⚠️Capítulo 22 Primer día como vampira.⚠️

Al llegar a casa fuimos a la habitación de Damon que al entrar en su habitación nos lo encontramos sentado en la cama.

- Hola - le saludó dulcemente nuestra hermana.

- ¿Qué hace ella aquí? - me preguntó molesto.

- Te dije que no la trajeras - añadió enfadado conmigo.

- Enhorabuena oficialmente ya eres vampira - comentó sin ánimos.

- ¿Por qué estás tan gruñón? - le preguntó mirándole a los ojos con una adorable sonrisa mientras le acariciaba.

Yo estaba preocupado de que se enterase de lo que le pasaba en realidad a Damon.

- ¿Pasa algo? - preguntó ella.

Ella era muy lista y sospechaba que pese a nuestros esfuerzos por encubrir la verdad acabaría descubriendo lo que pasaba en realidad con Damon.

- Os noto raros - añadió algo confusa.

Decidí salir afuera para dejar que Damon hablara un rato con ella.

Damon P.O.V

Estaba asustado por la idea de morir y que Luna sufriera por mí. Eso era nuevo en mí. En cuanto se fue Stefan le pregunté si quería tumbarse conmigo.

- ¿Quieres que nos tumbemos juntos? - le pregunté.

- Vale - contestó ella tumbándose en la cama a mi lado.

Nos tapamos con las sábanas y la besé con todas mis fuerzas como si ese fuera nuestro último beso.

- Quiero pedirte perdón. Hacerte beber de mi sangre fue un error. Y sé que no merezco que me perdones, pero... lo necesito - le expliqué con tristeza y amargura en mi voz.

Aunque aún así intenté no derrumbarme delante de ella y que me viera llorar.

- No te preocupes, te entiendo y te perdono - me contestó acariciándome dulcemente con cuidado hasta que se dio cuenta de mi herida.

- ¿Qué es esto? - me preguntó alarmada.

- Es una mordedura de hombre lobo - añadió dándose cuenta empezando a derramar lágrimas.

- Escúchame. No dejaré que mueras, ¿vale? Stefan y yo encontraremos una cura - me prometió seriamente.

Nunca la había visto tan seria.

- Nathan no puede perderte, ni Emma, ni Stefan, ni yo - dijo empezando a llorar.

- ¡Stefan! - le llamé como pude.

Cuando vino se lo confesé.

- Lo sabe - confesé.

Entre Stefan y yo la abrazamos e intentamos calmarla.

- Necesito beber sangre - dijo enfadada. Parecía que lo de ser vampira no lo llevaba muy bien.

Se separó de nosotros pero no la dejé bajarse de la cama.

- Tengo bolsas de sangre en mi habitación - expliqué besándola.

- No quiero perderte - me dijo llorando.

Stefan nos miraba también triste.

- Mi madre tiene que saber si hay una cura - explicó parando de llorar.

- Leah ha vuelto a convertir a tu madre en gata - le explicó Stefan.

- ¿Dónde está? - preguntó acariciándome.

- En su habitación con Chase - contestó Stefan.

Stefan se levantó y cogió una bolsa de sangre para dársela a nuestra hermana que estaba sedienta de sangre.

- Necesito más - se quejó aplastando la bolsa para beber de ella.

Cuando se la bebió entera todavía seguía teniendo sed.

- Quiero más - dijo sacando sus colmillos.

- No. Podrás beber más después de un rato - le dije abrazándola.

- Voy a ir a hablar con mi madre - me dijo besándome preocupada por mí.

Ya la notaba más calmada.

- Vale - contesté viendo cómo se levantaba de mi cama.

Luna P.O.V

Me levanté de la cama de Damon y me fui a la habitación de mi madre. Aunque Stefan me paró y pasó sus dedos por mis mejillas para recoger la sangre que tenía por las mejillas.

- Tienes sangre en tus mejillas - dijo mientras yo me chupaba su dedo que estaba repleto de la sangre.

- Te quiero - le dije abrazándole.

Me despedí y me fui a ver a mi madre.

- Hola, mamá. Chase - les saludé relamiendo mis labios que estaban repletos de sangre.

- Hola, cariño - me saludó Chase.

- Luna - maulló mi madre.

