41. La sentencia
Nadie puede medir la distancia entre el cielo y el mar;
Sin embargo veo desde mi orilla que se pueden tocar.
Castillos de Arena (Pablo Alborán)
Alma número dos
Han pasado dos semanas del casi trágico acontecimiento. La joven que fue atacada sobrevivió gracias a la atención inmediata prestada por un médico brujo que se encontraba en el lugar de los hechos.
No tengo dudas de que dicho acontecimiento fue un acto conspirativo en contra de la imagen de los fríos que comparten la condición de Marcus. Me parece demasiado extraño que en ese mismo lugar encontré mentes protegidas que evitaron cualquier lectura de mi parte. Pero, desafortunadamente, no tengo pruebas al respecto.
La abogada de Marcus, contratada por Steikmen Viomiel y encargada de llevar adelante la defensa, dice que el hecho de que la joven haya sobrevivido da una ventaja. De otro modo, hubiese sido casi imposible contrarrestar la situación.
Aún me parece increíble que todo esto esté sucediendo. Vivirlo tan de cerca, haber sido testigo del hecho, me ha abierto los ojos a que sin importar cuántas veces la muerte deambula cerca tuyo, la sensación siempre será escalofriante y oscuramente aterradora.
Los últimos días han sido grises y repletos de una tensión insoportable. El hospital se ha visto invadido de periodistas en busca de cualquier miembro del personal que quiera dar su opinión con respecto a Marcus y como era tener cerca a un "frío defectuoso". Las opiniones han variado desde los que aseguran que Marcus es un hombre apacible que jamás causa problemas hasta descaradas mentiras sobre lo dificultoso que es estar cerca de un sádico asesino.
La doctora Maru aseguró en una transmisión en vivo que está dispuesta a declarar a favor de Marcus. Y el doctor Andreu se ha negado a prestar declaraciones frente a la prensa.
En cuento a mí, he decidido negarme a hablar. No porque no quiera manifestar mi opinión sino porque de cualquier manera mis palabras serían estrictamente analizadas debido a mi posición como oráculo. Y no poseo ánimos ni tiempo para lidiar con alguna visita de Michael Omet.
Marcus estuvo confinado a una celda en la PUSS (Prisión Universal para Seres Sobrenaturales), ubicada a pocos kilómetros de la ciudad. Donde lo mantuvieron detenido durante dos días hasta que fue liberado bajo fianza en espera del juicio.
No lo he visto desde entonces. Me aterra no poder saber cómo se encuentra o que pasa por su mente en estos momentos. No puedo siquiera imaginar lo difícil que debe ser todo esto para él. Ha perdido todo por lo que durante años ha luchado. Su imagen, su nombre y su reputación están cayendo por la borda. Todo por un par de segundos.
Ni siquiera la posición de Élite de Steikmen lo ha librado esta vez. Cabe mencionar que el susodicho firmó un permiso legal para que Marcus pudiese entrar al Estadio; el cual aseguraba que de suceder algo él se haría responsable. Ahora enfrenta una demanda que exige una suma millonaria como multa y además un par de años de prisión.
Por más que lo piense una y otra vez, no puedo entender por qué razón esto tiene que suceder. Es como si Marcus estuviera más que maldito. Como si el destino, vestido con su típica abrigo de crueldad y violencia, le encantará dejar que Marcus obtenga algo de esperanza para después arrojarlo al vacío de la desesperación.
Ahora estamos aquí.
Misma situación. Y mismo peligro plagado de una horripilante tensión que a cada segundo amenaza con estallar en una lamentable tragedia.
Marcus será juzgado. Y una multitud aguarda a las afueras de la Corte Suprema del Mundo Oscuro en espera del resultado.
Dicha multitud se encuentra dividida entre los que exigen la pena de muerte y los que piden clemencia teniendo como argumento no solamente el hecho de que las acciones cometidas por Marcus deben ser justificadas debido a su condición, sino también por la fuerte discriminación y desprecio con el cual la sociedad sobrenatural trata a los " fríos defectuosos".
—¿Harás lo que tus padres te pidieron? —preguntó dirigiéndome a Steikmen.
