⚠️Capítulo 17 Conoce a tu enemigo.⚠️
Dedicado: Duquesa83
Dedicado: Anali151
A la mañana siguiente ni siquiera había conseguido que se despertarse Luna.
Entonces la cogí en brazos, abrí el grifo de mi bañera y lo cerré cuando ya se había llenado para dejarla en la bañera.
- Venga, cariño, sé que tú puedes, eres muy fuerte - le dije depositándole un beso en la frente.
Ella abrió los ojos y tragando mucha agua salió a la superficie y tiró de mis brazos para que me metiera con ella en la bañera.
Me quité toda la ropa y me metí con ella en la bañera. Se tumbó encima de mí y empezó a gemir.
- ¡Ohhh! - gimió.
La cogí y la puse contra la bañera para hacerlo con ella. La embestí con mi cadera intentando que se pusiera caliente.
- ¡Damon! ¿Qué me ha pasado? - me preguntó poniendo sus manos en mi pecho intentando que parase de hacerlo.
- Tranquila, cielo, ayer algo te clavó una estaca en el corazón y te quedaste inconsciente - contesté parando de embestirla.
- Tengo miedo, no quiero ser vampira, seré más débil - me explicó abrazándome.
- Ohhhh..., hermanita - dije tiernamente atrayéndola con mis brazos.
De repente alguien llamó a la puerta y resultó ser Stefan que preguntaba por Luna.
- Damon, ¿has conseguido que se despierte? - preguntó.
Entonces Luna decidió salir de la bañera aún estando desnuda y fue a abrir la puerta dejándonos a Stefan y a mí con la maravillosa vista de su cuerpo.
Me volví a vestir y salí del baño para cogerla de su cadera, depositarle un beso en su cuello y apoyar mi cabeza en su hombro.
- Stef, ¿te apetece hacer algo juntos? - le preguntó coqueteando con él.
Tiré de sus caderas pegándola más a mí y ella gimió disfrutando del momento.
- ¡Damon! - gimió.
- Venía a deciros que a Elena se le ha presentado en su casa Isobel - explicó Stefan algo caliente por nuestra hermana.
- ¿¡Qué!?- exclamó nuestra hermanita incrédula y preocupada.
Solté sus caderas y le rodeé con mi brazo para que Stefan la besara y dijera.
- Sí, pero no te preocupes, vístete y bajamos abajo con Emma - le dijo acariciándola.
- Vale - contestó mirándome para que la ayudara a vestirse.
Stefan nos miró, sonrió y dijo.
- Ve a vestirte con nuestro hermano mayor - le dijo mirándola pícaramente con una sonrisa.
Ella se sonrojó y yo la abracé.
- Vamos - le dije cogiéndola en brazos.
- Vale - contestó empezando a reírse.
Stefan salió de la habitación diciendo.
- Damon, trátala bien y se un buen hermano mayor con ella - dijo saliendo de la habitación.
Simplemente asentí.
Ella me miró con sus ojitos de gatita y yo la besé. Estábamos de vuelta en el baño. Estaba sentada en el filo de la bañera.
Le puse la blusa y me preguntó.
- ¿Qué haces? - me preguntó.
- Tengo que ponerme el sujetador - añadió.
- Hoy no tienes por qué - contesté mirándola traviesamente sabiendo que la derretiría por dentro.
Ella me tiró el sujetador a la cara con su mente poniéndose de morritos y cambió a una actitud más agresiva.
- ¡Pónmelo! - pidió agresivamente mientras yo me lo quitaba de mi cara.
- No - contesté negándome con una sonrisa.
- ¡Damon! - chilló como una niña pequeña, ambos sabíamos que todo esto iba de broma.
- ¿Qué? - contesté haciéndome el tonto.
Ella se llevó su mano a la frente y comentó.
- Eres muy travieso - comentó con una sonrisita coqueta.
Le deposité un beso en sus labios y ella se cruzó de brazos negando con su cabeza con una sonrisita.
- Así se te notan más - comenté divertido con una sonrisa a la vez que la miraba.
- Idiota - me insultó de broma con una sonrisa.
- Pónmelo - volvió a pedirme mirándome con sus ojitos de gatita.
- ¡Ohh..., vamos, hermanita! - me quejé haciéndole un puchero mientras la miraba.
- Damon, eres mi hermano mayor, por lo tanto si vamos a salir a la calle tienes que portarte bien y darnos un buen ejemplo a Stefan y a mí - me explicó con una sonrisa de orgullo.
- Vale - contesté a regañadientes quitándole la blusa y poniéndole primero su sujetador mientras le dejaba besos en su cuello que hacían que ella se tumbara en la bañera para que pudiera dejarle besos en su cuello más cómodamente.
- Te quiero - me dijo entre risas por mis mordisquitos y besos que le daba. Estaba provocando que se le escapara la risa.
- ¡Ay! - se quejó de repente haciendo que parase.
Miré su cuello y noté como había clavado uno de mis colmillos en su cuello.
Rápidamente me aparté de ella y vi como empezaba a salirle sangre por su cuello. Vi como se ponía su mano en su cuello mirándome algo triste.
- Lo siento - me disculpé separándome de ella.
- Lo siento, hermanita - añadí alejándome de ella para evitar sucumbir al deseo de beber de su deliciosa sangre.
- ¿Damon? - me llamó algo confusa y preocupada por mí.
- No, ahora no - dije entre dientes mirando hacia otro lado.
- Necesito que te vayas, no quiero hacerte daño - seguí diciendo.
- No, no me lo harás - contestó ella segura de mí a la misma vez que se acercaba a mí.
- No, Damon, sé que no lo harás, confío en ti - me dijo acerándose a mí entre lágrimas.
- No, no llores. No me hagas esto, amor - le dije abrazándola mientras cerraba mis ojos por miedo a hacerle daño.
- Perdóname - se disculpó llorándome.
- No, no digas eso. Tú no has hecho nada - le dije besándola.
- Luna, es normal que juguemos juntos, ante todo somos hermanos - añadí explicándoselo al ver que estaba algo arrepentida por estar conmigo.
- No, Damon, está bien, tranquilo - me dijo calmándose.
- Estoy bien - añadió.
- Lo siento - me disculpé con ella.
- Olvidémoslo, Damon - concluyó rodeándome con su brazo.
Le puse el sujetador sin hacer ninguna de mis tonterías para después vestirla con su blusa y todo lo demás.
