mirando hacia un costado.

-Bueno, tú... ya has tenido varios, deberías saberlo.

-El problema es que en mis casos fueron parejas con las que me fui enamorando con el paso de muchos años, y en su caso es de apenas un año de amistad.

Apretó los labios al verse en esa situación, mirando al suelo ahora.

-Pues... cuando te enamoras de alguien que llevas relativamente poco tiempo conociendo es... ¿diferente? Quiero decir, empiezas a sentir tu corazón latir con fuerza a su lado, sientes como una... especie de calidez en el pecho cuando sonríe, o cuando de abraza o te da la mano, y también sientes tus nervios aumentar en todo momento...- sintió sus mejillas enrojecerse al darse cuenta de lo cursi que estaba sonando, moviendo nervioso sus manos- bu-bueno, es como un amor normal, el tiempo da igual...

David asintió, mirando fijamente al lago. Alejandro pensó que su amigo no quedó contento con la respuesta, por lo que volvió a toser para llamar su atención.

-Una forma de saber si te gusta alguien es describirle. Si salen palabras muy cursis y esas cosas, suele ser amor.- sonrió algo forzoso para aligerar el ambiente, viendo al mayor sonreír de vuelta.

-Bueno, él me dijo que era un chico simpático, amable, decidido, tierno, divertido... y muchas más cosas que ahora mismo no me acuerdo.

Alejandro soltó una risa, notando la sonrisa del mayor agrandarse.

-Eso suena a enamorado perdido. Ese chico debe ser genial.

-Sí, lo eres.

Siguió riendo, hasta que de repente los cables de su cerebro funcionaron, dándose cuenta de una cosa. No utilizó 'lo es'.

Dijo 'lo eres'.

Abrió los ojos como platos, girándose para ver al mayor, esperándose una disculpa y algo como 'perdón, lo es, el cerebro ya no me funciona bien por las pastillas' o alguna tontería así. Necesitaba una afirmación, cualquier señal de que no fue un invento de su cerebro.

Ambos se miraron fijamente, notando cómo el último rayo de sol se ocultaba en el horizonte, dejándolos en la oscuridad de la noche.

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