Capítulo 19. La reina de los fríos
"La ira es como el fuego; no se puede apagar sino al primer chispazo. Después es tarde."
Giovanni Papini
Pueblo Ocaso
Nahomi
El mensajero del Elite llegó tal como Michael dijo. Y finalmente conocemos el nombre de quién nos enfrentamos:
—Saludos, oráculo y presentes de alta magnitud —dice el joven Elite encargado de hablar por él —. He venido en nombre de Dariut Andervig.
Dariut Andervig. Elite mestizo conocido por su gran fortaleza en batalla y soldado de alto nivel. Es hijo de Janet Andervig; ella estaba en prisión por haber cometido el crimen de casarse con un mortal y tener a Dariut, salió hace cinco años. El padre de Dariut fue ejecutado cuando él apenas era un bebé.
Desde que me he convertido en una oráculo adulta, se me ha permitido acceder a tanta información sobre los respetados seres superiores.
Dariut Andervig es conocido por despreciar a los seres mortales. Odia su lado impuro y ha asesinado incontables mortales acusados de ser criminales en el Mundo Oscuro. Siempre ha querido demostrar su fortaleza y magnificencia, y su honor fue cuestionado cuando una mortal desafío su fuerza. Ella era Leihat.
Hace unos siglos, Leihat luchó con Dariut Andervig en una batalla a muerte que fue presenciada tanto por los inmortales como los mortales.
Para sorpresa de todo aquel que estuvo presente, Leihat luchó con ferocidad y logró hacer sangrar al orgulloso Elite. Los mismos oráculos estaban asombrados; por primera vez en toda la historia un mortal lograba desafiar la fuerza de los Elites.
—¿Qué podemos hacer por el honorable señor Dariut Andervig? —preguntó lo más amablemente posible, ofreciendo esa sonrisa que Michael me ha hecho practicar para lidiar con los Elite.
El joven Elite aclara su garganta y proclama:
—La ofensa cometida contra el señor Dariut Andervig ya ha sido discutida. Debido a que el ser híbrido, conocido como Marcus Solluna, es protegido por la ley que concede a los oraculos el privilegio de protejer aquello que contribuya con su estabilidad, no se exigirá la pena de muerte.
Contengo mis ganas de suspirar profundamente ante esa noticia. No debo demostrar mi evidente inclinación hacia el bienestar de Marcus.
—Sin embargo —continúa diciendo el mensajero —, se exigirá una prueba legal de que este ser sigue siendo contribuyente con la estabilidad de la oráculo conocida como Nahomi Omet.
—Algo así como, ¿un contrato de amantes? —pregunta Steikmen Viomiel y sonríe.
—Así es —confirma el mensajero.
Doy un paso al frente y ofrezco la copia del contrato al Elite. Quien procede a leer detenidamente.
"Padre, tendré que averiguar que te impulsa a ayudarme tan drásticamente."
—Muy bien —acepta el elite —. Esto será más que suficiente para evitar la destrucción de Marcus Solluna. Sin embargo, tendré que llevar a este híbrido bajo arresto.
Apenas termina de decir esas palabras, aparecen dos Elites más. Visten el uniforme de la milicia Elite y cargan espadas en sus espaldas.
—¿Qué? —dudo —¿Con qué autoridad? ¿Y por qué motivó?
El elite encargado de hablar sonríe de manera superficial. Eleva su vista y al verme fijamente expresa:
—Oraculo, no te sientas tan superior debido a las leyes que protegen tu naturaleza. Tu juguete no deberá ser destruido, pero sí puede ser... sometido a los castigos adecuados.
—No van a torturarlo. —Decreta Steikmen y se percibe dureza en su voz.
—Le recuerdo su lugar, señor Steikmen. —Enuncia el Elite que claramente posee una posición más alta—. Seguramente no querrá usted avergonzar más su apellido, no después de todo lo que su hermano Matt le ha hecho a su familia, ¿no es así?
