⚠️Capítulo 4 Los cinco.⚠️

Luna P.O.V

A la mañana siguiente me desperté y Alura seguía durmiendo abrazada a su padre que estaba esperando a que me despertara con una sonrisa. Los demás seguían durmiendo a nuestro lado. Stefan se había ido a preparar el desayuno para los tres, ya que los niños bebían de nuestra sangre.

De pronto Damon cogió a nuestra hija y la apartó de nosotros para acercarse hasta mí y subirse en mí provocando que los niños se despertaran.

- No puedo esperar más - me dijo lamiéndome el cuello.

Stefan subió y nos avisó.

- A desayunar - nos avisó.

- Damon, bájate de mí, has conseguido que se despierten - le dije molesta.

Él se bajó de mí, se levantó de la cama y de repente le llamaron a su móvil. Entre tanto los niños bostezaban algo cansados y se levantaban de la cama.

- Me voy, vuelvo en un rato - dijo serio cuando terminó de hablar con Klaus.

- ¿Qué quiere ahora? - le pregunté poniéndome en frente de él.

- Ha encontrado la caravana del cazador y quiere que recojamos lo que hay allí para investigarlo - dijo algo cómico al final.

- ¡Eh! Si pasa algo me llamas - le dije seria.

- Sí, tranquila - contestó despreocupado para después irse.

- Bueno, vamos a desayunar nosotros - me dijo Stefan mientras yo le daba de beber sangre a Alura y a Nathan.

- Vale - contesté terminando de darle de mi sangre a Alura.

- Voy a preparar un plato para desayunar - añadí con una sonrisa sabiendo que se negaría a que lo hiciera yo.

- No, Luna - dijo impidiéndome pasar.

Emma se había despertado y estaba con su móvil.

- Descansa, yo me ocupo de todo, soy tu hermano mayor, tengo que hacerlo - me dijo llevándome de vuelta a la cama.

- Stefan, estoy bien, únicamente quería probar una nueva receta que hemos confeccionado Leah y yo - dije en mi defensa con una sonrisa.

- Bueno, si quieres lo hacemos entre los dos - accedí al final con una sonrisa.

- Vale - contestó dándome la mano para bajar a la cocina juntos.

- Voy a ver si queda sangre de animal - dije con una sonrisa.

- No, tranquila puedo beber de la sangre de humano cómo habíamos practicado cuando todavía eras humana - me dijo sonriendo.

- Te quiero - le dije abrazándolo.

- Yo más - contestó él con una sonrisa.

Hice que con mi mente vinieran tres bolsas de sangre y derramé las tres bolsas de sangre más mi sangre en un bol. Eché en ese mismo recipiente harina, huevos y algo de azúcar lo batí todo y entre los dos lo echamos en un recipiente redondo y lo metimos en el horno.

- Ah, ya entiendo lo que quieres hacer - comentó mi hermano sonriendo.

- Quieres hacer un pastel de sangre - añadió sonriendo.

- Sí - contesté mientras Damon llegaba con una caja.

- ¿Qué es eso? - le preguntó Stefan.

- Objetos personales que mangué de la caravana del cazador de vampiros - contestó él a la misma vez que yo le ayudaba con mi mente a llevar la caja hasta la biblioteca.

- Que descanse en paz - añadió al mismo tiempo que le seguíamos hasta el salón.

Dejé la caja encima de una mesa y Damon se puso a rebuscar en ella para decir.

- Estoy buscando un manual sobrenatural - dijo haciendo que me acercara a él.

Sin embargo preferí quedarme con Stefan.

- ¿Cómo sabes que era sobrenatural? - preguntó Stefan dándome la mano para atraerme hasta él.

- Porque no era natural - contestó sacando cosas de la caja.

- Aparece por arte de magia, vuela por los aires al Consejo de Fundadores y tiene un tatuaje que sorprendentemente solo es capaz de ver Jeremy Gilbert - explicó.

- Klaus mencionó algo de que era uno de los Cinco. Y luego se suicida con explosivos  - añadió comentando.

- ¿Te parece natural? - preguntó Damon cómicamente.

- ¿Qué son los Cinco? - preguntó Stefan.

- A lo mejor se refiere a cinco guardianes de esos - contesté suponiéndolo bastante preocupada.

- Espero que esté en el primer capítulo del manual - dijo mientras le llamaban al móvil.

Al cogerlo resultó ser la sheriff.

- Liz Forbes, mi sheriff favorita - dijo al cogerlo.

