El supuesto demonio lo miraba caminar por todos lados. Minho lo único que hacía era caminar de un lado al otro, a veces caminaba en círculos y otras caminaba por todos los metros cuadrados de su casa.

Se quedó quieto en un sitio, lo miró fijo para soltar un leve suspiro.

一Okay, eres un demonio y yo me acuesto contigo. 一se masajeaba la sien para caer en su realidad. Hyunjin movía la cabeza en forma afirmativa, eso sacaba al mayor.

No entendía cómo sucedía, por más que le explicaran una y otra vez.

Todo el departamento estaba en silencio, hasta que sintieron golpes en la puerta. Eso anunciaba la llegada del grupo de amigos de Minho. La puerta se abrió y todos sus amigos vieron al tan famoso demonio. Ellos no podían creerlo, ese chico parecía a simple vista alguien amoroso, dulce y muy amable. ¿Cómo podía ser un lujurioso?

Sus amigos hablaban con él, mientras Minho se alejó un poco del ambiente. Parecía totalmente irreal todo lo que vivía, lo pensó una y otra vez, pero algo no encajaba. Comenzó a escuchar más voces, las paredes se movían y su cabeza dolía horrores.

Hyunjin sentado en el medio del sofá, notó la situación del mayor.

一Minho, ¿Estás aquí? Minho, mírame y no intente sacarse la camisa de fuerza otra vez.

De pronto, ya no estaba más en su casa. Las paredes que antes eran de un color beige, se volvieron totalmente blancas. Sus grandes ventanales se transformaron en paredes cerradas.

Su amado demonio Hyunjin y sus amigos, se fueron. Estaba completamente solo con el enfermero encargado de cuidarlo. Lo miró extrañado, él en cambio, le ofreció una hermosa sonrisa.

一Minho, deberías dejar de llamarme demonio. Es sólo tu imaginación.

一¿Mi imaginación?

一Sí, soy Hwang Hyunjin, el enfermero designado a cuidarte. No soy un producto de tu mente, pero podría hacerte todo lo que me has contado, las veces que quieras.
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