—No te atrevas a citar el nombre de mi hermano. —Advierte Steikmen con un tono amenazante que jamás he oído en él.
Repentinamente los Elite miran hacia el frente. Alguien acaba de llegar.
—¡Ya sabía yo que la situación debía ser un desastre! Pero no imaginé que llegaría a tal punto! —exclama una elegante voz femenina. No puedo sentir sus emociones.
La mujer frío avanza lentamente hacia nosotros. Viste de manera selecta y blanquecina, su hermosura es resplandeciente. Tan... Similar a alguien que conozco.
—Es un gusto volver a verla, su alteza —dice Steikmen realizando una pequeña inclinación con su cabeza. Las emociones de Steikmen se han calmado con la llegada de ella.
Se trata nada más y nada menos que de la Reina del Valle de la Luna. La monarca es la gobernante de uno de los cuatro reinos más grandes de los seres fríos.
—Me alegra verte también, Steikmen —responde ella y sonríe de una manera que me provoca sensaciones extrañas. Los seres fríos lucen tanta perfección que resulta incómodo verlos.
La reina viene acompañada de cien soldados fríos. Entre ellos destaca el general, sereno, con unos ojos increíblemente frívolos. quien posa su mirada detenidamente en Marcus.
—¡Vaya! —exclama la reina al aparecer justo frente a Marcus —Sabía yo que mi nieto heredaría la belleza de mi hijo, pero eres más que parecido a tu padre, mi pequeño Marcus.
Marcus luce asombrado. Y procede a arrodillarse frente a ella. Quien sonríe con complacencia y manifiesta:
—Me da gusto que tengas la educación de un buen soldado, Marcus. Pero no olvides que tienes mi sangre, pequeño príncipe. Así que ponte de pie y colócate al lado de este oráculo que, a mí parecer, tiene muy buen gusto.
Marcus obedece y yo no puedo evitar sonreír. Ya he leído los pensamientos de la reina, sé porqué está aquí, y sí bien tiene sus propias razones más que personales, resultara ser nuestra gran salvadora en este instante.
—Reina —dice el Elite mensajero con una evidente molestia —, entenderá usted que debo llevarme a Marcus Solluna.
—¡Por supuesto! —exclama la reina —La autoridad de los Elites jamás será puesta en duda, pero estás arrestando a este ser bajo la autoridad de Dariut Andervig. Eso significa... que podemos protestar, sí, podemos protestar. Este híbrido es de mi familia, por lo tanto tiene sangre real, así que... yo no estoy de acuerdo con que sea castigado en este instante.
El elite sabe que ella tiene razón. Por más que la falta que ha cometido Marcus es cuestionable, es una situación diferente llevárselo prisionero cuando una reina poderosa dice en voz alta y frente a testigos que este es de su sangre. Así que, no le queda otra opción más que retirarse y regresar luego con una nueva orden de arresto.
Y así lo hacen.
*********
Steikmen
El alivio que he sentido desde la llegada de la reina Kayelet es indescriptible. Se muy bien que Kay Solluna ha realizado muchos esfuerzos para evitar que su madre se enterara de la existencia de sus hijos, pero en este momento, la protección y el favor de una monarca poderosa es más que conveniente para la situación de Marcus.
Estamos en la casa de Marcus. La reina ha deambulado por el lugar observando el sitio, parece analizar todo con detenimiento, y por su sonrisa puedo deducir que le agrada la decoración Elite que he mandado hacer para Marcus.
—Steikmen, ¿puedo hacerte una pregunta personal? —dice Kayelet.
—Por supuesto, majestad.
—¿Marcus ha sido tu amante personal?
Para ser completamente sincero, no es la primera vez que me hacen esa pregunta. Si bien los Elite por ley tenemos prohibido relacionarse con mortales, es de conocimiento público que muchos mortales se convierten en amantes de los inmortales para que estos les den algún tipo de recompensa; mayoritariamente tesoros.
—No, alteza. —Niego.
—Nunca oí de un Elite que ofrezca regalos materiales a un mortal sin que este sea algún tipo de interés amoroso temporal.
