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Al día siguiente





—¡Deja de mirarme así! —exclamó Jimin, tirándole una almohada en la cara.

Jungkook soltó una carcajada y se acercó hacia él. Tomó el rostro de su esposo con amabas manos y dejó un beso en sus labios.

Jimin rodó los ojos y sonrió negando.

—Eres un tonto —dijo escondiéndose en el pecho de Jungkook, quién volvió a reír dejando un corto beso en su cabeza.

—Anoche no decías eso, ¿Lo recuerdas? Yo lo recuerdo a la perfección, decías...

No pudo continuar, Jimin salió de su escondite y lo calló con un beso. Moviendo lentamente y pasando sus brazos alrededor de su cuello.

—Cállate —le dijo al separarse.

—Despertaste atrevido, eh.

—¡Jungkook!

—Ya ya, me callo —dijo tomándolo de la cintura y abrazándolo—. ¿Sabes lo que más me gustó de anoche?

Jimin comenzó a sentir su rostro caliente por la vergüenza. Habían pasado muchas cosas: Besos, caricias,...

—No...

—Que nos dijeramos: Te quiero.

Jimin frunció sus labios y se escondió en el cuello de Jungkook. Era un momento tan íntimo para ambos, que era casi imposible de creerlo.

—Solo dije lo que sentía —dijo en voz baja.

—¿Ahora no lo sientes?

—Ahora lo sigo sintiendo, desde hace mucho que siento esto, Jungkook... Te-

—Buenos días, ¿Ya están despiertos?

Suni tocó la puerta de la habitación. Y la vergüenza volvió a Jimin, de tan solo imaginar que la hija de Dong Wook los haya escuchado anoche hacía que quisiera esconderse.

—Mierda —susurró Jungkook.

Jimin le sonrió y se levantó de la cama para correr hacia el baño, no podía verlo con la camisa puesta casi desnudo.

—En un momento bajamos.



Más tarde...



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