🫦06: Life Change🫦
—¡Fin de grabación!
La voz del director de escena se escuchó por todo el lugar. Jimin salió de la gran cama y con una sonrisa de agradecimiento tomó la bata de seda negra que su asistente le ofreció.
—Buen trabajo, Jimin —felicitó Jae, el actor con el que había hecho el video.
—Ambos lo hicimos —respondió el pelirrojo.
Necesitaba hablar con SeokJin a solas. El contrato que firmó vencía en dos semanas y ya no estaba dispuesto a renovarlo. Para Jimin era importante tener una pequeña reunión, con el objetivo de que su amigo tuviera en cuenta que ya no habría más material viniendo de él, así que era necesario que fuese contemplando opciones desde ese momento.
Pudo ver a SeokJin detrás de las pantallas que mostraban el material grabado, a su lado estaba el director de escena y Jae. El pelirrojo miró a su alrededor, sonriendo tímido cuando fue llamado por el pelirosa.
—Ambos hicieron un trabajo excelente —dijo SeokJin con notable orgullo.
Jimin no se molestó en mirar las grabaciones, en su lugar decidió concentrarse en su amigo.
—¿Podemos hablar en privado, Jin hyung?
—Por supuesto, acompáñame a la oficina —aceptó el mayor.
Ambos iniciaron a caminar envueltos en un cómodo silencio. Jimin mentiría si dijera que no estaba emocionado porque realmente así se sentía; al principio tuvo miedo que ese cambio radical que estaba por hacer afectara de algún modo su humor, pero gratamente estaba descubriendo todo lo contrario. Él realmente estaba listo, y lo más importante es que deseaba hacerlo.
—Toma asiento, Jimin —pidió el mayor, cuando ambos estuvieron en la oficina.
El pelirrojo se sentó en uno de los sillones rosas con SeokJin sentado frente a él. Se mantuvieron en silencio por algunos segundos, mirándose atentamente y sabiendo de alguna forma el tema de conversación que nacería entre ellos.
—Tengo pareja, Jinnie hyung —confesó el menor.
Bien, definitivamente no era lo que SeokJin esperaba escuchar.
—¿Pareja? —jadeó sorprendido, ganándose un asentimiento de parte del contrario—. ¿Desde cuando?
Jimin sonrió con timidez. —Casi seis años.
—¡¿Seis años?! —gritó, con sus ojos tan abiertos que Jimin temió salieran de sus órbitas.
—Casi el mismo tiempo que tengo trabajando en esta empresa —continuó el pelirrojo, decidiendo que lo mejor era ignorar el calor en sus mejillas—. La razón por la que lo oculté es porque el trabajo de mi pareja era similar y diferente al mío, teníamos miedo que no funcionara, así que decidimos compartir esa verdad únicamente entre nosotros, sin que nuestros mundos laborales se mezclaran.
—Entiendo... entiendo —repitió SeokJin, aún con estupor—. ¿En qué trabaja tu pareja?
—Escort —respondió.
El mayor formó un círculo perfecto con sus labios. —Ahora entiendo. Bien, necesito que seas directo conmigo, porque aunque me estoy haciendo una idea, realmente quiero escucharlo de tus labios.
—No renovaré el contrato —sentenció, siendo tan directo como se le había pedido. Luego pensó que sería buena idea agregar algo más, y es lo que hizo—. Me retiraré de la pornografía de forma definitiva.
SeokJin asintió con una sonrisa. —Está bien, respeto tu decisión —hizo una pausa—, pero quisiera saber la razón; después de todo eres uno de mis mejores trabajadores y dolerá dejarte ir.
—Amor —soltó con simpleza—. Mi pareja y yo decidimos hacer un cambio en nuestras vidas, porque queremos construir una familia.
El mayor chilló enternecido, se sentía extremadamente feliz por el rumbo nuevo que tomaría la vida de su amigo, así como seguía anonadado con la noticia de que tenía pareja desde hace muchos años. Sin embargo, el orgullo que sentía por el pelirrojo seguía tan intacto como antes, provocando que las sonrisas en su rostro aparecieran para quedarse.
—Estoy muy feliz por ti, Jimin —le aseguró con afecto—. Eres un chico hermoso y extraordinario. Tu pareja es muy afortunada.
El mencionado solamente atinó a sonreír, pues las emociones en su interior eran muchas.
—Gracias por tu apoyo incondicional, Jinnie hyung —dijo con sinceridad—; más aún, gracias por tu infinita amistad, aunque te haya ocultado un gran detalle de mi vida.
—Bah, no te preocupes por eso —tranquilizó Jin—. Todos tenemos secretos.
