❀Epílogo❀
Wreath of flowers
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-Señorita, despierte por favor ¿está usted bien?
- ¿Llamamos a emergencias?
-No, ella respira, solo está durmiendo.
Los rayos del sol iluminan su rostro fuertemente, sintiendo de pronto el frío aire del amanecer bañar su piel expuesta, haciendo que su cuerpo tiemble por el frío e instintivamente se abraza a sí misma ante la gélida sensación.
-Señorita, señorita ¿me escucha?
Es un día más.
-¡Ray!- exclama de pronto, asustando al hombre que trataba de levantarla de la forma más cordial posible. Pero Anna no se percata de aquello, sino de los oficiales que están viéndola, entonces sus orbes cielo buscan el cuerpo de Ray, sintiendo su respiración cortarse de forma adolorida -El chico qu-que me acompañó ¿dó-dónde está? Él...está muerto ¿verdad?- murmura con tintes de pánico y miedo, tragando su llanto de forma amarga y deseando algo imposible.
Que él siga con vida.
Los hombres la miran extrañados.
Su mirar azul de pronto, con lágrimas recorriendo sus mejillas, ven al chico quien se queja (maldice) entre balbuceos de la luz de aquel nuevo día, y su ser tiembla con fijarse bien, con más detalle, de que no esté alucinando.
-No puede ser- pronuncia asombrada, mientras el joven de cabellos negros abre sus ojos y le sonríe débil, acariciando su piel húmeda -Deberías estar muerto.
-Eso...es cruel, Anna.
Las personas que los observan no entienden ni un ápice de lo que dicen, mientras los sollozos de ambos chicos parecen inundar aquella utopía bonita que conforman ambos.
-Necesitaremos la opinión de un nuevo cardiólogo.
-O simplemente tomémoslo como un milagro.
༻❀༺
Años después...
-Mami ¿tu amas mucho a papi?- pregunta el más grande de sus hijos, con sus orbes de azul cristal relucientes y sonrisa calmada, quien cierra su libro de ciencias y se acerca a la mujer que carga a una bebé en brazos.
-Claro que sí, Eduard- alega la adulta con alegría y gracia, acariciando sus cabellos negros y sintiendo su pecho palpitar fuerte al ver al pequeño mirando atento a su hermanita. Está maravillado con la bebé.
-Verónika es taaan bonita ¡mira sus ojos! Son como los de papá- anima el niño entre saltos pequeños, para correr hacia el jardín de su hogar, viendo a su padre cuidando de las flores celestes y con leve tonalidad lila.
-¡Papi!- nombra el azabache con ánimos, yendo directamente hacia él.
-Eduard, creo que te dije que debes darle compañía a tu madre y a tu hermana- alega el mayor firme pero con sutil sonrisa -Aunque pensándolo bien...quédate quieto, hijo.
-¿Para qué?
-Ya lo verás, tú solo ayúdame- menciona el mayor, y la sonrisa de su hijo es tan parecida a la de su esposa, que se siente tan maravillado al vivir de nuevo.
La cámara capta el momento preciso...en que Nora aparece.
-¡Tío Ray! ¡Llegamos!- no puede terminar de hacer su labor bien, la fotografía es borrosa y solo enfoca a una cabecita blanca y la de su hijo; Ray observa entonces, cansino, a la hija de Norman y Emma brincar por su jardín y rodear su cuello con sus brazos pequeños -¡Te extrañé tanto!
-Nora...me viste ayer.
-¡Extrañé a Eduard!
-A mi también me viste ayer- murmura el más pequeño con timidez ante la energía de su prima.
-Nora...recuerda que debes calmarte un poco, tu tío es muy tonto como para no amar tu energía- es la voz de Norman, la que aún con todo lo que ha hecho por él, la escucha insoportablemente amable, y si Emma era su adoración, tener a una hija con ella sobrepasaba los límites.
- ¿A quién llamas tonto, debilucho?
- ¡Ey! No le digas así, Anna controla a tu esposo - exclama la pelirroja con gracia, jugando con la bebé de la rubia, quien se acerca con orgullo al ver a su primo.
