En la noche

La noche era tranquila. Solo ellos dos y la luna acompañándolos. Uno al lado del otro, Jimin reposando su cabeza en el hombro de Jungkook mientras este la apoyaba sobre esta.

Los dos en silencio, observando la fogata e inconscientemente acariciando sus manos. El día estaba terminando, el día que cumplían cinco meses de casados estaba llegando a su fin y ambos lo habían disfrutado.

-¿Ya has venido antes aquí? -preguntó Jimin mientras jugaba con el dedo pulgar de Jungkook.

-Es la primera vez -respondió y guardaron silencio de nuevo-. Y me agrada que haya sido contigo.

-Me gusta.

-A mi también. Mucho.

Jimin sonrió, entrelazando su mano con la de Jungkook. Luego lo miró y se perdió en su perfil, su rostro iluminado por la fogata. Tan perfecto. Sus facciones bien marcadas, tan característicos de alguien importante como Jeon Jungkook. Ese hombre era el deseo de muchas personas ¿Quién no caería ante él? Muy fuera de lo físico, si alguien conociera su otra faceta quedarían encantados.

Así quedó él.

-Te gusta observarme, ¿no es así? -preguntó de repente. Jimin abrió los ojos a más no poder, sintiéndose avergonzado.

-Q-qué...

-Cariño, siempre me doy cuenta cuando me miras -dijo Jungkook, esta vez encarándolo-. Y no sabes cuanto me encanta que lo hagas.

Jimin tragó saliva. Los ojos de su esposo tan fijos en él lo ponían de nervios. Jungkook le provocaba muchas emociones y sensaciones, solo él tenía el poder.

-¿P-pasamos adentro? -preguntó, a la par que se ponía de pie. Sacudió sus pantalones y se fue casi corriendo al interior de la carpa.

Jungkook solo bajó la mirada sonriendo.