Se acercó a mí y me tiró al sofá provocando que cayéramos Stefan y yo al sofá mirándonos entre risas.

- Está bien - dijo colgándole el teléfono.

- Bueno, hermanito, creo que nuestra hermana está caliente, deberíamos complacerla - comentó con una sonrisa traviesa super adorable.

- Mami, papi, no quiero quedarme sola - dijo Alura acercándose a mí para que la abrazara.

Damon suspiró y se tuvo que aguantar. Por su mirada supe que él era el que estaba caliente.

- Papi - le llamó Alura abrazándolo.

Damon la abrazó y yo sonreí.

- Bueno, así que según lo que nos ha dicho Klaus, Connor sigue vivo - concluí.

- ¿Quién es Connor? ¿Está bueno? - preguntó de pronto Emma.

- Sí, va a ser tu futuro novio - contestó Damon cómicamente.

- ¡Damon! - me quejé.

- Ufff... pues si está bueno sí - contestó ella sonriendo.

- Bueno, Damon, deja de decirle esas cosas a Emma. Connor es un hombre peligroso - le explicó Stefan.

Damon se sentó a mi lado con nuestra hija entre nosotros. Nuestra hija se echó en mí y ambos la acariciamos hasta que Damon dijo.

- Necesito que te encargues de esto - dijo para Stefan.

- Yo me llevo a Luna a la facultad - añadió mirándome.

- Perdona, ¿qué has dicho que vas a hacer? - preguntó Stefan creyendo haberlo entendido mal.

- Enseñarle a comer. Ahora más que nunca tiene que aprender a lanzarse, comer, borrar - contestó provocando que me preocupase y Stefan se pusiera algo molesto.

- Eh - dije mirándolos a los dos para calmarlos.

- Tranquilos, iré con Damon, nos lo pasaremos bien y yo aprenderé a contenerme - añadí preocupada.

- Y luego, esta noche, disfrutaremos los dos - dije para Stefan provocando que Damon se pusiera algo celoso.

- Los dos me ayudáis a pasar por esto - añadí siendo acariciada por Damon que estaba celoso y con ganas de hacer algo conmigo.

Alura se abrazó a su padre y dijo.

- Yo también quiero ir con vosotros - dijo mirando a su padre con unos tiernos ojitos.

- No, tú te quedas en casa - contestó Damon.

- Pero yo quiero estar con vosotros - replicó Alura mirándome a mí.

Yo la cogí en brazos y le expliqué.

- Es peligroso ir con nosotros, así que será mejor que te quedes aquí con tus hermanos - le expliqué acariciándola.

Ella me abrazó y se calmó.

- Bonnie dice que va a venir con nosotros - dijo Damon poniéndome nerviosa al hacerme un masaje con sus manos.

Emma se acercó a nosotros en su forma de zorro y Alura le tocó la cara y dijo.

- Yo también quiero transformarme en animal - dijo mirándome con una tierna sonrisa.

- Tal vez aprendas cuando seas mayor - dije con ternura para volverla a dejarla en el sofá.

De pronto Damon se levantó y tiró de mi brazo para levantarme y atraerme hasta él para decir.

- Bueno, nos vamos - dijo provocando que nuestra hija nos mirara triste.

Yo le solté la mano a mi hermano y me acerqué a ella para preguntarle.

- ¿Qué te ocurre? - le pregunté.

- Quiero estar con vosotros - contestó entre sollozos.

Damon resopló, yo le miré mal y le dije a Alura.

- Ven, te voy a llevar con Nathan - le dije.

- Vale - respondió ella cogiéndose de mi mano.

Al final encontré a Nathan jugando con Ethan así que la dejé con ellos para que no se sintiera sola.

- Cuida bien de tu hermana - Ie dije a Nathan viendo cómo le cogía la mano para llevarla con él a buscar a Ethan.

- Vale, mamá, voy a cuidar bien de ella, nos vamos a divertir mucho - contestó él provocando que Alura se riera.

Yo sonreí y volví con mis hermanos.

- Hagámoslo antes en el coche - dijo de pronto Damon relamiéndose los labios.

- ¡Sí, sexo! - exclamó Alura con una sonrisa viniendo con Nathan de la mano para despedirse de nosotros.

- Muy bien - le felicitó Damon.

Yo le miré mal pero él dijo en su defensa.

- Tiene que aprender lo que es - se defendió acercándose a Alura que estaba contenta con lo que había dicho Damon.

- Yo también quiero intentarlo - le dijo Alura a su padre con una sonrisa.