Al terminar de vestirnos bajamos con Stefan y Emma.
Luna P.O.V
Cuando se arregló Damon le di mi mano y nos fuimos juntos con Stefan que estaba en la puerta esperándonos con Emma en brazos.
Le acaricié su mejilla y le di de beber un poco de mi sangre con una sonrisa.
- Te quiero - le dije a Emma felizmente.
- Antes, he oído cómo llorabas - comentó Stefan mirando a Damon que estaba serio.
- Ahh..., no te preocupes, estaba llorando de felicidad - contesté con una sonrisa rodeándolos a los dos con mis brazos.
- Cuéntanos qué ha pasado con Isobel - le pedí mientras bajábamos las escaleras.
- Isobel se presentó anoche en su puerta - contó algo preocupado.
- ¿Qué hace aquí? - pregunté algo molesta.
- No lo sé, es lo que voy a averiguar - contestó Stefan.
Entonces cuando bajamos al pasillo nos encontramos con Katherine tan orgullosa como siempre.
- No deberíais decirle que estoy aquí - intervino ella mirándome a mí simplemente para molestarme a la misma vez que miraba cómo mi hermano mayor tenía en sus brazos a la pequeña Emma que era nuestra hija. Noté como le molestó que Stefan y yo tuviéramos una hija.
- ¿Por qué no? - preguntó Damon.
- Es mejor que ella y John no sepan que me quedé en el pueblo después de salir de la tumba - contestó ella.
- Venga, pero si estáis compinchados. Tu trato con John casi me mata - explicó Damon haciendo que me preocupase. Supuse que se refería a la daga.
- Aunque de no ser por nuestra hermanita, tu trato habría surtido efecto. Pero..., ayyyy..., qué pena ella sabía lo de la daga. Mala suerte, tal vez a la próxima... - añadió con una sonrisita adorable agradeciéndome que le hubiera salvado.
Me lamió la mejilla provocando que empezara a soltar unas risitas haciendo que Katherine mirara hacia otro lado incomodada para defenderse.
- Hice lo necesario para salir de la tumba - se defendió.
- Ahora me replanteo mis alianzas - añadió haciéndose la coqueta ante mis hermanos mientras ponía su mano derecha en su nuca para girarse e irse lentamente para que Stefan le preguntara.
- A ver, ¿qué sabes? - le preguntó Stefan.
- Sé que quiero matar a Klaus, lo que me posiciona en vuestro equipo. Y si tuviera que suplantar a la sosa de la amiga de vuestra hermanita, Elena, cuanta menos gente sepa que estoy aquí, mejor - contestó
- Piénsalo, Stefan. Vamos, sé listo - añadió coqueteando con mi hermano mayor.
- Nos vamos. Vosotros llamad a Ric y decidle que su mujer se ha presentado en la casa de su novia - dijo haciendo que lo acompañase de nuevo con nuestra hija en sus brazos.
- No soporto que Katherine coquetee con vosotros dos. Me duele porque me recuerda a cuando os perdí - le expliqué algo molesta y triste.
Stefan me cogió la mano con su mano que tenía libre y me besó para decirme.
- Tranquila, ya se irá la estúpida de Katherine - me dijo besándome logrando que me calmase.
- Bueno, será mejor que vaya a ver cómo está Leah - comenté mientras volvíamos de nuevo a nuestra habitación al ver como le llamaban a mi hermano.
- Vale - contestó él rodeándome con su brazo para acompañarme a la habitación de Leah.
- No será mejor que contestes primero la llamada - comenté mirándole con una sonrisa.
- Si lo dice mi hermanita pequeña lo haré - contestó él mirándome de esa forma tan especial que me miraba.
- Te amo, amor - le dije como si ya estuviéramos casados.
- Y yo a ti, cariño - dijo provocando que enrojeciera levemente.
- Adiós - dije para Emma acariciándole su mejilla.
Le deposité un beso en su mejilla logrando que empezara a reírse y al despedirme de mi hija y mi hermano mayor barra mi futuro marido bajé a la habitación de Leah para hablar con ella.
- Hola - le saludé entrando a su habitación.
Estaba llorando sentada sobre sus rodillas contra la pared. Cuando le saludé levantó su cara de sus rodillas y me miró entre lágrimas. En su rostro solo había amargura y desesperación además de una pizca de miedo. Todo era culpa de Katherine.
- Hola - contestó con un hilo de voz.
- ¿Puedo pasar? - pregunté.
- Sí, claro, espera a que ordene la cama - contestó levantándose haciendo que me diera cuenta de que su cama estaba deshecha, eso daba a entender que se había acostado pero al no haber sido capaz de conciliar el sueño se había levantado a llorar.
- Oh, no te preocupes, no es importante - dije sin darle importancia.
Hizo la cama con su mente y pasé para sentarme junto a ella en la cama. Nos sentamos juntas y allí ella me confesó.
- Luna, no puedo más. Cuanto más tiempo pase Katherine a mi lado más fuerte se hace mi oscuridad y contra a eso soy incapaz de luchar. Me puede, porque soy débil - me confesó llorando con miedo de hacerme daño.
- Ya viste la otra vez lo que me pasó con Damon cuando estuve en la misma habitación que Katherine, soy incapaz de controlarme - añadió recordándome lo que pasó con Damon.
- Tranquila, no estás sola. Juntas lo lograremos - le animé cogiéndole su mano.
- Damon me odia, seguro - aseguró ella bajando la cabeza.
- No, eso no es verdad, le conozco muy bien. Él no sería capaz de odiar a una chica tan guapa como tú, salvo a Katherine. Aunque ella es otra historia - comenté con una sonrisa haciéndole reír.
- ¿Eso opina de mí? - me preguntó roja, lo que no era muy común en ella. Era segura de sí misma y me daba envidia que fuera así de segura a la hora de hablar. Hablaba con mis hermanos con una seguridad que había veces que hasta yo no tenía .
- Sí - contesté.
- ¿Te lo ha dicho él? - preguntó.
- No hace falta que me lo diga, lo veo en su cara - contesté poniendo mis ojos en blanco con una sonrisa recordando todas las veces que coqueteaba con chicas que eran guapas.
Abrió la ventana con su mente y al comprobar que hacía viento me preguntó.
