🫦03: Good Deals🫦

El ambiente a su alrededor era tan animado como lo imaginó. Música alta resonaba por cada rincón del bar, las luces neón acompañando cada baile que era realizado por todos los presentes y el aroma a alcohol presente en la ropa y en los besos compartidos.

Yoongi ingresó y fue directamente a la barra para pedir una cerveza, el bullicio interrumpía cada uno de los pensamientos que querían aparecer en su mente, pero la ventaja de todo aquello es que había tenido el tiempo suficiente para analizar la propuesta que un chico en particular le había enviado a su correo de trabajo.

No lo conocía, esa sería la primera vez que trataría con él, mas no significaba que no lo haya investigado previamente para determinar si le convenía aceptar o simplemente negarse.

Descubrió que se trataba de un universitario, hijo de padres millonarios que muy posiblemente le heredarían la fortuna; como protocolo Yoongi siempre pedía fotografías de sus clientes, junto con los exámenes médicos correspondientes para evitar cualquier tipo de incidentes que pusieran en riesgo su salud, la de ellos, e inclusive la de su pareja.

El chico no había tenido problemas con las exigencias del peligris. Le envió fotografías y los exámenes que le pidió, agregando la información de la clínica donde habían sido realizados para probar que no eran fraudulentos. Sólo entonces, Yoongi se convenció que no habría problemas, así que terminó aceptando la propuesta.

Por muy extraña que ésta fuera.

Su papel de esa noche era el de un chico rudo. Su cliente le había pedido que usara ropa negra y de preferencia una chaqueta de cuero; fue muy claro también al decirle que actuara atrevido, que le coqueteara, que le tocara sin permiso y que lo llevara a los baños para follarlo, con la música siendo amortiguada en las altas paredes.

Yoongi siempre terminaba confundido cuando le aparecían trabajos de aquel tipo; es decir, ¿por qué hacer aquello? Universitarios como su cliente de esa noche perfectamente podría cumplir su fantasía de forma más real, tenía el atractivo suficiente para poder ligarse a cualquier persona dentro de aquel bar en lugar de contratar sus servicios que, cabe destacar, no eran nada baratos.

Sin embargo, el chico ya le había pagado por adelantado. Ahora le tocaba a él cumplir con su parte.

Ciertamente no tardó mucho en encontrarlo, estaba sentado en los lugares vip y con la mirada fija en la pista de baile. Parecía ansioso, y Yoongi podía jurar que era él a quien buscaba en medio de la multitud.

Soltó un suspiro lento y pausado, para finalmente dibujar una sonrisa ladina en su rostro y caminar hasta el chico.

—¿Agradable vista? —preguntó cuando estuvo frente a él, sonriéndole ladino y desarmándolo por completo.

El joven castaño lo barrió con la mirada de pies a cabeza sin detenerse a ser cauteloso, esos ojos oscuros le miraron directamente, con una sonrisa en demasía coqueta naciendo en sus labios carmín.

—Lo es ahora —respondió sonriente—. ¿Cómo te llamas?

Cierto. Su papel era el de un extraño, caliente, atrevido y follador desconocido.

Cristo, Yoongi empezaba a asustarse con las fantasías que tenían los jóvenes de ahora.

—Soy Suga —respondió, y con un movimiento de cabeza apuntó hacia la pista—. ¿Quieres divertirte ahí abajo?

La pregunta con doble sentido la hizo a propósito, a sabiendas que el chico lo disfrutaría.

—Mi nombre es Kai —se presentó. Yoongi sabía que era la verdad.

Sonrió ladino, para luego ofrecer su mano en una invitación silenciosa. —Ven, lindo. Vamos a pasarla bien.

Tiempo después ambos estaban en medio de la pista de baile siendo un completo desastre. Kai le había dado la espalda y con toda la intención se frotaba contra la polla de Yoongi, por su parte el peligris mantenía ambas manos en la cintura delgada, mientras sus labios se encargaban de mordisquear la oreja derecha del chico de forma juguetona, agregando algunas palabras subidas de tono que tenían al menor temblando en sus brazos.

—Me encantas, chico —susurró ronco, con su mano derecha bajando hasta que estuvo sobre la entrepierna del menor.

—Oh, mierda... —maldijo Kai, cerrando los ojos para disfrutar del toque ajeno.

Yoongi calculó el tiempo en su mente. Habían pasado algunos veinte minutos bailando, a la vez que compartían besos, mordidas y toques directos. La calentura en el chico estaba en su punto máximo, dándole a saber al mayor que había llegado el momento de llevárselo a los baños.

