POV JIMIN

El edificio era intimidante y exudaba riqueza, cristales tintados que se alzaban sobre la ciudad. Todo era muy él. Frío, remoto, inalcanzable. ¿Qué hago yo en este lugar? El señor Jeon, por algún motivo, quería verme.

Estaba confundido. Su comportamiento durante todo el día era extraño. Era amable, muy amable. Y ahora estaba yo a unos pasos de su hogar.

Me tenía intrigado, no sabía qué pintaba yo con sus asuntos personales. Al parecer, era importante.

Su guardia se hizo a un lado para dejarme ingresar. Nervioso caminé hacia la puerta principal. Estaba a nada de tocar cuando mi jefe abrió la puerta.

Estaba con un atuendo informal, nunca lo había visto así. Estaba con unos shorts negros y una camiseta ancha del mismo color. Me invitó a pasar con un gesto para luego cerrar la puerta.

—Estoy cenando, ¿usted ya lo hizo?

—No me apetece, gracias —mentí. Moría de hambre.

Él hizo una mueca.

—Lo dudo.

Siguió caminando y yo detrás de él hasta llegar a la isla de la cocina. Su casa era espaciosa, muy grande. Y la cocina parecía irreal, todo era costoso a simple vista.

—Toma asiento —ordenó.

Pasaron unos minutos y el señor Jeon dejó un plato con una tajada de pizza delante mío. Me contuve a reír.

—¿Esta es su cena?

Él se encogió de hombros y se sentó.

—Suelo comer fuera, pero hoy se me antojó una pizza. Coma.

Estaba demasiado hambriento para discutirlo así que comí en silencio. El señor Jeon comía con mucho apetito, casi devorando toda la pizza excepto la segunda tajada que yacía en mi plato. Dejó una copa de vino, bebí un sorbo en silencio, disfrutando de su sabor.

Cuando terminamos la extraña cena, se puso de pie para recoger los platos. No pasó tanto tiempo para volver a ponerse delante mío.

—Señor Park, le volveré a repetir lo que le dije por mensaje. Lo que le voy a decir es personal.

Y ahí vamos de nuevo.

Me limité a responder y asentí con la cabeza. La verdad, quería saber.

—Me voy de MJ Business.

Abrí los ojos en grande. ¿Qué acababa de decir? Él era de los mejores en la empresa, había traído millonadas de dinero. Y era de los favoritos de MinJae, siempre lo presumía.

—¿Por qué, señor Jeon?

—No me han ascendido como socio.

Oh.

—Quizá el año que viene… —Dejé de hablar al darme cuenta de lo que significaba todo aquello. Si el señor Jeon renunciaba, ya no me reasignaban a otro puesto… y yo me quedaría sin trabajo.  Eso era un desastre para mí.

—El próximo año no existirá, se me ha presentado una nueva oportunidad.

—Y… ¿Por qué me cuenta todo esto?

No le encontraba sentido. ¿Me llamó sólo para decirme que me quedaría sin trabajo?

—Necesito su ayuda, señor Park.

—¿Mi ayuda?

—Quiero contratarlo.

—¿Quiere que sea su asistente personal en la nueva oportunidad que se le ha presentado?

—No.

Guardó silencio. Una bastante ansioso, despertaba más mi curiosidad por saber de qué trataba.

—Como mi prometido.

𖧷

Jimin estaba inmóvil. Como si fuera una roca pesada difícil de trasladar. ¿Qué le acaba de decir su jefe? ¿Escuchó mal? O…

—¿A usted le resulta gracioso todo esto? —dijo con voz temblorosa—. No sé a qué está jugando o si es una broma, señor Jeon, pero no me hace nada de gracia. —se levantó del asiento. Se sentía humillado—. ¿No le basta tratarme como la mierda en el trabajo y ahora burlarse de mí?

Jimin no lo dejó responder y caminó hacia la puerta principal de la casa. Jungkook, inmediatamente, se puso de pie para alcanzarlo.

—Señor Park, por favor, escuche lo que tengo que decirle.

Jimin tomó un poco de aire y relajó los hombros. Se volteó hacia su jefe y sin poder decir alguna palabra, asintió. Al menos quería escuchar una parte de su paranoia.

Jungkook le hizo un gesto para sentarse en el sofá.

—Como ya le he dicho, ya no trabajaré para MJ Business. En la oportunidad que se me ha presentado, está como base la familia y la integridad y para conseguir un puesto ahí, me he visto en la obligación de decirles que no soy la persona que ellos creen.

—¿Y qué persona es esa?

—Egoísta, andariego…

Jimin carraspeó ante lo que decía su jefe. No era mentira después de todo.

—Mmm… Señor Jeon —habló en voz baja—, pero usted es así.

