⚠️Capítulo 16 Elemental.⚠️

A la mañana siguiente me desperté temprano para cuidar de que no hiciera algo para poner su vida en peligro. Nathan, Emma y Ethan los habíamos dejado con la buenorra de la madre de Luna. Ella estaba durmiendo encima de Stefan y de mí. Al poco rato se despertó y no dijo nada.

- ¿Todavía sigues odiándote? Fue Emma quien decidió seguirte. No puedes martirizarte por algo que no ha sido tu culpa - le dije acariciando su rostro.

- Soy estúpida - siguió diciendo mirando como dormía Stefan.

Puse mis manos en sus pechos y comencé a masajearlos para relajarla.

- Ven - le dije llamándola.

Ella me hizo caso y dejó de lamentarse para sentarse encima de mí y provocar que soltara un gemido.

- ¡Ah! - gemí.

Me senté en mi cama con ella en mi regazo y comencé a pasar mis manos por sus pechos.

- ¿Por qué no me odias? ¿Por qué ni si quiera estás algo enfada conmigo por haber convertido a la madre de tu amiga en vampira? - le pregunté.

Ella negó y explicó.

- Eso no habría pasado si me hubiera quedado en casa - dijo dándose la vuelta para mirarme con sus preciosos ojos azules.

Ella me miró y me abrazó con fuerza, supongo que necesitaba un abrazo que la reconfortara.

Al cabo de un rato Stefan se despertó y antes de que Luna dijera nada la puse contra la cama para sentarme encima de ella y que gimiera.

- ¡Ah! - gimió al notar que había entrado sin más en ella.

- Buenas noticias, hermanito, volvemos a ser el inseparable trío Salvatore - dije provocando que Luna se quejara por el daño.

- Te has pasado, Damon - me dijo Stefan.

- No, déjalo, me lo merezco - dijo sin más.

Rápidamente salí de ella y la dejé entre nosotros.

- Luna, por favor, déjalo ya. Tú no tienes la culpa de nada - le dijo Stefan acariciándola.

Me levanté y fui a coger una botella de champán para echársela por encima.

- Damon, ¿qué haces? - me preguntó Stefan enfadado.

Entonces de pronto Luna empezó a reírse a carcajadas terminando al final por llorar.

- Luna, pequeña, ven - le dije suavemente abrazándola.

- ¿Por qué no me odiáis? He puesto en peligro a Emma - nos dijo mirándonos entre lágrimas.

- Porque hemos sido nosotros, no hemos vigilado a Emma porque no pensábamos que fuera a seguirte - explicó Stefan.

De pronto la madre de Luna me llamó a mi móvil y me dijo que teníamos que venir.

- Hay problemas en casa de tus padres - le expliqué. Eso consiguió que dejara de llorar y se preocupara.

Cogí el traje negro que le compré y decidió dejarlo en mi habitación y lo dejé a su lado para coger la ropa interior y ponérsela aunque no quisiera y después ponerle el traje negro.

La cogí en brazos y la llevé al baño para peinarla y dejarle el pelo liso. Pase mi lengua por su mejilla y bebí un poco del champán que se había adherido a su piel. Terminamos de arreglarnos y fuimos a la casa.

- Luna, ¿te encuentras mejor? - le preguntó Stefan acariciando su mano.

Ella asintió y dijo.

- Un poco, yo jamás os odiaría a vosotros - nos dijo abrazándonos.

Llegamos a casa y nos encontramos a la buenorra de su madre muy preocupada.

- ¿Dónde están los niños? - le preguntó nuestra hermana.

- En el jardín, jugando - contestó nerviosa.

- Tenéis que saber que estamos todos en peligro - explicó.

- ¿Qué pasa? - preguntamos.

- No sé como explicarlo - contestó aterrada.

Apolo vino y me miró a mí algo molesto para que dejara de mirar a Artemisa.

- Es Emma, tenéis que tener mucho cuidado con ella - explicó Apolo.

Al escucharnos hablar vino corriendo y por detrás le seguía Nathan.

- Mami, mami - le llamó Emma a Luna.

- Damon, dame el collar - me pidió Artemisa.

- Vale - contesté dándoselo.

Artemisa se lo puso a Emma y le empezaron a brillar los ojos.

