⚠️Capítulo 5 Y... vuelta a empezar.⚠️

Dedicado a: Duquesa83

- No puedo poneros en peligro. Así puedo ser vuestra espía y trasladaros información de Klaus - explicó.

- Visto desde ese punto de vista... Pero aún así no puedes irte sin más - comenté.

Aún así ella estaba decidida a irse. Así que se despidió de mí con un abrazo y después de que la soltara se fue.

Entré de nuevo y fui a abrazar a mis hermanos.

- Como te vea tu padre me lo reprochará eternamente - se quejó mi madre viendo como abrazaba a mis hermanos.

- Ya se me curará - contesté sonriendo.

- No os durmáis tarde - nos dijo mi madre para después irse a su habitación.

Solté a mis hermanos y Damon le preguntó a Stefan.

- ¿Podemos hablar de por qué Luna tiene herida la muñeca derecha? - le preguntó a Stefan mirándonos a los dos.

- ¿De..., de qué hablas, Damon? - le pregunté mirando a Stefan con algo de nerviosismo.

- Ya he dicho que ha sido un accidente - añadí.

- Dame la mano - me pidió Stefan que había cogido un vendaje.

- Vale - contesté tendiéndosela.

Él me la cogió con sumo cuidado y me colocó el vendaje intentando no hacerme daño.

- Vamos a dormir - les pedí.

- ¿Y cómo ha pasado "ese supuesto accidente"? - siguió preguntando Damon.

- Luna, no hace falta que des la cara por mí - me dijo mirándome arrepentido.

- He sido yo - confesó.

Rápidamente me puse delante de él para protegerlo de Damon.

- Damon, tranquilo, podemos explicarlo - empecé a decir.

- ¡¿Qué le has hecho a nuestra esposa?! - le preguntó entre gritos.

- Ehhh..., ¿y si ahora nos vamos a dormir y mañana lo hablamos? - les propuse.

- Tú no vas a dormir con él - me prohibió Damon sujetándome de la mano.

- Damon, por favor, no te enfades con él - le pedí.

- Pues lo siento por ti, porque hoy lo vamos a hacer a mi manera - me contestó.

- ¡Damon! - me quejé.

- Por favor - le pedí con tristeza.

- Déjame dormir con él. Hacía mucho tiempo que no lo veía. Te prometo que no me hará daño, ¿verdad? - seguí diciendo al mismo tiempo que miraba a Stefan que asintió para darme la razón diciendo.

- Sí, voy a cuidar de ella - dijo.

- No os acosteis tarde - dijo Damon soltándome la mano para irse seriamente.

- Por fin - suspiré abrazándole.

- Vamos a dormir - dijo besándome.

- Hay una cosa que no entiendo. Ya debería de haberse curado tu herida - comentó mientras entrábamos a la habitación.

- No sé - contesté encogiéndome de hombros.

Me quitó el vestido y nos tumbamos juntos.

- Siento haberte hecho daño - se disculpó.

- Si Klaus se enteraba de que todavía te quería quién sabe lo que podría haber hecho - añadió.

- No, yo también siento haberte intentado clavar un dardo de verbena en la espalda - me disculpé algo cansada.

- Duérmete. Yo me ocupo de todo - me dijo arropándonos.

Me acurruqué junto a él y me acarició hasta que me quedé dormida.

Stefan P.O.V

A la mañana siguiente me desperté antes que ella y me quedé mirándola cómo dormía. Era guapísima y en la cama durmiendo se la veía tan tierna...

De pronto se despertó quejándose.

- ¡Ayy! - se quejó.

- ¿Qué te pasa? - le pregunté.

- Me he quemado con el colgante - contestó.

- Quítatelo - le dije recogiéndole su pelo para ayudarle a quitárselo.

Al momento empezó a hacer chispas y se me cayó al suelo. Lo recogí y lo dejé en su mesita de noche.

- ¿Estás bien? - me preguntó preocupada por mí.

- Sí, tranquila - contesté acariciándola.

- ¿Me dejas ver tu muñeca? - le pregunté.

- Claro - contestó enseñándome su muñeca.

Todavía estaba marcada, algo hinchada y le habían aparecido unos cuantos moretones.

- Ehhh..., ya no me duele tanto - me dijo acariciándome con una sonrisa.

- No es verdad - negué.

Ella me miró y fue dejándome besos con delicadeza desde mi mano hasta mi hombro. Eso bastó para ponerme caliente.

Pero Damon entró y nos estropeó el momento.

Luna P.O.V

- Buenos días, dormilones. Hoy tenemos que ir a la comida de los Lockwood. Así que espabilad porque hay que llevar algo de comer - explicó entrando a la habitación y pillándonos justo cuando íbamos a empezar a hacerlo.

Yo estaba encima de Stefan.

- ¡Damon! - me quejé.

- ¿Te apetece que hagamos un trío? - me preguntó lanzándome una miradita provocativa para ponerme caliente.

Agarré las sábanas frustrada para taparnos a Stefan y a mí.

