Pieza 12. Guerra

Título: LUX AETERNA

Autora: Clumsykitty

Fandom: MCU de corte AU (oséase, Universo Alterno aderezado con Omegaverse).

Parejas: un Dark Stony, un cute Winteriron.

Derechos: Pos Marvel, que ni qué.

Advertencias: historia alterna, mundo alterno, ciencia ficción en un Omegaverse. Edades como algunos detalles están modificados (¿universo alterno?) para beneplácito de la irreverente, pervertida y loca autora. Steve malvado y cruel, mundo cruel. Hm.

Gracias por leerme.



PIEZA 12. Guerra.

If you should ask then maybe they'd
Tell you what I would say
True colors fly in blue and black
Bruised silken sky and burning flag
Colors crash, collide in bloodshot eyes

Ooh, ooh, ooh, ooh, ooh, ooh
If I could, you know I would, if I could, I would
Let it go

This desperation
Dislocation
Separation, condemnation
Revelation in temptation
Isolation, desolation
Let it go

Bad, U2.


Sin faltar alguna, todas las Colonias de Terranova se estremecieron como hojas al viento, unas primero y otras más tarde pero en una sincronía que dejó a más de un habitante tan pálido como la nieve. Nadie estaba seguro de qué había sucedido en cuanto la noticia de que ese sismo fue general, levantando una conmoción difícil de apagar y que tuvo otra sorpresa cuando cada uno de los monitores, pantallas, anuncios y otros medios de comunicación sufrieron de una interferencia de ruido blanco antes de ver aparecer un rostro cubierto por una máscara negra igual que sus cabellos, mirándoles con ojos azules firmes, y una voz fuerte que se dirigió a cada uno de los ciudadanos de Terranova, todos los niveles, todas las jerarquías.

"¡Saludos Terranova! Me disculpo por la interrupción. Yo, James Barnes, como muchos de ustedes, aprecio la comodidad de la rutina diaria, la seguridad de lo familiar, la tranquilidad de la monotonía. A mí me gusta tanto como a ustedes. Pero con el espíritu de conmemorar los importantes acontecimientos del pasado que Hydra desea borrar, he pensado que podríamos tomarnos unos minutos de nuestra ajetreada vida para sentarnos y charlar un poco. Hay, claro está, personas que no quieren que hablemos. Sospecho que, en este momento, estarán dando órdenes, y que hombres en sus armaduras tratarán de impedir esto. ¿Por qué? Porque mientras puedan utilizarán la fuerza ¿Para qué el diálogo? Sin embargo, las palabras siempre conservarán su poder, las palabras hacen posible que algo tome significado y, si se escuchan, enuncian la verdad.

Y la verdad es, que en Terranova, algo va muy mal, ¿no? Crueldad e injusticia, intolerancia y opresión. Antes se tenía la libertad para objetar, para pensar y decir lo que se pensaba. Ahora, hay Alfas, Betas y Omegas, sistemas de vigilancia que nos coartan para que seamos conformistas y sigamos siendo esclavos. ¿Cómo ha podido ocurrir? ¿Quién es el culpable? Bueno, ciertamente, unos son más responsables que otros. Y tendrán que rendir cuentas. Pero, la verdad sea dicha, si buscan un culpable, sólo tienen que mirarse al espejo. Sé por qué lo hicieron, sé que tenían miedo ¿Y quién no? Guerras, terror, peligro de extinción. Había una plaga de problemas que conspiraron para corromper sus sentidos y robarles el sentido común.

El temor pudo con ustedes y, presas del pánico, entregaron su libertad al actual líder, Steve Rogers. Él prometió orden, prometió paz. Y todo cuanto pidió a cambio fue su silenciosa y obediente sumisión. Hoy acaban de experimentar un peligro del que Hydra no ha dicho palabra, pero que sabía desde hacía mucho tiempo. Hace ya casi doscientos años un gran ser humano deseó que la Humanidad fuese libre, y que viviera en un planeta real. Su esperanza era hacer recordar a todos que justicia, igualdad y libertad son algo más que palabras; son metas alcanzables. Así que si aún no abren los ojos, si pretenden ser ajenos a los crímenes de este gobierno, entonces les sugiero que tomen asiento y esperen la muerte segura. Pero si ven lo que yo veo, si sienten lo que yo siento y si persiguen lo que yo persigo, entonces, les pido que se unan a mí, tomemos lo que nos han arrebatado. Y juntos, habremos de sobrevivir a la colisión de Terranova contra Theia, juntos podemos superar esta contingencia, juntos podemos volver a ser lo que un día fuimos: seres humanos libres, iguales, felices.