- ¿Cuál de los dos te parecen más guapos? - me preguntó con un brillo en sus ojos por saber mi respuesta
- Mmmm..., eso es difícil. Damon es mayor que Stefan y es muy fuerte, hay veces que siento que se comporta como nuestro padre y me gusta. Me gusta saber que estará allí para protegernos a Stefan y a mí. Me siento segura con él. Me gusta su lado de chico malo y travieso. Pero Stefan..., ahhh...., él es mi preferido sin duda , me enamoré de él primero hasta que luego descubrí que estaba enamorada de mis dos hermanos mayores, vaya tela. En fin, Stefan es tierno conmigo, me cuida, es considerado conmigo, me consuela para que no esté triste y aunque Damon también lo haga Stefan lo hace más que él. Así que no, me es imposible elegir entre los dos, los quiero por igual aunque Stefan sea mi preferido. Sufrí mucho cuando los perdí, ¿sabes? Lo pasé tan mal que estuve como un mes o por ahí sin dormir por tanto llorar y como soy una diosa no me pasó nada - expliqué a la misma vez que ambas nos reíamos como si fuéramos adolescentes que iban al instituto y hablaban de chicos.
De repente entró Stefan con Emma en brazos y como había escuchado lo de la conversación con Caroline comenté.
- Qué desastre, primero lo de Isobel y Elena y ahora lo de Matt - comenté mientras se sentaba a nuestro lado.
- Esto es una pesadilla - añadí.
Entre tanto, Leah y yo intercambiábamos miradas de complicidad por lo que habíamos estado hablando recientemente.
Cerré la ventana con mi mente y vi como Stefan nos miraba algo confuso por cómo nos mirábamos.
- Sí - contestó acariciándome la mejilla con su mano libre.
- Ohhh... - comentó Leah enternecida que no se podía aguantar las ganas.
Yo la miré algo incomodada. Stefan le sonrió para coger su mano y acariciársela provocando que se derritiera por dentro.
- Vamos a hablar con Damon - me explicó Stefan.
- Leah, tú puedes venir con nosotros o puedes quedarte aquí - añadió para Leah limpiándole las lágrimas.
- Deja que la coja ahora yo en brazos - le pedí acariciando la mejilla de la pequeña Emma.
- Vale, toma - contestó él dejándomela con cuidado en mis brazos cuando Leah le soltó su mano.
- Ven con mamá - le susurré al tenerla en mis brazos.
Pude notar la cicatriz de la herida que le había hecho Chase y me entristecí.
- Ehhh..., tranquila, a lo mejor tal vez es solo cuestión de tiempo - comentó Stefan para alegrarme.
- Lo ha hecho para marcarla y decir que es de su territorio. Chase es muy territorial - contesté enfadada con Chase.
- Si yo no he podido curarle y yo soy la naturaleza nada lo hará - dije algo fría y molesta.
Vi la expresión de Stefan e inmediatamente me disculpé con él. Estaba algo afligido como si pensara que era culpa suya.
- Lo siento - me disculpé con él.
- No te preocupes, es nuestra hija, es normal que estés así - contestó besándome con una sonrisa.
Emma estaba durmiendo. Tenía los ojos de Stefan, verdes, aunque todavía no le había crecido el pelo.
- Tiene tus ojos - le comenté sonriendo al mirar hacia sus ojos.
Él me sonrió y bajamos los cuatro juntos.
Cuando llegamos Leah me dejó sentarme entre nuestros hermanos y ella se sentó al lado de Damon.
- No me fío nada de Isobel ni de John ni de Katherine - comentó Stefan acariciando a nuestra hija que acababa de despertarse y estaba feliz de despertarse a nuestro lado.
- Leah no debería de invitar a nadie, debería de invitar solamente Luna. Y no entiendo cómo es que Chase consigue entrar a nuestra casa sin necesidad de ser invitado cuando Luna no podía entrar a su casa sin ser invitada por él - comentó Damon al acordarme de cuando vino a rescatarme de la casa de Chase.
Stefan se puso triste al recordar lo que me hizo Chase y le salieron unas pocas lágrimas de impotencia. Supongo que eran porque pensó que no hizo nada por impedir que me fuera con él.
- Lo siento - me disculpé con él algo triste.
- Estoy bien - contestó viendo cómo Emma alargaba su pequeño bracito para intentar secarle las lágrimas a su padre. Sin embargo, asombrosamente tiró con su mente una de las botellas de bourbon de Damon provocando que nos asustáramos todos.
- ¿Qué ha sido eso? - preguntó Leah mientras todos mirábamos de donde provenía el ruido.
- Mi botella - comentó Damon con una cara de pena adorable aunque también algo molesto al ver cómo se había derramado por el suelo el líquido que antes estaba en la botella de cristal que estaba rota en el suelo.
Me miró a mí creyendo que había sido yo y preguntó.
- ¿Has sido tú? - me preguntó algo molesto conmigo.
- Pues claro que no, idiota - le contesté de broma lanzándole una miradita coqueta en un intento de ponerle.
- Leah, ¿has sido tú? - preguntó para nuestra hermana pequeña.
- No, tal vez haya sido Emma que ha heredado los poderes de su madre - contestó mirándonos a Emma y a mí.
Todos nos miraron y entonces Emma se echó a llorar sin saber por qué. Stefan se preocupó y se acurrucó junto a Emma y a mí para intentar que se calmara.
- Creo que a Emma no le gusta que todos le estéis mirando - comenté acariciándola para que se calmase.
- Ah, ahora que me acuerdo, uno de los dos guardaespaldas tendrá que acompañarme a la comida de los Lockwood - añadí acordándome mirando a mis hermanos de una forma cómplice.
- Iré yo - contestó Stefan.
- Yo no puedo. Tengo que hacer brujería con Bonnie - comentó mi otro hermano mayor con una tierna sonrisita.
- Entonces será mejor que deje a Emma con mamá - comentó Leah
- Así podré... - empezó a añadir pero Damon la calló poniéndose su dedo sobre sus labios.
Ella dejó de hablar y apareció Katherine entrando al salón. Todos nos giramos para mirarla.
- No dejéis de hablar por mí - comentó la zorra de Katherine.
- Si tenéis un plan para evitar el inminente destino vampírico quiero saberlo - añadió.
- Enserio - siguió diciendo ella.
Nos giramos y Emma paró de reírse.
- Ahh..., pero mirad quién tenemos aquí, si es la pequeña Emma. La más pequeña de los Salvatore. Me he enterado que está marcada de por vida por Chase - comentó al fijarse como entre Stefan y yo la ocultábamos con nuestro cuerpo.
Los cuatro decidimos ignorarla.