- Parece que siempre quieres buscar problemas, Norman - murmura amable Anna, quien es abrazada automáticamente por la pequeña albina que antes jugaba con Eduard -Hola Nora.
- Tía Anna, el abuelo James te manda saludos.
- Con que viste a tu padre, me alegra que estén bien ahora - declara suavemente, mientras Ray con concentración total trata de colocar en sus cabellos dorados aquella corona de flores que ella, hace muchos años, le había enseñado a hacer.
-Perfecto- declara con orgullo el azabache - Ah, y a tu padre, dile que aún no le perdono...pero gracias.
- ¿Por qué le agradeces al señor James?- pregunta su hijo, quien confundido pero con mirada serena observa a su padre esperando que le conteste - ¿Hizo algo bueno por ti?
- Aunque no lo quiera admitir...creo que hizo muchas cosas por mí - revela Ray, levantando al pequeño quien sonríe suavemente en el aire.
- Tío Ray, papá es más alto que tú, por ende, puedo volar más alto- declara con inocencia la pequeña de ojos verdes, y a Anna le causa tanta gracia la expresión de su esposo en esos momentos, que quiere reír sin parar debido a que la pequeña hija de su primo era muy similar a Emma y su actitud. Aún así, Ray la quiere.
Ray también quiere, algún día, si la vida se escapa de sus manos, morir al lado de Anna y ver su rostro para llevarla eternamente impregnada en su recuerdos.
- Ya es hora de ir al médico, debemos ver la radiografía de los mellizos- alega feliz Emma, dejando delicadamente en los brazos de la rubia a su pequeña bebé, la cual no llora mucho y siempre se mantiene calmada.
Emma teme, por un momento, que una cosita tan pequeña y linda termine con la expresión de Ray. Eso hace que tiemble. Y es que la bebé siempre está con el ceño fruncido cuando un extraño se le acerca (eso se demostró cuando Gilda fue a su casa y la cargó)
-¿Me estás diciendo que solo viniste a mi casa con toda tu familia, es decir, Emma y Emma 2.0 pero albina, para irte rápidamente?- interroga algo cansado de sus constantes visitas (muy en el fondo Ray las ama, pero no lo admitirá)
-Sí, así es, además, Nora quería venir.
-Y tu no le puedes negar nada a Nora.
-Exacto.
༻❀༺
Si el púrpura de la noche significara algo, probablemente sería melancolía, quizás, para los abandonados, soledad.
Ray ya no lo cree así, para él, la noche y su teñido en púrpura es sinónimo de lunática, como la luna de cuarto menguante sonriendo suavemente. Anna también lo cree así, es bello porque únicamente ambos comparten ese recuerdo. Nadie más, probablemente, en el mundo, piense así, pero están bien con ser los únicos.
~Luna lunática loca~
-La vida no es sencilla- murmura calmado, mientras Anna se acurruca más a su lado y observa la ciudad lumínica con tranquilidad.
-Claro que no lo es, pero si alguna vez, te sientes mal, tienes una familia que podrá entenderte- Ray suspira con lentitud ante sus palabras, y no puede evitar formar una sonrisa al verla tan bella a su lado.
-Claro que sí.
Ambos están bien, después de tantos problemas pueden decir orgullosos que lo están, y que no se arrepienten de nada (ni siquiera de un intento de suicidio) no retroceden el tiempo ya que no tienen ese poder, y aunque la vida ni siquiera sea un esbozo, cree que al lado de Anna todo mejora (una clara evidencia son Eduard y Verónika)
Ray tan solo vive y se pierde en lo azul.
En ella.
Fin
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Yo te dije que no era buena en los finales, y aunque la parte anterior al principio quería que sea el final, decidí al menos uno cortito pero re-cursi ¿por qué? Porque estoy cariñosa en estos días.
ฅ(•ㅅ•❀)ฅ
¡Muchísimas gracias por acompañarme en esta historia, lo aprecio demasiado! En serio, como no se lo imaginan ( ╥ω╥ )❤
¡Los amo mucho!🌜🌻
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