Capítulo único

Arrojó con molestia aquel papel arrugado lejos de él. Si bien no era muy bueno haciendo todo ese tipo de locuras, no sabía cómo hacer algo digno para aquel joven que confió plenamente en él.
Al principio creyó que esa nueva sensación era como un simple gesto de agradecimiento por ser el primero en demostrarle que no estaba mal mostrarse ante los demás, ni mucho menos que Dégel confiara en alguien que todos tachaban con el géminis de la desgracia.

Al principio creyó que así era, pero conforme intentaba conocer un poco más a fondo los gustos del caballero de Acuario terminó cayendo en los encantos sutiles del hermoso francés.
Su belleza era envidiable, eso no lo podía negar, aunque Defteros pudo ver más allá de su corazón. Fue cuando se dió cuenta al fin que conforme pensaba cada vez más en el, realmente se había enamorado.

Uno de los enormes gustos del galo era principalmente un ávido lector y es por ello que Defteros se había tomado el atrevimiento de robar unas cuantas hojas de la pequeña biblioteca que se situaba en el poblado de la isla Kanon para poder hacer algo que ni el mismo se hubiera imaginado...

Expresar sus más profundos sentimientos en algunas hojas para que Dégel pudiera leerlas tal y como le gustaba.

Yacía en una de las esquinas de aquella desolada cueva un montón de hojas cubiertas de tinta, otras más rotas y algunas más arrugadas.

- Quien diría que escribir no es sencillo.

Molesto salió de aquel lugar en el que se escondía en el volcán para despejar su mente. Al principio creyó que hacer unas cuantas líneas de agradecimiento a Dégel sería fácil de realizar, sin embargo jamás llegó a dimensionar que ese simple gesto se volvería casi una confesión conforme transcurrían los días, justo después de descubrir que no había día que no pensará en él.

Salía de vez en cuando a dar una caminata nocturna para evitar poner en alerta a los pobladores, intentando buscar algo que le ayudara a inspirarse en su escrito.
Buscó en las suaves olas que golpeaban la isla, alzaba su mirada para apreciar el manto estrellado que lo cobijaba, en las flores que se encontraba en su camino, incluso en los tiempos de lluvia buscaba un poco de inspiración.

Al llegar a una parte alta de las rocas volcánicas que formaban un risco, se acomodó para mirar el horizonte. Cerró sus párpados por unos momentos mientras su mente idealizaba de nuevo a Dégel, pero esta vez recordando aquella plática amena que sostuvo con él cuando el patriarca le encomendó la misión de hacerle frente al demonio que se encontraba en el volcán.

Luego sus pensamientos cambiaron de escena recordando aquella batalla donde se conocieron. Fue su culpa después de todo, Defteros permitió que Dégel entrara a su vida, desde el instante que no hizo nada cuando le ofreció su ayuda, cuando le dió la seguridad de confiar en él; el momento que lo ayudaba en aquella batalla con su presencia helada y sobre todo ayudarlo a curar sus heridas del combate.
Lo entendió, Dégel le transmitía confianza y ahora necesitaba más de él, de su presencia...
Algo que simplemente sucedió y por primera vez en su desolada vida su corazón latía por aquel joven de mirada misteriosa.

- Como explicarle a mi corazón, que ya estás en mi interior.

Se dejó caer lentamente en aquellas rocas recostado observando aquella bóveda celeste, la brisa nocturna era perfecta, tiempos de verano donde se puede disfrutar del calor y en ocasiones de la lluvia pero esta vez el cielo le daba la oportunidad de admirar algo que pueda ayudarlo a tomar.

- ¿Luz de Luna?

Se cuestionó el mismo apreciando la luna creciente que se escondía entre las majestuosas montañas en conjunto con las nubes que cubrían sus paso.

"Eso era"
Dégel era un hombre hermoso, elegante, de piel pálida como la luna, sublime, alguien perfecto ante sus ojos.

Fue entonces que se incorporó del suelo para poder llegar de nuevo hasta la cueva en donde se refugiaba en el volcán.
Al llegar lo primero que hizo fue buscar algunas hojas que estuvieran limpias para comenzar a idear unas cuantas frases donde le explicaría ese sentimiento que va creciendo conforme pasaban los días con el anhelo de ser correspondido.