- ¿Cuál es el plan para sacarnos de este embrollo? - preguntó al ver que la ignorábamos.
- Os entregué la piedra lunar, a un hombre lobo y una daga para atraer y matar a Klaus. Y ahora mismo solo tenéis la piedra lunar - siguió diciendo.
- O eso me decís - añadió poniéndose coquetamente de morritos.
- No, la tenemos - habló Damon firmemente.
- ¿Dónde está? - preguntó.
- Está en un sitio muy seguro - contestó poniendo una carita adorable.
- He sido sincera con vosotros. Devolvedme el favor - exigió.
- Bien, te seré sincero. El que no te hayamos quemado mientras duermes no implica confianza - contestó Damon con una carita adorable.
- Vale - dijo Katherine cruzándose de brazos.
- Como queráis - añadió para después irse haciendo que sonriera ampliamente.
Leah estaba triste y yo quería hablar con Damon antes de que se fuera del hijo que habíamos pensado tener.
Stefan me miró y le pedí.
- ¿Puedo hablar con Damon antes de irnos? - le pedí.
- Luna, no necesitas pedirme permiso para todo, es nuestro hermano, pues claro que puedes ir con él - contestó él acariciándome.
- Es que bueno, he estado mucho con él y poco contigo. No me gusta, parece que me voy a olvidar de ti y no quiero olvidarme de ti - comenté algo apenada dejando a Emma en sus brazos.
Damon P.O.V
Stefan cogió con la mano que tenía libre la mano de Luna para traerla conmigo y se fueron Leah y Stefan con Emma en sus brazos a otro sitio.
Le cogí su mano y la senté en mi regazo. Estaba algo arrepentida.
- Pasamos mucho tiempo los dos y no paso mucho tiempo con Stefan es por eso que estoy así - me explicó haciendo que entendiera por qué estaba así.
- Bueno, quería hablar contigo de nuestro hijo - cambió de tema haciendo que me alegrara al saber que íbamos a tener un hijo.
- ¿Cuándo quieres quedarte embarazada? - le pregunté irónicamente comenzando a desabrocharme la camiseta dando a entender que estaba preparado para dejarla embarazada, pero eso sí, lo haríamos con mucho amor. Lo que hice provocó que mi hermanita se pusiera un poco roja y empezara a reírse para contestar.
- No sé, cuando quieras - contestó.
- ¿Cuándo habías pensado tú? - añadió.
- Mmmm..., no sé, ¿esta noche, cielo? - le pregunté volviendo a abrocharme la camiseta.
- Vale - contestó felizmente.
- ¿Qué has pensado, niño o niña? - le pregunté.
- Niño para que pase como nosotros, quiero seguir con la nueva tradición familiar - contestó.
- Ah, ¿qué te parece que se llame Jack? - le pregunté mirándola con un brillo en mis ojos.
- No, me niego, para que pase como en el Titanic - contestó provocando que se me escapara la risa al darme cuenta.
- Es verdad. Bueno, ¿entonces qué te parece Nathan? - le pregunté.
- Es perfecto, me encanta - contestó ella abrazándome.
- Me alegro, cielo - le contesté.
- Te quiero - me dijo besándome.
- Y yo a ti - le contesté.
La volteé y la dejé acostada en el sofá para empezar a besarle. Ella me desabrochó la camiseta pero lo dejó en eso diciendo.
- Me gustaría que hiciéramos esta noche un trío con Stefan y que me quedara embarazada de vosotros al mismo tiempo - dijo.
- Voy a hablarlo con Stefan - añadió. Eso fue muy valiente por su parte y yo quería estar allí para apoyarla en lo que fuera necesario.
La cogí en brazos y la llevé arriba para hablar con Stefan que estaba cuidando de su hija.
Me enfadé un poco cuando la pequeña Emma tiró con su mente mi botella de bourbon pero como era la hija de Stefan y de Luna, pero sobre todo la hija de Luna, lo dejé estar con una cara de pena adorable que seguro que derritió a mi hermanita.
Cuando llegamos a su habitación dejé a Luna en su cama y se acercó a Stefan para besarle y comentárselo.
- Esta noche me gustaría hacer un trío con los dos y quedarme embarazada de ambos - le comentó ella con una sonrisa.
Cuando dejó a Emma en la cuna se sentó a su lado en la cama y empezó a acariciarle. De pronto cambió y empezó a hacerle cosquillas provocando que ella se riera haciéndome sonreír.
Así que decidí unirme para yo también poder hacerle mimos a Luna.
- Mejor será que te quedes en casa para que podamos cuidarte, acabas de volver a la vida y esta vez te ha costado un poco más que las otras veces - comenté sentándome a su lado haciendo que ella se quedara entre Stefan y yo como pasaba siempre.
- O mejor dicho, que te cuide Stefan porque yo tengo que ir a hacer brujería con Bonnie - añadí dándome cuenta.
- No, no puedo. Tenemos que irnos y ya - nos dijo levantándose de la cama un poco cansada.
Luna P.O.V
Abracé a Damon para besarle poniéndome de puntillas y me metí en el baño a ducharme con un vestido que había cogido para la ocasión. Era el mismo que me puse en mi despedida de soltera.
Ya faltaba poco para nuestra boda y esta noche me quedaría embarazada de ambos por primera y última vez.
Al cabo de un rato salí del baño y me los encontré con una sonrisa en sus labios al ver cómo estaba.
- Estás estupenda - comentaron los dos sonriendo.
Eran tan tiernos cuando sonreían que me daban ganas de acabar con ellos en la cama, bueno prácticamente siempre que estaba con ellos me daban ganas de acabar en la cama con los dos. Mis dos hermanos mayores.
Llegó el turno de ducharse de Stefan y yo me senté a esperarle en la cama junto a Damon. Que a veces era un poco pervertido y bruto. Bueno..., casi siempre era así, por no decir siempre. No dejaba de mirar mis pechos con ganas de acabar en la cama y yo le sonreí algo incomodada así que él simplemente me abrazó y me dijo.
- Tranquila, hermanita, no dejaré que nunca te pase nada - me dijo enterrándome en sus brazos.
- Te quiero - le dije abrazándole viendo como Stefan salía de la ducha en camisa dejándose un delicioso escote.
Abracé a Damon con más fuerza provocando que se quejara.
- ¡Ayy! - se quejó.
- Hermanita, eres muy fuerte - añadió.