Damon se acercó a nosotros y me miró a mí.

- Vamos, sé que tú quieres - me pidió.

- Damon, no la presiones - le dijo Stefan.

- Estoy cansada - contesté.

- En otro momento, si os apetece lo hacemos - añadí bajándome de Stefan.

Cuando los dos me vistieron bajamos a la cocina y nos pusimos a hacer chili.

- ¿Por qué te empeñas en llevar chili a la fiesta? - preguntó Damon cortando unas verduras.

- Damon - le llamó Stefan.

- Todo el mundo lleva chili - siguió diciendo a la misma vez que me pasaba las verduras que había cortado.

- ¿Y por qué no? A mí me gusta - contesté echándolas a la olla con una sonrisa.

- Ya lo sé, por algo eres mi hermana y mi esposa - comentó Damon mirándome de manera cómplice.

- Vuestra esposa - añadí mirándolo algo molesta.

Entre los dos terminaron de cortar las demás verduras y entre los tres las echamos en la olla.

- Seguid vosotros. Tengo que hacer una cosa - dijo Damon en cuanto leyó un mensaje de su móvil.

- Vale - contesté.

Stefan y yo terminamos de preparar el chili, nos arreglamos y esperamos a Damon en la entrada de la mansión de los Lockwood. Lo primero que hizo al llegar fue cogerme en brazos para besarme como si solo le perteneciera a él. Era muy molesto cuando se ponía así.

- ¿Cómo llevas tu muñeca? ¿Está mejor? - me preguntó cuando me volvió a dejar entre los dos.

- Sí, ya no me duele tanto - contesté enseñándosela.

- Está algo torcida - comentó para encajármela de nuevo en su lugar.

- ¡Ahhh! - me quejé por el dolor.

- ¡Eres un idiota! Tenías que haberme avisado - me quejé frustrada.

- Ohh..., hermanita, no seas tan quejica - contestó provocándome con la mirada.

Estaba algo molesto así que me pegué a su brazo y le pregunté.

- ¿Qué te pasa? - le pregunté algo más calmada.

- Es por Stefan. Te ha hecho daño conscientemente - contestó preocupado por mí mientras entrábamos los tres.

- Ha sido sin querer - le defendí viendo cómo venía la madre de Caroline.

- Damon, va ha empezar la reunión del consejo - le dijo haciendo que lo soltara.

- Por fin - suspiré cuando se fue Damon.

- Creía que nunca nos dejaría solos - añadí.

- ¿Estás bien? - le pregunté al notarlo nervioso.

- ¿Te acuerdas del collar de verbena?, pues era de Rebekah Mikaelson. Tú debes de conocerla, pasaste un tiempo viviendo con los originales - me explicó.

- Ah, sí. Como la odio. No hay nada en este mundo que odie tanto como a ella. Mejor dicho, ella es la única persona que odio en este mundo - dije.

- Solo nos ayudábamos si nuestros intereses coincidían, quiero decir, cuando queríamos matar a Klaus o ir a por él - añadí.

- Pues Klaus necesita el collar para traer de vuelta a la bruja original - siguió diciendo.

En ese momento si hubiera estado bebiendo algo lo habría escupido entero.

- ¡¿Qué?! - exclamé.

- Imposible - añadí.

- Pues es la verdad - contestó.

- Oye, tengo que decirte una cosa - empezó a decir con miedo.

- No te preocupes puedes decirme lo que sea - contesté acariciándole.

- Pues, en el pasado Rebekah y yo salimos - me dijo tragando saliva.

- No pasa nada - contesté besándole con una sonrisa.

- Al parecer Klaus me hizo olvidar y luego cuando volvimos a Chicago me lo ha hecho recordar - me explicó.

Estuvimos paseando juntos cogidos de la mano, probando el chilli que había traído la gente hasta que se hizo tarde y me encontré con Caroline. Entonces me dejó estar un rato con ella.

- Así que al fin lo has encontrado - comentó cuando mi hermano se fue.

- Exacto - contesté sonriendo.

Las dos estuvimos juntas hablando hasta que vino de nuevo mi hermano.

- Dime que nos vamos ya - dijo cogiéndome la mano.

- Por fin ¿Dónde está Damon? - le pregunté.

- En algún sitio haciendo sus salvajadas de siempre - contestó Caroline.

- Soy la sincera del grupo - se defendió yéndose en cuanto vio a alguien.

- ¿Qué pasa? - le preguntamos Stefan y yo.

- Es mi padre - contestó nerviosa.

Stefan y yo lo miramos y le pregunté.

- ¿Por qué se ha presentado aquí? - pregunté.

- No lo sé. Pero no puedo... - contestó.

- Lo entiendo - dije.

- Luego te llamo - añadí.

- Vale - contestó yéndose.

- Oye, ¿de qué va todo esto? - preguntó mi hermano.

- Hablando de los que hacen salvajadas... - comenté indicándole con mi cabeza que me siguiera hasta la salida.

Al poco rato de salir salió Damon y dijo.

