.16.
-Esta tipa~, nada más me llama los quince cuando yo cobro~, pa' vaciarme como cubeta y dejarme solo~.
David soltó una risa al ver al borracho de Raúl cantando a viva voz mientras bailaba torpemente en medio del salón de Samuel, siendo acompañado por Miguel. Samuel negó divertido con la cabeza, ayudando a Borja a sentarse en el sofá individual que había al ver su estado de borracho total. Miró a su alrededor, esta fiesta era algo más animada que la del cumpleaños del azabache, parecida más a las típicas fiestas con música alta y alcohol.
Caminó hacia el pequeño balcón que tenía el noveno piso de su amigo, apoyando sus brazos en la barandilla mientras miraba al cielo estrellado.
La música sonaba de fondo, creando un ambiente bastante agradable.
Se giró para ver a Alejandro, el cuál estaba haciendo exactamente lo mismo.
-Samuel sabe hacer fiestas, ¿no crees?
-Y tanto, lo malo es que hasta el quinto cubata no deja de ser estricto- el azabache soltó una risa, mirando ahora a las diminutas luces que había en la calle-. Le hubiera gustado venir.
-¿Tu novio?- el menor asintió con la cabeza, dando un sorbo a su refresco- ¿Por qué no viene?
-Verás, hace unos días se peleó con Guille, y esos dos son más tercos que las mulas. No quería que hubiera mal rollo en el ambiente, por lo que me dijo que lo entendía, que me divirtiera hoy y ya podríamos pasar juntos el primer día del año.
-Bueno, al menos mi competidor es alguien decente- sonrió de lado al recibir un codazo de parte del ajeno, bebiendo su cerveza-. Me alegra que se tome tan maduro las cosas.
-Hombre, debería, veinte años tiene ya.
-Uis Alex, no sabía que te gustaran mayores. Bien, más puntos para mi.
-Imbécil.- Alejandro empezó a reír divertido por la broma, negando con la cabeza cansado.
-... Oye Alex, ¿sucede algo?- el menor se giró para verle, ladeando la cabeza confuso- Últimamente te noto más... apagado, y tu tono de piel no ayuda.
-Oh- el menor soltó una risilla nerviosa, volteándose para ver al cielo-. Verás, hace unos días mi madre estaba con neumonía, por lo que tuve que hacer las tareas de casa en lo que se recuperaba. Por la tarde hacía mis trabajos y estudiaba, aprovechando así la noche para limpiar. A veces dormía menos de cuatro horas.
David escuchó atentamente, esperando a que terminase.
-Lo siento mucho tío, espero que se recupere.
-Hoy fue al médico con mi tía, el médico dijo que iba mejorando- Alejandro volvió a verle, sonriendo cuando el mayor apoyó su mano en el hombro del menor para darle ánimos-. Gracias por preocuparte.
-De nada hombre, debemos cuidarte, eres el chiquito del grupo.
Antes de que el menor pudiera hablar, escucharon un grito provenir del salón, dándoles la curiosidad de ver qué pasaba.
Se partieron de risa al ver cómo Rubén, Guillermo y Miguel Ángel hacían un tope intento de perrero hacia las sillas, todo siendo grabado por Manuel.
-¿Mañana puedes quedar?
-Claro. En nuestro banco, ¿vale?
-Perfecto.
Sintió una calidez en su cuerpo al escuchar esas palabras. 'Nuestro banco'.
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