- Lo sé, idiota - le contesté besándole con una sonrisa para pegarme a mi otro hermano barra mi otro futuro marido.
- ¿Nos vamos? - me preguntó Stefan rodeándome con su brazo.
- Vale - contesté.
Al final no llegamos a la hora de comer. Llegamos para la fiesta y nos encontramos con Elena.
- Hola - le saludamos Stefan y yo.
- Hola - contestó ella.
Estábamos en una sala donde había mucha gente sentada en sillas y Carol iba a dar la enhorabuena a Elena.
- Y para aceptar la donación para la fundación Miranda Sommers Gilbert está aquí..., Elena Gilbert - dijo Carol mientras mi hermano y yo la mirábamos orgullosos de ella.
Ella nos miró y decidió ir hasta donde estaba Carol a la misma vez que todos le aplaudíamos.
Entonces cuando se colocó donde todos pudiéramos escucharla empezó a explicar.
- La sociedad histórica era el proyecto de mi madre - empezó a explicar.
- Os consideraba a todos parte de la familia y estaría muy emocionada por este regalo - añadió.
De pronto Stefan y yo escuchamos un ruido que provenía de las escaleras. Nos giramos, ya que estábamos apoyados él en el marco de la puerta y yo en la pared, y nos encontramos a John que estaba inconsciente y estaba rodando escaleras abajo.
Todo el mundo empezó a levantarse y en un instante se armó un revuelo. Stefan y yo salimos cogidos de la mano.
Mi hermano se acercó a examinar a John, le giró la cabeza provocando que viéramos como había sido mordido por un vampiro.
Carol se acercó a donde estábamos y explicó.
- Por favor, dejad que la sheriff haga su trabajo - explicó para la muchedumbre.
Liz se coló como pudo entre la gente y consiguió llegar hasta nosotros.
- Está sangrando. ¿Está bien? - le preguntó mi hermano.
- Tranquilos, yo me encargo - contestó ella.
Al no encontrar a Elena entre la multitud me asusté y me separé de mi hermano para que la pudiéramos buscar entre los dos.
De pronto me encontré conmigo misma y supuse que era Leah.
- Bonito vestido - comentó ella para después morderme y dejarme inconsciente. Supuse que tenía kriptonita celestial.
Stefan P.O.V
Al final me encontré a Elena con Luna y les pregunté viendo como mi hermana estaba llamando a alguien.
- ¿Estáis bien? - les pregunté.
- Sí - contestó Elena aunque Luna contestó.
- Estoy llamando a Damon - contestó.
- Salgamos de aquí. Vamos - les dije a mi hermana y su amiga.
- Esto es cosa de Isobel, Damon - le explicó segura de sí misma.
- Dile que venga a encargarse del cuerpo de John - le dije.
Elena decidió irse para dejarnos a solas.
- Y tendrás que dar explicaciones al consejo de por qué John no está muerto - añadió para después guardarse nuevamente el móvil.
Entonces la empujé contra el maletero del coche furiosamente al saber que ella no era Luna.
- ¿Dónde está Luna? - le pregunté sujetándola con algo de miedo de hacerle daño entendiendo que era Leah y era su oscuridad la que le hacía ser la mejor amiga de Katherine.
Entonces ella me clavó una jeringuilla de verbena mientras se convertía de nuevo en Leah.
- Lo siento, Stef, pero no puedo dejar que nos sigas - dijo coquetamente para después lanzarme por los aires contra un arbusto.
Después de unas horas inconsciente acabé despertándome y cuando salí del arbusto decidí llamar a Damon.
Damon P.O.V
Al quitarme la camiseta alguien me llamó. Cogí el móvil del bolsillo y al ver que era Stefan me extrañé sabiendo que todavía no habían vuelto.
- ¿Stefan? ¿Cómo es que aún no habéis vuelto? - le dije extrañado.
- Sí, por lo visto han secuestrado Katherine y Leah a Luna y Elena - me explicó desde el otro lado de la línea.
- ¿Qué? - pregunté enfadado y preocupado por nuestra hermanita.
Stefan me colgó y nuevamente busqué la piedra lunar en el sitio donde dejaba las pastillas de jabón y una vez más no estaba allí.
- No, no, no - comenté enfadado volviendo a tirar el recipiente donde metía las pastillas de jabón.
Volví a llamar a Stefan y decidimos ir a una casa embargada que había localizado a las afueras de la ciudad. Cogimos mi coche y nos fuimos. Al llegar me preguntó dudando si era esta o no era esta la casa.
- ¿Esta es la casa? - me preguntó dudoso.
- Seguro, es el mejor embargo del pueblo - contesté.
- Más te vale, si no está aquí... - empezó a decir haciendo que yo le interrumpiera comentando.
- No seas tan pesimista - comenté mientras decidíamos entrar a la casa.
Leah P.O.V
Pobre de Luna, estaba inconsciente, tirada en el suelo, a Katherine se la había llevado un brujo de Klaus. Me estaba alimentando de ella, disfrutando del sabor tan peculiar que tenía la sangre divina y más viniendo de la diosa de la naturaleza.
Tenía a todos los hombres detrás de ella, solo porque era la chica más guapa del mundo.
Chase había venido gracias a mi llamada, estaba algo preocupado por ella.
- Aquí la tienes, puedes hacer con ella lo que te dé la gana, yo ya no la quiero, me he aburrido - le expliqué viendo como entraba a la habitación alucinando en colores.
La levanté bruscamente del suelo y la tiré encima de Chase como un mero objeto ocasionando que ambos cayeran al suelo.
Entonces decidí irme a cuidar de que mi otro hermano, Klaus, no hiciera daño a mi mejor amiga, Katherine.
Chase P.O.V
Leah había tratado a mi amada a golpes y eso lo pude notar en los moretones que tenía por todo el cuerpo. Estaba inconsciente, ni siquiera respondió cuando me senté en el suelo y la dejé en mi regazo.
Estaba como muerta, aunque tenía pulso y respiraba.
Todavía no se le había curado la mordida de Leah, por eso todavía le salía sangre del mordisco del cuello.
Leah ya se había ido, así que a pesar de ir en contra a mis principios decidí cuidarla hasta que volvieran sus hermanos. Me convertí en un lobo gris y empecé a lamerle la herida.
Aunque se suponía que yo debía de darle miedo, por algo era hijo de Ares y de Afrodita.
- Stefan - empezó a decir abrazándome.
- Damon - siguió diciendo.