¡Hoy, declaramos la guerra a Hydra!"


Anthony sonrió con lágrimas en los ojos al tiempo que el ejército insurgente levantaba sus brazos en aplausos y gritos de felicidad frente a su segundo líder, en una plataforma desde donde habían transmitido aquel mensaje a toda Terranova. La guerra estaba declarada, las batallas comenzarían pero ya estaban preparados. James se volvió hacia él, quitándose la máscara para saludar a quienes estiraron sus brazos para alcanzarle. El castaño rió complacido, recordando sus preparaciones como otros momentos que jamás se apartarían de su mente. Miró con atención aquellas manos que le habían acariciado la noche anterior, luego de que Bucky al fin fuera dado de alta y volviera a su propia habitación, seguido de un muy preocupado Omega quien le preguntaba por su estado de salud en relación al nuevo brazo que asombró a Barnes.

Solos en la recámara, Tony no perdió tiempo, buscando los labios y caricias de aquel Alfa. No pensaba perder más tiempo cuando la guerra estaba prácticamente sobre ellos. Había extrañado demasiado a James, quería volver a sentir lo que era ser amado por el mero hecho de existir, no ser un juguete o solamente un instrumento biológico al cual sacarle provecho. El excelente estado de salud de Bucky ayudó a levantar su libido, entre risas por sus quejas ante su lentitud, quedándose callado luego por los besos tranquilos que fueron recorriendo la piel que unas cariñosas manos iban descubriendo al tiempo que le recostaba en la cama, recibiendo por primera vez una adoración sobre cada parte de su cuerpo, escuchando palabras llenas de devoción, amor. Tony recordó que James estaba vestido todavía y sus manos fueron presurosas para desnudarle.

Recorrió con sus dedos esos músculos marcados, sus cicatrices de batallas pasadas, incluso su brazo como si hubiese sido obra de alguien más y no suya. Sus pupilas se dilataron, disfrutando por primera vez de ver a un Alfa desnudo con un temple épico al permitirle sus exploraciones sin saltarle encima por la manera en que le tocaba, dejando que jugara con un miembro al que dio vida y luego quiso probar como si fuese la mejor golosina de toda Terranova, sin ascos ni tampoco el sentimiento de humillación. Le pareció más excitante todavía, sobre todo al escuchar los gemidos de James ante sus destrezas, casi rogándole que se detuviera porque deseaba devolverle el favor. Solo él y solo él era capaz de obsequiarle primeras veces, como su primer sexo oral que por nada estuvo a punto de freírle los sesos, abriendo lascivamente sus piernas, invitando a la unión.

Y de nuevo, Bucky le sorprendió, sonriendo al tiempo que negaba, para sentarse contra la cabecera de su cama y llamarle a su regazo. Quería que Tony fuese quien tomara las riendas del asunto, montándole a su gusto. El castaño sabía que eso era una tortura para un Alfa, de naturaleza dominante, exigente, posesiva. Barnes lo era, pero no de esa manera. Le robó cuantos besos pudo antes de que sus cuerpos se unieran, el suyo más que desesperado por sentirle, dejando escapar un grito de placer cuando al fin lo logró, arañando apenas el pecho de James con ojos bien cerrados pero con un éxtasis que no había sentido anteriormente. Claro que su cuerpo siempre había obedecido mandatos entre el terror y el dolor mezclados, ese momento fue diferente. Su sangre hirvió como si le inyectaran adrenalina, sus sentidos se agudizaron. Todo se volvió embriagante y sus caderas comenzaron a moverse por sí solas, sujetas por las manos de su Alfa que parecía en trance al ver su placer expresarse libre en su rostro.

Al fin supo lo qué significaba hacer el amor.