- Qué mona - comentó Damon traviesamente.

- Damon, vamos - le dije tirando de su mano molesta antes de que enseñara a Alura a cómo hacer el amor.

- Mami, quiero ir con vosotros - me pidió Alura mirando a su padre con curiosidad.

- No, mejor quédate con tus hermanos - contesté mirando a Stefan para que me ayudara.

Stefan fue a cogerle la mano a Alura y Damon se molestó.

- Damon, quieres hacerlo conmigo, ¿verdad? - le pregunté molesta de la poca ayuda que me estaba dando.

- Sí - comentó rodando los ojos con molestia para coger la mano de Alura y llevarla con Stefan.

- Antes de irnos me gustaría probar un pastel que hemos hecho Stefan y yo - dije acordándome con una sonrisa.

Damon me acompañó a la cocina para ayudarme a llevar el pastel y cuando Alura lo vio lo quiso probar.

- Mami, yo también quiero - me dijo.

Damon se sirvió un trozo y le dio a probar a nuestra hija que se relamió los labios.

- Está muy rico - dijo Alura abrazando a su padre.

- Venga, pequeña diablilla, no seas pesada - le dijo Damon cogiéndole de la mano.

- Mami, toma - dijo Alura cogiendo un trozo del plato de su padre para dármelo con una sonrisa.

Damon cogió el trozo de pastel que Alura tenía en su mano y me lo dio para comerlo entre los dos aprovechando para besarme.

- Emma, ¿te apetece probarlo? - le preguntamos Stefan y yo al ver que bajaba.

- Sí - contestó dejando de mirar su móvil para guardárselo.

- Está rico, mamá - dijo cogiendo un poco de pastel del plato de Stefan.

- Nosotros también queremos, mamá - me pidieron Ethan y Nathan.

- Vale - contesté mientras Damon cortaba un trozo para Nathan y Stefan le daba un trozo a Ethan.

Fue muy bonita la escena. De pronto Nathan me preguntó.

- Mamá, ¿qué es sexo? - me preguntó.

Damon me miró sonriendo y al ver que estaba a punto de decirlo le tapé la boca y contesté.

- Un juego de mayores - contesté provocando que mi hermano mayor se riera cuando quité mi mano.

- Qué inocente eres, hermanita - comentó Damon provocando que Alura entendiera que éramos hermanos.

- Nos vamos - dije viendo cómo Alura abrazaba a Nathan con una sonrisa.

- Yo quiero que Nathan enseñe a su hermana como yo te he enseñado a ti - dijo besándome mientras íbamos hacia su coche.

- Vale, pero cuando tengan por lo menos 16 años - dije mirándole seriamente al llegar a su coche.

- Tenemos 10 minutos - dijo él abriendo el coche para meternos los dos en la parte de atrás entre besos.

- ¡Ahh! ¡Ahh! - gemí al notar sus manos recorriendo mi cuerpo.

- ¡Damon, sí! ¡Ah! ¡No pares! - gemí al notar su mano en mi entrepierna.

De pronto tuvimos que parar al notar que venía Bonnie y yo solté una carcajada para después besarlo tiernamente.

- Hola - le saludé saliendo del coche.

- Hola - contestó ella.

- Bon Bon, mi hermana y yo nos vamos a sentar en los asientos de adelante, tú siéntate atrás - dijo poniendo su mano en mi pecho para gimiera delante de Bonnie.

- Estate quieto - dije quitando su mano antes de que me pusiera caliente y gimiera delante de Bonnie.

Nos montamos delante y condujo hacia la facultad. Antes de bajarme del coche le susurré.

- Estás muy fuerte, tienes mucho músculo - le susurré al notar los músculos de su brazo.

- ¿Estás caliente? - me preguntó provocando que le diera un codazo.

- Sí, pero no sigas hablando - le susurré poniéndome nerviosa además de caliente.

Él sonrió y Bonnie salió del coche diciendo.

- Es mejor que aprendas a controlarte por ti misma ya que pronto va a empezar tu primer año en la facultad - dijo apoyándome en mi decisión.

Mi hermano me rodeó con su brazo y dijo.

- Ahh..., ya está bien de lamentos. Si yo fui a la facultad tú también puedes - dijo besándome.

Eso me sorprendió, entonces le pregunté acariciándolo.

- ¿Fuiste a la facultad? - le pregunté poniéndome tierna a la vez que lo acariciaba.

- Sí, muchas veces. Me dan morbo las hermandades - contestó haciéndome unas cosquillas.