—En eso le doy la razón. —Acepto y sonrió —. A pesar de que empecé a cuidar de Marcus debido a que me sentía en deuda con él al haber sido partícipe del entrenamiento y creación de los silenc, las cosas han cambiado. Aprecio a Marcus como si fuese mi hermano pequeño, he hecho muchas cosas por él, y pienso que seguiré estando a su lado mientras me necesite.
Al girarme hacia Marcus noto que él ha agachado su cabeza en un evidente gesto de vergüenza. En tantas ocasiones olvido lo tímido que suele ser cuando se trata de expresar sentimientos.
A Nahomi esos gestos de timidez le parecen adorables, acaricia el cabello de Marcus y busca mirarlo a los ojos, cosa que provoca que el rostro pálido de Marcus se sonroje.
—Me da mucho gusto saber que mi nieto cuenta con la protección de un elite. —Proclama la reina al tomar asiento —. Y por supuesto, es más que interesante saber que cuenta con el apoyo de una oráculo. Dime, querida, ¿por qué Marcus ha sido declarado legalmente como "importante para tu estabilidad como oráculo"?
Nahomi se endereza sobre su asiento, coloca su mano delicadamente encima de la de Marcus y sonríe de esa manera en que siempre engaña a todo el mundo; esa sonrisa adorable que hace imposible saber qué pasa realmente por su cabeza. Y dice con voz suave y franca:
—Tengo sentimientos por Marcus.
—¡Vaya, cuanta sinceridad! —dice la reina —Marcus, no has dicho una sola palabra desde que llegué, ¿sucede algo malo, niño?
Supongo que para la reina el silencio de Marcus puede resultar fastidioso. Si bien Marcus ha logrado una aceptable comunicación con sus amigos cercanos y familiares, sigue siendo un frío diferente. Sigue siendo el mismo Marcus que debe luchar contra sí mismo cada vez que intenta comprender qué significan las palabras de un extraño.
La reina frunce el ceño y vuelve a preguntar:
—¿Y bien, Marcus? ¿Acaso no hablas?
—Usted debe saber que...
—Ya se que Marcus es un frío defectuoso, niña —dice la reina con una sonrisa frívola antes de girarse hacia mí —. Dime, steikmen, ¿este muchacho siquiera puede hablar?
—Si puedo.
Marcus ha hablado fuerte y claro. No puede mirar a los ojos a la reina, pero ha elevado su cabeza adoptando una buena postura. Y su rostro es tan inexpresivo como siempre.
—Excelente —dice la reina —. Así que mi querido nieto podrá decirme con sus propias palabras el lugar donde podré encontrar a mi hijo.
—No.
—¿Como dices, pequeño?
—Si mi padre no le ha dicho por sí mismo donde se encuentra, tendrá sus propias y válidas... razones. Así que... no podré decirle nada.
La reina no parece molesta ante las palabras de Marcus. Se sienta cómodamente y cruza las piernas observando a su nieto con cierto detenimiento. Su presencia en verdad exterioriza autoridad.
—Dime, Marcus —dice la reina —, ¿qué regalos te ha dado la oráculo?
—¿Regalos? —duda Marcus desconcertado ante la pregunta.
—¡Claro! Ya eres un amante de manera oficial, por costumbre ella debería darte obsequios fascinantes. Los oráculos son famosos por sus riquezas adornadas de reliquias extrañas.
—Ah, si, sobre eso —dice Nahomi con las mejillas encendidas —. Aún no he tenido tiempo de pensarlo, lo del contrato fue un poco repentino. ¡Pero, por supuesto que le daré obsequios a Marcus!
—No es necesario, Nahomi —susurra Marcus escondiendo su rostro en su mano derecha.
—Si lo es, Marcus —insiste Nahomi con una sonrisa —. Será divertido.
