⚠️Problemas con la hermandad y odio.⚠️

Alerta spoiler, leed bajo advertencia






















Hoy era un día nuevo, lo que significaba que habrían nuevas disputas por quién de las dos lo haría con quien. Emma siempre quería tener a uff Ethan y Nathan para ella sola al igual que Alura. No habíamos podido dormir gracias a los ruidos, o más bien gemidos, que provenían de la habitación de Damon.

- Buenos días querida familia - dijo Alura con una sonrisa. Intuía que quería algo.

Stefan, Damon y yo estábamos sin ropa tumbados en la cama.

Se acercó a su padre y le dejó un beso en su mejilla.

- ¿Qué estás tramando, pequeña diablilla? - le preguntó Damon acariciándola.

- Bueno, he pensado que como apenas quedan condones he pensado en ir a comprar yo misma - contestó con una sonrisa traviesa.

- Es increíble, ha salido a Damon - comenté besando a Stefan.

Y tenía razón, su carácter de chica mala de querer impresionar a todos, sus ojos azules que eran una mezcla entre los míos y los de Damon y su pelo largo, liso y castaño.

- ¿Te has pintado los labios? - añadí preguntándole al ver sus rojos labios brillantes.

- Sí, me queda increíble, lo sé - contestó al estilo Damon con una sonrisa.

- Ah, no, de eso nada. No vayas comportándote por ahí como si fueras una chica mala - comenté al ver cómo iba vestida.

Sin previo aviso cogió la muñeca de Damon y le fue mordiendo para beber de su sangre.

- Me da igual, únicamente he venido a por el desayuno - contestó dejándole varios besos en su muñeca de paso.

- Eh, hazle caso a tu madre - contestó apoyándome cuando paró de beber su sangre.

- Vale, entonces no compro unos que había visto que son increíbles - le chantajeó Alura.

- Bueno, si vienes con esas - dijo algo caliente.

Yo me llevé la mano a la frente al ver su reacción.

- ¿Sabéis qué es lo mejor de este mundo? El sexo sin compromiso - comentó Alura. Ella tenía bastantes cosas en común con Damon. Era una obsesionada con el sexo y casualmente con el que era sin compromiso.

- ¿Por qué quieres ir a comprarlos tan temprano? - le pregunté cambiando de tema mientras bostezaba por el sueño.

- Quiero reponer mi arsenal secreto de tortura para mis hermanos sin que la estúpida remilgada de mi hermanastra me vea y se queje - contestó.

Stefan prefirió no meterse.

- ¡Oye! Te hemos dicho muchas veces que es tu hermana, no hermanastra - le regañé algo enfadada con ella.

- Oh, venga, mamá, papá, sabéis que tengo razón, ella no puede ser mi hermana porque su padre es mi tío - replicó mirándonos.

Damon siempre me apoyaba al igual que Stefan.

- ¿Cuándo vais a acabar esta estúpida guerra por el control de vuestros hermanos? - pregunté harta.

- Nunca y se llama guerra sexual - contestó mirándome con orgullo.

- Eh, vamos a ver, ya está bien, pequeña - dijo Damon cogiéndola en brazos para dejarla entre nosotros.

Ella se acomodó entre nosotros y se convirtió en una gata negra para ponerse a lamerse su pelaje. Entre tanto yo le cogí la mano a Stefan para acariciársela y besarlo a la vez que nos sonreíamos.

- Eso no quita que te tengas que duchar - le dijo Damon y ella se hizo la tonta fingiendo no entenderle.

- Sé que puedes entenderme, Luna me lo ha dicho - añadió sonriéndome.

Se acercó a su padre y fue a ronronearle en su pecho. Cuando paró decidió lamerle un poco.

- Por cierto, he roto la cama de la habitación de Papá - maulló para mí haciendo que suspirase.

- Con razón no podíamos dormir - comenté.

- ¿Qué ocurre? - preguntaron mis hermanos.

- Dice que ha roto tu cama - le expliqué a Damon.

- ¡Así se hace Alura! - la felicitó Damon orgulloso de ella.

- Lo suponía - comenté llevándome la mano a la frente.

- Somos lo más - comentó Alura chocando su pata con la mano de su padre.

- Quiero que me enseñes más cosas - le pidió.