- Esperad, Houston, tenemos un problema - dijo saliendo.

- ¿Dónde estabas? - le pregunté.

- Controlando a Bill Forbes - contestó.

- Por lo visto es inmune a las órdenes - añadió.

- ¿Cómo? - preguntó Stefan.

- No tengo ni idea. Amenazó con delatarme, y no hagáis bromitas con el tema - explicó.

- ¿Qué le has hecho? ¿Cómo sabes que es inmune a tus órdenes? - pregunté.

- Esa no es la información más importante que he dicho, Luna - dijo mi hermano molesto.

- ¿Y qué quiere? - preguntó Stefan.

- Pues controlar el consejo. Dice que es su obligación - contestó Damon.

- Quiere poner verbena en el suministro de agua - se quejó.

- Estamos todos muy nerviosos, ¿por qué no vamos a tomar algo y nos relajamos? - propuse rodeándolos con mis brazos.

- Vamos a la cama - me pidió Damon dándome de beber su sangre.

Y sin saber por qué, me puse a cien.

Stefan P.O.V

- ¿Qué haces, Damon? - le pregunté a Damon cogiendo la mano de nuestra esposa algo molesto por lo que había hecho.

- Solo para animarla un poco - contestó mirándola divertido.

- Querrás decir para ponerme caliente - le corrigió dejándome besos en mi mano.

- Lo que tú digas, hermanita - contestó haciéndole cosquillas para que se riera.

- ¡Damon! - se quejó entre risas.

- Vámonos a casa - dije haciendo que ella se pusiera detrás de mí entre risas para evitar que Damon le hiciera más cosquillas.

- Vale - contestó sonriéndome para cogerse de mi brazo.

Por el camino entre Damon y yo intentamos hacer reír a nuestra hermana. Cuando llegamos a casa todo cambió, Damon movió ficha. Fue a por ella y la apartó de mi brazo para ponerla contra la pared de la entrada y empezar a bajarle la cremallera del vestido.

- ¡Damon! - gimió.

Él se apartó de ella relamiéndose los labios y yo fui a por ella.

Le di la vuelta haciendo que ella me mirase a los ojos y me besara cogiéndose del cuello de mi camisa.

Me volteó y ahora era yo el que estaba contra la pared. Damon se fue y al cabo de un rato mientras nosotros seguíamos besándonos apareció con una bolsa de sangre para dársela a nuestra hermanita que estaba sedienta.

- Bebe - le dijo mostrándole la bolsa.

- ¡Sangre! - gritó apartándose de mí para beber de la bolsa sacando sus colmillos.

- Es sangre fresca, la cogí del hospital ayer para ti - le explicó.

- Con razón estaba tan buena - comentó relamiéndose sus labios repletos de sangre.

Se acercó a mí y me besó. Pasé mi lengua por sus labios y probé un poco de la sangre que quedaba por sus labios.

- ¿Damon, qué has hecho para conseguir esta sangre tan buena? - le pregunté.

- He ido al hospital y la he robado - contestó.

- Es obvio, ¿no? - añadió.

De pronto Luna se tiró conmigo al suelo entre risas. Pero su padre bajó y le cogió su mano para apartarla de mí.

- ¡Aguafiestas! - se quejó nuestra hermana.

- Déjame estar con mis hermanos. No finjas que ahora me quieres - dijo enfadada mientras yo me levantaba del suelo.

- Te quiero y siento haberte dejado sola cuando eras pequeña - se disculpó abrazándola.

- Yo también te quiero - le contestó nuestra hermana abrazando a su padre.

Se separó de él y volvió con nosotros.

- Buenas noches, mi pequeña - se despidió su padre de ella.

- Buenas noches - se despidió Luna dándome la mano.

Cuando se fue Luna me besó y dijo.

- Sigamos haciéndolo - dijo besándome.

Damon la cogió en brazos y fue con ella hasta nuestra habitación.

Al llegar a la habitación la dejó en el suelo y me acerqué a ella para besarla.

Damon me separó de Luna y la empujó a la cama. Le quité su vestido y Damon le quitó su ropa interior.

Luna corrió las sábanas con su mente y nos tumbamos en la cama. Allí ella nos quitó la ropa a los dos.

Luna P.O.V

Damon me besó, me subí encima de Stefan y Damon se subió encima de mí.

Damon me mordió el cuello y besé a Stefan para evitar que mis padres me escucharan gemir.

Damon empezó y no me pude contener. Entre tanto, Stefan me besaba y me masajeaba mis pechos.

- ¡Ah! - gemí.

- Chicos, me estáis matando - seguí diciendo entre gemidos disfrutando del placer.

De repente Damon paró, se bajó de mí y me bajó de Stefan.

- ¿Por qué paramos? - pregunté molesta con Damon.

Él no me contestó simplemente me besó y se subió encima de mí.

- ¡Damon! - me quejé.

Él me mordió el labio y gemí molesta.

- ¡Damon! - gemí molesta.

Me abrazó y lo hicimos con rapidez.

- ¿Esto es lo que querías? - me preguntó saliendo de mí cuando me vine.