La cogí en brazos, hice que viniera una toalla con mi mente y la dejé encima de su cama tapándola con la toalla para después convertirla de nuevo en humana.

Al ponerse la túnica me abrazó preocupada por mí.

- ¿Qué os ha hecho Klaus? - preguntó con tristeza refiriéndose a mí y a Leah.

- Soy vampira, mamá. Y Damon va a morir si no hacemos algo, Tyler le mordió - le expliqué con miedo.

- Y Leah creo que está enamorada de su otro hermano, Klaus - añadí.

Chase me estaba mirando algo preocupado por mí lo que era raro y nuevo en él. Nunca me acostumbré a esa nueva faceta suya.

- Hay una forma de curar la mordedura de lobo. En realidad habían dos formas de curarla, pero ahora como eres vampira no surtirá efecto - me explicó.

- La otra forma necesito hablar con tus hermanos - añadió yendo a hablar con ellos.

Se notaba que ella también estaba preocupada por él.

Fuimos las dos a la habitación de Damon y allí les explicó la cura.

Stefan me rodeó con su brazo y mi madre explicó.

- Necesitáis la sangre de Klaus - explicó para mis hermanos.

- Si Damon bebe unas gotas de su sangre se pondrá bien - añadió tristemente para mí. Sabía que eso generaría una polémica entre Stefan y yo.

- Iré yo - dijo Stefan seriamente.

- Te acompaño - le dije al instante.

- Quiero ir contigo, puedo razonar con Klaus, puedo protegerte de él si hace falta - añadí.

- Por favor - le supliqué poniéndome de rodillas.

- Vale - accedió al final besándome mientras me ayudaba a levantarme del suelo.

- Cuídala - le pidió Damon empezando a toser sangre.

- ¡Damon! - grité acercándome a él para cuidarlo.

- No te preocupes, estoy bien - me dijo abrazándome para calmarme.

- No, no quiero que te mueras - le dije llorando.

- Os necesito - seguí diciendo entre lágrimas.

Todos me estaban mirando sin saber qué hacer para consolarme.

- Llévatela y hazla tuya - dijo Damon de pronto  con un toque de humor en lo último.

- Te estás muriendo y tienes que hacer uno de tus chistes sexuales - comenté soltando pequeñas risitas entre lágrimas.

Stefan me besó e intentó que me pusiera caliente.

- Espera, arriba están, mmm... Emma y Nathan, durmiendo abrazados - expliqué entre besos.

- Deja que cuide de ellos - dijo Damon.

- No, Damon, en tu estado no dejaré que lo hagas - le dije seriamente entre lágrimas.

- Mejor los dejas que duerman juntos en esta cuna y así podré cuidar de tu hermano y vuestros hijos - propuso mi madre.

- Vale - contesté.

Fuimos a nuestra habitación y Stefan cogió a Emma en brazos y yo cogí a Nathan en brazos con cuidado de no hacerle daño.

Le dejé un beso en su pequeña mejilla y lo llevé abajo con su padre.

Al llegar abajo me acosté con Damon y dejé a nuestro hijo entre nosotros.

Stefan dejó a nuestra hija en la cuna cuidadosamente dejando que siguiera felizmente durmiendo.

- Os dejaremos unos minutos a solas - dijeron Stefan y mi madre a regañadientes que observaba la escena enternecida deseando que ella estuviera en mi lugar.

Damon y yo nos acurrucamos junto a nuestro hijo y aproveché ese momento para despedirme de él por si fuera la última vez que lo fuera a ver. Aunque si tuviera la oportunidad lo reviviría sí o sí, claro.

- Despídete de tu padre - le susurré entre lágrimas a nuestro hijo.

- Solo por si acaso - añadí.

- En el caso de que le fallara, os fallara y no pudiera traer de vuelta a tu padre - seguí diciendo provocando que rompiera a llorar.

- Eh..., tú eres muy fuerte seguro que podrás - me dijo Damon acariciándonos a Nathan y a mí.

- Tengo miedo - le dije llorando.

- Te quiero - me dijo depositándome un beso en mi frente.

- Bésame - le pedí.

- Por favor - añadí.

Instantáneamente me besó. Fue nuestro beso más largo y apasionado hasta el momento.

