Capítulo 2: Ver

Reflejos se dan en los espejos,
Cosas extrañas tu observas
¿Qué son? ¿Qué quieren?
¿Me quitarán el alma?
Preguntas con temor.

Corres por pasillos infinitos,
Cubiertos de sombras inmoviles.
¡Dejenme en paz! Gritas
Estas solo te miran, te escrutinian si más, pensando en un veredicto.

De la nada ya no están,
Parpadeas los ojos sin creerlo,
Hace un momento te rodeaban
Pero ahora... todos habían desaparecido... cual espejismo...

<<Qué extraño es esto>>. Pensó una chica de un 1.60 de altura mientras observaba a su hermana Selene quien se había detenido frente al Big Ben, por lo que se acercó a otra hermana y le susurró.

— Kabú, ¿Sabes que le pasa a Selene? —preguntó suavemente, al oído de una joven de cabellos cortos, en tono de preocupación.

— No lo sé Thia, Sel a estado así desde que embarcamos en el carro para venir acá —respondió sinceramente al ver a la nombrada concentrada en el gran reloj.

Thia, intrigada y preocupada de lo que sucedía, se acercó a su hermana de manera tranquila, y al encontrarse a su lado poso su mano en el hombro derecho ocasionando, que casi al instante, una sensación de vacío le llenara.

La muchacha se encontraba en medio de la nada, oscuridad reinaba a sus alrededores siendo ella la única luz ahí.

<< ¿Qué es este lugar?>> —pensó y se preguntó en primera instancia asustada.

Un ruido muy agudo se presentó, tan doloroso que, aunque te taparas los oídos, no podrías dejar de escucharle.

—¡¿Qué es esto?! ¡¿Hay alguien ahí?! —exclamó adolorida cubriendo los oídos con las palmas de sus manos y cerraba los parpados con fuerza.

El sonido ensordecedor, parecido al de un programa de televisión con estática, era tan alto que podría reventarte los tímpanos, pero simplemente en un momento se silenció.

Thia dejo de tapar sus oídos y abrió los ojos para después mirar confundida, debido a que una silueta de luz estaba parada en frente de ella.

El ser o entidad levanta el brazo y con el dedo índice señala hacia el lado izquierdo haciéndola mirar.

De la nada, aparecieron varias escenas parecidas a flashbacks de recuerdos.

‹‹Aon››. Apareció un ramo de rosas blancas, narcisos y Lirios mientras nieve caída sobre este y había un lago congelado a sus pies.

‹‹Dó››. En el suelo los pies de las chicas pasaron dos boas arrastrándose hacia una esfera de luz en frente de ella, una se enrosco a su alrededor y la otra le respaldaba hasta que despierte.

‹‹Trí››. Otro ser de luz apareció, un guardián, este poseía un gran peso en su espalda y mientras estaba arrodillado lloraba.

‹‹Ceathair››. Dos personas corrían agarrados de la mano para después caer juntos a la tierra Y no despertar.

‹‹Cuíg››. Thia divisaba a una joven indígena con 2 niños agarrados de sus manos quienes caminaban y a su paso crecían plantas frondosas y verdes.

‹‹Sé››. Ahora suenan los cascos de un caballo en su galopar, que en la negrura y lejanía aún son posibles de escuchar y el sonido de un látigo resuena sin más.

‹‹Seacht››. Finalmente, niños huían despavoridos de un humo negruzco que les poseía sin piedad, dejándolos en agonía hasta su muerte.

Thia horrorizada por lo último volteo su mirada y se dio cuenta de una pequeña luz, ella corrió hacia ella con fe de salir de ahí. Sintió la desesperación de aquellos niños, el dolor del guardián y la esperanza de la mujer. Sus zancadas más grandes y aceleradas hasta que este destello se volvió una silueta que le tendió la mano, después otras cinco aparecieron y el lugar se convirtió en luz cegando a todo que le mirase.

Thia abrió los ojos y regreso en si notando que sus amigas le miraban con preocupación dando por resultado el cómo estaba. Miro a su alrededor y noto que se encontraba recostada en la cama de su habitación.

― ¿Qué paso? ¿No estábamos en el Big Ben? ―Dijo mientras se levantaba desorientada pero fue detenida por una joven de mejillas regordetas, estatura baja y piel blanca quien le volvió a acostar.

― Todavía es muy pronto para que te levantes, descansa Thia

― Cierto, nos diste un susto de muerte, por amor a la diosa ¿Qué te paso Thia? ―Hablo una joven de cabellos cortos y rubios.

― Yo...

En ese momento entra otra chica a la habitación junto a Selene

― Haber niñas que Thia no se recupera aun así que no la perturben. Revisan las cosas para salir ahora en la tarde― Dijo la chica de cabellos negro y que tenía un piercing en la nariz.

Las jóvenes salieron de manera obediente de la habitación dejando a las 3 solas para dialogar, la tensión se podía cortar con un cuchillo pues nadie hablaba simplemente se miraban los rostros hasta que Kabú abrió la puerta, se adentró en el cuarto y al volvió a cerrar.

― Ya estoy aquí Luna, ahora ―Mira a Selene curiosa― ¿Qué nos debías de decir a las 3 sele?

―Y-Yo... creo que será mejor si se los muestro.

Luna, Thia y Kabú se encontraban confundidas pues no entendían nada, Selene se quitó el abrigo y lo dejo en una silla, luego se levantó un poco la camisa mostrando un hematoma morado con muestras tribales algo visibles de tono rojizo bajo. Ninguna podía creer esto. ¿Cuál era su significado?

― Selene, ¿Qué te paso?― Pregunto Thia preocupada.

― Noches anteriores he tenido pesadillas y en ellas un ser cuyo nombre nunca recuerdo nos ataca a todas buscando nuestra muerte, Thia es mi culpa el que te hayas desmayado, cuando tocaste mi hombro yo me encontraba en trance por lo que viste cosa que he soñado además del ser ― Explicaba ella mientras acomodaba su ropa y mantenía baja su cabeza.

Ninguna sabía que decir, hacer o pensar en ese momento y por acto reflejo abrazaron a su hermana quien se sorprendió.

― Pequeña tonta, no debes guardarnos cosas tan importantes― Reclamo Luna mientras le acariciaba la cabeza.

― Cierto, debes contarnos todo si te lo guardas puedes hacerte daño ― Dijo Kabú sonriendo.

― Así que cada vez que tú nos ocultes algo te jalaremos las mejillas ¿Estás de acuerdo Selene? ― Pregunta Thia halándole el cachete a la nombrada.

Toda la situación fue solucionada, las demás se enteraron y regañaron a Selene que no podía hacer nada ante ello. Luego de dos horas de tortura todas se calmaron y dejaron a la pobre en paz, por el momento, aunque aún no sabían de dónde provenía el tribal por lo que un mal presentimiento se les instaló en la boca y luchaba para no irse. No le dieron tantas vueltas al asunto por lo que investigarían después, ahora debían preocuparse por su viaje a Stonehenge.

‹‹Miau~››. Se escuchó claramente el maullido de un gato. Todas buscaron por debajo de los muebles o los cuartos al dueño del sonido hasta que un pequeño gato negro con manchas blancas se asomó por la ventana pero las chicas no lo notaron, los más peculiar de todo es que uno de sus ojos era rojo pero el otro azul, ¿Qué traerá consigo este pequeño?

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