El Elite esta sentado frente a mí. Ambos esperamos el inicio de la primera sesión del juicio.
Me dirige una mirada dócil y su memoria repasa fugazmente lo ocurrido la noche de ayer; sus padres le han pedido negar el acuerdo firmado y librarse de dicha responsabilidad. De esa manera sus abogados podrán apelar contra los cargos y solo deberá pagar el dinero acordado.
—No —niega Steikmen —. Yo firmé ese permiso y me haré responsable de ello. Es por Marcus. Y de ninguna manera traicionaré su confianza negando mi participación en esta lamentable circunstancia.
No esperaba menos de Steikmen Viomiel. Siempre ha demostrado su lealtad y bondad que desafía completamente la naturaleza de su raza. Es casi increíble que sea un Elite puro con tal grado de empatía por los seres considerado inferiores en su entorno.
Por otro lado comprendo perfectamente a los padres de Steikmen. Su primer hijo se encuentra cumpliendo una condena desde hace siglos debido a un hecho que desconozco pero que involucró el rompimiento desmesurado de las leyes que rigen al Mundo Oscuro.
Ahora, su segundo hijo, se halla de pie una delgada línea entre la libertad condicional y la condena deshonrosa por defender una causa que ellos consideran una pérdida de tiempo.
—¿Cómo esta él? —preguntó con cierto temor hacia una posible respuesta.
Se que Steikmen Viomiel es la única persona con la cual Marcus ha tenido contacto. Se niega a recibir a alguien más. Incluso rechazó la visita de Erick.
—Es difícil saber —dice Steikmen con sinceridad al respecto —. Durante una semana no dijo palabra alguna y cuando lo hizo fue para preguntar por alguien.
—¿Por quién?
Steikmen se gira para mirarme con auténtica curiosidad proyectada en sus ojos marrones al y a su vez responde:
—Por usted, señorita Omet. Preguntó por usted.
Una punzada se origina en mi pecho. Me azota un fuerte sentimiento agridulce al imaginar que salió de sus atormentados pensamientos solo para preguntar por mí. Por mí.
Lo extraño. Ya me he acostumbrado tanto a su presencia. Su ausencia se hace notar de forma evidente en mi entorno laboral y personal. Extraño verlo entrar a mi laboratorio a saludar y preguntar, con nula disimulación, si ya he comido correctamente.
Sus preguntas poco usuales y su carácter tan directo ofrece variedad en el comportamiento de los doctores. Maru y Andreu, a pesar de querer ocultarlo, también lo echan de menos.
Los meses que a Marcus le tomó adaptarse de alguna forma también adapto a ciertas personas a su forma de ser tan singular. A pesar de los incidentes, comenzaba a haber comodidad en su presencia.
—¿Qué preguntó... exactamente? —titubeo.
—Marcus quería saber cómo se encontraba. Se mostró extrañamente interesado por su bienestar. No sé cómo explicarlo exactamente. Es poco habitual en él demostrar inquietud y creo que eso se debe a que se trata de usted, señorita Omet.
—¿A qué se refiere exactamente, Steikmen? —Me veo obligada a preguntar. Ya que, por alguna extraña razón, la voz de su mente se ha vuelto inteligible.
—Yo creo en lo evidente de esto —asegura él en un tono difícilmente interpretable —. Marcus es complicado de leer y comprender. Pero en este caso es más que obvio lo que sucede la involucra a usted como principal causa de ciertos sentimientos.
—¿Qué tipo de... sentimientos?
—Me parece, señorita Omet, que usted ya conoce esa respuesta.
Lo sé. Por supuesto que lo sé. Y ha llegado el momento de enfrentar ese hecho.
Omnisciente
En el Mundo Oscuro la decisión final en un juicio es tomada por tres jueces que deben ponerse de acuerdo para dictar un veredicto. Y, como este caso es de que gran interés público, la sesión esta siendo transmitida por medios audiovisuales para toda la comunidades sobrenatural.
—Estando presente el jurado —decreta uno de los jueces —, los abogado de ambas partes y las figuras representativas del Ministerio de Regulación de seres Sobrenaturales, damos inicio la sesión.