—Vamos a un lugar más privado —susurró tentador, dejando una lamida en el cuello de su cliente—. ¿Qué dices, lindo?

La sonrisa de Kai fue inmediata. Se dejó guiar por su acompañante con suma facilidad, mostrándose tan ansioso como en verdad estaba. Los dos caminaron de la mano por un estrecho pasillo donde estaban algunas parejas, divisando a pocos metros las puertas de los baños.

Yoongi sacó del bolsillo de su pantalón un par de billetes y se los tendió al guardia que estaba frente a las puertas para vigilar que el orden se mantuviera intacto.

—Que nadie nos moleste —pidió el peligris, compartiendo una sonrisa torcida con el hombre.

Ingresó a los baños en compañía del menor y agradeció que se encontraran completamente vacíos, abrió la puerta del tercer cubículo y suavemente empujó al chico para que entrara, asegurándose de darle una mirada hambrienta y una sonrisa coqueta.

—¿Vas a follarme? —inquirió el castaño con una sonrisa que pretendía ser sexy.

Yoongi puso seguro a la puerta y le miró. —Voy a follarte rudo, y vas a disfrutarlo como la perra que eres.

Segundos después lo atacó con la brutalidad que se le había pedido. Los labios de Kai fueron cruelmente masacrados por la destreza que demostraba la boca del mayor, combinando en sus besos succiones y mordidas que arrancaron muchos gemidos en el proceso.

Minutos después Yoongi obligó a que el chico se volteara, rápidamente bajó los pantalones que llevaba e hizo lo mismo con los bóxers. Sus manos se encargaron de amasar cada glúteo, propinándole fuertes nalgadas hasta que pudo ver el trasero ajeno pintado completamente de rojo, y con la marca de sus dedos.

—F-fóllame... mgh... —suplicó Kai entre balbuceos bajos de excitación.

El peligris empezó a dilatar la entrada de su cliente, fue rápido y preciso al hacerlo, empleando los movimientos exactos para aumentar el disfrute en el chico mientras cumplía con su misión de abrirlo lo suficiente como para que pudiera recibirlo.

Minutos después retiró sus dedos de aquella entrada y finalmente sacó el botón de sus pantalones, el sonido de la cremallera al bajar quedó amortiguado por los ruidos del exterior. Yoongi sacó un condón de la bolsa trasera de sus pantalones y se lo colocó con destreza, no sin antes dar un par de masajes a su pene para asegurarse que estaba completamente listo.

Kai tuvo que apoyarse fuerte de la pared cuando el hombre que estaba con él comenzó a penetrarlo. El tamaño era tan bueno como lo imaginó, y la fuerza que empleaba en cada empuje contribuyó para que un inminente cosquilleo se formara en la parte baja de su vientre.

—¡Oh, sí sí! ¡Más fuerte! —gritaba sin contención, sintiendo con nitidez la profundidad que lograba alcanzar el pene que tenía enterrado.

Yoongi se concentró en su trabajo, y ese era complacer al chico. Siguió embistiendo, asegurándose de aumentar la fuerza y velocidad a medida que los minutos pasaban, hasta que pudo convertirlo en una masa moldeable que estaba indefensa en sus manos.

La liberación del castaño fue anunciada con un grito estremecedor, y sólo de eso se necesitó para que el peligris abandonara el interior ajeno.

El mayor se quitó el condón para comenzar a masturbar su miembro con fuerza, en cuestión de segundos alcanzó el orgasmo y liberó toda su esencia en el trasero desnudo del chico, siendo esa la última exigencia que su cliente le había pedido.

Acomodó sus ropas e hizo lo mismo con el jadeante menor. Kai le miró a los ojos con una sonrisa perezosa, pero guardando la distancia al saber que el trabajo había culminado.

—Definitivamente volveré a contratarte —dijo entre respiraciones erráticas.

Yoongi simplemente asintió, para luego salir de aquellos baños e irse directamente a su hogar.

Jimin se encontraba riendo a carcajadas gracias a las ocurrencias de una de sus compañeras de trabajo. Nayeon y él se encontraban en el set de filmación listos para grabar un video que había sido planificado desde la semana pasada, sólo faltaba que Taehyung llegara para que dieran inicio con el trío más solicitado dentro de la pantalla adulta.

—Entonces el muy idiota creyó que me había vuelto actriz porno para vengarme de él, ¿puedes creerlo?

—No tiene sentido —dijo Jimin, continuaba riendo por la anécdota de la chica—. Tienes seis años en este trabajo, fue mucho antes que empezaran con esa relación.