Ambos soltaron una suave carcajada que murió cuando recordaron el tema principal de la conversación. Jimin se enderezó en su lugar y miró atentamente a su amigo.
—¿Cuántos videos debo hacer para terminar el contrato? —cuestionó interesado.
—No podría saberlo con exactitud, ¿por qué?
Jimin jugó con sus manos. —Necesito quitarme el implante para embarazarme de mi pareja, y eso sólo puede ocurrir cuando haya grabado el último video.
SeokJin comprendió lo que el menor quería decir. Rápidamente tomó la agenda y revisó las grabaciones que tenían programadas para las próximas semanas, sonriendo en grande al descubrir que todos los días estaban llenos.
—Al parecer estamos llenos —informó, sorprendiendo a Jimin—. La única forma que volverías a grabar es si renovabas contrato, pero ese no es el caso.
—¿Quiere decir que estoy libre? —inquirió con emoción.
—Así es —asintió SeokJin, viéndose contagiado de la felicidad de su amigo—. Por supuesto que tienes que venir al menos dos veces más y participar en la última sesión de fotos, pero ya no harás otro video. Hemos terminado con eso.
Jimin se abalanzó sobre el cuerpo del mayor en un movimiento inesperado. El pelirosa aceptó gustoso el abrazo fuerte que estaba recibiendo, sintiéndose bien porque su amigo estaba tomando las decisiones que lo harían feliz, y eso era lo único que importaba.
—Te lo agradezco tanto, Jinnie hyung —murmuró el de cabellos rojos.
—Lo sé, soy genial —se jactó el mayor—. Pero tengo una petición que me parece bastante justa.
—Dime, hyung.
—Presentarme a tu pareja, muero de curiosidad —admitió el mayor, moviendo los pies inquietos.
Jimin carcajeó. —Está bien, es un trato justo. Con la condición de que tú seas quien me acompañe con mi ginecólogo.
—Acepto —habló el pelirosa, asintiendo muchas veces.
Para Yoongi fue sencillo renunciar a su trabajo.
Debido a que era su propio jefe, bastó con un simple anuncio que fue publicado en su página web. Decidió no ahondar en detalles, simplemente aseguró que ya no volvería a prestar sus servicios de ningún tipo, aprovechando también para agradecer a todos aquellos que alguna vez le contrataron.
El sentimiento liberador que sintió cuando abandonó la página que lo representó durante los últimos años fue abrumador. La sensación de libertad le golpeó de lleno, como si una pesada tonelada de concreto haya caído de sus hombros, permitiéndole erguirse por sí mismo.
—Todo terminó —anunció en voz alta, mientras cerraba la laptop.
—¿Qué terminó? —preguntó Jungkook, entrando en ese mismo momento a la sala de estar.
Yoongi lo miró con una sonrisa. —Mi trabajo como escort.
—Genial —dijo el menor, bastante ocupado en comer sus papas—. ¿Ahora que harás, hyung?
Buena pregunta. Yoongi ya tenía una respuesta.
—Ejercer mi carrera por primera vez en la vida.
Había estudiado mercadotecnia, y todas esas noches de desvelo por tantos proyectos para entregar parecían estarse burlando en su cara. Pero ya había llegado el momento de emplear los conocimientos que adquirió, para buscar un trabajo estable que funcionara con el nuevo rumbo que su vida estaba tomando.
—Será interesante —admitió Jungkook, sacándolo de sus pensamientos—. Jimin hyung también quiere buscar algo parecido a su carrera.
—Son cambios grandes, pero valen la pena —aseguró el mayor—. Por cierto, Kook, ¿dónde está Jimin?
—Me llamó para decirme que vendría temprano. Renunció a su trabajo de forma oficial y aprovechó el par de horas libres para ir con el médico.
—Lo mencionó en la mañana —recordó Yoongi con una mueca pensativa—. ¿Dijo algo más?
—Sí, al parecer sus amigos quieren conocerte y pues vienen para acá.
El peligris parpadeó una y otra vez en completo silencio. —¿Qué dijiste?
—Oh, mierda —maldijo el menor, terror puro pintado en sus facciones—. ¡También me dijo que preparáramos la cena, hyung!
Los dos compartieron una mirada de horror y al mismo tiempo corrieron hacia la cocina. Miraron el tiempo y chillaron aterrorizados, contaban con escasos minutos para preparar algo medianamente decente, y así no morir bajo las garras de un pelirrojo bastante gruñón.
Sólo esperaban que la suerte se apiadara de ellos y así tener todo listo a tiempo.
Jimin no se sorprendió cuando NamJoon, Nayeon, Taehyung y Hoseok se unieron con SeokJin para asistir a la cena que había preparado para presentar a Yoongi. En realidad estaba listo para que algo así sucediera.