Al separarnos le miré su herida y le intenté curar con mis poderes para hacer que disminuyera el dolor pero solo conseguía que le doliera más a él y que me doliera a mí también.

- ¡Ahh! - me quejé entre lágrimas por el dolor.

- Lo siento - me disculpé cuando logré calmar mi dolor.

- No te preocupes, haces lo que puedes - contestó besándome.

- Vete con Stefan yo ahora no puedo hacer mucho para consolarte pero él seguro que sí - añadió al separarnos.

Me mordí la muñeca y le di de beber de mi sangre a Nathan. Salí de la habitación y mi madre se quedó cuidando de él.

Entre tanto, Stefan me besó y me cogió en brazos. Me llevó a nuestra habitación y allí se tumbó conmigo en nuestra cama.

- No te preocupes, lo arreglaré - me dijo entre besos.

Me quitó la blusa, la falda y terminó por dejarme desnuda a la misma vez que yo le quitaba la camisa para después dejarlo desnudo junto a mí.

- Ahora sí me puedes morder, hermano - comenté riéndome por las cosquillas que me producía al lamerme la mejilla.

- Si es lo que quieres... - dijo sonriendo.

- Sí, hazlo - contesté ansiosa.

- Vale - contestó mordiéndome el cuello para beber un poco de mi sangre.

- Mmmm... Me encanta - dije tiernamente para empezar a morderle a él su cuello y beber también de su sangre.

Corrimos las sábanas y nos tapamos con ellas.

Se subió encima de mí y me besó lentamente.

- Deberíamos ir a hablar con Klaus, tenemos que salvarle - le expliqué.

- Tienes razón - contestó mordiéndome el cuello para que gimiera.

- ¡Ahhh! - gemí.

- Te quiero, pero tengo miedo de que Klaus te haga daño - me dijo preocupado por mí.

- Pero si quieres venir a ayudarme puedes venir - añadió bajándose de mí.

Cuando se vistió y me vistió nos cogimos de la mano para ir a hablar con Klaus.

Al llegar nos encontramos con Katherine.

- Hola Katherine - le saludó mi hermano.

- Llevo dos días esperando. Ya debería estar libre de la orden de Klaus. ¿Por qué no está muerto? - se quejó.

- Ha habido complicaciones - intervine provocando que Katherine me mirara con celos.

- ¿Complicaciones? - preguntó indignada.

- Eso no importa. Tenemos que encontrarle ¿Sabes dónde puede estar? - le preguntó mi hermano.

Entonces cogió a mi hermano con su velocidad vampírica y lo puso contra la pared chistándole para que no hiciéramos ruido.

- Klaus, has vuelto - saludó Klatherine al abrirse la puerta de la entrada.

Yo me quedé al lado de mi hermano cuando Katherine lo soltó.

- Mira quiénes han venido a verte - añadió.

Estaban Klaus, Elijah y Leah pegada al brazo de Klaus.

- Siempre llegas sin avisar, ¿no? - comentó para mi hermano.

- Necesitamos tu ayuda - le dije.

- Vaya, así que una diosa necesita la ayuda de un vampiro - comentó. Pareció hacerle gracia y eso a mí me molestó.

- Para nuestro hermano - añadió Stefan.

- Sea lo que sea va a tener que esperar. Veréis, tengo una obligación con mi hermano que requiere atención inmediata - explicó.

- Sabes lo importante que es la familia, o no estarías aquí - le dijo Elijah a mi hermano.

- Mi hermano me prometió que me reuniría con los míos - añadió.

- Y así será - contestó clavándole la daga en su corazón provocando que se quejara por el dolor y acabara inconsciente en el suelo. Después con su velocidad vampírica corrió hasta mí y me cogió de la muñeca provocando que me quejara y mi hermano se pusiera nervioso.

- Y ahora, ¿qué voy a hacer con vosotros? - le preguntó a Stefan.

Pero de pronto se le ocurrió la idea de clavarme una estaca de madera en el costado.

- ¡Ahhh! - me quejé.

Era imposible pero me dolía mucho más que antes de ser vampira y aunque tardaba en curarse me curaba un poco más rápido que los vampiros normales.

- Klaus, déjala - le dijo Stefan.