Parecía que estaba teniendo alucinaciones y creía que estaba con sus hermanos.
Al cabo de un rato se le curó la herida y despertó. Cuando me vio se levantó con algo de dificultad y se apartó de mí mirándome confusa.
- ¿Qué me has hecho? ¿Ahora también eres vampiro? - me preguntó confusa haciendo que me convirtiera de nuevo en humano.
- No, tranquila. Cariño, no te he hecho daño, ha sido Leah - le expliqué viendo como caía al suelo por el esfuerzo, todavía estaba débil.
- ¡Ayyy! - se quejó desde el suelo.
- Me duele todo el cuerpo - se quejó mientras yo la cogía en brazos.
- Lo siento, te prometo que no seré malo contigo, por lo menos hoy. Mi padre quiere que te trate mal - le expliqué.
Ambos escuchamos como sus hermanos entraban en la casa.
- Vale - contestó calmándose.
- ¿Quieres que vayamos con tus hermanos? - le pregunté.
- Sí - contestó débilmente.
Pero no pudimos salir por la puerta porque entró Stefan que al vernos juntos llamó a Damon.
- ¡Damon! - gritó Stefan llamándole.
En un instante apareció Damon que al verme con Luna débil en brazos corrió hacia mí aunque Stefan que estaba serio le paró sujetándolo de la muñeca.
- ¿Qué le has hecho ahora a nuestra hermana? - preguntó Damon furioso entre dientes.
- No, por favor, esperad. No es lo que pensáis - les dijo débilmente Luna.
- Suéltame - me pidió mirándome a los ojos.
La solté en el suelo y le cogí la mano para evitar que se cayera al suelo.
- Gracias - me agradeció con una pequeña sonrisa.
Yo miré para otro lado y decidí no contestarle algo rojo.
Sus hermanos estaban confusos por como me estaba comportando con ella.
Luna P.O.V
Solté la mano de Chase y Damon fue a por mí para apartarme de Chase.
- Esperad, no le hagáis daño. Es su padre que le obliga a tratarme mal - le defendí débilmente.
- Leah ha sido la que me ha hecho esto. Aunque no es culpa suya, es su oscuridad que al estar Katherine a su lado la ha activado - añadí.
- Está bien - contestó Damon calmándose entre dientes.
- ¿Puedo ayudaros con lo de Leah? - me preguntó mirándome.
- Estoy cansada, Chase, si prometes ser bueno te puedes quedar - contesté resoplando viendo como mi hermano mayor me abrazaba intentando apartarme de Chase.
- Vale - contestó él.
- Tranquilos. Su padre le obliga a que me haga cosas malas pero yo sé que él no es así - les expliqué.
- Estás débil - me dijo Damon que estaba preocupado por mí.
Damon me llevó cuidadosamente hasta el coche donde esperamos a Stefan y a Chase.
- No, Damon, déjame sentarme detrás aunque esté con Chase - le dije al ver como me acompañaba hasta el asiento del copiloto.
- No, tú te quedas a mi lado - me dijo.
- ¡Damon! - me quejé.
- Parece que ese Chase te ha lavado el coco. ¿No será que estás enamorada de él? ¿tan pronto nos vas a dejar? - dijo a modo de reproche. Estaba enfadado.
- Eso no es verdad - contesté ofendida por mi hermano mayor.
- Damon, deja que se siente donde quiera - me defendió Chase.
- Tú no te metas, lobito. Esto es entre mi hermana y yo - le reprendió Damon.
- Damon, es la primera vez que me vas a escuchar decir esto pero Chase tiene razón - soltó Stefan.
- ¿Tú también, Stefan? - se sorprendió Damon molesto con ambos.
- ¡Ya basta! - grité.
- Me voy a sentar al lado a tu lado, Damon - añadí bajando la cabeza afligida entre lágrimas.
- Ves lo que has hecho, Damon - le regañó Stefan.
Me monté a su lado y los cuatro volvimos a casa.
Al volver a casa me fui directamente a mi habitación sin decir nada.
Damon P.O.V
Stefan se acercó a mí, estaba enfadado y nunca lo había visto así de enfadado.
- ¡Damon, ¿Te das cuenta de lo que has hecho?! - me gritó.
- Ehhh... Voy a ver cómo está vuestra hermana - comentó Chase.
- Ni se te ocurra intentar nada con ella - le soltó Stefan.
Chase asintió y se fue a ver como estaba nuestra hermana.
- Supongo que estaba celoso - contesté a lo que me había dicho antes Stefan.
- ¡¿Cómo que supones?! - exclamó incrédulo mi hermano pequeño.
- Tú has estado coqueteando con Elena, entre otras muchas chicas y ella nunca se ha quejado, ni ha mostrado signos de estar celosa ni te lo ha echado en cara de aquella manera que tú has hecho. Eso ha sido injusto por tu parte, Damon. Solo digo que tendrías que ser más dulce con ella - me explicó tratando de calmarse.
Luna P.O.V
Me encontré a Emma en la cuna durmiendo como siempre. La cogí en brazos y le di de beber mi sangre para después volverla a dejar en la cuna entre lágrimas para que siguiera durmiendo.
Me quité toda la ropa quedándome en ropa interior y me dispuse a tomar un baño haciendo que viniera con mi mente detrás de mí flotando mi ropa interior limpia y la camisa que me quedaba grande que me había regalado Stefan para vestirme después de ducharme. Nunca pensé que Damon llegaría a esos extremos por mí. Supuse que era para protegerme, no quería pensar mal de él. Así que lo dejé estar y me metí en el baño para ducharme. Aunque de repente escuché como alguien entraba a la habitación y decidí salir a ver quién era. Pero simplemente era Chase.
Todavía estaba cansada y me dolía la cabeza.
- ¿Cómo estás, cariño? - me preguntó entrando lentamente en mi habitación.
Con mi mente hice que viniera una toalla para taparme.
- ¿Me tomas el pelo? - pregunté riéndome incrédula sin entender por qué siempre me tenía que llamar cariño parecía un poco Klaus con eso de llamarme "Cariño" Klaus siempre llamaba a todas las chicas "Amor" aunque él me llamaba "Cariño" solo a mí.
- ¿En serio me tienes que llamar cariño? - añadí entre risas además de entre lágrimas sin entender nada.
- Sabes, cada día que paso contigo me hago más fuerte y mejor resisto a digamos al embrujo que tiene mi padre sobre mí que me obliga a hacerte daño - me explicó tranquilamente.
