❀14❀

༺♥༻❀༺♥༻

El cielo está gris, con eso empieza el mañana, con dolor punzante en el pecho y sangre escurriendo de sus labios, mientras las delicadas manos de Anna acarician su espalda y tararea con dulzura y ahínco aquella canción de sueños cristalinos entre madre e hijo.

«Como siempre, inteligente, Ray Grace- alega con amabilidad James- Es verdad, calculamos muy mal tu fecha de muerte... solo te quedan dos días de vida»

El recuedo le es amargo, y las ganas de vomitar y gritar en esos momentos lo consumen, y su pecho parece oprimirse con amargura, le duele mucho.

-Por favor...por favor, no te vayas aún- escucha el suplicio de Anna, quien arrodillada a su lado y cuidando de él (incluso cuando es ya vano) se mantiene fiel a su lado, sujeta sus manos con cariño y desea tanto no dejarlo ir. Así que Ray toma un poco de su voluntad perdida, y aguanta el dolor, el ardor de su garganta y mareos solo para estar a su lado en los últimos momentos que le quedan.

-Está bien, estoy bien Anna- asegura sereno, acariciando las mejillas húmedas de la niña que tiene en frente, la cual se acurruca en sus brazos y solloza bajito.

-Te amo Ray, no importa lo que pase, solo recuerda que te amo- murmura, y todo parece tan lejano en esos momentos.

Las horas pasan, en eso se basa el día, en que esa mañana misma deben "robar" los papeles de la oficina secreta de Peter y así huir de Marystela y delatar la corrupción. Pero antes, por obligación de la rubia para pasar tiempo como pareja, toma su paseo matutino por aquella colina de flores celestes y pequeñas, las cuales ahora están de bonito lila (le recuerdan a Leslie, y eso duele)

-Creo que dejaré de besarte por precaución- habla Anna, quien rompe el silencio y ríe ante la cara hórrida de Ray al escuchar aquello.

-Oh, claro, pero eso será en otra vida, en esta no te lo permitiré- asegura serio el azabache, dejándose acomodar por las manos cremas de la rubia aquella corona de flores que ella ama tanto hacer.

-En otra vida, probablemente, me casaría contigo y tendríamos dos hijos- asegura Anna con gracia, dejando un fugaz beso en los labios del contrario quien la acurruca en su pecho y la deja allí, mientras se deleita con su calor.

-Mientras sean como tú, todo está bien, amaría tener a dos niñas- alega él, casi lastimado al imaginar aquel futuro roto por sus propias manos.

-En otra vida...siempre te encontraría- la campana suena, es la que indica la medicación a hora exacta de todos los pacientes habidos allí. Anna sonríe dulce, cual angelito blanco e impoluto, juntando sus labios una vez más y deseando tanto que el tiempo parase.

Así viviría Ray un poco más, sabes.

༻❀༺

Emma danza y baila por los pasillos divertida, mientras busca con la mirada al azabache para dar las indicaciones de una vez, todo depende de ambos y esta vez, realmente quiere que Norman se sienta orgulloso de ella.

-Gilda- habla alegre a la enfermera, quien sonríe cansada y toma la mano cálida de su paciente, quien ríe linda a su lado -Te estuve esperando, mi medicación ya no es necesaria, mañana me iré de aquí, me lo dijo la chica...emmm Peter Ratri.

-Emma...él es un chico- corrige la de lentes con gracia.

-Tiene bonito cabello como para ser chico.

Hay un estruendo, y Emma junto a la enfermera de hebras verdes giran ante aquello, y el alboroto se forma como una peste.

-¡El paciente de la habitación 101!- alarma una enfermera principiante con temor, porque aquel chico de cabellos blancos tiene tan mala reputación sin razón alguna.

Pero bueno...todas las personas le temen a lo diferente, y Norman ha se acostumbró.

-No puede...- la voz de Emma se corta, cubre sus labios con asombro y siente la mirada también de Gilda perdida en confusión.

-¡Norman!- escuchan decir, la voz es dulce, es suave y parece romperse; es Anna con los ojitos tristes y corriendo para abrazarlo, porque para la pequeña rubia su primo es solo un niño que siempre fue lastimado (y que ella no pudo ayudar)

-La señal, tomemos esos papeles- susurra Ray, haciendo que la pelirroja se asuste y asienta con determinación, incluso si la enfermera de cabellera rubia y bonitos ojos cielo rodee con sus brazos el cuerpo de quien es su pareja.

Se escabullen bien, todos están enfocados en la aparición extraña del albino y su mirada de terror, mientras llegan a donde lo tenían planeado. Emma sonríe, Ray suspira ante su, ahora, débil cuerpo.

-Emma, tu busca los papeles, yo entro al registro de la conputadora y...¿escuchas gritos?- pregunta de pronto, observándola preocupada mientras la pelirroja frunce el ceño.
Camina hacía la puerta lentamente, pero no puede evitar enojarse ante lo que ve.