- Mmmm... - dije ronroneando para después reírme un poco.

Él me cogió de la mano y me atrajo hasta él con una sonrisa.

- Eres un guarro - le dijo Bonnie.

- Ya te digo - contestó él con una carita tierna al mismo tiempo que yo sonreía.

Bonnie nos guió hasta una aula y nos sentamos en unos asientos que habían libres.

- ¿Es ese? - le pregunté a Bonnie.

- Sí - contestó ella.

- Está bueno - añadió.

Mi hermano me miró y le dije.

- Tú estás más bueno que él - le dije provocando que sonriera con orgullo y me rodeara con su brazo mientras yo sonreía.

- Pero en realidad, al menos en esta realidad los brujos aparecen en todas las culturas de la historia. Son los arquitectos de lo sobrenatural. De todo lo que nos asusta por las noches, de los fantasmas a los vampiros, las réplicas... - explicó el profesor.

- ¿Qué es este tío, la brujipedia? - preguntó mi hermano haciéndome cosquillas.

- Para - le dije intentando no reírme.

- Shhh..., calla, Damon - le dijo Bonnie intentando escuchar.

- Si eres escéptico lo llamarás coincidencia... - empezó a decir para que yo le dijera.

- Te has olvidado de los dioses - le dije provocando que todo el mundo me mirase.

- Ah, sí los dioses, los encargados de poner orden en el mundo, gracias... - explicó él.

- Luna - dije presentándome.

- Gracias, Luna - añadió él.

- Pero si eres creyente sabes que eso no existe - siguió diciendo.

- ¿Y si soy una destripadora realmente? - le pregunté a mi hermano preocupada por lo que me ocurrió cuando estuve con Klaus.

- No, no lo eres - contestó tranquilamente poniendo su mano en mi muslo para ponerme caliente.

- ¿Y si lo soy qué pasa? - seguí preguntándole mientras él me acariciaba mi muslo con lentitud.

- Elige víctima y lo sabremos - contestó mirándome con tranquilidad.

- Me estás poniendo caliente - le susurré apartando su mano de mi muslo.

- Es lo que quiero, hermanita - contestó él besándome.

- Los porreros no son la mejor opción. Son muy paranoicos y así te ahorras el colocón - me explicó al cabo de un rato.

- Pero todavía no consigo obligar a las personas, es muy complicado - repliqué.

- Yo te ayudaré a eso - dijo tranquilamente.

- Ella es manejable, pero está muy alerta. Las empollonas sospechan de cualquiera que sea amable con ellas - dijo señalando a una chica que estaba cerca del chico.

- La que te conviene es la rubita coqueta. Es muy creída y fácil de halagar. Solo tienes que separarla del grupo y mover ficha - dijo rodeándome con su brazo para señalar a la chica.

- ¿Interrumpo, chicos? - preguntó el profesor provocando que me soltara y lo mirásemos.

- ¿O a lo mejor es al revés? - añadió.

- Lo siento - me disculpé por los dos.

- Le estaba diciendo que me encantan los brujos aunque los dioses todavía más - añadió mi hermano diciendo lo último por mí.

- Sí, ya somos dos. Aunque, una apreciación, los dioses son demasiado controladores - dijo él.

- Sí, yo también pienso lo mismo - añadí.

- Bueno, vamos a hablar de las lecturas que no habéis hecho - dijo él provocando que nos mirásemos, yo sonriendo y él tranquilo.

- Vamos - dijo él cogiéndome de la mano al ver como la rubita salía de la clase.

En cuanto salimos él me explicó.

- Es joven y sana, se curará en un santiamén. No la pierdas de vista ¿vale? - me explicó.

- Esto no es un juego, Damon - le dije cogiéndole de la mano con nerviosismo.

- Vale, no es un juego. Es una maniobra de alto riesgo. Lánzate como hiciste la última vez. Es todo lo que tienes que hacer - dijo apretándome la mano para reconfortarme un poco.

- Tranquila, estaré cerca de ti para ayudarte - añadió tranquilizándome.

Nos soltamos la mano y me acerqué a la chica algo nerviosa y le dije.

- ¡Hola! - le dije llamando su atención.

- Estabas en mi clase, ¿verdad? - le pregunté.

- Sí, tienes razón, tú eres la chica que le ha recordado al profesor que existían además lo dioses - contestó ella.

- Es que me he despistado y no he cogido la lista de lecturas. ¿Tú la tienes? - le pregunté.