—¡Exacto! —exclamó la fémina, arreglando el nudo de su bata—. Eso sólo lo hace más ridículo.

—¿Qué piensas hacer? —indagó el pelirrojo, bastante interesado en el tema sin saber por qué.

Nayeon restó importancia con un movimiento de manos. —Terminamos hace semanas, que venga ahora a hacerme dramas porque me encontró en una página de internet me tiene sin cuidado.

Jimin le dio la razón. En ese momento volvía a corroborar lo complicado que era mantener una relación estable, independiente del trabajo que la persona tuviera la madurez emocional no dependía meramente de ello. Misma razón que le hizo sonreír sin poder evitarlo, porque entre tantos enredos amorosos que sus compañeros tenían, él era uno de los pocos que gozaban de una relación sana, duradera y sobretodo discreta.

Poco tiempo después llegó Taehyung vestido con sólo una bata negra que anunciaba que estaba listo para grabar. Alguien del equipo de producción anunció que quedaban diez minutos y que se fueran preparando para que cuando las cámaras se encendieran, ellos estuvieran listos.

—Taeeee~ —chilló Nayeon, alargando el nombre del pelinegro para hacerlo reír—. ¿Cómo está Hoseok?

Jimin prestó atención a la conversación. Jung Hoseok era la pareja de Taehyung y estaba felizmente embarazado; sonrió sin poder evitarlo cuando miró la sonrisa resplandeciente en el recién llegado.

—Está más hermoso que nunca, de verdad que la pancita le hace lucir completamente abrazable —contó con ilusión y orgullo, provocando más sonrisas en sus amigos.

—¿Cuánto le falta? —preguntó Jimin.

—Menos de dos meses —respondió Taehyung con felicidad—. Oh, Hobi me pidió que los invitara para la próxima semana, iremos a comprar unas cosas que le faltan y pues queremos que nos acompañen.

—Seguro —asintió Jimin, siendo imitado por la chica—. Sólo nos avisan la hora y lugar.

Los tres compartieron una última sonrisa antes de concentrarse completamente en su trabajo. Se quitaron las batas para revelar la completa desnudez que poseían y tomaron sus respectivos lugares; Nayeon acostada en medio de la gran cama, Jimin sentado en la orilla y Taehyung de pie frente a ambos.

—Controla esa risa escandalosa que tienes mientras te esté follando, Nayeon —dijo Tae con burla—. No quiero repetir grabaciones cuando me están esperando en casa.

La chica se rió. —Es que tus gruñidos son graciosos, no me culpes.

—¿A quién tomarás primero? —intervino el pelirrojo. Necesitaba formar una imagen mental para planear lo que podía y no hacer durante estuvieran teniendo sexo.

El pelinegro pareció pensarlo. —Estaba pensando que sería bueno iniciar con un oral.

—Jimin y Yo al mismo tiempo —propuso la chica—. A la audiencia le gusta que deslices tu polla en medio de nuestras bocas.

—Pienso igual —asintió Tae—. Luego tomaría a Nayeon, y que ella te haga un oral a ti, Jimin.

—Mejor que me ayude a prepararme —pidió el mencionado—. Ahorramos tiempo y aumentan mi pereza, ¿qué opinan?

Ella se encogió de hombros. —No tengo problemas con hacerlo, no sería la primera vez así que tengo práctica.

Siguieron discutiendo lo que harían y las posiciones que tomarían. La comunicación entre ellos era bastante importante y siempre trataban de tener ese tipo de conversaciones antes de grabar un video, de esa manera los tres estaban en la misma línea y sabían lo que harían, dándole a la audiencia una imagen realista y detallada del sexo.

—Culminaremos con Jimin en cuatro y Nayeon encima de él. Yo estaré detrás de ellos, y alternaré mis penetraciones entre ambos.

Fue la explicación que Taehyung dio sin tapujo alguno a SeokJin y el resto del equipo de grabación.

—¿Están listos? —preguntó Jin cuando todo estuvo explicado.

Los tres dieron su señal afirmativa, y sólo entonces las cámaras se encendieron para grabar lo que pasaría entre ellos con sus pieles desnudas.















Ahora si se viene lo chido uwu

Y no, no me refiero a drama, tampoco a Lemon súper intenso. Más bien a la trama central de la historia. 🫶🏻

Muchas gracias por todo el apoyo, espero que les siga gustando lo que tengo planeado. 😋

Si hay suerte, mañana volveré a actualizar.




Tita.

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