Besar porque deseaba hacerlo, acariciar porque anhelaba sentirlo, gemir o jadear por auténtico placer. Lágrimas escaparon de sus ojos ante la realización, mismas que fueron bebidas tan dulcemente por James, que volvió a sollozar. Fue como si le hubiera limpiado de toda mancha, culpa o remordimiento. Tony no tuvo palabras para describir la manera en cómo se sentía, moviéndose al unísono, diciendo su nombre con alegría, una oración que fue perdiendo coherencia conforme las embestidas fueron siendo más y más aceleradas por sus movimientos, siempre él teniendo el control. Luego se daría cuenta que había sido aquello lo que catapultó su orgasmo, al sentirse seguro, sin presiones entre los brazos de Bucky que le envolvieron al sentirle tensarse, escuchando en su oído los gruñidos de placer de ese Alfa cuya semilla sintió al fin, poco después de su propio clímax del cual tardó minutos en recobrarse.

Para cuando volvió en sí, se dio cuenta con una enorme dicha de que estaban unidos por un Nudo, que ni siquiera le había lastimado. Porque al fin era deseado. Sin Celo. Sin amenazas. El Omega frunció su ceño al no sentir la marca en su cuello como lo hubiera imaginado, levantando su mirada exhausta hacia su Alfa quien negó una vez más, entendiendo su mensaje. Tony abrió sus ojos al ver su labio sangrante, porque se había mordido con el fin de evitar dejarle esa Marca. Lamió esos labios, probando su sangre pero viéndole inquisitivamente. James acarició su mentón antes de darle pequeños besos tiernos, acomodando sus cabellos húmedos y descompuestos detrás de sus orejas.

-Eres mi pareja, Tony, no mi propiedad.

Al día siguiente, el castaño se sintió con energías renovadas, yendo de un lugar a otro con un trozo de comida en la mano, regañando a sus nuevos ayudantes que preparaban todo para sus primeros trabajos formales con los insurgentes, cañones de repulsión para los cruceros Vikingos. Con las debidas instrucciones y entrenamiento, horas más tarde había toda una legión de excelentes trabajadores en los cascos de las naves haciendo las modificaciones pertinentes para acoplar los cañones. Mientras tanto, Tony se dirigió hacia su nuevo taller en donde se encerró largas horas –únicamente interrumpido por Bruce o Rhodey- acompañado de Vision y de Jarvis mientras se concentraba por entero en la creación de los Instrumentos Rambaldi, que aún en aquella base guerrillera no dejó ver, no por falta de desconfianza sino porque quería que fuese una sorpresa para todos.

Solamente los admiró James, quien silbó con cejas levantadas ante lo que estaba presenciando, con el corazón latiendo aprisa pues reconoció partes de los mismos en sus antiguas memorias, cuando acompañó de la misma manera a Ikol en su gigantesco taller. Tony tomó su mano, entrelazando sus dedos y besando sus labios para tirar de él hacia el panel de controles que tecleó rápidamente para hacer la prueba final, solamente requería de una clave que activaría todos los instrumentos. El Alfa miró al castaño antes de animarle con un gesto de su mano, sin saber qué esperaba. Éste le sonrió cual niño travieso, escribiendo el nombre de aquella clave de forma que Bucky pudiera leer lo que estaba introduciendo en la pantalla.

Buckaroo.

Tony gritó ante el súbito movimiento de James cuando le cargó, con lágrimas en los ojos, dando vueltas sobre sus talones hasta que el Omega le amonestó bajo amenaza de vomitarle encima. Se carcajearon mientras aquellas maravillas comenzaron a trabajar como una sola entidad. El legado de Ikol Rambaldi estaba listo para darle a la Humanidad una oportunidad más de vivir una vida digna en un lugar digno. Habría un Reactor Arc para cada colonia, que tomaría aquel centro candente prisionero en el tercer nivel –bajo la torre del Comandante en el caso de Nova- para generar una energía de repulsión, mientras que el Núcleo Arc funcionaría igual que una estrella colapsando, atrayendo toda la estructura de cada colonia hacia ese centro, encajando con el Reactor. La Onda Arc aparecería entonces, como un campo gravitacional que buscaría a sus pares en todas las demás colonias, formando una red electromagnética.