- Sí. Gracias - contesté molesta al recuperar el aliento.

Él me hizo cosquillas y me reí un poco.

- Está bien - contesté entre risas.

- Ahora me toca con Stefan - añadí acariciando su mejilla.

De pronto me llegó una notificación al móvil. Era un mensaje de Leah, que explicaba que había luchado contra su oscuridad para mandar el mensaje que decía que Klaus vendría mañana a Mystic Falls.

- Tenemos un problema - dije preocupada cuando volví a dejar el móvil con mi mente encima de la mesa.

- Klaus, va a venir a Mystic Falls mañana - expliqué.

- Me lo ha dicho Leah - añadí.

- Pues estaremos preparados - contestó Damon besándome.

Me subí encima de Stefan y le besé con todas mis fuerzas.

- Te quiero - le dije abrazándolo.

Ambos empezamos a movernos y Damon decidió irse a su habitación para dejarnos a solas.

- ¡Stefan! - gemí cuando me mordió mi labio.

- ¿Cómo tienes la muñeca? - me preguntó mordiéndome en el cuello.

- ¡Mejor! - contesté soltando un gemido.

Stefan P.O.V

Me volteé y me agarré a sus hombros para hacerlo como a ella le gustaba. Con rapidez.
Al cabo de un rato cambié de táctica por una que le gustaba más. Puse mis manos en sus pechos y lo seguimos haciendo.

Esta vez lo hice lentamente para hacer que soltara esos gemidos tan tiernos cuando lo hacíamos lentamente. Arqueó su espalda y empezó a gemir lentamente con suavidad.

- ¡Stefan! - gimió dulcemente mirándome con sus ojos llenos de deseo y pasión. Aunque también había algo de curiosidad en esa mirada. Curiosidad por saber qué sería lo próximo que le haría.

Le lamí la mejilla mientras lo hacíamos lentamente y empezó a reírse.
Entonces decidió copiarme y lamerme mi mejilla también.

Le apreté uno de sus pechos con fuerza y gimió.

- ¡Ah! - gimió a modo de quejido entre lágrimas. Me había pasado.

- Lo siento - me disculpé intentando no gemir para que me entendiera.

Ella me sonrió con ternura y lo dejó estar.

Al cabo de un rato Damon se cansó de esperar y vino a la habitación de nuevo. Nosotros lo estábamos haciendo lentamente.

- ¡Stefan! - siguió gimiendo cuando le lamí cerca de sus pechos.

- Ya es muy tarde. Ya va siendo hora de que durmamos - dijo Damon haciendo que Luna me abrazase para que siguiéramos haciéndolo a pesar de que estaba Damon.

- Ohh..., ¿nuestra esposa tiene ganas de jugar? - preguntó de broma haciendo un puchero.

Se metió en la cama y Luna se quejó.

- Damon, déjanos un rato más - se quejó Luna en cuanto decidí parar.

Me bajé de ella y dejé que se quedara entre nosotros para que pudiéramos dormir.

Luna lamió a Damon para intentar que se riera y se lo siguió pidiendo.

- Venga, amor, por favor - siguió pidiéndoselo.

Damon contraatacó y empezó a hacerle cosquillas así que yo también decidí unirme.

- Damon, Stefan, parad - se quejó entre risas moviéndose por la cama como podía para evitar que le hiciéramos cosquillas.

- ¿Ahora qué, cielo? - le preguntó Damon provocándola.

Al final besó a Damon y decidió calmarse.

- Tenéis razón. Tenemos que descansar - dijo al final.

- Os quiero - nos dijo acurrucándose junto a nosotros.

Damon y yo la abrazamos y ella le desabrochó la camisa a Damon para dejarla por el suelo.

Después decidimos acariciarle hasta que se quedara dormida provocando que ronroneara gustosamente y nos rodeara con sus brazos.
Al dormirse nos dormimos nosotros al cabo de un rato observando cómo dormía nuestra esposa.

Luna P.O.V

A la mañana siguiente me desperté y Damon estaba durmiendo tiernamente sobre mí, cerca de mis pechos y Stefan estaba durmiendo también sobre mí pero cerca de mi entrepierna.

Eso me puso caliente.

Damon me empezó a chupar un poco un pecho y me resistí a gemir para que pudieran seguir durmiendo. Pero él insistió y me lamió. Entonces fue cuando gemí.

- ¡Ah! - gemí.

- Creía que estabas dormida - dijo mirándome traviesamente.

- ¿Estabas despierto? - le pregunté acariciando su pelo.

Él asintió lamiéndome el pecho.

- Mucho antes que tú, pequeñaja - añadió haciéndome una pequeña caricia.

Stefan me lamió y gemí.

- ¡Ahh! - gemí. Ahora sí que me estaba poniendo caliente.

Stefan se despertó y me llegó una notificación al móvil pero no podía cogerlo. Así que Stefan lo cogió por mí y me lo dio.

- No tengo ni idea de cómo he llegado ahí - comentó confuso a la misma vez que yo cogía mi móvil con una sonrisa.