—Lo sé y también soy bueno en mi trabajo. nuevo. Cosa que MinJae no sabe reconocer y valorar —Jungkook hizo una pausa y continuó—. Cuando hablaba con Choi sentí mucha inspiración por la idea de una nueva campaña…

—¿Choi? ¿Quiere trabajar en Choi 's Company? Es raro que puedan aceptar a alguien en esa empresa.

—Tienen un puesto vacante y yo lo quiero.

Jimin seguía sin entender.

—¿Y yo qué tengo que ver aquí?

—Choi 's Company es una empresa familiar, involucra mucho la vida de sus empleados. Es una empresa con principios en base a la familia y he convencido a Choi Dong Wook que soy una persona diferente, que… me he enamorado.

Oh.

—¿Y… de quién?

—De usted.

Jimin abrió tanto los ojos que a Jungkook le resultó muy gracioso; no obstante, se mantuvo en su postura.

—Pe…pero ¿Por qué haría algo así?

—Me dijeron que usted es la persona indicada para que Choi pueda convencerse lo suficiente que soy una nueva persona. Al principio no lo creía, pero luego me di cuenta que usted es la persona correcta para esto.

—No le caigo bien —dijo Jimin, negando—. Y… el sentimiento es mutuo.

Lo tenía que decir. No le cae bien su jefe, siendo que es un insoportable de primera.

—Podríamos solucionar ese problema luego.

—Entonces, ¿Qué propone?

—Me iré de MJ Business.  Usted también lo hará.

—No, no, no. No puedo darme el lujo de perder mi trabajo. No.

—Escúcheme. Tendrá un salario. Le pagaré. Pero para eso tendrá que dejar de trabajar para MinJae, al igual que dejar su apartamento y vivir conmigo. Pagaré todos los gastos y el tiempo que sea necesario.

Miles de preguntas corrían por la cabeza de Jimin.

—¿Por qué tengo que vivir aquí?

—Es posible que le haya dicho a Choi que vivimos juntos.

—¡¿Qué?!

—No sabía que decir en ese momento —habló de inmediato—. Volviendo a mi oferta…

—¿Y qué quiere que yo haga?

—Vivir aquí, acompañarme en calidad de prometido a cualquier evento al que tenga que asistir y fingir en todo momento que lo es. —se encogió de hombros—. No lo he meditado a fondo, señor Park. Tendremos que llegar a un acuerdo. Establecer ciertas reglas. Llegar a conocernos para parecer una pareja real. Y tiene que ser rápido. Se supone que debo llevarlo a un evento este fin de semana.

—¡¿Este fin de semana?!

—Sí. No tiene por qué vivir aquí conmigo para entonces, pero debemos establecer los puntos básicos de la historia que vamos a contar. Debemos parecer reales.

—Tal vez debería empezar por dejar de decirme señor Park.

Jungkook soltó una carcajada.

—Será extraño… Jimin.

Sí, era muy extraño.

Jimin guardó silencio.  Había mucho que procesar. ¿Ser el prometido de su jefe? Vaya idea loca.

—¿Cuánto va a pagarme?

—Setenta mil dólares mensuales. Si esto dura más de medio año, será el doble. Si nos vemos obligados a casarnos, le pagaré un extra. Y cuando podamos divorciarnos, me aseguraré de que reciba una buena compensación y me encargaré de todos los gastos. Podrá vivir con comodidad el resto de su vida.

—¿A casarnos?

—No sé cuánto vaya a durar esto.

Jimin mordió sus labios. Era una gran cantidad de dinero. La propuesta era muy tentadora.

—¿Y porqué no busca a otra persona?

—¿Quiere que sea sincero con usted?

Jimin asintió.

—Admito que hay cierta calidez en usted que atrae a la gente. Yo no la veo, pero es evidente que existe. El hecho de que sea mi asistente personal me ofrece la excusa perfecta para marcharme. No podría salir con usted y seguir trabajando en MJ Business. Algo que no se me ocurriría en circunstancias normales, claro está.

—Lo único que tengo que hacer es…

—Fingir que me quiere.

Jimin miró a Jungkook directamente a los ojos. Algo que el mayor no pudo descifrar con palabras. Sólo esperaba que aceptara.

—¿Habrá algo de por medio?

—Sí. Firmaremos un acuerdo de confidencialidad. Le pagaré treinta mil dólares como cantidad inicial. Conseguirá el resto al final de cada mes. Además, abriré una cuenta a su nombre para sus gastos. Ropa y lo que necesite, lo que sea. Espero que vista y que actúe tal como la situación lo requiere.

Jimin guardó silencio. Jugando con sus manos, ansioso y nervioso.

—Necesito pensarlo.