Entre tanto, Katherine y Leah nos observaban.

- Solo queremos ayudar a nuestro hermano - le dije derramando una lágrima por el dolor.

- Mi madre divina, Artemisa, dice que la cura es tu sangre - expliqué.

- Hagamos un trato. Dame tu sangre y haré lo que tú quieras - añadí para que me sacara la estaca y me tirara al suelo para decir.

- Lo que quiero es de tu hermano porque no sé si lo puedo obtener de ti - dijo.

Cogió una bolsa de sangre y al echarla en un vaso le dijo a mi hermano.

- Bebe si no quieres que muera - le dijo acercándole el vaso pero me puse de lo nervios y me salió el impulso de beber más sangre.

- ¡Sangre! ¡Necesito más sangre! - grité quitándole el vaso para bebérmelo yo solita.

- Huy... Al parecer ella es peor que tú - comentó Klaus mirándome divertido como me bebía todas las bolsas de sangre y aún así quería más.

Cada vez que bebía más sangre quería más y más sangre y no podía parar.

- Voy a necesitar tu talento cuando deje este pueblo, querida - explicó Klaus para mí viendo como sacaba mis colmillos para devorar otra bolsa de sangre.

- No, no le hagas caso yo soy peor que ella, he matado a más gente de la que ella podría matar. Lleváme contigo - explicó Stefan que tenía miedo de que Klaus me convirtiera en una destripadora.

- Katerina, ven aquí - le llamó.

Ella le obedeció y le dio la mano. Entonces Klaus le mordió y la infestó. Klaus se mordió la muñeca y le dio a beber su sangre para que se le empezara a curar.

- ¿Quieres tu cura? - le preguntó

- Aquí la tienes - contestó por nosotros.

- Nada como la Madre Naturaleza - comentó haciendo que parase de beber sangre para ir hacia él furiosamente.

- ¿Sabes una cosa, Klaus? Yo soy la naturaleza, así que estás hablando en mi nombre - le dije hablando algo ebria por la sangre y enfadada.

- Ya pero has tenido a Emma y Nathan. Por lo que ahora eres madre - explicó Leah mientras coqueteaba con mi hermano.

- ¡Y tú! No coquetees con mi hermano - añadí señalando a Leah para volver a seguir bebiendo sangre.

- ¡Ya basta! - se quejó Klaus para que nos calmásemos.

- Bien, charlemos tú y yo - dijo para mi hermano con una de sus típicas sonrisas.

Cogió un cuchillo y se hizo un corte en la palma de su mano para derramar sangre en un frasquito.

Cuando terminó lo tapó y dijo.

- Aquí está ¿Quieres salvar a vuestro hermano? ¿Qué tal diez años de borrachera? - dijo.

- ¡No! - grité al terminar la bolsa de sangre.

Stefan estaba serio y yo estaba furiosa.

- Tengo grandes planes para ti cuando salgamos del pueblo - explicó.

- Dejé de beber hace tiempo - contestó mi hermano.

- ¿Qué tal si me llevo a tu hermana? - dijo agarrándome con fuerza mi muñeca.

- Espera - contestó él viendo cómo me calmaba poco a poco.

- Leah, llévate a tu hermana afuera - le ordenó Klaus.

- Enseguida, hermano - contestó ella para agarrarme de la mano y sacarme afuera.

- ¿Adónde vamos? - le pregunté.

- Damon se muere y Stefan necesita mi ayuda - añadí.

- Vamos a dar un paseo mientras volvemos a casa - explicó.

Por el camino fuimos hablando.

- Parece que lo de ser vampira no lo llevas muy bien. Eres peor que tus hermanos - comentó.

- Aunque por suerte no te ha pasado el problema de la sangre que me pasó a mí - añadió. No entendí a que se refirió en esa parte pero aún así decidí ignorarla y no contestar a su comentario. Estaba tan frustrada y tan enfadada que solo deseaba que Damon estuviera bien.

Al llegar a casa subí rápidamente a la habitación de mi hermano.

- ¡Damon! - grité en cuanto entré en su habitación.

Estaba tumbado en su cama y mi madre tenía un paño en la mano. Me lo dio y se fue para dejarnos solos.

Me acerqué a él y me llamó.