»El acusado del caso es: Marcus Cris Solluna.
»Edad biológica: 26 años.
»Edad cronológica: 124 años.
»Raza: Híbrido (agni/frío).
»Fue declarado como frío defectuoso el 8 de agosto de 2019. En el juicio, llevado a cabo el 10 de septiembre de ese mismo año, fue absuelto de las pena de muerte que hasta ese entonces era el único fin marcado para los de su tipo.
—Al susodicho —continua un segundo juez —, se lo acusa de los siguientes cargos:
»Amenaza para la Seguridad pública.
»Intento de asesinato en primer grado.
»Amenaza al anonimato del Mundo Oscuro.
»Rompimiento de las condiciones por las cuales estaba condicionada su libertad al estar catalogado como frío defectuoso.
La sesión acaba de iniciar y la tensión ya se percibe insostenible. La concurrida tribuna de la audiencia también debe dictar su voto colectivo declarando la culpabilidad o inocencia del acusado en cuestión. Erick, que forma parte de dicho grupo, ruega en su interior que Marcus sea capaz de responder correctamente a las preguntas a las cuales será sometido.
Nahomi mantiene una lucha constante con las mentes alborotadas que habitan la sala de justicia. Su preocupación por Marcus entorpece su capacidad para silenciar el bullicio mental en sitios concurridos.
—Marcus Cris Solluna —menciona una jueza —, necesitaremos que exprese en voz alta y entendible si se encuentra completamente consciente de lo que se le acusa y las razones por las cuales lleva adelante esta sesión. ¿Comprende usted todo eso?
—Lo comprendo.
—¿Conoce usted sus derechos?
—Así es.
Marcus se encuentra en frente de los jueces. Erguido sobre su asiento con la audiencia a los lados observándolo cual exhibición sumamente interesante.
Nahomi luce impotente. Los pensamientos tanto de la audiencia como los jueces encargados de llevar adelante esta ejecución disfrazada de juicio le producen un sentimiento intolerable; están repletos de un repugnante prejuicio. Y ella lo sabe perfectamente.
Marcus no ha mirado a nadie en particular. Asemeja no estar consciente de que todos sus amigos están aquí; Andreu, Maru, Mery, Erick, Amy, Nahomi e incluso sus padres y hermanos han viajado desde el otro lado del mundo para ofrecerle apoyo y contención. Sin embargo él parece extrañamente ausente de sus presencias.
Los jueces dan inicio los hechos de apertura. Dando la palabra al fiscal puesto por el Ministerio de Regulación de seres Sobrenaturales. Dicho fiscal es un agni con un gran conocimiento y experiencia en este tipo de casos. Se pone en pie y comunica:
—Respetables jueces, estamos aquí para hablar de un hecho desafortunado. El 21 de junio de este mismo año el señor Marcus Solluna acudió a un estadio deportivo, donde inconscientemente dio muerte momentánea a Raquel Adben. Este hecho demuestra sin lugar a duda la incapacidad ya conocida de los fríos defectuosos para convivir en sociedad. Y la necesidad inmediata de mantenerlos bajo vigilancia y encierro.
—Abogada de la defensa —citan los jueces —. Hechos de apertura.
La abogada de Marcus se pone en pie con suma calma y mucha seguridad. Y con esa misma actitud expone:
—El 21 de junio mi defendido, Marcus Cris Solluna, acudió a un estadio deportivo con un permiso especial firmado por un Elite. Raquel Adben sufrió una desafortunada caída en la cual agarró por su brazo a mi defendido, quien fue declarado como frío defectuoso hace seis años. Los hechos cometidos por él después de ese momento fueron totalmente inevitables y justificados.
—Fiscal. Puede llamar a su primer testigo —ordena uno de los jueces.
La persona que entra en escena es un joven frío. Su vestimenta formal exhibe un logo de las clases más altas de los seres fríos.
—Su nombre —exigen los jueces.
—Me llamo Alan Fegonza.
—Usted es puesto por la Fiscalía como testigo de los hechos. Se le exigirá utilizar la cinta roja de la verdad. ¿Está usted de acuerdo?