No era un secreto a voces que el francés era muy cercano a Kardia, eso le causaba un poco de inquietud, es por ello que decidió aventurarse a regresar al santuario pero no para dar una visita amistosa a los demás caballeros, solo había un lugar en especial donde necesitaba ir.

Según sus cálculos decidió partir en la madrugada para poder tomar el barco que nuevamente lo lleve al sitio donde Dégel y él se vieron la última vez cuando le encomendaron la misión.
Esperaba llegar en la noche para que así pudiera colarse entre el templo de Acuario sin que alguien se diera cuenta de su presencia y así lo hizo.

Cuando la noche se encontraba justamente en su punto medio, Defteros comenzó a caminar con sigilo y escondiéndose de los guardias del santuario para poder llegar al templo de la preciosa urna.
Si la suerte le sonreía, al menos tendría el privilegio de observar a Dégel dormir plácidamente en su lecho y guardaría esa expresión de su rostro en su mente.

Era la primera vez que se adentraba a uno de los templos, al único que logró tener acceso había sido en el de su hermano pero jamás había estado en uno distinto.
Conforme avanzaba pasaba sus dedos sobre las columnas del templo, quería memorizar cada detalle de la casa zodiacal que custodia su amado francés.

Al llegar a una enorme puerta de roble, colocó ambas palmas y con sigilo fue empujándolas para poder entrar. Al principio la luz tenue de las velas deslumbraron sus pupilas después de estar caminando entre aquel templo a obscuras.

Poco a poco se fue adentrando encontrándose con la figura de aquel bello francés recargado sobre un libro abierto en el escritorio. Defteros se fue acercando con cautela para no despertarlo, retiró algunos de sus mechones que cubrían su rostro así que con parsimonía le retiró algunos mientras analizaba cada rasgo de su cuerpo.
Jamás había tenido la primicia de tenerlo a una distancia tan cercana como en estos momentos, sus largas pestañas demostraban un rostro tierno y sereno. Dégel se había quedado profundamente dormido leyendo sus amados libros.

Esperando no despertarlo de su maravilloso sueño, Defteros lo tomó con cuidado entre sus brazos para poder recostarlo sobre el mullido sillón que tenía dentro de la biblioteca.
Ante esto Dégel solamente se removió un poco en los brazos del moreno mientras permanecía con los labios entreabiertos, aunque al mirarlos con detenimiento eran suaves, delgados...
Con unas enormes ganas de probarlos en ese momento pero no, ese no era su estilo, mejor optó por respetar ese espacio personal del francés.

Lentamente lo dejó sobre aquel sofá, tomó sus manos y las colocó sobre su vientre, lamentaba no tener una frazada en esos momentos por qué también buscaría cobijarlo y cuidarlo de la misma manera en la que él se preocupó desde que se conocieron.

Dégel ante todo lo alentó a confiar en él mismo, que no necesitaba vivir y ser llamado como su cruel destino lo indicaba. Si por ello fuera, Defteros daría hasta su propia vida por él.

Con estos últimos pensamientos dejó aquella hoja que llevaba consigo y la dejó sobre el escritorio esperando que no pasara desapercibido por Dégel.

El color anaranjado del amanecer anuncia su llegada iluminando parte de la obscuridad que la madrugada cobijaba aún al santuario.
Dégel se removió un poco del sillón sin darse cuenta que se encontraba en ese lugar.

Así transcurrió unos momentos más, el sonido proveniente de algunos de sus compañeros pasando por su templo interrumpieron su sueño.
Se frotó sus párpados y busco estirarse un poco, después de todo había descansado y sin duda fue una noche tranquila después de todo.

Esperó que su aspecto adormilado se calmara un poco, cuando se dió cuenta de su realidad fue como descubrió que no se encontraba en el escritorio, la noche la había pasado en el sillón.

- ¿Pero que?

Asombrado se levantó de ese lugar y comenzó a caminar rumbo al escritorio para ir por sus lentes, su vista borrosa no se percataba de aquel papel sobre el mueble.
Al colocarselos su mano se recargo sobre la madera y fue ahí donde descubrió esa nota, ahora que lo recordaba mejor, en la noche el no tomo apuntes ni escritos.

Comenzó abrirla con curiosidad, aquellas letras quizá no tenían una caligrafía perfecta como la suya, pero de algo estaba seguro y es que al leerlo conmovió sus sentimientos por dentro.