Era Elena, en su mensaje decía que como era el último año de instituto iban a hacer esta noche la noche de las bromas que decidimos hacer desde que éramos novatos así que hoy teníamos que prepararlo todo para esta noche.

- Vamos a hacer la noche de las bromas esta noche, todavía tenemos mucho tiempo - les expliqué acariciándolos.

- Quedémonos más rato en la cama - añadí.

- Tenemos que ver cómo están los niños - dijo Stefan haciendo que me acordase.

- ¡Es verdad, los niños! - exclamé acordándome.

- Quédate con Damon en la cama, yo traigo a Nathan y a Emma - me dijo acariciándome.

- Yo que tú no tocaría a Nathan si no quieres vértelas conmigo - le amenazó Damon enseñándole sus puños.

- ¡Damon! - me quejé.

- Es nuestro hijo, Luna - se defendió besándome.

- Bueno, ¿qué tal si vamos los tres? - les propuse.

Ambos accedieron y cuando nos vestimos los tres bajamos a ver cómo estaban los niños. Así que fuimos a la habitación de mis padres.

- Hola - les saludé.

Ellos ya estaban despiertos.

- Hola - me contestaron.

Emma y Nathan estaban durmiendo abrazados en la cuna.

Separé a Nathan de Emma y les di de beber sangre a los dos. Pero de repente tuve que parar y agarrarme a la cuna porque me dio un mareo.

Mis hermanos se dieron cuenta y acudieron a mí. Ambos me sujetaron y Stefan me dio un poco de su sangre para que se me pasara el mareo.

Damon fue a por tres bolsas de sangre y nos las repartimos para desayunar.

- ¿Qué vais a hacer hoy? - preguntó mi madre.

- Vamos a comprar cosas para la noche de bromas en el instituto - contesté sonriendo.

- Yo creo que me voy a quedar en casa cuidando de Nathan. Si ocurre algo me avisas - dijo Damon.

- Vale - contesté.

- Yo si quieres te ayudo a comprar las cosas - se ofreció Stefan.

- Vale - contesté cogiendo su mano.

- Adiós - nos despedimos Stefan y yo.

Fuimos a comprar varias cosas que acordamos comprar entre todos y el resto del día lo pasamos juntos.

A la hora de comer fuimos al Mystic Grill a comer algo de comida normal y después volvimos a casa para arreglarnos.

- Hola, cielo - me saludó Damon cuando entramos.

- Hola, amor - le respondí besándolo con una sonrisa.

- ¿Ya volvéis? - nos preguntó.

- Volvemos para arreglarnos - contesté subiendo las escaleras con Stefan de mi mano.

Me puse una blusa y una falda y Stefan una camisa y pantalones.

Al terminar de arreglarnos en cuanto nos despedimos de Damon, Emma, Nathan y mis padres nos fuimos al instituto donde habíamos quedado con los demás.

Solté la mano de Stefan y miré en mi móvil a ver si habían dicho algo por el grupo de las amigas. Cuando levanté la mirada Stefan no estaba.

Por más que le llamara no me contestaba, ni siquiera podía localizarlo por el olor. Decidí entrar cuando vi un mensaje de Elena diciendo que estaban dentro.

Estaba todo oscuro, no se oía nada, pero aún así pude seguir el rastro de la colonia de Elena hasta una sala que también estaba oscura pero que gracias a mis poderes pude ver que estaban escondidos detrás de las mesas Elena, Caroline, Bonnie y Tyler. Aún así mis poderes no evitaron que me tropezara con unas trampas para ratones que pusieron por el suelo.

- ¡Venga ya! ¿En serio? ¿Sabes lo que nos ha costado prepararlo? - se quejó Caroline.

- ¿Cómo has podido encontrarnos tan rápido si Elena no te había dicho en que clase estábamos? - preguntó Tyler.

- ¿Suerte? - contesté encogiéndome de hombros.

- Me vale - contestó Tyler convencido.

- Bueno, no hay tiempo para eso. Stefan ha desaparecido - les expliqué viendo cómo Tyler se levantaba e iba a coger unos rollos de papel de aluminio para salir de la clase.

- Estaba mirando el mensaje que me habías mandado y cuando levanté la mirada del móvil había desaparecido - añadí preocupada.

- Caroline y yo vamos a buscarlo fuera vosotras podéis buscarlo por el instituto - sugirió Bonnie.

- Vale - contestamos Elena y yo.

Salimos de la clase y decidimos dividirnos. Yo buscaría por la derecha y ella por la izquierda.

Estuve mirando en las clases y por el pasillo hasta que me topé con una puerta que daba al comedor. Tras la puerta estaba Klaus algo malhumorado.

- Aquí está mi híbrida preferida - comentó al verme.

- ¿Y mi hermano? ¿Qué has hecho con él? - le pregunté enfadada.

Sin embargo él me agarró de la muñeca y noté que me estaba debilitando. Tenía kriptonita celestial.