Luna P.O.V

Al momento comenzó a crecer hasta llegar a nuestra altura más o menos y una vez más esa aura me hizo temblar. Sin embargo mis hermanos cayeron al suelo. No parecía ella misma, parecía otra persona.

- Hola, Luna - me saludó mirándome a los ojos.

Ahora vestía con una especie de atuendo exótico cómo vestía un Dios o una diosa pero con mucho más poder.

- ¿Emma? - pregunté mirando a mis hermanos.

Emma sonrió y contestó.

- Estoy en el cuerpo de tu hija lo sé, pero no soy Emma, soy una guardiana - explicó.

- ¿Quién eres? - le pregunté mareada.

- Elemental. Perdona por mi aura, pero es necesario que los otros guardianes no despierten aún - dijo atenuando su poder.

- ¿Cómo? - pregunté.

- Tu hija será lo bastante buena para acabar con las amenazas - explicó quitándose el collar para volver a ser como era antes.

Emma me miró y me sonrió sin entender lo que pasaba. Entre tanto yo les ayudé a levantarse mis hermanos.

- Es guapa esa guardiana - comentó Damon con una sonrisa traviesa.

- Damon, es mi hija - le regañé dándome con la palma de la mano en mi frente por su comentario.

Mi madre cogió de nuevo el collar y me lo dio.

- Solo por si fuera necesario - me advirtió dándomelo.

- Está bien - contesté cogiendo de la mano a Emma cuando le llamaron a Damon.

Stefan cogió a Ethan en brazos y nos fuimos los seis a casa. Al llegar Damon explicó.

- Te han exculpado, creen que ha sido Ric quien asesinó al forense - explicó.

- ¿Te encuentras mejor? - me preguntó Stefan dejando a Ethan en la cuna.

- Sí, perdonadme - contesté disculpándome con una tierna sonrisa.

- No te preocupes - contestó sonriéndome.

Emma se acercó a Damon y él le sonrió. Entonces ella se enrojeció levemente.

- ¿Bueno, y qué sugieres, hermano? - le preguntó Stefan mientras Emma se apartaba lentamente ruborizada de Damon.

- Tiene vergüenza - comentó él mirándome con una sonrisa traviesa al ver la reacción de Emma.

- Hagamos algo juntos, los tres. Unamos brazos fraternales. Aunque no tengamos precisamente "buen rollo", juntémonos. Unamos el poder de los Gemelos Fantásticos - comentó cambiando de tema haciéndome sonreír por lo último.

Se acercó a los diarios de Stefan y él le preguntó.

- ¿Qué haces? - le preguntó.

- Buscar pistas - contestó Damon.

Entre tanto Emma y Nathan estaban jugando.

- Muchos Originales se han ido, pero esto es una novela policíaca ¿Recuerdas cuando volvimos para el funeral de Zachariah? - le preguntó.

- Vagamente. ¿Por qué? - preguntó Stefan.

Yo odiaba mantenerme al margen, pero había tantas cosas que me había perdido de ellos...

- Porque si no recuerdo mal, no fue el primer fundador que asesinaron ese año, diría que ese mes - contestó mirando en la estantería.

- Explícate - le pidió Stefan al mismo tiempo que ambos nos besábamos.

- Intento recordar qué año era - le dijo.

- 1912 - contestó Stefan.

- ¿Eso es "vagamente"? - le preguntó Damon lanzándole el diario a la misma vez que nos soltábamos.

- 1912. Más concretamente la última vez que en Mystic Falls hubo un asesinato en serie - explicó acercándose a mí.

Entonces Stefan nos leyó el diario y Damon nos preguntó.

- ¿Qué me decís, hermanitos? ¿Nos emborrachamos? - nos preguntó.

- Sí - contesté super entusiasmada.

- Y además quiero que me ayudéis a resolver un crimen - añadió sonriendo al ver mi reacción.

- Creo que Elemental se podría quedar cuidando de nuestros hijos - comentó Damon mirando a Emma con una sonrisa.

- ¡Damon! - le regañé.

- Es nuestra hija - añadí rodeando a Stefan con mi brazo.

- Además, es una guardiana con muchos años de antigüedad, no podemos decirle que se quede haciendo de canguro - agregó Stefan.

Damon me quitó el collar y se lo puso a Emma. Se transformó en la mujer de antes, con los ojos verdes y el pelo rubio y Damon le saludó sin más.