- Me alegro - dije algo feliz.
- Yo tampoco quiero que se cumpla la profecía, eres muy feliz con tus hermanos - comentó acercándose hasta Emma que estaba durmiendo en la cuna.
- Siento lo que le hice a la pequeña - se disculpó viendo la cicatriz que había en su mejilla.
- No importa - dije roja a más no poder.
- ¿Te ibas a duchar? - me preguntó haciendo que recuperara el tono de la cara.
- Sí - contesté.
- ¿Te importa que me duche contigo? - me preguntó.
- Que te haya dejado venirte a casa con nosotros y te haya defendido delante de mis hermanos no implica que verdaderamente confíe en ti como para que nos duchemos juntos. Entiéndelo, estoy con mis hermanos - le expliqué respondiendo a su pregunta.
- Entiendo. Buenas noches, cariño - se despidió para después irse.
- Buenas noches, cariño - le despedí de igual forma sin saber por qué ocasionando que me tapara la boca pensando en la profecía.
Cuando se fue me metí en la ducha y lloré en silencio por mucho rato para desahogarme de lo ocurrido mientras me duchaba. Al terminar de ducharme, me vestí y decidí acostarme aunque me encontré con Damon tumbado en la cama mirando como derramaba mis últimas lágrimas.
Me tumbé a su lado y él comentó.
- Estás deliciosa en esa camisa que te regaló Stefan - comentó intentando sonar dulce.
- Siento lo que he dicho antes, me he pasado porque creía que perdería lo nuestro, me he asustado y me puesto celoso - me explicó.
- Estoy cansada - dije algo seria tumbándome en la cama a su lado.
- ¿No íbamos a hacer un trío con Stefan? - me preguntó.
- No me apetece - contesté acurrucándome junto a él.
- ¿Seguro? - preguntó empezando a lamerme la mejilla.
- ¿No te ibas a quedar embarazada de nosotros dos? - me preguntó haciéndome cosquillas para que comenzara a reírme y adoptara una actitud más suave y dulce con él.
- Vale - me rendí por fin.
- Bien, primero lo hacemos nosotros en mi habitación - propuso cogiéndome en brazos.
Al llegar a su habitación me preguntó.
- ¿Dónde podríamos hacerlo? - preguntó con una sonrisa traviesa.
- En tu cama - contesté feliz de tenerlo como hermano a pesar de todo.
- Vamos. Voy a intentar ponerte caliente para que lo podamos hacer con mucho amor - comentó con una sonrisa traviesa.
- ¿Es en serio, Damon? No estropees el momento con tus bromas y chistecitos sexuales - comenté poniendo mis ojos en blanco.
Me quitó la camisa y la dejó por el suelo haciendo lo mismo con mi ropa interior hasta dejarme desnuda ante él.
Me miró traviesamente.
Entonces yo procedí a hacer lo mismo con su ropa. Al acabar la tiré al suelo.
- Hagámoslo - le dije decidida preparándome para pensar en quedarme embarazada de él.
Él se tiró conmigo de su mano en la cama y empezó a entrar en mí con delicadeza pero hasta el fondo.
- ¡Sigue! - gemí.
- Tenemos que venirnos los dos para que esto funcione - le expliqué como pude intentando no gemir para que me entendiera.
- ¡Hasta el fondo! - seguí gimiendo pensando en nuestro bebé.
- ¡Damon! - gemí mientras corría las sábanas con mi mente para taparnos a los dos.
- Prefiero dejarte embarazada solo yo - comentó.
- Quiero cuidarte como te cuidó Stefan - añadió.
- ¡Ohhh... más rápido! ¡más rápido! - gemí pidiéndoselo.
- ¿No íbamos a hacerlo con mucho amor? preguntó para molestarme.
- ¡Damon! - me quejé en un gemido. Aunque de nada sirvió y él siguió a la misma velocidad que cuando empezamos.
- Damon, si no nos venimos entonces no me podré quedar embarazada de ti - le expliqué.
- Vale - contestó a regañadientes.
Entonces fue más rápido y le agarré de sus caderas para hacerlo con más fuerza.
- Eres deliciosa en la cama - comentó entre gemidos lamiéndome la mejilla cuando vio la ocasión.
- ¡Damon! - seguí gimiendo.
Cada vez iba más y más fuerte además de rápido así que acabé viniéndome yo primero y después él.
Mantuve en mi mente el pensamiento de quedarme embarazada de él y esperamos hasta que se mezclaran nuestros fluidos en mi interior.
Nos separamos y me desplomé en su cama.
- Pfff..., no puedo más - comenté exhausta.
- ¿Te has quedado embarazada de mí? - me preguntó.
- No lo sé, creo que sí - contesté.
- ¿Te doy mi sangre? - me preguntó.
- Vale - contesté.
Él se mordió su muñeca y me dio de beber un poco de su sangre.
Damon P.O.V
Cuando paró de beber de mi sangre la cogí en brazos para llevarla a la bañera conmigo.
Por fin tendríamos ella y yo un bebé juntos. Estaba muy feliz.
Ella echó el agua con su mente y cuando el baño estaba listo nos metimos juntos. Cogí jabón y se lo restregué haciéndole un masaje por todo el cuerpo. Le froté los pechos. Le acaricié su pelo para que ella solo gimiera.
- ¡Ahhh! - gimió.
Cuando terminé hice que se diera la vuelta y continué con lo mismo. Le froté la espalda y le hice un masaje.
- ¡Damon! - gimió dejando apoyada su barbilla en el filo de la bañera.
- ¡Ahhh! - suspiró.
- No sabía que fueras tan bueno con los masajes - comentó ella muriéndose de gusto por mi masaje.
Le deposité varios besos por su espalda bajando hasta aquel lugar provocando que arqueara su espalda y gimiera.
- ¡Ah! - gimió.
Entonces paré para preguntarle.
- ¿Te gusta, pequeñaja? - le pregunté provocándola al llamarle pequeñaja.
Pero aún así no respondió a mi provocación. Estaba tan caliente...
- ¡Me encanta! - gimió.
Le froté su espalda con el jabón y pasé a enjabonarle el pelo con el champú. Para eso me tumbé encima de ella abriéndome de piernas. Le dejé unos cuantos besos en su cuello y ella sonrió gustosamente. Al terminar de enjabonarle el pelo se lo enjuagué con el agua de la bañera.
Cuando acabé de bañarla se dio la vuelta para acurrucarse junto a mí.