Marcus termina cediendo de buena manera. Naturalmente no puede negarse a los deseos de Nahomi. En ocasiones me preocupa la estima que ambos se tienen, no puedo evitar preocuparme y a su vez preguntarme sobre el "qué dirán" cuando su unión sea de público conocimiento. Ya puedo oír a las personas decir que tener a un híbrido como amante de un oráculo es deshonroso para los seres divinos.
—Marcus —enuncia la reina —, necesito que me digas dónde encontrar a tu padre. En verdad me alegra que seas fiel a tu clan, pero mi hijo estará en grave peligro en un futuro cercano. Así que las circunstancias han cambiado.
——¿En verdad usted cree que él sería capaz? —pregunta Nahomi y un creciente horror se ve reflejado en sus ojos. Naturalmente ella se da por enterado de todo con anticipación.
—¿Qué sucede? —Se me adelantó a preguntar Marcus —¿Por qué mi padre estará en peligro?
—¿En verdad crees que puedes ofender el honor de un Elite y escapar de las consecuencias tan fácilmente? —pregunta la reina con más que razón al respecto —Si ese élite no puede vengarse de ti, lo hará de todas las personas que ames. Buscará a Kay, a tu familia. Y con facilidad podría asesinarlos a todos. Es más, sería tan meticuloso en su perversa tarea, que probablemente no deje rastro alguno de su crimen. Así que dime, Marcus, ¿dónde están tus padres?
*********
Omnisciente
Cordillera de los Andes
—Está nevando otra vez —dice Gabriel al correr una cortina y observar a través de un gran ventanal —. ¿Qué te parecería un paseo nocturno, Lia?
—Fantástico, nada como cagarse de frío mientras paseas en la madrugada.
—¡Hablas como si en verdad sintieramos el frío! —dice Gabriel con una gran sonrisa en el rostro.
Lia acerca sus manos al fuego de la chimenea y se acurruca alrededor de su manta. En ocasiones como esta, le gusta recordar aquellas sensaciones que perdió junto a su humanidad. Fingir tener frío resulta reconfortante para ella. Y pronto siente que los brazos de Gabriel la envuelven al abrazarla por su espalda.
—Comparte tu manta —exige el de forma dulce y alegre.
—No, buscate la tuya.
—¡Vamos! Tengo frío para subir las escaleras.
—Acabas de decir que no sentimos frío, Gabriel.
Gabriel, acostumbrado a la actitud frívola de su amada Lia, ignora los comentarios de esta y le arrebata la manta, ella no hace nada para evitarlo. Y él coloca la suave manta por encima de su cabeza y se acerca lo suficiente a ella como para cubrirlos a ambos. Lo cual resulta sencillo teniendo en cuenta la gran altura de Gabriel y el hecho de que Lia es bastante pequeña de estatura.
—¿Qué fue lo que hice para que estés de mal humor? —Le susurra Gabriel al oído a ella.
—Tu no hiciste nada —responde ella y gira su rostro para verlo directamente —. Estoy molesta con Kay, ¿qué es eso de decirnos que nos alejemos sin motivo alguno?
—Quizás solo quería más tiempo para él y Bell, ya sabes, ahora que deben cuidar a nuestra pequeña hermanita las cosas son un poco más complicadas. Vivimos entre humanos, es más fácil fingir ser una pequeña familia de tres.
—No se trata de eso Gabriel, y lo sabes. Papá... Kay, siempre expresa muy bien cada cosa que piensa. Pero esta vez, a pesar de que intentó disimularlo, fue como si estuviera sumamente impaciente por alejarnos de su lado.
Gabriel apoya su rostro sobre el hombro de Lia y la abraza por detrás desde su cintura. Ella eleva su mano derecha y acaricia los rizos dorados de él con suavidad.
—Lo sé. —Manifiesta finalmente Gabriel —. Pero, debemos confiar en que hay una buena razón detrás de eso. ¡Vamos! Tómalo como unas pequeñas vacaciones sin fecha de vuelta.
—Supongo.