—Así es.
La famosa cinta roja de la verdad se trata de, como su nombre indica, una cinta de tela roja con propiedades mágicas que es envuelta en ambas muñecas del declarante. Si este manifestase una mentira la cinta se romperá exhibiendo su engaño.
—Fiscal —ordena la jueza —. Proceda con su testigo.
—Sí, su señoría —dice el fiscal al ponerse nuevamente en pie —. Señor Alan Fegonza, ¿se encontraba usted en el lugar y el día de los hechos?
—Así es.
—¿Presenció de cerca la escena?
—En efecto.
—Puede contarnos qué fue lo que sucedió.
—Pude ver el momento en que la joven bruja se tropezó. Y también que tomó del brazo al acusado para evitar su caída. Luego él la atacó.
—¿De qué manera la atacó?
—Como un frío hambriento con total descontrol.
—¿Ella pudo defenderse?
—Para nada. En un instante le rompió el cuello.
—¿Dice entonces que el acusado le dio muerte sin piedad y ferocidad?
—Así es. Hasta parecía un frío prosélito.
Los fríos prosélitos son fríos recién transformados. Se caracterizan por su actitud agresiva semejante a un monstruo sanguinario sin ningún tipo de piedad o control.
—Abogada —indica el juez —. ¿Desea hacer alguna pregunta al testigo?
—Efectivamente, respetables jueces. —Ella se incorpora para acercarse hacía el testigo —. Señor Alan Fegonza, usted estaba presente en el lugar de los hechos. Cuéntenos, ¿cómo se veía Marcus Solluna en esos segundos en los cuales realizó el ataque?
—Como dije, totalmente descontrolada. Sus ojos rojos exhibían su sed instantánea.
—Entonces, ¿asegura usted que los actos de Marcus Solluna fueron inconsciente?
—Pues, sí. Al menos no parecía consciente de nada a su alrededor.
La abogada sonríe satisfecha. Mira de soslayo al fiscal y manifiesta:
—No más preguntas. Gracias, respetables jueces.
El fiscal llama a su próximo testigo. Se trata de un agni que también se encontraba presente cuando todo sucedió. Este manifiesta que la joven bruja jamás tuvo oportunidad de defenderse y que Marcus representa un peligro para la seguridad pública. Especialmente para la comunidad mágica. Agregando también que el estado de salvajismo de Marcus es digno de una bestia que debe de ser sacrificada.
Así sucesivamente van pasando los testigos del fiscal. Algunos aseguran que Marcus tuvo un comportamiento normal en los momentos en que transcurrió el juego de Emmtuan y que el hecho fue un desafortunado accidente. Otros simplemente se limitan a asegurar lo peligroso y siniestro que resulta caminar en los mismos lugares que pisa un frío defectuoso.
—Abogada de la defensa —dicen los jueces —. Puede presentar sus testigos.
—Sí, respetables jueces. Mi primer testigo es el Señor Erick Anderson.
Erick pasa a declarar. La cinta es envuelta en sus muñecas y se mantiene sereno en espera de las preguntas.
—Señor Anderson —dice la abogada —. Puede decirnos qué raza es usted.
—Soy un brujo mestizo.
—¿Qué relación lleva usted con Marcus Solluna?
—Somos amigos hace unos diez años.
—Y, en todos estos años, ¿Marcus alguna vez lo ha puesto en peligro o atacado?
—Para nada. Marcus jamás me ha hecho daño.
Más de uno de los presentes ponen sus miradas en la cinta roja. Esta no se rompe. Decepcionando completamente a los que esperaban un testimonio falso por parte de alguien cercano al acusado.
—No más preguntas —asegura complacida la abogada.
—Fiscal —lo nombran los jueces —. ¿Desea realizar alguna pregunta?
—Así es, honorables jueces —dice el fiscal —. Señor Anderson, ¿tomaba usted algún tipo de medidas para estar cerca del acusado?
—Sí, algunas. Jamás lo tocaba y si lo hacía tenía que usar unos guantes especiales de varias capas.
—¿Por qué razón?