- Hola, como te llames - le saludó sin más.

Esta vez no tenía una aura tan poderosa, así que mis hermanos pudieron intervenir con ella.

- Soy Elemental, la guardiana de la magia - se presentó mirando a Damon algo confundida por la manera en que le hablaba.

- Sí, sí. Necesitamos que te quedes cuidando de nuestros hijos - contestó Damon dedicándole una sonrisa traviesa.

- No tienes remedio - comenté mirándolo molesta.

- Perdónale, mi hermano puede ser a veces tonto, sobre todo cuando se trata de chicas - le expliqué a Elemental.

- No te preocupes - contestó sonriendo.

- Si queréis me puedo quedar cuidando de ellos, no tenéis que decir más - añadió con amabilidad.

- Muchas gracias - le agradecí.

- Eso sí, tenéis que cuidar de vuestra hermana - les dijo a mis hermanos.

Damon se acercó a ella y ella le dijo.

- Cuida bien de tu hermana, necesitamos que esté fuerte para lo que se avecina - le dijo a mi hermano con una sonrisa.

- ¿Hermanita? - le preguntó Nathan algo asustado a Elemental.

- Hola, Nathan - le saludó cogiéndolo en brazos.

- Nos vamos, luego volveremos - le dije.

Ella soltó a Nathan en el suelo y fue a abrazarme. Así que yo le correspondí a su abrazo. Nos soltamos y los tres nos fuimos al Mystic Grill.

Al entrar nos dimos cuenta de que Rebekah estaba hablando con la Alcaldesa y Damon comentó.

- La víbora a las nueve en punto - comentó.

Nos sentamos en la barra y yo decidí quedarme entre los dos.

- ¿Qué tienen en común Bill Forbes, Alaric Saltzman y el forense? - nos preguntó.

- Los tres eran miembros del consejo - contestó Stefan echándose un poco de chupito en su vaso.

- Pero ¿por qué ellos? - preguntó Damon.

- Brian y Alaric no son de las familias fundadoras. No es tan complicado: si vas a cargarte al consejo, hazte una lista - añadió.

- En 1912, mataron a un Salvatore - comentó Damon.

- ¿Qué Salvatore sería? - preguntó la estúpida de Rebekah con una sonrisa obviando la respuesta.

- Zachariah Salvatore era vuestro sobrino? - nos preguntó.

- Nuestro padre dejó embarazada a una sirvienta en la guerra civil y tuvo un hijo - comentó Damon.

- Pero todo el mundo nos daba por muertos y nuestro apellido no podía morir - añadió.

- ¿¡Qué!? - exclamé entre lágrimas.

- Luna, eras pequeña, no íbamos a decirte que padre dejó embarazada a una sirvienta, no lo hubieras entendido - me explicó Damon.

Stefan al ver mi reacción me rodeó con su brazo y me atrajo hasta él para reconfortarme.

- ¿Padre nos ha engañado varias veces? - le pregunté susurrando.

- Sí - contestó haciéndome unas caricias.

- ¿Y vuestra familia poseía aserraderos entonces? - siguió preguntando Rebekah.

- Tienes muchas preguntas - comentó Damon tranquilizándome también.

- Solo investigo la historia del pueblo. Aquí es donde me crié - se explicó ella.

- No hace falta que te inventes excusas, rubia. Si quieres sexo, pídemelo - dijo bebiendo de su vaso.

- Ni borracha como una cuba - contestó ella.

- ¡Por favor! Te gusto demasiado para darme largas - comentó con una sonrisa traviesa.

Yo rodé los ojos y Stefan se enfadó con Damon.

- ¿Llegaron a pillar al asesino? - preguntó acercándose a mi hermano.

- Entérate, rubita, es mi hermano y punto - dije rodeando a Damon con mi brazo.

Ella sonrió y Damon le respondió.

- No. Se culpó de todo a los vampiros - contestó besándome.

- A lo mejor fue un vampiro - supuso Rebekah bebiendo de su vaso.

- Sí. A lo mejor fue un vampiro, Damon - intervino Stefan.

- No vayas a creer que yo no he sospechado de ti también. Pero esas muertes no eran de tu estilo - le contestó él.

- Y entonces no había más vampiros por aquí - añadió soltando su vaso de bourbon para que yo lo cogiera y bebiera de él al mismo tiempo que él sonreía.