- Es muy divertido todo lo que me has enseñado - añadió convirtiéndose de nuevo en humana.

- Antes quiero que me digas dónde has guardado el arsenal del que hablas - le pidió su padre algo curioso.

- En tu armario, le he puesto doble fondo. Por cierto ayer me terminé cincuenta sombras de Gray y estuvo muy chulo - le explicó.

Cualquier persona decente que conociera a Alura se traumaría al ver las cosas que sabía y decía con tan solo 16 años de edad.

- Debiste haber nacido antes - comentó Damon acariciándola con una sonrisa.

- La verdad tengo que reconocer que eres algo graciosa. Eso se te ha pegado de tu padre - dije besando a mi hermano.

- Oh, por favor hacedlo de una vez - comentó al ver cómo Damon y yo nos besábamos.

- Así puedo aprender trucos nuevos - añadió guiñándole un ojo a su padre con una sonrisa traviesa.

Yo me ruboricé y Damon sonrió traviesamente. Le encantaba todas las cosas que decía nuestra hija.

De repente entró Nathan y comentó.

- Suponía que estabas aquí - comentó.

- Ves, ya te puedes ir con tu hermano - comenté mientras Damon la cogía otra vez para dejarla en el suelo.

- Emma, Ethan y yo te estamos esperando - explicó.

- Ah, no, ni en broma, yo no me vuelvo a meter en esa cama con esa estúpida remilgada de mi hermanastra y tú deberías hacer lo mismo - explicó dejándole un beso en la mejilla a su padre.

- Oh, por favor, ¿cuando vais a dejar de odiaros tanto por vuestros hermanos? - intervino esta vez Stefan el mismo tiempo que le acariciaba su torso.

Alura cogió a Nathan y lo puso contra la pared para besarlo con todas sus fuerzas.

Damon se quedó mirándola con una sonrisa al ver cómo hacía todo lo que le había enseñado a la perfección.

Pero tuvieron que dejarlo en eso porque a Alura le empezó a doler la boca. Lo que significaba que le iban a salir los colmillos.

Hice que viniera con mi mente y la dejamos entre nosotros para calmarle su dolor.

- ¿A vosotros os dolió tanto? - preguntó entre lágrimas pero sin llegar a estar llorando ya que ella nunca lloraba.

- A nosotros no nos salió los colmillos como a ti - le explicamos entre los dos.

- Os quiero - nos dijo Alura con una sonrisa para los tres, incluido Stefan.

Al rato se le pasó el dolor y decidió levantarse con una sonrisa al estilo Damon.

- ¿Alguien puede darme dinero? - preguntó poniendo su mejor cara de santa. Aunque a ella no le pegaba nada.

- ¿No tenías la paga? - le preguntó Nathan mirándola algo nervioso.

- Ohhh, qué adorable por tu parte, querido hermano mayor - dijo fingiendo ser algo tierna con él a la vez que pasaba su mano por su mejilla para acariciársela.

- Lo cierto es que me la gasté entera en unos juguetitos muy chulos que compré - comentó mirando a su padre con unos ojitos haciéndose la inocente.

- Ves lo que has conseguido, Damon - le reproché en voz baja para que solo él pudiera oírme.

Él se encogió de brazos y me besó como si no fuera su culpa.

Iba a hacer que viniera el dinero con mi mente cuando entró Emma hecha una furia.

- ¡Mira lo que me ha hecho Alura, mamá! - gritó enseñándome la caja que había comprado con sus ahorros de dos meses.

- Upps - dijo ella mirándonos como si fuera inocente.

- Están todos abiertos y rotos - explicó Emma con indignación.

- Yo me encargo - les dije besándoles a los dos.

- A ver, ¿se puede saber cuál es ahora el problema? - les pregunté frustrada.

- Es domingo y mañana tenéis que ir a clase. Tenemos que descansar - añadí.

Nathan se apartó y les señaló para explicar.

- Son ellas, no nos dejan dormir ni a mí ni a Ethan. Están todo el rato peleándose por nosotros - explicó.

- Yo me voy - dijo Alura cogiendo dinero.

- Eh, ¿cuánto has cogido? - le pregunté.

Ella me enseñó el billete de 50 dólares y le hice acercarse a mí.

- No, 20 - contesté.