—Porque los fríos con la misma condición de Marcus, no pueden mantener el control sobre su sed e instintos ante el contacto físico con un ser de sangre caliente.
—Entonces, ¿dice usted que el señor Marcus Solluna representa un peligro para todos los seres de Sangre caliente?
—No. Para nada. Siempre y cuando se tomen las medidas necesarias.
—No más preguntas —sentencia el fiscal. Decepcionado de que Erick no caiga en manifestaciones apresuradas.
El siguiente testigo llamado a declarar es Steikmen Viomiel. Luce tranquilo para alguien que está pasando su propio proceso legal que involucra la misma causa.
—Señor Steikmen Viomiel —dice la abogada —. Por favor, cuéntenos, ¿a qué se dedica usted?
—Soy administrativo en el Ministerio de Regulación de seres Sobrenaturales; profesor de Defensa básica y esencial; y también especialista en pacientes de estrés postraumático.
—Muy bien. Díganos, desde su profesionalidad y análisis previo, ¿es Marcus Solluna un paciente que padece trastorno de estrés postraumático?
—Efectivamente.
—¿Y eso añade alguna dificultad a su condición de frío defectuoso?
—Así es. Los seres catalogados como "fríos defectuosos" necesitan mantener cierto grado de tranquilidad al no lidiar fácilmente con los ataques de pánico. Y el estrés postraumático causa recuerdos recurrentes que pueden desatar dichos ataques.
—Objeción, respetables jueces —exige irritado el fiscal —. Esto no es relevante para el caso.
—Objeción concedida —decretan los jueces —. Abogada, limite sus preguntas a la causa que nos trae aquí.
—A eso voy, respetables jueces —asegura la abogada sin inmutarse o molestarse ante la objeción del fiscal. Es más, ni siquiera se voltea a verlo —. Dígame, señor Steikmen, teniendo en cuenta estos hechos y sus análisis después de varios años de tratamiento hacía Marcus Solluna, ¿cómo lo definiría?
—Como alguien indefenso.
—¿Por qué razón?
—Marcus, bajo su condición, no posee el mismo instinto de supervivencia que los demás seres fríos. Él, ante un ataque, es un ser indefenso.
—No más preguntas —asegura la abogada.
Algunos podrían considerar las preguntas de la abogada como innecesarias. Pero la información dicha por Steikmen comienza a hacer ruido en las mentes de la audiencia. Quienes se cuestionan asombrados cómo es que no estaban al tanto de dicha información sobre los fríos defectuosos y su naturaleza.
—Fiscal —dicen los jueces —. ¿Alguna pregunta para el testigo?
—Ninguna, respetables jueces —. Este no se arriesgara a entrar en discusión con un especialista que podría manifestar información que abra los ojos a la audiencia sobre la causa de los fríos defectuosos. No. De ninguna manera.
A pesar de haber estado en la escena, Nahomi no dará declaraciones. La abogada de la defensa le aconsejó no hacerlo debido a su posición como oráculo. El fiscal protestaría un trato parcial de su parte y anularían la declaración. Ya que los oráculos están obligados a mantener un comportamiento imparcial ante las dificultades de otras razas.
Aunque eso pone en una posición incómoda al sentido de honestidad de Nahomi. Ella quisiera poder ponerse de pie y declarar cuantas verdades se le presenten. Pero no puede. Eso no beneficiaría de ninguna forma a Marcus. Y lo menos que quiere es perjudicarlo.
—Se procede a las conclusiones resolutivas por ambas partes —dictan los jueces —. Fiscal, tiene usted la palabra.
—Gracias, respetables jueces. Lo que diré es lo siguiente y lo considero una conclusión razonable: Los fríos defectuosos, por miles de años, han sido considerados peligrosos para el Mundo Oscuro debido a que estos asesinaban sin control exponiendo nuestra naturaleza a los humanos; rompiendo una Ley Esencial para la supervivencia de nuestra sociedad.