Una vez que todas las colonias no fuesen más que metal colapsado con un centro que comenzaría a ganar calor, el Puente Arc se valdría del campo gravitacional para formar ondas estables de gravedad que frenarían la colisión de Theia contra Terranova, como una red que atrapa una pelota, valiéndose del propio campo del sol para dirigir su nuevo curso que sería empujado gracias a la explosión de la Estrella Arc, un estallido en cadena cerca de la atmósfera del exoplaneta, lo suficiente para crear una onda de choque pero sin agredir su superficie que en esos momentos comenzaría a derretirse por la energía resultante. Cuando Theia al fin hallara su órbita alrededor del Sol, entonces el Reactor Arc se partiría formando el Portal Arc, y si los cálculos eran correctos, serían los bombarderos de la vida sobre aquel mundo, enviando toda una legión de minúsculas Semillas Arc, cargadas de elementos necesarios para la vida. Theia abandonaría sus hielos para convertirse en una segunda Tierra. Así lo había planeado Rambaldi y Anthony lo había ejecutado, solamente restaba aplicarlo en el momento justo.

-Eres un genio, gatito.

-Y más.

-¿Ah, sí?

-También soy dueño de un Alfa, padre de mis hijos.

James se carcajeó. -¿Hijos? ¿Serán tantos?

-Depende del humor con qué me animes.

-Vaya, vaya...

El Valhalla se preparó con los Instrumentos que lanzarían una vez que se diera la señal, la evacuación total de toda Terranova, junto con todos los recursos naturales, fauna y flora que pudiesen ser salvados, aunque el Sindicato de Comercio ya tenía en sus arcas una amplia biblioteca de material genético para replicar el sustento de los habitantes de las colonias por alguna contrariedad. Pepper llamó a Rhodey, Vision, James y Anthony para partir con el resto de sus navegantes luego del discurso dado por Bucky. Una vez dentro del crucero, escucharon la noticia que ya esperaban, el mensaje de Natasha Romanov. Estaba a salvo, en Nova, donde estallaba una revuelta en varios puntos de la colonia. Había disparado al Comandante Rogers, hiriéndole en la nuca para dejarle inconsciente, asesinarlo la hubiera puesto en evidencia. Así había engañado a los demás militares al decirles que deseaba pasar un tiempo a solas con su Omega, orden que nadie discutiría hasta que el propio Rogers saliera iracundo de la mansión.

-¿Se ha contactado con Lorde? –preguntó Barnes.

-Sí –respondió Scott Lang, uno de los ingenieros del Valhalla- Está protegiéndole hasta la medida de lo posible, Venganza tardó más en comunicarse de lo que esperábamos.

-¿Dio razones?

Scott miró a Anthony y luego a James. –No sé si sea un sitio adecuado para decirlo.

-¿Qué pasa? –el castaño se le acercó, nervioso de que le hubiera sucedido algo.

-...

-¿Lang? –llamó James con firmeza.

-Lorde no estaba... en las mejores condiciones... se retrasó y por eso...

-¿Le hizo algo el Mariscal? –gruñó ahora el Alfa, haciendo respingar a todos sin querer.

-No fue el Mariscal –Scott miró de nuevo a Tony quien se llevó una mano a la boca, pateando al aire después con furia. James fue a sujetarle.

-Hey, hey, tranquilo... recuerda al bebé.

-¡VOY A MATARTE STEVE ROGERS!

-General Potts, tenemos mensaje de Etrusca.

-Adelante.

-Hemos evacuado hasta donde hemos podido, General... ¡esta gente está loca! El planeta ya es visible en el cielo y los estúpidos siguen defendiendo a Hydra. ¡ESTÁN DEFENDIÉNDOLOS! No podemos hacer más, sería perder la flota entera. Lo siento, General, vamos a tener que dejarlos...

Todos intercambiaron una mirada, no era que les extrañara pero contaban con que viendo la amenaza con sus propios ojos y sintiendo los continuos sismos, los colonos se decidieran por al menos subir a los cruceros de evacuación que el Sindicato ya tenía listo, protegidos por las más que preparadas naves de guerra Vikingas. Aquí no había medias tintas, o evacuaban o se arriesgaban a una muerte más que dolorosa, una vez que Anthony activara los Instrumentos Rambaldi, morirían aplastados por la contracción de la colonia. Pepper respiró profundo con sus manos cruzadas tras su espalda formando puños debido a la frustración, si se detenían por todos ellos no iban a escapar del tirón gravitacional de Theia, sin mencionar que serían blanco fácil de los cañones de Hydra. Resistió las lágrimas en sus ojos antes de dar su orden.