- Luna - me llamó débilmente.

- Tranquilo, Damon. Estoy aquí - le dije suavemente.

Tenía toda la cara empapada de sudor.

- Luna, vete de aquí. Te haré daño - me dijo.

- No, no lo harás - contesté.

- Llévate a nuestro hijo y a tu hija - me pidió.

- No malgastes fuerzas, Stefan está hablando con Klaus y va a conseguir la cura - le expliqué.

- Me quedaré contigo hasta el final. No voy a dejarte - añadí besándole.

- Vete de aquí - me pidió quejándose por el dolor.

- Eh..., eh..., eh... Tranquilo. Aguanta - traté de tranquilizarlo a la misma vez que me metía en la cama con él.

- Shhhh..., tranquilo. No pasa nada - le calmé rodeándole con mi brazo a la misma vez que le hacía caricias y le secaba el sudor.

- Está bien - añadí.

- No está bien, no está bien - contestó.

- Todos estos años, he culpado a Stefan. Nadie me obligó a quererla - explicó.

- Fue mi decisión - añadió.

- Fui yo el que se equivocó al elegir - siguió diciendo.

- No fuiste tú, fue Katherine que os obligaba a Stefan y a ti - le expliqué empezando a derramar lágrimas de tristeza y preocupación por mi hermano mayor.

- Dile a Stefan que lo siento, ¿vale? - me pidió.

- Dejaré que lo hagas tú, porque sé que vivirás - contesté.

- Esto es más infernal de lo que pensaba - se quejó débilmente.

- Aún hay esperanza - le expliqué viendo como Emma dormía abrazada a su hermanito pequeño, Nathan.

- Han sido mis decisiones las que me han traído aquí. Me merezco esto. Merezco morir - me explicó.

- No. No es verdad - dije tumbándome a su lado.

- No quiero vivir sin ti. No quiero decirte adiós - añadí besándole con tristeza.

- Me lo merezco, Luna, no pasa nada. Porque si hubiera elegido otras cosas no te habría vuelto a ver - me rebatió.

- O sí. Damon, eso no lo sabemos - expliqué.

- Lo siento mucho - se disculpó conmigo.

- Siento haberte hecho tanto daño y también siento no haber sido un buen hermano mayor - siguió diciéndome.

- Tranquilo. Te perdono - contesté intentando que no sufriera más con una sonrisa.

- Te quiero - me dijo haciendo que me acurrucara junto a él.

- Yo también - dije empezando a llorar preocupada por mis dos hermanos mayores mientras le acariciaba sus manos.

Le besé y él me agradeció todo lo que hacía por él.

- Gracias - me agradeció.

- No es nada - le contesté con una pequeña sonrisita de tristeza.

- Hola - dijo de pronto Stefan con el frasco que contenía la cura en su mano.

- ¡Stefan! - grité corriendo a abrazarlo.

- Cuidado con la cura - dijo acariciándome.

- Te ha soltado - dijo Damon para él mismo a la misma vez que Stefan iba a darle la cura.

Cuando acabó de darle la cura les abracé.

- Os quiero muchísimo a los dos. Muchísimas gracias - le agradecí.

- No hay de qué, hermanita - dijo Stefan besándome.

- Tenemos que hablar - explicó.

- ¿Qué pasa? - pregunté viendo como Damon se sentaba en su cama ya recuperado.

- Sé que tenéis muchas preguntas pero antes de nada quiero deciros lo más importante, Klaus me ha obligado si intentas obligarme para deshacer la orden de Klaus tendré que matarte, o a ti o Damon, o a Nathan o a Emma, él me ha dicho que tú puedes obligar a los vampiros a excepción de Leah, por ahora. Nos va a dejar una semana para estar juntos, después de esa semana tendré que irme con él - explicó.

- Entonces nos tendremos que casar durante esta semana - comenté entre lágrimas.

- No quiero perderos a ninguno de los dos - añadí.

- ¿Te das cuenta de lo que has hecho? Te va a perder - le dijo Damon furioso.

- Para, por favor, no te enfades con él. Únicamente lo ha hecho para salvarte y que no te perdamos - le expliqué logrando que se calmara un poco.

- ¿Y si nos casamos mañana? - propuso Stefan.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top