Gabriel vuelve a sonreír y estira su brazo para tomar el rostro de Lia y atraerla hacia él. La besa con suavidad, pero al momento en que ella le corresponde y sus lenguas se tocan, el beso se vuelve húmedo e intenso. Al cerrar los ojos y embriagarse con la sensación, todo simplemente deja de existir por un instante.
Lia repentinamente lleva su mano al rostro de Gabriel y al apartarlo pregunta:
—¿Tu idea de vacaciones involucra una gran cantidad de sexo?
—¿No te parece un buen plan?
—No me desagrada. Siempre y cuando vayamos a escalar las montañas cercanas como habíamos comentado.
—Hecho, pero, ¿aún quieres subir esa montaña al estilo humano? —pregunta el rubio recordando los equipos de escalar que compraron hace un par de horas.
—De otra forma sería demasiado fácil.
—Eso es verdad. —Concuerda él y procede a abrazarla fuertemente.
—Cásate conmigo, Lia.
—Gabriel, ya estamos casados.
—Pues, casémonos otra vez. Y tengamos un bebe.
—¿Sigues con esa idea? —pregunta ella recordando todas las veces en las que hablaron de tener un hijo —Creí que habíamos quedado en que no era el momento adecuado.
—Ese momento adecuado no parece llegar jamás. —Esta vez el volumen de su voz baja y ella lo nota de inmediato. Pero no comprende el motivo.
Gabriel se siente algo ansioso desde que Kay y Bell tuvieron su segundo hijo hijo biológico. Obviamente está feliz al respecto y ama a su diminuta hermana tanto como a Marcus, pero la llegada de la niña lo ha hecho pensar en un hecho no se había planteado hasta ahora.
Todos saben que las mujeres que son seres fríos, solo pueden tener un hijo de manera natural. Y, por consiguiente, siempre tienen ese hijo con la pareja que más lleguen a amar. Eso lo ha llevado a preguntarse, ¿acaso Lia no lo considera lo suficientemente ideal para ser el padre de su hijo? No duda que ella lo ama, pero, ¿es ese amor suficiente?
Su ansiedad sobre el tema aumentó hace dos semanas. Cuando, hablando con un amigo, este le preguntó cuánto tiempo llevaba siendo la pareja de Lia, Gabriel respondió que más de cinco décadas, y su amigo manifestó asombro de una manera insensible al decir:
—¡Vaya! Llevan poco tiempo como pareja, pero lo suficiente como para tener un hijo biológico. ¡Si fuera tú tendría cuidado, Gabriel! Quizás ella está dándole prioridad a alguien que considera más apto para ser el padre de su hijo.
Gabriel en ese momento no le dio suficiente importancia, pero después, cuando Lia se mostró completamente en desacuerdo con esa idea, no pudo evitar sentirse adolorido y hasta rechazado.
—Gabriel, ¿estás bien?
—Si, solo... —El rubio hace silencio repentinamente —Alguien viene.
—También lo escucho—dice Lia y ambos se ponen de pie en dirección a la puerta.
Unos segundos después, se oye que llaman. Ninguno de los dos reconoce el sonido de los pasos de quien está del otro lado, pero, por el sigilo, asumen que se trata de un ser frío. Gabriel abre la puerta con diplomacia, es posible que se trate de los seres fríos que forman parte del clan dominante de estas tierras.
Pero no es un ser frío, es una bruja. Ella está cubierta con una capa y les ofrece una sonrisa cordial antes de que ellos se percaten de la bebe que trae envuelta entre sus finos brazos.
—Antes que nada —dice la bruja —, soy amiga de sus padres. Traje a su hermana con ustedes por indicaciones de ellos.
Gabriel y Lia observan a la pequeña Isabel. ¿Que puede ser tan extremadamente peligroso como para que Kay y Bel alejen a su pequeña hija de ambos?
¡He vuelto! XD
No se si queda alguien por aqui (culpa mia por ausentarme tanto jajaj), pero bueno, seguire actualizando desde ahora que he encontrado inspiración de nuevo.
Hasta pronto :)
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