-Continúen la evacuación de las demás colonias.

-¡Sí, General!

-Hogan, prepara las coordenadas para Nova.

-Todo listo, General.

-¡A mi orden!

Anthony se refugió en los brazos de James, respirando hondo. Inevitable. El tiempo no era bondadoso con ellos, mucho menos Theia cuya atracción estaba comenzando a ser cada vez más agresiva. Los núcleos de las colonias ya comenzaban a mostrar desestabilización. Quienes se aferraran a no recibir la ayuda que ellos ofrecían, independientemente de si estaban de acuerdo con Hydra o no, iban a morir.

-No podemos hacer más, gatito. Hay quienes no desean ser salvados.

-Lo sé.

-Has hecho lo mejor posible, para quienes sí desean vivir.

-James, prométeme que van a rescatar a Lorde.

-Te lo prometo.

-Y a sus hijos.

-Seguramente a estas alturas, Pietro ya está con todos los niños Rogers, se le da muy bien dirigir a los mocosos sin problemas. Será porque es tan problemático como ellos.

El Omega rió apenas, levantando su rostro hacia Bucky para besar sus labios.

-Tenemos que prepararnos.

Uno a uno, los cruceros Vikingos fueron llegando a todas las colonias, enfrentando a las fuerzas de Hydra mientras evacuaban a sus habitantes y colocaban todos los dispositivos según como lo había ordenado Anthony, quien una vez en Nova, activaría los Instrumentos Rambaldi. No tuvieron problemas con Luxor porque la Leona de Terranova ya no estaba en la colonia, había salido de ahí luego de enterarse de la traición del Clan Romanov y el atentado de Natasha. James ya le había prometido a Bruce que la protegería aunque dudaba mucho que su Alfa necesitara protección de alguien siendo la peligrosa Viuda Negra. La pelea más aguerrida esperaba en la capital de Terranova, donde ya sabían que estaba preparado el crucero Saggita de Carter como la flota del Comandante Rogers. La nave de caza y persecución, la Skiff de Pepper iba a llevar a Tony y los demás a Nova mientras la General se enfrentaba a su igual.

-¿Es como lo habías soñado? –preguntó Anthony a James ya en la nave, quitándose su abrigo para quedar en el traje pegado que usaría.

-No, ni siquiera tenía idea de cómo resultaría.

-Siempre haciendo las cosas al azar.

-La improvisación ayuda.

-Estamos en Nova –anunció Pepper en altavoz- Despegue de la Skiff en cinco minutos, buena suerte chicos. Tony Stark, es un honor pelear a tu lado.

-El honor es mío, Peps. General del Valhalla. Rompe todos los dientes de Carter de mi parte.

-Haré más que eso.

-Vision, no le pierdas de vista –pidió Bucky al replicante.

-Jamás.

-Rhodey, si se pone de insensato, tráelo a mí.

-Cuenta con ello, Barnes.

-Pff, habla por ti, Alfa maleducado.

-Solo recuerda que llevas a nuestro Donald contigo, gatito.

Anthony sonrió ampliamente mientras unas compuertas se abrían detrás de él, dejando ver una armadura negra con partes doradas que de inmediato se desarmó del frente, cubriendo al castaño por completo, su máscara metálica brilló con ojos fieros. Un ligero temblor les sacudió, un golpe de cañón del Sagitta. Las sirenas de despegue aullaron al tiempo que las compuertas frente a la Skiff dejaron ver el espacio exterior con Nova como horizonte. El Valhalla disparó para cubrir su salida veloz hacia la colonia, evadiendo a los cazas militares con la destreza de Scott Lang maniobrando la nave que entró de lleno por uno de los puertos entre disparos y drones entorpeciendo su avance. James tomó su máscara, municiones y armas, igual que los demás, girándose a la plataforma de descenso que se abrió a pocos metros sobre el suelo del puerto.

-¡AHORA!