- Claro, voy a ver - contestó cogiendo su móvil para buscarlas.

Entonces me acerqué a ella para intentar obligarla.

- Esto no te va a doler. Por favor no grites - le dije concentrándome aunque no surgió efecto y mi hermano se adelantó a lo que iba a decir la chica y le obligó.

- Quédate quieta y no grites - le dijo mientras yo esperaba sintiéndome inútil.

Me acerqué a ella, miré la foto que tenía en el móvil y le pregunté.

- ¿Quién es esa? - le pregunté.

- Es mi hermana pequeña - contestó provocando que le dijera.

- Lárgate de aquí. Vuelve a clase - dije provocando que esta vez funcionara y se fuera.

Mi hermano se acercó a mí y me preguntó.

- ¿Qué estás haciendo? - preguntó.

- Es que... He visto la foto y... - le dije acercándome más a él para abrazándole.

Él rodó los ojos y dijo.

- Hermanita, todo el mundo es tío de alguien, o padre o monitor de campamento, o profesor. Necesitas alimentarte, deja de pensar. Tranquila estoy contigo, no pasará nada - me dijo.

- ¿Qué pasa? - preguntó Bonnie de pronto.

- Nada. Me está enseñando la importancia de los sentimientos - contestó mi hermano por mí.

- ¿Has hablado con el profesor? - le pregunté a Bonnie.

- Sí y dice que encontró cosas de mi abuela en su despacho y me las va a conseguir - dijo buscando una hoja.

- Ah, ojea esto - dijo dándome un panfleto sobre una fiesta de universitarios.

- Bien, la respuesta a nuestros problemas. Fiesta universitaria. Capullos a mansalva - dijo mi hermano cogiendo el panfleto para leerlo.

- Con lo que hoy vas a cenar de rechupete - añadió cogiéndome mis dos manos.

- ¿En qué plan vamos? ¿Víctimas o asesinos? - preguntó para las dos.

- Nosotras preferimos ir de víctimas - contestamos Bonnie y yo.

- Muy bien pues yo seré el asesino, vayamos de compras - dijo mi hermano cogiéndome la mano.

Nos fuimos de compras y decidí comprar mi vestido la última. Cuando salí del probador mi hermano me cogió de la mano para atraerme hacia él.

- Estás increíble, hermanita - me dijo abrazándome provocando que le gimiera al oído.

- ¡Damon! - gemí en un susurro.

- Nos llevamos ese vestido - dijo pagando.

Antes de entrar a la fiesta Damon y yo le dijimos a Bonnie.

- Ahora entramos nosotros - le dijimos entre los dos.

Ella accedió y se fue. Así que nosotros nos escondimos en un árbol y me preguntó.

- ¿Estás caliente? - me preguntó poniéndome contra el árbol.

- ¡Sí! - contesté gimiendo de las ganas.

Nos besamos y me subí en él.

- Yo también, Luna - añadió él.

- Mejor será que lo dejemos así. Necesitas cenar - dijo besándome.

- Espera, ¡ah! - le dije gimiendo para sentarnos en el suelo.

Me empecé a mover en él y me acabó bajando la cremallera del vestido para calmar nuestras ansias.

- Mmmm..., Luna, lo haces muy bien - dijo alentándome a que siguiera.

Me quitó el sujetador y me mordió un pecho.

- ¡Damon! ¡Te quiero! - gemí mientras le desabrochaba su camisa.

Al final terminamos por saciarnos entre besos y embestidas.

- Ufff... no puedo más - dije bajándome de él para descansar en el suelo pero él me dejó tumbada encima de él para que descansara.

- ¿Te ha gustado? - le pregunté sonriente.

- Sí, aunque tendríamos que haberlo hecho y haberlo hecho más rápido, en fin ya sabes... - contestó mirándome con una sonrisa traviesa.

Cogí su camisa del suelo y se la volví a abrochar al mismo tiempo que él me volvía a poner el sujetador relamiéndose los labios. Ambos nos volvimos a colocar bien la ropa y entramos a la fiesta como si no hubiera pasado nada.

De pronto se acercó un chico con un vaso de cóctel a nosotros y se presentó.

- Soy Frankie. Un modesto asesino en serie - dijo presentándose.

- Yo soy Jack. Y esta es la adorable señorita que acabo de destripar - dijo mi hermano al mismo tiempo que los dos cogíamos los dos vasos.

- Bienvenidos a la casa del crimen. Bloody Marys gratis hasta las doce. Que os divirtáis - dijo el chico.