- Me has desmontado los planes, cariño - dijo llevándome de la muñeca a algún lugar.

- Lo de romper la maldición y convertirme en híbrido era para crear más híbridos. Y viendo que no puedo hacerlo empiezo a pensar que tiene algo que ver con que resucitaste a Jenna y la mandaste a Europa con vuestro sobrino Zach, que Elena está viva y tú no tienes ese problema con la sangre humana - siguió diciendo.

- ¿Qué quieres de mí? - le pregunté sin miedo.

- Muchas cosas. Pero antes te haré sufrir como castigo por ser una diosa rebelde - contestó mientras entrábamos al gimnasio.

- ¿En serio? - contesté por lo último fingiendo estar sorprendida.

Allí empezó a decir.

- ¡Los de último año! ¡Os hemos pillado, es oficial! Se acabaron las bromitas - dijo.

- Todos a casa - añadió haciendo que todos los que estaban preparando bromas se fueran del gimnasio quejándose a la misma vez que recogían.

Chad y Dana que se iban a ir, Klaus los paró diciendo.

- Vosotros dos. Os recuerdo - dijo.

- Perdona. ¿Quién eres? - preguntó Dana.

- La última vez que me visteis no estaba en mis cabales - contestó.

- Levanta un pie, Dana - le dijo obligándola a hacerlo.

- Si baja el pie, Chad, pégala hasta matarla. ¿Queda claro? - le obligó a Chad haciendo que asintiera.

- No, Klaus. No tienes que hacer más daño - le dije.

- Vamos, cielo. Claro que sí - contestó.

- ¿Dónde está Stefan? - le pregunté.

- Está tomándose un descanso - contestó.

Dana estaba agotada, no podía más pero de pronto llegó Bonnie de imprevisto y Klaus dijo.

- Por fin, ya era hora. Dana, ¿por qué no te relajas? Siéntate ahí con Chad - le dijo.

- Quiero que busques la solución - le dijo a Bonnie.

De repente apareció Rebekah con Tyler.

- Os presento a mi hermanita, Rebekah - dijo mientras veíamos que Tyler forcejeaba con Rebekah.

- Y os lo advierto, puede ser perversa - añadió sonriendo.

- Y tanto - agregué molesta entre dientes.

Rebekah le entregó a Tyler.

- Déjalo en paz! - grité.

- Cuanto tiempo, Luna - me saludó mirándome.

Su mirada era molesta pero aún así decidí callarme e ignorarle.

- Os lo explicaré, es muy simple. Cada vez que intento convertir a un hombre lobo en un vampiro híbrido, muere durante la transición - explicó.

- Es deplorable, la verdad - añadió mordiéndose su muñeca para darle de beber a Tyler.

- Encuentra la forma de salvar a mis híbridos, Bonnie - siguió diciendo.

- Y por el bien de Tyler, date prisa - añadió rompiéndole el cuello y haciendo que cayera al suelo.

- No está muerto, tiene la sangre de Klaus - expliqué al ver que estaba preocupada.

- Venga, ve a consultar tus grimorios y encantamientos - le dijo a Bonnie.

- Yo me quedo con Luna para asegurarme - añadió provocando que Bonnie me mirara preocupada por mí.

Asentí y ella se fue.

- Llévate de aquí al hombre lobo - le dijo a Rebekah.

Ella sonrió y se llevó a Tyler del gimnasio a rastras.

Estaba sentada algo asustada cuando de repente entró Leah con Stefan de la mano. Stefan estaba herido así que lo primero que hice fue levantarme e ir corriendo tras él que estaba muy preocupado por mí.

- Al fin, Leah - dijo sonriendo.

Me acerqué a él. Leah soltó a Stefan y lo abracé entre lágrimas.

- Ha llamado a Damon - explicó Leah viendo cómo nos abrazábamos.

- Bien, cuantos más mejor. La familia Salvatore reunida en un mismo lugar - comentó divertido.

Klaus se acercó a Stefan y yo me puse delante de él para protegerlo.

- Aparta, querida - me dijo.

- No - me negué extendiendo mis brazos.

Me apartó de un manotazo provocando que cayera al suelo previamente debilitada por la kriptonita celestial. En ese mismo momento llegó Damon, que al verme en el suelo, algo débil, enfureció.

- ¡No te acerques a Stefan! - le grité a la misma vez que Damon me ayudaba a levantarme.

- Damon, haz algo, por favor. ¡Protege a nuestro hermano! - le supliqué llorando.

- Lo primero eres tú - contestó.

Si había algo en lo que estaban de acuerdo Damon y Stefan, era en mi protección. Me abrazó y Klaus se acercó a Stefan. Le cogió del cuello y le dijo obligándole con la mente.

- Harás lo que yo te diga, cuando lo diga. No huirás. No te esconderás, simplemente vas a obedecer - dijo obligando que se quedara quieto mientras yo forcejeaba con Damon para que me dejara ir a proteger a Stefan.

- Qué pena - comentó Leah divertida.

- Mátalos. Destripador - le dijo señalando a Dana y Chad.