La armadura negra salió despedida, haciendo un hueco en el batallón de soldados y robots que no esperaron su aparición. El resto del equipo descendió, abriéndose paso rápidamente hasta llegar a la estación de control que Rhodey tomó rápidamente. Todos se desplegaron a sus objetivos. Anthony se volvió a James quien asintió, separándose de ellos. Debía encontrar primero a Lorde y de ahí dirigirse a la torre del Comandante para entrar a los niveles subterráneos que daban con el centro nuclear que sostenía a Nova desde donde activaría los Instrumentos Rambaldi. Vision le ayudaría trayendo los últimos componentes en tanto se defendían de las feroces armas de Hydra. Al salir ya del puerto la visión de la tranquila como estética capital estaba desaparecida, ahora era un completo campo de batalla entre los insurgentes contra los militares con los ciudadanos decidiendo qué bando tomar.

Hubo un nuevo sismo que trajo la pausa a los combates. El castaño se volvió al cielo proyectado que dejaba ver una Theia cada vez más cercana, ahora comenzaba a abarcar al menos una cuarta parte del horizonte estelar. Conforme se acercara a Terranova iba a ganar velocidad, como fuerza de atracción. Voló tan aprisa como pudo hacia donde la madriguera de los Rogers, para asegurarse de que ya hubieran evacuado a todos esos pequeños. El lugar estaba deshabitado y protegido por un grupo bien armado de insurgentes entre los que distinguió al joven Pietro Maximoff quien corrió, trepó y por nada cae por tratar de alcanzarle al descender.

-¡Wow! ¡WOW! ¡ESTO ES GENIAL!

Tony se retiró la máscara para verle. –Pietro, ¿evacuaron a todos?

-Sí, también a los niños de Lorde, no te preocupes. Unos cuantos gritos bien dados con unas nalgadas obraron el milagro.

-¿El Mariscal Bismarck?

El joven hizo un mohín. –Lorde lo asesinó. No pidas detalles escabrosos.

-¿Dónde está él?

-Se supone que se dirigía hacia la torre, pero no hemos podido contactarlo. Estaba por ir a buscarle.

-No, ayuda a evacuar al resto, yo iré por él.

-Gracias, Tony.

-Tengan cuidado.

Con un último vistazo a ese horrible lugar, Anthony voló una vez más a toda velocidad hacia donde la torre, recibiendo la alerta de Vision. La Leona de Terranova estaba resguardando la torre con sus mejores hombres y aparentemente Lorde ya estaba ahí para enfrentarla. El Omega frunció su ceño, con el corazón agitado. No iba a poder combatirla aunque tuviese tanta rabia contra ellos. Aceleró dejando una estela tras de sí en el cielo cada vez más nublado por las explosiones, disparos y destrucción que estaba dejando el enfrentamiento. Nadie había divisado todavía al Comandante Rogers más era seguro que ya estuviera cerca de Nova o ahí dentro. Un nuevo terremoto, con mayores sacudidas esta vez le detuvo por unos minutos. Edificios colapsaron, más estallidos y gritos vinieron a unirse al caos.

-Vamos, Theia, dame un poco de tiempo...

Al fin alcanzó la torre, entre fuego cruzado y partes de su estructura a punto de vencerse. Con un disparo certero, se abrió paso en la parte media, destrozando techos y suelos conforme iba bajando cada vez más rápido sin molestarse en enfrentar los cuerpos de seguridad a lo largo de la torre. Le preocupaba Lorde. El espacio se abrió más al tocar al fin los niveles subterráneos. Tony esperó unos segundos antes de pasar por las pesadas compuertas de varias hojas que Wanda desactivó para él, haciendo una pirueta en el aire conforme descendía hasta la parte de los controles, una formación cilíndrica cuyo hueco estaba iluminado por la luz que emitía el núcleo de Nova kilómetros abajo, contenido por los anillos gravitacionales artificiales. Los pasillos que cruzaban por aquel vacío estaban llenos de cuerpos de soldados destajados.

-Lorde, Lorde...