- Quiero que durmamos los tres juntos y quiero dormir también con Stefan - me pidió.
- Vale - contesté.
- Gracias - me agradeció depositándome un beso en mi pecho con una sonrisa.
La rodeé con mi brazo y la pegué más a mí.
- Te quiero, cielo - le dije besándola.
- Salgamos de la bañera y vayamos a dormir con él - me pidió.
Pero de pronto escuchamos como John que estaba abajo en el suelo del salón revivía.
Entonces decidí cogerla en brazos para salir de la bañera con ella en brazos para vestirnos juntos aunque ella tuvo que ir a su habitación para coger ropa limpia de allí.
Se puso una deliciosa blusa y una deliciosa falda y yo me puse mi camisa dejándome algunos botones sin desabrochar como siempre para provocarla.
En cuanto terminamos bajamos al salón y rápidamente la dejé tumbada en el sofá dejando apoyada su cabeza en el regazo de Stefan para sujetar en el aire del cuello de la chaqueta a John.
- Lo siento. Te juro que no tenía ni idea de lo que iban a hacer Leah, Katherine e Isobel - se disculpó.
- Además, creía que Leah estaba de vuestra parte - añadió.
- Lo siento muchísimo - siguió diciendo mirando a nuestra hermana buscando compasión en ella.
Ella se levantó del sofá y me dijo.
- Damon, suéltalo - me dijo.
- Deja que se vaya a donde quiera irse - añadió seriamente mi hermana.
- Vale - contesté soltándolo.
En cuanto lo solté se fue de nuestra casa y apareció bajando las escaleras un gato con el pelaje rubio que venía hacia nosotros, estaba maullando pero parecía que Luna lo entendió porque gritó.
- ¡Mamá! - gritó Luna corriendo hacia el gato para cogerlo en brazos.
Chase que estaba merodeando por la casa vino también.
De pronto el gato se soltó de los brazos de Luna y fue a bufarle a Chase.
- No, mamá, él ahora es bueno conmigo. Se ha disculpado conmigo - le explicó al gato mientras intentaba separarlo de Chase. Parecía que podía hablar con el gato pero no tenía sentido que lo hubiera llamado mamá así que le dije.
- Luna, yo creo que ese gato no es tu madre. Es un simple gato - le dije.
- No, Damon, es mi madre. Lo que pasa es que Leah ha hecho un conjuro susurrador y la ha convertido en gato - me explicó recordándome que tenía que explicarles lo que había pasado con Bonnie.
- A ver, lobito, supongo que tendrás un buen oído y podrás escuchar nuestras conversaciones y demás así que será mejor que te vayas fuera hasta dentro de por lo menos una hora. Esto es un asunto familiar, así que no te entrometas o acabarás muerto - le dije con una sonrisita tierna provocando que Luna se derritiera por dentro y el gato viniera a ronronearme a mis pies.
Ahí fue cuando entendí que se trataba de Artemisa, la madre de Luna.
Chase se despidió de mi hermana mirándola a los ojos y se fue afuera para esperar a que pasara la hora que le había dicho.
- Una cosa, si tu madre es un gato y tú eres diosa de la naturaleza porque no reviertes la transformación - comenté.
- Ah, sí. Se me había olvidado - contestó para que soltara a modo de provocación.
- ¿O es que no eres tan poderosa? - solté a modo de provocación.
- Idiota, sabes que soy más poderosa que vosotros dos juntos - me contestó sonriendo para hacer que viniera una toalla de la habitación de su madre para envolver al gato y deshacer la transformación en un segundo y sin resultarle ningún tipo de esfuerzo.
- Gracias a los dioses que he podido salir de la habitación para que pudieras deshacer la transformación - agradeció.
- He intentado detenerla aunque no quería hacerle daño, pero se ha escapado y ahora no sé donde está - explicó sujetándose la toalla.
- Bueno, ya os dejo solos. Estaré en mi habitación, si necesitas algo ven a verme - le dijo a mi hermana que la estaba abrazando.
- Vale - contestó ella.
Se despegó de su madre y al ver que estaba algo cansada le di la mano para explicarles viendo cómo Artemisa se iba a su habitación.
- Según Bonnie el hechizo funcionó. Tiene las pilas cargadas - les expliqué sentándome en el sofá con mi hermana a mi lado, dejándola entre Stefan y yo, como siempre.
- Al menos algo ha salido bien - comentó Stefan mientras veíamos como nuestra hermana se acurrucaba entre nosotros algo cansada.
- Ni Katherine ni Leah saben que vuelve a tener poderes. E Isobel no sabía que tú y Jeremy habéis llevado allí a Bonnie - siguió diciendo.
- Solo lo sabemos nosotros y puede que Artemisa - añadió Stefan.
- O sea que Bonnie es nuestra arma secreta - concluí.
- ¿Qué te pasa? - le preguntó dulcemente a nuestra hermana. Estaba sin vida, no parecía ella misma.
- ¿Damon, tú le has hecho algo? - me preguntó.
- A parte de que nos hemos acostado y seguramente la haya dejado embarazada. No, nada más - contesté con una carita tierna además de traviesa.
- Estoy bien, estoy bien. Simplemente estoy cansada - contestó echándose encima de Stefan.
- Vámonos a dormir los tres juntos - añadió.
- Estás algo pálida - comentó Stefan preocupado.
Me mordí la muñeca y le di de beber mi sangre para que recuperase el color. Seguramente era por la gran cantidad de sangre que había perdido cuando Leah se alimentó de ella.
- Vámonos a nuestra habitación - le dijo a Stefan con una sonrisa.
No quería ni que Stefan la cogiera en brazos, quería cuidarla como la había cuidado él cuando la dejó embarazada por accidente.
Así que la cogí en brazos y me la llevé a su habitación. Stefan nos siguió.
Al llegar a su habitación la dejé sentada en la cama, Stefan le quitó la ropa y yo corrí las sábanas para tumbarnos los tres juntos. Pero antes de tumbarnos nosotros Luna fue a darle de beber de su sangre a Emma cogiéndola en brazos. Después le dio un beso de buenas noches en su mejilla y la dejó nuevamente en la cuna para venir a acostarse entre nosotros.
Se acostó en el medio y Stefan y yo nos acostamos a su lado para protegerla y cuidarla.
Ambos estábamos en ropa interior. Luna abrazó a Stefan y entre los dos la abrazamos para después quedarnos dormidos.
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