-¡Es Norman! Debemos ayudarlo- exclama acercándose a su lado y jalarlo sin que ambos hayan podido tocar nada de esa oficina.

-¡Es nuestra oportunidad, Emma! Ellos no pueden golpearlo, hay enfermeras allí- refuta con fastidio, soltándose de su agarre.

-Con él todo cambia, Ray, y si recibe una sesión de electro-shock más podría morir ¡yo no quiero que Norman muera!- desespera, tomándolo por los hombros, mientras su cuerpo tiembla y las lágrimas se deslizan de su rostro.

A Ray le irrita esa imagen, y los gritos de las personas le aturden tanto que no puede hacer nada más que ceder.

-Ve...yo me quedo y reviso todo- murmura el azabache, sonriendo suavemente ante el rostro húmedo de la fémina.

Emma no pierde tiempo, corre en dirección a los gritos y forcejeos que ve.

-¡Norman!- exclama con enojo al verlo sujetado por hombres que no tienen cuidado al tomarlo con violencia.

-¡Emma! Emma por favor, por favor quédate- suplica, pero la pelirroja también es tomada por enfermeros que evitan a ambos pacientes estar cerca -¡Estás muerto si la lastimas!- vocifera furioso al ver como la sujetan de sus brazos contra su voluntad.

-Retiren a los pacientes de aquí- ordena Gilda -Nuestra incompetencia nos traerá problemas, háganlo ya, antes de que el señor Peter llegue.

-¡Gilda, Gilda no dejen que le hagan daño!- exclama con suplicio Emma, quien trata a pesar de todo acercase a Norman -Sabes que si lo hacen nuevamente él...

-Lo siento, Emma- tan solo murmura, desviando su mirada para poner orden. La pelirroja solloza y sigue luchando, tanto que una de sus manos está cerca a Norman, quien solo busca alcanzar su tacto, su calidez y volver a calmarse.

-¿Qué esperan? Llévenselo- la voz de Peter en esos momentos le parece tan hórrida.

Ni siquiera estuvieron cerca de alcanzarse, y es tan fácil separar sus manos.

Ray observa el espectáculo con frustración, porque él junto con ellos acaba de perder. Nunca hubo nada.

༻❀༺

E

l atardecer parece bañarse en sangre, mientras Emma aún sigue recostada en la camilla de Norman, esperando a que despierte.

-¿Estará bien?- pregunta con cansancio el azabache, acercándose a la fémina que no se separa del chico que tiene los ojos cerrados.

-Me dijeron que está bien, que fue bueno calmarlo o sino la sesión de electroshock ya habría comenzado...seguramente no hubiese vivido a eso- alega con calma, sonriendo muy débilmente ante el rostro pálido de Ray -¿Cómo estás tú?

-¿Qué te puedo decir? Me estoy muriendo, me acaban de administrar la medicinas que rechazo con todas mis fuerzas, tu novio golpeó a Anna así que cuando despierte le quiero devolver el favor- sincera molesto, mientras Emma sonríe nerviosa ante sus palabras y trata de alejar por completo a Ray de Norman -Pero después de todo...creo que estoy bien, y que debo ver a Anna.

-Ve...ella te necesita- asegura amable, palmeando su pecho y sonriendo con gracia.

Ray le devuelve el gesto, aunque se sienta totalmente cansado con tan solo caminar, pero realmente desea ir sin ayuda de nadie donde está Anna, y la encuentra.

Esta iluminada por los rayos rojizos de ese crepúsculo que inunda el cielo, y sus cabellos parecen brillan de forma tan etérea, junto a su belleza y facciones finas y lindas.

Le encanta verla, es adictivo y aún así, le encanta más estar junto a ella (quizás besarla)

-Hola- habla él, simple y con sonrisa suave, mientras ella camina con apuro hacia él y lo rodea delicadamente con sus brazos, hundiendo su rostro en su pecho.

-Ray, me alegra tanto verte- sincera cálida, sonriendo dulce.

-¿Estás bien, Anna?- pregunta con preocupación, tomando su rostro y luego sus brazos, enfocando su mirada en la zona de su piel que parece lastimada -¿Qué te hizo él?

-Eso no importa ahora Ray...debemos enfocarnos en lo que pasará en la noche.

El azabache la mira confundido, frunciendo su ceño ante las palabras de ella y su poca atención para con sus heridas.

-¿Qué pasará en la noche?- interroga él, mientras la carita de Anna luce dulce y linda, le recuerda a...

-Vamos a escapar- anuncia alegre, y Ray sonríe ante sus palabras.

༺♥༻❀༺♥༻
¡Muchas gracias por leer, lo quiero mucho! 🌜🌻

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top