Tuvo que evadir los cañones automatizados que detectaron su intrusión, protegiéndose detrás de unas columnas mientras ajustaba sus propias armas, disparando a discreción buscando ansiosamente el rastro de Venganza de Invierno y de la Leona de Terranova. El primer círculo de cañones quedó inutilizado y bajó al siguiente nivel. Ahí escuchó unos rugidos que le helaron la piel. Pertenecían a Sarah Rogers. Un segundo círculo de armas vino a entorpecer su descenso hacia la puerta que le separaba de aquellos sonidos de pelea. Con gritos propios, el castaño se deshizo de aquella defensa, casi arrancando con sus guanteletes la puerta, encontrándose con una pelea sangrienta que le dejó de una pieza.

Media docena más de soldados yacían tras Lorde –de espaldas a él- quien peleaba cuerpo a cuerpo contra Sarah Rogers, ambos ya con cortadas en sus cuerpos, moretones y sin duda otras heridas no tan visibles. El intercambio de golpes era tal que incluso dentro de la armadura, Anthony pudo escuchar cómo se rompía uno que otro hueso. La Leona de Terranova no cedía, deshaciéndose del candado que el Omega le hizo, haciéndole caer de rodillas al suelo con un puño levantándose en alto para tomar impulso y descargarlo sin piedad alguna contra el rostro de Lorde, quien alcanzó a ponerse de pie a medias, recibiendo el impacto directo sobre su vientre. Tony gritó sin poder evitarlo, pero ninguno de los dos le escuchó, enfrascados en aquella pelea mortal. Venganza cayó de rodillas una vez más, vomitando sangre con una tos desesperada.

El castaño levantó sus manos, dispuesto a freír a la Alfa cuando su querido amigo Omega se levantó para su asombro, con una daga sacada de su pierna y que enterró por debajo del mentón de Sarah Rogers, atravesándole el rostro. Lorde rugió adolorido, empujándole contra el barandal del pasillo con un pie, sus puños castigaron a la sorprendida Archiduquesa hasta que cayó al suelo. Anthony no podía creerse la fortaleza física del rubio, el cual jaló aire, apretando su puño derecho que hizo un arco en el aire cuando dio un brinco. Con un crujido ronco, rompió las costillas de la Leona de Terranova, abriéndose paso a su corazón que arrancó con violencia.

-¡ESTO ES POR MIS PADRES, MALDITA BRUJA! ¡ESTO ES POR MADELEINE! ¡ESTO ES POR RAPHAEL! ¡ESTO ES POR ANTHONY!

Aquel pasillo flotante se rompió en dos ante el nuevo terremoto que lo arrancó de sus soportes. El cuerpo de Sarah Rogers cayó al vacío junto con los soldados. Lorde alcanzó a sujetarse de un barandal, balanceándose peligrosamente sin conseguir sostenerse por ambas manos. El sismo le hizo perder su agarre, soltándose del metal. Anthony le atrapó en el aire, subiendo al siguiente nivel que aún permanecía prendido a las paredes fracturadas.

-Lorde...

Éste le miró asombrado y aliviado, sus ojos verdes se llenaron de lágrimas que se combinaron con la sangre que resbalaba de su sien, ceja, nariz y labios. Tony pudo darse cuenta a pesar de sus heridas recientes por la pelea contra la Archiduquesa, que tenía otras de un origen más aberrante. Se quitó el casco cuando notó el vientre plano del Omega, frunciendo su ceño. Lorde bufó al notar su gesto, desviando su mirada con ojos temblando.

-Lo perdí...

-¿Qué? ¿Por qué...?

Lorde se encogió de hombros pero su dolor era palpable. –Después de la visita del Comandante... fue demasiado... y el Mariscal dijo... de todos modos podía preñarme cualquier día... se rieron...

Anthony apretó tanto su guantelete que de no haber sido de metal se hubiera roto en ese preciso instante. Abrazó a su amigo, con la mandíbula apretada y su mirada pidiendo la vida de Steve, mientras besaba esos cabellos despeinados, con sangre entre sus mechones.

-Vas a largarte ahora mismo de aquí.

-Tengo que...

-¡No! –rugió el castaño tomando su rostro entre sus manos- Ya fue suficiente, Lorde.

-Hace tanto... -sonrió con tristeza éste- hace tanto que no escuchaba ese nombre... yo tomé el del hermano de Madeleine, ella hizo el cambio... el Mariscal Bismarck creyó que había asesinado al verdadero Lorde Rambaldi Blake, pero fue a mi amigo... Raphael Valois...