- ¡No! - grité.

- Deja a mi hermano, por favor - le supliqué llorando.

- Ohh..., esto no me lo esperaba. Una diosa llorando - comentó mirándome divertido.

Damon estaba a punto de estallar y yo no podía dejar de derramar lágrimas de preocupación y tristeza por nuestro hermano.

- A lo mejor puedo obligarle - le dije mirando entre lágrimas a Damon que sin embargo no me soltó de sus brazos.

Y ocurrió. Stefan mató a Dana y a Chad alimentándose de ellos.

Ambos estábamos furiosos, yo por lo que Klaus le estaba obligando a hacer a Stefan y Damon, que estaba peor que yo, porque estaban haciéndonos daño a mí y a Stefan, que éramos sus hermanos pequeños.

De pronto apareció Rebekah que estaba furiosa.

- Tiene mi colgante - dijo entrando furiosa.

- Es verdad, se me olvidó decíroslo - intervino Leah.

- Vaya, vaya, más mentiras - comentó Klaus.

- Ya no lo tiene - dijo Damon poniéndome detrás de él.

- ¡Mentira! - gritó Rebekah furiosa.

- No, es verdad. Lo robó Katherine - explicó Leah.

- ¿Todavía seguís con vuestra patética amistad? - preguntó Klaus.

- No es patética. Te recuerdo que gracias a ella y la profecía estoy de vuestra parte - contestó Leah mientras Damon me abrazaba.

- Pues qué mala suerte. El colgante le facilitaría mucho las cosas a vuestra bruja, pero si queréis hacerlo por las malas... - siguió diciendo Klaus ignorando lo que había dicho Leah.

- Voy a poner un tiempo, ¿vale? - explicó acercándose al cronómetro.

- Veinte minutos. Si Bonnie no me da una solución para entonces, quiero que vuelvas a comer, solo que esta vez la sangre será la de vuestra hermana - dijo haciendo que Damon me abrazara con más fuerza.

- Déjale en paz - le pedí.

Él ignoró mi petición y añadió.

- Que nadie salga. Si intenta huir, mátala - añadió divertido por lo último.

Sabía que por muchas veces que me mataran no podía morir realmente si no era por kriptonita celestial.

Cuando se fueron Rebekah, Klaus y Leah Damon me soltó.

- No me va a pasar nada. No puedo morir si no es por kriptonita celestial - dije intentando suavizar las cosas.

- Stefan, no le vas a hacer daño, a ella no. Es nuestra hermana pequeña y ahora nuestra esposa - intervino Damon.

Ya no quedaban más que segundos.

- Ojalá pudiera, pero la orden es demasiado fuerte - dijo Stefan preocupado por mí.

- Damon, llévatela - añadió.

- Vete, yo intentaré retenerlo lo suficiente como para que te dé tiempo a escapar - me dijo mirándome serio al ver que ya había sonado el cronómetro.

Sin embargo, yo no le hice caso. Miré a Stefan y le intenté obligar con mi mente.

Stefan P.O.V

Mi hermana me miró y me dijo obligándome.

- Olvida lo que te ha dicho Klaus - dijo anulando la orden.

Sin embargo, algo no iba bien, había conseguido anular la orden pero no parecía que se encontrara bien. De repente cayó al suelo y entró Klaus que pensaba que había cumplido con su orden. Aunque para su sorpresa no fue así.

- Esto sí que no me lo esperaba. Una diosa híbrida anulando la orden de un vampiro original - comentó mirando cómo Damon la cogía en brazos.

- Si no queréis que el amigo de Luna muera dadme un poco de su sangre - nos dijo.

- Venga, sé que si despierta Luna y se encuentra con su amigo muerto se pondrá triste y vosotros no queréis verla triste - añadió chantajeándonos.

De nada sirvió negarnos porque entró Leah que se puso a susurrar cosas que no entendimos haciendo que de pronto apareciera un tubo con lo que se suponía que era la sangre de Luna.

- Pobrecita, ya debería estar despierta - comentó Leah con una cara falsa de pena.

Leah le entregó el tubo a Klaus y se fueron.

- Voy a llevarla a casa. Tú encárgate de cubrirnos - dijo Damon mirándola con pena.

- Vale - dije acercándome a ella para besarla y despedirme de ella.

Damon P.O.V

Cuando Stefan se despidió de Luna me la llevé en brazos hasta donde se suponía que había dejado el coche aunque no estaba. Me giré y me encontré con Leah.

- Hola, Damon. No quiero hacerte daño. Dame a Luna y todo irá bien - aseguró.

- Ni hablar - me negué.

- Vale, Damon, que conste que lo he intentado por las buenas - dijo.

- Dame a Luna - me obligó.

Por más que quería negarme no podía. Al final Leah se llevó a Luna sin que pudiera impedirlo.

Luna P.O.V

Me desperté en la camilla de un hospital enchufada a unas máquinas. Me encontraba muy débil. Me intenté incorporar lentamente y una enfermera vino para impedírmelo.