- Borrachos como cubas y cubiertos de sangre. Venga, elige a alguien - dijo Damon mientras íbamos haciéndonos paso entre la gente hasta que encontramos a un chico que pasaba pastillas.

- Creo que tengo uno - le dije.

- ¿El empastillador? - preguntó.

Yo asentí y él agregó.

- Buena elección. A por él - agregó soltándome la mano.

Me acerqué al chico simulando que me había chocado con él.

- Lo siento - me disculpé para ofrecerle mi bebida.

- ¿Quieres? - pregunté.

- Claro - contestó con una tonta sonrisa.

Entonces me fui sonriendo y me siguió hasta otra habitación.

- Vaya fiestón, ¿eh? - dijo acercándose a mí.

Entonces lo empujé contra la pared con una sonrisa. Casualmente Chase pasaba por ahí alimentándose de chicas y al encontrarme se quiso unir y obligó al chico para que pudiéramos alimentarnos de él los dos.

Damon P.O.V

Al ver que Chase entraba donde estaba mi hermana decidí ir también para evitar que se descontrolase. Al verlos alimentándose del chico le recordé.

- Recuerda que la idea es no matarlo - le dije.

Al ver que no reaccionaba le llamé.

- Luna - le llamé algo serio.

- Luna, no te pases de la raya - dije una vez más acercándome a ella al ver que Chase se daba por satisfecho y se iba de allí.

- ¡Luna! - dije provocando que esta vez parase algo desorientada.

La aparté del chico y le dije al chico.

- Vete y olvídate de esto - le dije.

Cuando el chico se fue le dije impresionado.

- Buen estilo - le dije.

- Gracias - respondió ella con una tierna sonrisa.

- ¿Cómo te sientes? - le pregunté.

- ¡Me siento bien! - contestó contenta mientras corría a abrazarme.

- Quiero más - me susurró de una forma nueva que me puso caliente. Nunca había visto así a mi hermana.

La cogí de la mano y la llevé a bailar conmigo. Hacía tiempo que no la veía así de contenta. Obligué a una chica y los dos bebimos de ella. Cuando nos saciamos ella puso sus brazos alrededor de mi cuello para bailar conmigo.

- ¡Me lo estoy pasando muy bien! - gritó para después besarme.

Seguimos bailando hasta que Bonnie apareció y nos dijo.

- Deberíamos irnos ya - dijo ella.

Luna P.O.V

Acompañamos a Bonnie hasta su casa y luego fuimos hasta la nuestra y antes de entrar le agradecí.

- Me lo he pasado muy bien hoy. Gracias - le agradecí.

- No hay de qué, hermanita - contestó con una sonrisa.

Entramos los dos a casa y Stefan estaba preparándoles la cena a los niños que al parecer le habían crecido sus colmillos. Únicamente quedaba Alura.

- Mami, papi - nos llamó la pequeña acercándose a abrazarnos.

- ¿Se sabe algo del cazador? - le preguntó Damon.

- No, nada nuevo - contestó él.

- Pues vaya fracaso de día - comentó Damon cogiendo a Alura en brazos.

- Oye, no seas molesto - le dije a modo de regañina.

Él rodó los ojos y les pregunté.

- ¿Cómo estáis? - les pregunté.

- Estamos bien, mamá - contestó Emma por todos.

Eso me hizo sonreír. Stefan se acercó a mí y lo abracé sonriendo.

- Te quiero - le dije besándole. Entre tanto, Damon estaba dejando a nuestra hija al lado de sus hermanos.

- Contadme, ¿qué habéis hecho? - nos preguntó Stefan.

- La he llevado a una fiesta universitaria y le he enseñado a contenerse y esta vez lo ha hecho muy bien - contestó Damon por mí cuidando de Alura.

- Nos lo hemos pasado muy bien - añadió besándome para que no pudiera contestar.

- Os he echado de menos - dijo Alura algo triste.

- Mamá, nos lo hemos pasado muy bien, nos hemos divertido mucho - dijo Nathan mientras Alura la miraba con unos ojitos tiernos. Entonces yo le sonreí a Damon con orgullo y él me dijo tranquilamente.

- Seguro que cuando sea adolescente será una supervampira y tendrá a todos los chicos encima suya, al igual que tú - dijo diciendo lo último refiriéndose más a Alura que yo.

- Vamos a dejarlo en que sea una vampira - le contesté susurrándole para coger nuestra hija en brazos y llevarla a dormir con sus hermanos, que ya habían terminado de cenar.

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