- O mejor aún por qué no vienes con nosotros - añadí corrigiéndome.

- Así podemos ver exactamente qué haces para gastarte todo el dinero - seguí diciendo para chocarle la mano a Damon que estaba de acuerdo conmigo.

- Mmmm...., se me ha ocurrido algo mejor, ¿por qué no vas con ella y yo me quedo con Stefan? Si no te molesta, claro - agregué interviniendo una vez más. Esta vez logré que Alura palideciera.

- No..., ¿no sería mejor que fuera yo sola?. Osea si queréis me puede acompañar Nathan - soltó algo nerviosa.

- Ohhh, la gran Alura está nerviosa de algo - solté de broma.

- No es eso, mamá. Es que me gusta hacer mis compras sola - se explicó.

Claramente mentía. Vale que a ella le gustaba comprar sola ese tipo de cosas, pero no era esa la razón de que estuviera así de nerviosa y yo diría que hasta asustada.

- ¿Te ocurre algo? - preguntaron Damon y Stefan algo preocupados por ella.

Yo estaba algo seria después de ver su reacción.

- Oh, ¿la falsa mojigata está asustada...? - comentó Emma riéndose un poco de ella.

- Oye, Emma, tú no te metas, esto es serio - comenté intentando descubrir lo que le ocurría a Alura.

- ¿Estás con alguien que no sean tus hermanos? - le pregunté ya desesperada por averiguar lo que ocurría.

Ella negó con la cabeza. Sin embargo había una pequeña posibilidad de que solo fuera eso, puesto que a ella a parte de sus hermanos le gustaba hacerlo con toda clase de personas.

- Sea lo que sea puedes confiar en nosotros - le expliqué con dulzura.

- De eso se trata, mamá, he metido mis torpes patazas hasta el fondo - dijo mostrándose seria además de algo enfadada. Entre tanto, estaba mirando hacia otro lado para esquivar nuestras miradas.

Suponía que esa era su manera de mostrarse arrepentida. La verdad es que le ocurría lo mismo que a Damon.

- Sea lo que sea acabaré con él o con ella - comentó Emma.

- Nadie más que yo tiene derecho a meterse con la falsa mojigata de mi hermanastra pequeña - añadió mostrando sus puños.

- Emma, ¿tú sabes algo? - le preguntó Stefan.

- No, papi, yo por qué iba a saber algo si nos odiamos - contestó mirándolo con unos ojitos tiernos haciéndose la inocente.

- Vale, que tal si os vais a vuestra habitación y vais despertando a Ethan para que vuestra madre y yo podamos divertirnos juntos en la cama - comentó Damon provocando que me llevara la mano a la frente.

- ¿Me puedo quedar? - preguntó Alura que le enloquecía todo este tema.

Miré a Damon para que ni se le ocurriera decirle que sí y ambos contestamos.

- No, mejor vete abajo - contestamos ambos.

Cuando se fueron los niños los besé y le pregunté a Damon.

- ¿Por qué no has incluido a Stefan? - pregunté.

- Porque él no consigue ponerte tan caliente como yo lo hago - explicó.

- Eres un pedazo de idiota - le dije negando con mi cabeza con una sonrisa.

- Deja que pruebe - le expliqué cogiendo la mano de Stefan para besarlo.

- Ohhhh..., sois tal para cuál - comentó volteándome para quedarse encima de mí.

- ¡Damon! - me quejé gimiendo.

- Damon, suéltala - le dijo Stefan besándome.

- Pfff..., sois unos aburridos - se quejó.

- Vale, Damon, tengo una idea, quédate con ella y yo me encargo de los niños - comentó Stefan a la misma vez que hacía que viniera con mi mente su ropa para que se la pusiera.

Cuando se fue le regañé a Damon.

- No puede ser que le enseñes estas cosas a nuestra hija, tan solo tiene 16 años y ya sabe todo lo que tú has ido aprendiendo a lo largo de los siglos - le regañé.

- Oh, pero, hermanita, ¿has visto su cara de traviesa? Me encanta cuando nos mira con esa cara - comentó besándome al mismo tiempo que se movía en mí.

Por esa vez lo dejé pasar y nos pusimos a hacerlo.

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Siento no poder seguir actualizando el fanfic, como compensación os traigo esto :(

Se despide una frustrada🔸みか🔸

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