Eres mi sueño cual yo esperaba
Tan solo me basta su mirada
Solo me hace falta su compañía
Es el ángel que ha llegado
Él me tiene enamorado
Él ilumina mi camino
Es mi luz de Luna.


- Esto es de... - Dégel buscó en cada rincón de la nota el nombre o un dato que le revelará el remitente pero no encontraba nada.

Unos pasos comenzaron a sonar en la duela a manera de eco, rápidamente Dégel tomó una posición de defensa pero aquella silueta revelo a una persona que jamás se imaginó volver a verlo, no después de que Sage lo enviara a la misión del volcán.

- No soy bueno expresando mi sentir, mis palabras sin sentido carecen de coherencia pero te aseguro que no miento.

- Defteros...

- Solo te pido que si no estás de acuerdo con mis palabras no busques hacerme sentir bien con halagos que no corresponderas. No pretendo ocupar el lugar de alguien que quizá viva en tu corazón... Solo esperaba que lo supieras.

Se sintió aliviado al decir esto, algo muy en el fondo de su ser le decía que Dégel quizá no le correspondera, intentó dar la media vuelta para regresar a su acogedor volcán pero una suave y sutil mano lo tomó del brazo justamente antes de irse.

- Tus palabras fueron hermosas.

- Es lo que menos puedo hacer si me he convertido en un demonio.

- Lo eres por qué así lo piensas tú... Pero para mí eres mucho más que eso, es injusto que los demás te trataran como alguien que no vale la pena y sobre todo excluido de los demás.

Defteros mantuvo su rostro serio e inexpresivo ante el francés, siempre había sido así, vivía oculto entre las sombras bajo el cuidado de Aspros. Siempre fue su vida y su destino ser el segundo y al que todos lo tratarán con desdén.

- Tu creíste en mi desde el principio, si es lo que sigues pensando de mi, con eso me basta Dégel.

- Creo en ti por qué sé que dentro de ese "demonio" hay un ser cálido y sincero que a pesar de sufrir demasiado, tu alma es tan noble que harías lo que fuera con tal de limpiar la memoria de Aspros.

Defteros se acercó a Dégel acortando la distancia para envolverlo en un abrazo, Dégel correspondió aquel gesto llevando sus manos a su espalda sintiendo como los latidos del moreno se volvía más repentinos intentando salir de su pecho, aquella calidez era reconfortante para Defteros, acomodó su mentón en el hombro de Dégel, disfrutando de su aroma, de acariciar sus largos y sedosos cabellos verdes.

- Después de partir a la isla en el barco todos estos días siempre buscaba una convicción para volverme más fuerte... Grande fue mi descubrimiento al ver que ese motivo por el cual yo luchaba y derroté al espectro que azotaba la Isla, mi motivo eres tú... Por qué eres como aquella luz de Luna que siempre está para guiar mi obscuro camino de las penumbras en las que me encuentro. No he quiero obligar a este sentimiento.

Dégel dejó escapar una sonrisa tierna al escuchar las palabras del gemelo menor.

- No me estás obligando a nada, desde que te conocí no hay día que no deje de pensar en ti Defteros... Si dices que yo soy tu luz entonces para mí eres el calor que derrite el hielo de mi corazón. Yo también he deseado con este momento.

Un toque suave en sus labios permitió ambos sentir sus respiraciones agitadas, sus manos recorrían con timidez el cuerpo del contrario, a partir de hoy formaba un beso de los muchos que les esperaba en esta corta vida juntos.

- Te amo Dégel, siempre lo he hecho.

- Yo también te amo Defteros, gracias por tan bellas palabras que me escribiste.

- Son mi verdad y tú eres mi final feliz Dégel.

Tu la luz de mi vida obscura.

💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖

Me es imposible dejar de escribirle a esta bella pareja que los amo, ambos son mis husbandos, ambos me gustan juntos, son el complemento perfecto.
Estuve leyendo un one shot de ellos en Ao3 y me cautivó, me inspiró y por eso quiero seguir haciendo crecer mi hermosa ship.
Mientras esté por estos lados mi Defteros x Dégel y mi Dégel x camus seguran teniendo material 💖💖
Espero que les haya gustado, los quiero mucho.

🥰🥰

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