»Lo que ocurrió en el estadio es un claro ejemplo de que los fríos defectuosos no pueden controlarse; no deberían estar en lugares públicos; no deberían deambular con libertad y mucho menos ejercer profesiones que ponen en riesgo a todo aquel que posea sangre caliente. Son incapaces, son defectuosos, y desde el Ministerio de Regulación de Seres sobrenaturales exigimos la pena de muerte o una condena máxima en la cárcel por homicidio intencional y momentáneo contra una bruja.
—Abogada de la defensa —decretan los jueces —. Sus conclusiones resolutivas.
—Respetables jueces, los especialistas confirman la inconsciencia de los fríos defectuosos ante impulsos instintivos que no pueden mantenerse bajo control en determinados momentos. Marcus Solluna no estaba consciente de sus acciones y por lo tanto es libre de homicidio intencional. Él lo hizo, definitivamente, pero se trata de un acto inevitable. Y por lo tanto, no es un acto doloso.
»Marcus Solluna debe ser absuelto de los cargos impuestos sobre él de manera absurda e injustificada.
Una vez dichas las conclusiones resolutivas por ambas partes. Se procede a dar a conocer la decisión de la audiencia; quien tiene el poder de dar un voto de culpabilidad o inocencia hacía los acusados.
Se muy bien cómo terminará todo esto. La audiencia encuentra a Marcus culpable de homicidio y lo etiquetan como una amenaza a la seguridad pública. Su decisión esta impregnada de prejuicio y escasa empatía debido a la repulsión que poseen los miembros de dicha audiencia hacia los seres que alguna vez fueron soldados Silenc.
Nahomi mira a la abogada y esta le devuelve la mirada. Ambas estuvieron hablando con anterioridad de la posibilidad existente de que el juicio se vea marcado por el prejuicio. Así que se verán obligadas a llevar adelante la última opción que han contemplado en secreto para salvar la existencia de Marcus.
Nahomi percibe a su garganta seca y un sudor frío le recorre las manos. Una repentina debilidad se hace notar en sus extremidades. Al parecer su mente está convencida de que su decisión es la correcta, pero su cuerpo teme.
Dicha solución debe representar un acto irrevocable. Siendo de una naturaleza tan delicada que ni siquiera Erick y Steikmen Viomiel tienen conocimiento sobre ello.
—Habiendo escuchado a los testigos —enuncian los jueces —; visto detalladamente las pruebas...
Nahomi se agarra fuertemente de la barra puesta enfrente suyo para comenzar a ponerse en pie.
—... Y teniendo como prioridad —continúan los jueces —la seguridad e integridad de los seres sobrenaturales pertenecientes al Mundo Oscuro, el Tribunal Supremo falla en favor a la Fiscalía del Ministerio de Regulación de Seres sobrenaturales .
—¡No es justo! —protesta a gritos Erick al incorporarse de su asiento. Steikmen intenta calmarlo pero el brujo no parece escucharlo.
—Se encuentra culpable a Marcus Cris Solluna por homicidio —continúan los jueces haciendo caso omiso a los murmullos desconcertados de la audiencia—. Y la sentencia decidida para el acusado es la pena de muerte.
—¡No pueden hacer esto! —vocifera el padre de Marcus dirigiéndose directamente a los jueces —Se demostró que Marcus es inocente. ¡Esto es absurdo!
—La decisión esta tomada —sentencia con desprecio un juez. Se gira hacia Kay Solluna y lo observa con desprecio tomando como insultante, siendo un Elite, el hecho de que un ser frío se dirija a él de manera tan irrespetuosa.
—Es nuestro deber—decreta otro de los jueces —, tener como prioridad la seguridad pública.
La madre de Marcus salta la valla que se encuentra frente a la audiencia. Camina amenazadoramente hacia los jueces siendo interceptada por dos guardias Elite que le interrumpen el paso. Los ojos le brillan en un intenso rojo al vociferar:
—¡Son unos corruptos! Llegaron aquí con una decisión ya tomada. ¡Se hacen llamar jueces de la Corte Suprema y ni siquiera son capaces de disimular su racismo enfermo!
Los jueces se hallan indignados. Es la primera vez que sus decisiones son cuestionadas por seres inferiores.