- Bueno, en realidad sí que había otro - le corrigió Stefan.

- ¿Recuerdas a Sage? - añadió preguntando.

- Claro. Sage. Hablando de sexo salvaje - recordó.

- Uff... - comentó bebiendo de su vaso.

- ¡¿Qué?! - exclamé sin comprender nada.

- Conocí a Sage. Una pelandusca - comentó Rebekah ignorando mi reacción.

- ¡Jo!, me he perdido mucho - me quejé.

- No sabes lo adorable que te pones cuando te quejas - me dijo Damon haciendo un puchero.

- ¿Crees que en su día, Sage mató a todos esos fundadores? - añadió preguntándole a Stefan.

- Interrogaron a todos los hombres de Mystic Falls. Pero no se les ocurrió pensar que pudo hacerlo una mujer - contestó bebiendo de su vaso.

- Venga, contadme más de vuestros familiares. Talaron medio bosque para construir el pueblo - nos pidió.

Ya le quedaba poco a la botella de bourbon y Damon la cogió para llevárnosla a otra parte cuando Rebekah fue a intentar quitársela de las manos.

- Tranquila, borrachuza. Lo estamos pasando bomba, pero es noche de hermanos y no estás invitada - le dijo llevándose la botella a otra parte.

Los tres nos levantamos y nos fuimos a sentarnos en otro sitio. Stefan y yo llevamos los vasos.

- Bien, supón que Sage mató a todos en 1912 ¿Quién lo está haciendo ahora? - preguntó tirando un dardo a la diana y acertando.

- Eres muy bueno - comenté sorprendida de la puntería que tenía.

Él me sonrió y siguió diciendo.

- No es la psicópata de la doctora Fell. Es una mujer. No ha podido apuñalar a tres hombres - siguió diciendo Damon.

Entonces Rebekah paró el dardo que había tirado y comentó.

- Eres un machista. Cualquier mujer puede matar a un hombre. Tu hermana, por ejemplo, puede hacerlo. Todo es cuestión de motivación - comentó.

- Estaba excluyendo a mi hermana, rubita, sé que ella es capaz de hacer más que tú y todos tus hermanos juntos - le contestó rodeándome con su brazo.

- Nunca te das por vencida, ¿verdad? - intervino Stefan.

- Hablando de Sage, ¿cómo la conociste? - intervine preguntándole a Rebekah.

- Se obsesionó con mi hermano Finn hace más de 900 años - contestó.

Entre tanto Stefan y yo estábamos jugando a lanzar dardos.

- ¿Qué? ¿El tío siniestro y suicida? - le preguntó Damon.

- Se acabó, vámonos - dije cogiéndole de la mano a Damon.

Él me miró y le dijo a Rebekah.

- Lo siento pero hoy manda mi hermanita - dijo.

Damon P.O.V

Al salir del bar decidí enseñarle a beber sangre humana y contenerse.

- Hoy vas a aprender a alimentarte de tu primera presa humana - le dije besándola.

Ella me miró preocupada y me pidió.

- Damon, por favor, no - me pidió aferrándose a mí.

- Vamos, será divertido, no te pasará nada estaremos los dos para evitar que te pases - contesté animándola.

Justo estábamos paseando los tres y nos encontramos con una chica. Corrí con mi velocidad vampírica para situarme enfrente de ella y le saludé.

- Hola - le saludé sonriendo.

- Hola - me contestó sonriendo.

- No grites. Te espera una nochecita dura - dije hipnotizándola para morderla y beber un poco de ella.

Al cabo de un rato paré y fui hacia mi hermana para cogerle de la mano y enseñarle.

- No quiero - se negó preocupada.

- Estaré a tu lado, no te soltaré, lo prometo - le dije cogiéndole firmemente de la mano.

- Está bien - dijo no muy convencida.

Se acercó a la chica y clavó sus colmillos en su cuello. A partir de ahí no pudo parar. Entonces decidí intervenir cogiéndola en brazos para alejarla de la chica. Stefan se acercó a la chica, le curó y le borró la memoria.

- No podía parar, Damon - me dijo llorando.

- Lo sé, pero, ¿te ha gustado? - le pregunté.

- Damon, no puedo, por favor no vuelvas a pedirme que lo haga - me pidió abrazándome.