- Tengo que irme de aquí - dije débilmente.

- Ni se te ocurra. Has perdido mucha sangre - me explicó haciendo que me diera cuenta de que junto a mí había una bolsa de sangre con mi nombre.

- Espera, ¿me estás sacando sangre?- pregunté algo asustada.

- Pues claro. Es muy importante para tu amigo Klaus - contestó inyectándome un líquido verde que suponía que era kriptonita celestial.

Intenté resistirme pero los efectos acabaron dejándome otra vez inconsciente.

Damon P.O.V

Cuando reaccioné decidí irme corriendo siguiendo el rastro de Luna hasta el hospital sin perder el tiempo en avisar a Stefan. Al llegar al hospital me encontré con Klaus.

- Mira quién se ha decidido a rescatar de nuevo a la diosa - comentó girándose para que viera que estaba sonriendo.

- ¿Dónde está? - le pregunté tajante.

- Está haciendo una donación para una buena causa - contestó haciéndome entender que le estaban sacando sangre.

- No te metas en esto - dijo intentando pararme.

- Tendrás que matarme - contesté provocando que me sujetara del cuello y me pusiera contra un coche.

- No quieres saber nada de lo que ha averiguado Katherine sobre Mikael - solté a regañadientes sabiendo que Katherine había estado llamándome para contarme cosas que averiguaba sobre los Originales.

Eso le había enfadado porque me separó del coche y me lanzó contra otro para que acabara en el suelo algo dolorido.

Al levantarme Klaus se había ido así que decidí entrar al hospital para buscar a mi hermana. Cuando di con su habitación corrí hasta ella. Estaba inconsciente y enchufada a unas máquinas que intenté desconectar para hacer que se despertara poco a poco debilitada y me llamara.

- Damon - me llamó entreabriendo sus preciosos ojitos azules.

- Hola - le contesté cogiéndola en brazos para llevarla a casa.

Llegué y la dejé tumbada en el sofá para que descansara un poco.

- ¿Qué ha pasado? - preguntó Stefan acercándose a Luna.

- Leah - contesté cansado.

- Tómate algo - dije para Luna.

- ¿Qué quieres? - le pregunté viendo como Stefan le ayudaba a incorporarse.

- Bourbon - contestó por primera vez.

- Me ayudará a olvidar supongo - añadió algo decaída.

Se lo preparé rápidamente y se lo di.

Se lo bebió e hizo una mueca por el sabor.

- Sí, es fuerte - le expliqué sentándome a su lado para que ambos la rodeásemos con nuestro brazo tratando de tranquilizarla como solíamos hacer cuando éramos pequeños.

- Vámonos a dormir - nos pidió mirándonos con tristeza.

Se intentó levantar pero le empezaron a temblar las piernas y por poco se cayó de no ser por nosotros.

- Ehhh..., deja que te llevemos nosotros - le dijo Stefan viendo como la sujetaba para que no cayera.

- Soy idiota. Si tan solo me hubiera quedado en casa... - empezó a decir abrazándose a mí.

- Tú no sabías que Klaus vendría al instituto - le dije acariciando su mejilla que estaba llena de lágrimas.

- Ya, pero sí que vendría a Mystic Falls - contestó mirándome con sus ojos llenos de lágrimas.

Ver a nuestra hermana así de triste nos partió el corazón a Stefan y a mí.

- Podríais haber muerto por mi culpa - añadió haciendo que Stefan nos abrazara.

- Pero no hemos muerto. Estamos aquí, contigo - le explicó él.

- Vamos a descansar - dije cogiendo su mano con cuidado.

Stefan la cogió de su otra mano pero aún así estaba muy débil como para andar.

- ¿Qué te ocurre? - le preguntó Artemisa que había bajado a ver cómo estaba.

- No sé, le tiembla el pulso y tiene muchos mareos - contestó Stefan.

- Soltadla - ordenó Artemisa.

- Si la soltamos se caerá - le explicó.

- No me pasa nada, estoy bien - intervino nuestra hermana.

- He dicho que la soltéis - siguió diciendo. Estaba seria y parecía nerviosa.

En cuanto la soltamos cayó al suelo de rodillas.

- ¿Qué ha pasado para que esté así? - preguntó mirándonos seriamente mientras la ayudaba a levantarse.

- Intentó anular la orden que me había puesto Klaus - contestó Stefan.

- ¡Qué! - exclamó Artemisa.

- Y lo consiguió - añadí.

- ¿Qué pasa aquí? - preguntó Apolo que había bajado al escuchar a Artemisa.

Todos nos quedamos en silencio.

Artemisa dejó a Luna en mis brazos y se fue arriba. No quería estar ahí. Todo esto era muy raro y Stefan y yo no entendíamos nada.

Apolo miró a Luna y se preocupó bastante.

- Estoy bien, estoy bien - nos aseguró.

- No, Luna. Vas a morir - explicó.

- ¡Qué! - exclamamos Stefan y yo.

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¡¡Feliz navidad y que paséis una buena nochebuena!!!

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