—Insistimos en que lo comprendan —menciona una jueza, quien en el fondo se regocija de las protestar impregnadas de desesperación —, Marcus Solluna esta defectuoso. Es un peligro para la sociedad sobrenatural.
—¡Les consta que es inofensivo! —vocifera Erick mientras es rodeado por dos Elite ante sus protestas. La furia abunda en el brujo cuyos ojos están al borde de las lágrimas —¡Les consta pero no les interesa!
—¡La sentencia es inválida! —exclama la abogada.
La sala repentinamente queda en completo silencio. Todos los ojos son puestos en la voz que fue capaz de interrumpir la palabra y decreto de tres jueces Elite del Ministerio Supremo del Mundo Oscuro. Estos la ven con desdén. Y con una sonrisa perversa uno de ellos pregunta:
—¿Está usted consciente de lo que dice, abogada de la defensa?
—La sentencia es inválida —insiste la abogada.
—¿Qué autoridad tiene usted para declarar abiertamente que la sentencia es inválida y desacreditar nuestra decisión?
—La ley —asegura la abogada caminando hasta posicionarse nuevamente frente a los jueces —. Más específicamente, la Ley 2.347, la cual dicta lo siguiente: "Todo ser sobrenatural que sea encontrado importante y comprometido para el desarrollo personal y emocional de un joven oráculo, deberá ser absuelto de penas que involucren su destrucción total."
—¿Y bajo qué pruebas asegura usted que este frío defectuoso resulta importante para el desarrollo personal de un ser divino, como lo es, un oráculo? —preguntan indignados los jueces.
—Bajo la palabra de un oráculo —decreta la abogada —. Nahomi Caliope Omet.
Marcus finalmente eleva su vista. Se gira para mirarme a la vez que los jueces también lo hacen. A su vez la joven es llamada a declarar. Y parece rogar porque sus piernas no fallen ante la presión que sufre en estos instantes.
—Señorita Omet —le hablan los jueces —. Díganos, ¿de qué manera asegura usted qué este frío defectuoso es indispensable para su desarrollo personal y emocional?
Todos esperan ansiosamente la respuesta. Nahomi exhala profunda y silenciosamente antes de responder:
—Porque... Marcus se casará conmigo.
Más de una persona abre grandemente los ojos ante la impensada revelación. Y Nahomi es incapaz de girarse para observar de qué manera Marcus ha reaccionado Marcus ante sus manifestaciones.
—¿Posee pruebas al respecto? —exigen los honorablemente jueces.
—Así es —aseguró —. Mi palabra de haber visto dicho acontecimiento en una visión.
—¿Cuando sucederá?
—Dentro de poco. Muy poco.
Bajo las nuevas circunstancias los jueces se ven obligados a reconsiderar su decisión. Mientras tanto Nahomi sigue siendo incapaz de moverse. Un extraño miedo le recorre el cuerpo mientras espera la decisión final de todo este asunto. Los murmullos en las mentes llegan a un tope que los vuelve inentendibles.
—Teniendo en cuenta las nuevas circunstancias —dicen los jueces como veredicto final —, la decisión ha sido reconsiderada. Marcus Cris Solluna es encontrado como persona esencial para el desarrollo personal de un ser divino y por lo tanto no deberá ser destruido.
»Sin embargo, es hallado culpable del homicidio momentáneo de Raquel Adben, por lo que deberá cumplir una condena de cien años de cárcel sin posibilidad de libertad condicional. Se le dará, desde el día de la fecha, exactamente un año para cumplir con la visión manifestada bajo palabra de un oráculo. Se cierra la sesión.
¡Hola! Me reporto después de dos semanas. Disculpen, sufrí un bajón con la escritura y no podía terminar este capítulo. ¡Pero, ya estoy de vuelta! ✍(◔◡◔)
¿Les emocionó este capítulo? (⊙.⊙)
¿Creen que la sentencia es justa? (ง︡'-'︠)ง
¿Nahomi se casará con Marcus? (◔◡◔)
Espero estén disfrutando de la historia. Y recuerden que sus votos y comentarios son los que me animan a continuar escribiendo. ¡Así que COMENTEN Y VOTEN! (>‿◠)✌
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