- Lo siento, Lu. Pensaba que era lo mejor, que aprendieras a controlarte para ayudarte - dije besándola.

- No importa - dijo abrazándome al calmarse.

Stefan se acercó a nosotros y la abrazamos entre los dos.

- Volvamos a casa - le dije poniéndola contra la pared.

Ella me besó y se fue con Stefan.

- Vale - contestó abrazando a Stefan.

- Tienes sangre en tus labios - le dijo Stefan pasando su dedo por sus labios para limpiársela.

- Damon, no le vuelvas a decir que beba sangre - dijo regañándome.

- Vale, hermanita, esta es la última vez - le dije besándola.

Volvimos a casa y Elemental seguía cuidando de Nathan y Ethan. Me gustaba provocar a Luna diciendo que la guardiana me parecía guapa pero era solo para acabar en la cama con ella.

Luna se acercó a Elemental y le agradeció haberse quedado cuidando de nuestros hijos.

- Gracias - le agradeció.

- De nada, creo que es mejor que me quites el collar antes de que sea demasiado tarde - dijo la guardiana mirándome.

- Sí, jajajajaja - contestó nuestra hermana riéndose con ella.

Se lo quitó, lo guardó en una caja y Emma volvió a ser la de antes.

Luna P.O.V

Me acerqué a mis hermanos y les comenté.

- Habrá que buscarles una habitación donde puedan dormir - les comenté.

De pronto alguien le llamó a Damon y nos dejó para hablar por teléfono, así que decidimos esperar. Al cabo de un rato terminó de llamar y nos dijo.

- La sheriff vuelve a estar sin sospechosos, pero Ric está libre - explicó.

- Es verdad, se me olvidó que creyeron que Ric era sospechoso también - comenté.

- Ya sé que no lo parece, pero esta noche, lo has hecho muy bien - dijo honestamente.

- Bueno, ¿en qué sitio podrían dormir los niños? - les pregunté.

- Podrían dormir en mi habitación cuando estemos en la vuestra - sugirió Damon.

Yo le miré poniendo cara de asco y él me preguntó.

- ¿Qué? - preguntó.

- Ahí es donde lo hacemos igual que en mi habitación - contesté.

- Pues en la antigua habitación de Leah - contestó encogiéndose de hombros.

- Está bien, tú ganas, en tu habitación - accedí al final mientras Stefan se iba a la biblioteca.

Damon me cogió la mano y me llevó a una habitación donde había un piano. Me sentó encima de él y tocó para mí. Entre tanto hice que viniera un vaso y una botella de bourbon.

- Qué bonito - comenté observando cómo tocaba mientras bebía del vaso.

- Gracias - dijo bebiendo del vaso que sostenía.

Al cabo de un rato llegó Stefan y explicó.

- He buscado en los archivos familiares de principios del siglo XX - explicó.

- ¿Qué has encontrado? - preguntó parando de tocar.

- En 1912 nada. No arrestaron al asesino de los fundadores. Pero hay una confesión diez años después - contestó dejando el libro encima del piano.

Ambos nos levantamos y Damon le preguntó.

- ¿Ah, sí? ¿De quién? - preguntó.

- De la nieta de Jonathan Gilbert, Samantha. La tomaron por loca y la encerraron en un psiquiátrico - contestó Stefan.

- ¿Y luego? - siguió preguntando Damon.

- No sé más. Era una fundadora. Sabes que les gusta cuidar de los suyos - contestó rodeándome con su brazo.

- Samantha Gilbert. Esto es muy raro - comentó Damon mirando el libro.

- ¿Por qué? - le pregunté intrigada.

- Porque estoy seguro de que la maté - contestó.

- ¿Crees que Samantha Gilbert sigue viva y anda por Mystic Falls matando fundadores? - preguntó Stefan.

- No es posible. Si se hubiera convertido, lo sabríamos. ¿no? - contestó nuestro hermano mayor.

- Entonces tiene un anillo que le devuelve la vida - supuso Stefan.

- Samantha era una Gilbert, ¿no? Los anillos pasan de una a otra generación - añadió reflexionando.

- Ya, pero aunque tuviera uno, no podría seguir viva. No impiden envejecer - explicó Damon.

- Jonathan Gilbert solo hizo dos anillos. Jeremy tiene uno, y el otro... - comentó Stefan.

- Alaric - intervine mirando a mis hermanos.

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