"¡ESTÁS DEMENTE SI PENSABAS QUE NOS QUEDARÍAMOS CON LA DUDA!".
Sí, todavía podía escuchar el grito furibundo de un muy embarazado Hoseok. Sabía que era justificable; es decir, son sus amigos por años y nunca les habló de su vida amorosa. Con la noticia de su renuncia definitiva y el motivo principal por lo que lo hizo, es de esperar que ellos estén ansiosos y encima, muy confundidos.
—Jimin... mira no me vayas a matar, pero hace un par de años contraté un escort que me desarmó toda en la cama, ¡me dejó sin caminar! Si se trata de tu pareja, siento que enterraré la cabeza como avestruz, ¡que vergüenza!
Todos rieron por lo que Nayeon había dicho. La chica realmente lucía pálida, con una mueca de terror absoluta que dudaban mucho desapareciera durante los próximos minutos.
—No te preocupes, lo importante es que no intentes contratarlo ahora, eh —canturreó Jimin soltando risas.
Nayeon negó con las mano y cabeza. —No, no, no, no, no..., ¡no!
—Respira, es importante para vivir —comentó NamJoon, mirando con diversión a la chica—. Además, no sabes si se trata de la pareja de Jimin.
—Cierto, pudo ser cualquiera —asintió Taehyung.
El pelirrojo rió. —Eso no importa, no la torturen más —luego miró a su amiga, que lucía bastante abatida—; no estoy molesto, ni me molestaré por eso, Nay. Es trabajo, como lo que nosotros hacemos, así que relájate y no vuelvas el momento incómodo.
Ella le regaló una sonrisa tímida acompañada de un asentimiento. Cuando la situación pudo calmarse ingresaron al ascensor que los llevaría directamente al penthouse que el pelirrojo compartía con su pareja. Fue cuestión de minutos para que las puertas nuevamente se abrieran, revelando el lujoso lugar con decoración moderna.
Jimin abrió la puerta de entrada y permitió que sus invitados ingresaran. Lo primero que escucharon fue una suave melodía clásica que se extendía por todo el lugar, combinada con sonidos ahogados de utensilios provenientes de la cocina.
—Deben estar preparando la cena —avisó a los demás, mientras hacía su camino hacia la cocina.
En ese momento, Jungkook salió de la cocina. Los invitados miraron con curiosidad al jovencito de cabellera negra, y como si todos compartieran una misma neurona, miraron a Jimin directamente y con horror.
—¡Él es mi hermano! —chilló indignado.
Los invitados se relajaron al escuchar la aclaración del pelirrojo. Jungkook aprovechó para presentarse como era debido, ganándose más de un sonrojo cuando apretaron sus mejillas, alegando que era completamente tierno.
Dos minutos después la sala completa quedó en completo silencio cuando alguien más hizo acto de presencia.
Los ojos de todos viajaron hacia el hombre alto de cabellera gris que estaba usando un mandil rosita. Detallaron en la piel pálida, los ojos rasgados y semblante serio que presentó un cambio brusco cuando cierto pelirrojo habló.
—¡Gigi! —Jimin prácticamente se colgó del cuerpo de su pareja, siendo recibido gustosamente por los brazos del mayor.
—Buenas noches —saludó Yoongi a los demás, haciendo una reverencia a duras penas si se tenía en cuenta al koala que tenía encima.
Saludaron con una reverencia, pero a juzgar por las miradas, Jimin sabía que todavía esperaban una presentación adecuada. Así que, con todo el pesar del mundo obligó a que sus pies tocaran el suelo para dejar libre a su pareja y así presentarla a sus amigos.
Aunque Jimin siempre era malo en hacer presentaciones.
—Yoongi, te presento a Jin hyung, su pareja NamJoon —apuntó—. Ellos son Taehyung y su pareja Hoseok —dijo—; y por aquí tenemos a Nayeon. Todos son grandes amigos que estaban ansiosos por conocerte.
El peligris sonrió. —Es un placer conocerlos.
—¡No eras tú! —gritó Nayeon, sobresaltando a cada uno de ellos. La chica daba saltitos felices en su celebración.
—¿Yo? —Yoongi se apuntó. Estaba confundido por el extraño arranque de aquella mujer.
—Ignórala, es lo mejor —aconsejó SeokJin.
—Está bien... —aceptó dudoso, luego se concentró en lo importante—. La cena está lista. Vamos al comedor.
Esa noche fue agradable para todos. Compartieron gustos, hablaron de cosas sin importancia y simplemente se divirtieron, olvidando por un momento las responsabilidades del trabajo.
Dos capítulos más y se termina esta historia. 🎉
Muchas gracias por leer. ❤️
Tita.
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