-Lorde, Lorde, mírame –Tony le sacudió- Ya pasó, ya nadie va a volver a lastimarte. Deja ya todo esto, fue suficiente, has peleado hasta donde has podido. Has resistido más que ningún otro, se acabó, Lorde. Se acabó. Eres libre de todo esto.

Jamás había visto a ese Omega tan alegre y despreocupado llorar, por lo que el castaño sintió que se partía en dos al verle romper en un amargo llanto. Años de esclavitud, humillaciones, sinsabores como desesperanzas sin que nadie se detuviera a pensar en todo lo que Lorde había soportado en silencio con el rencor corroyendo su alma. Anthony lloró con él mientras le quitaba de la mano aquella daga con una esquirla extraña pero que reconoció al hacer memoria. Era la esquirla que se hubiera clavado en Ikol Rambaldi cuando les puso en hibernación, la misma que usara Bucky para tomar la vida del Mariscal Rogers. Ahora había cumplido su cometido vengando todas las vidas que Sarah Rogers había masacrado.

Teniendo la fuerza de su armadura, le cargó en brazos con sumo cuidado para sacarle de ahí. Con enorme satisfacción, sonrió al ver del otro lado de las compuertas a Rhodey como a Vision, los dos más que angustiados por él. Se habían abierto paso en la torre que ya estaba quedando abandonada ante los ataques cada vez más agresivos de los insurgentes. Con un último beso sobre la ya pálida frente de Lorde, lo tendió a su amigo Beta quien le recibió, escuchando las órdenes de Tony.

-Llévalo con Bruce, quiero que lo atienda. Y después asegúrate de que vea a sus hijos.

-Te doy mi palabra que así será.

-Vision, ¿listo para ayudarme?

-Por supuesto. Todas las demás colonias ya están preparadas.

-Tony... -Lorde alcanzó a sujetarle la mano enguantada.

-Hey, te veré después.

-Tony...

Éste le miró unos segundos, reconociendo el miedo en su mirada. –No, no desapareceré, todavía tenemos mucho que discutir. Necesito alguien con experiencia teniendo hijos.

Lorde sonrió adolorido, recargando su cabeza sobre el hombro de Rhodey quien asintió al castaño, saliendo de inmediato de ahí. Anthony les miró hasta que desaparecieron por las escaleras, dándose media vuelta con su casco de vuelta para volar hasta el nivel más bajo. Vision se encargó de los sistemas de seguridad en tanto él descendía hasta el panel principal, sacando de su armadura las tarjetas que insertó, comenzando a preparar Nova para su movimiento final. El replicante se quitó la carga que llevaba consigo sobre la espalda, sacando de pesados morrales los dispositivos que fue armando con destreza, clavándolos en las paredes, otros que permanecieron flotando en aquel aire cada vez más caliente por el núcleo adquiriendo calor a mayor velocidad. Se detuvieron ante otra sacudida, dejando que pasara para continuar.

-Todo listo y en espera –dijo Vision, activando sus propulsores, obsequio de Tony- Iré a la parte superior para colocar el resto.

-Ahí te alcanzaré.

Anthony hizo los cálculos una vez que la inteligencia artificial que cuidaba del núcleo ya no tuvo las barreras de protección, gracias a Wanda siempre atenta a sus señales. Una pantalla le mostró el resto de las doce colonias, junto con los artefactos activados y en espera de sus comandos para formar los Instrumentos Rambaldi. Theia estaba ya cerca, dominando una tercera parte del cielo de Terranova. La guerra entre cruceros seguía pero iba a terminar de alguna manera cuando el tirón gravitacional del exoplaneta les cayera encima. Esperando que Pepper y sus Vikingos estuvieran a salvo para ese entonces, el castaño terminó con los códigos, preparándose para el gran momento. Se quitó unos momentos el casco, respirando aire fresco mirando hacia su vientre.

-Aguanta, Donald. Un poco más.

-Omega...

Con un escalofrío recorriendo su espalda, Tony se volvió hacia el Comandante Rogers, abriendo sus ojos de par en par al verle en un brazo un escudo de grueso metal en cuyo centro resplandecía su reactor.

-¿Qué crees que estás haciendo, Anthony?

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