⚠️Capítulo 1 El regreso.⚠️

Cuando se fue decidí contarle por el bien de Luna, lo que había pasado a Stefan. Subí a su habitación y él estaba haciendo deporte.

- Stef... - comencé a decir.

- ¿Qué quieres? Ya tienes a Luna, que es lo que querías, ¿no? - dijo indiferente.

- Aunque te juro que como le rompas el corazón te lo haré pagar caro - añadió.

- Ya, bueno, lo que tú digas, en realidad había venido a explicarte lo que ha pasado - dije poniendo los ojos en blanco.

- En realidad, ella no era Luna, sino Leah - le expliqué.

Él paró instantáneamente de hacer ejercicio, se puso de pie para prestarme atención y comentar.

- Ya me parecía raro que le hubieran dado el alta tan rápido, parecía que era grave y que se iba a quedar unos días ingresada en el hospital - comentó.

- ¿Qué? ¿tú sabías eso y no me lo dijiste? - pregunté enfadado.

- Ahh, pues venía a decírtelo cuando de repente he visto que mi novia te estaba besando y poniéndose en plan, "oh Damon te amo, Stefan es un imbécil" - dijo haciendo que sonriera ampliamente.

- Ya, bueno, reconoce que te has puesto un poco celoso, no está mal reconocer las cosas de vez en cuando - dije.

- Vale, mira sí lo reconozco, ¿qué esperabas? Bueno da igual si Luna estuviera aquí intentaría que no nos peleásemos - contestó.

- Y, Damon, haznos un favor a Luna y a mí. No le dejes caer esto a Luna como haces siempre, por favor recuerda que aunque la queramos de esta forma sigue siendo nuestra hermana - añadió.

- Vale - contesté a regañadientes.

- Ve a verla al hospital, seguro que te hecha de menos, luego cuando vuelvas me cuentas lo de Leah más tranquilamente - dijo.

- Sí - contesté.

- Y otra cosa, ni se te ocurra contarle todavía lo de Leah, cuando vuelva se lo contamos entre los dos tranquilamente, ya tiene bastante con que tiene que estar enchufada a un suero y he tenido que obligar a unas cuantas enfermeras y demás como para que ahora tú le cuentes lo que ha hecho Leah - dijo Stefan tan preocupado como siempre.

- Vale, no te preocupes, sabes que la quiero - contesté mientras me iba al hospital a verla.

Stefan me mandó un mensaje diciéndome que estaba en la UCI, que era la unidad de cuidados intensivos. Tragué saliva y llamé a la puerta.

- ¿Se puede? - pregunté.

Pero vino una enfermera dicendo.

- Eh, ¿qué hace ahí? es solo para familiares y solo se permiten dos visitas al día - dijo impidiéndome pasar.

- Soy su hermano y vengo a verla. Vengo a ver a Luna - contesté.

- ¿Apellido? - preguntó la enfermera mirando en un bloc de notas.

- ¿Mío o de mi hermana? - pregunté.

La enfermera me miró como si estuviera de broma pero contestó.

- ¿Por quién me toma?, suyo, necesito saber su apellido para ver si coincide con el de la paciente - dijo la enfermera.

- Se llama Luna, la paciente se llama Luna - contesté intentando que la enfermera la tratara con más respeto.

- Vale ¿y ahora me dice su apellido o vamos a estar aquí toda la hora? Tengo más pacientes que atender - dijo impaciente.

- Salvatore - contesté rezando por que se hubiera inscrito como Luna Salvatore.

- Genial eso es todo, puede pasar. Tiene una hora para verla - contestó indicándome con su mano que podía pasar a la habitación.

Cuando entré vi que tenía pinchado en la mano un tubo que le suministraba un suero.

- ¡Hermana, menos mal que estás viva! - exclamé aliviado acercándome un poco a ella.

Quiso darme su mano, pero sin embargo no pudo. Por lo que se la cogí yo para que no se sintiera mal. Ella me sonrió con ternura.

- Luna, no te muevas, estás débil tienes que descansar y sobre todo nada de utilizar tus poderes para nada - dije regañándole un poco.

- Damon, no me pasa nada, estoy bien - dijo mientras se le caía una lágrima.

- ¿Y Stefan? ¿Cómo está? seguro que habrá derramado algunas lágrimas en cuanto llegó a casa, muy típico de él no quiere llorar cuando estoy delante para que no sufra por él - añadió mi hermana.

- ¿Cuánto han dicho que tienes que estar aquí? - le pregunté.

Ella me miró y me dijo entre lágrimas.

- Quiero volver a casa con vosotros cuanto antes - dijo llorando, me daba pena verla así.

Se echó a un lado a duras penas y dijo.

- Túmbate un rato conmigo - me suplicó.

- Claro - dije tumbándome a su lado.

- Damon, eres tan bueno conmigo, y yo te he tratado tan mal - dijo acurrucándose junto a mí y echando las sábanas para taparnos a los dos.

Le acaricié su pelo y le dije.

- Eso no es verdad y ambos lo sabemos - dije dejándole un beso en su mejilla.

- Me han dicho que hasta la semana que viene no me puedo ir pero se han equivocado, en realidad me puedo ir mañana - dijo mientras le acariciaba la mano para que no se sintiera mal.

- ¿Quieres que te dé mi sangre para curarte? - pregunté.

Ella negó, dijo que sería peor si le daba mi sangre. De pronto alguien abrió la puerta y entró Leah andando con aires de superioridad hacia mi hermana y yo.

- Hola, hermanos - dijo mirando a Luna con una mirada que no me gustaba nada, no me gustó cuando le miró de esa forma a mi hermana.

Le miraba como si ella fuera superior, por lo que decidí levantarme de la cama para dejarle las cosas claras. Fui hasta ella para cogerle del cuello y estamparla contra la pared pero cuando estaba a unos centímetros de ella, me miró y con su mente me estampó contra la pared sin suponerle el menor esfuerzo.

- ¡Ah! - me quejé al impactar sobre la pared.

- ¡Damon! - exclamó Luna alzando su brazo hacia mí, se puso triste al ver que me habían hecho daño.

- Leah, deja en paz a Luna o te juro que te arrepentirás - le amenacé mientras me acercaba a Luna para protegerla.

- ¿Recuerdas lo que te dije? - preguntó Leah.

- Me sé la historia y Luna no, yo tengo ventaja y experiencia y ella no. He entrenado mis habilidades de lucha y supervivencia como una humana normal y corriente y ella no - añadió tranquilamente, estaba muy tranquila a pesar de que mi hermana era diosa y seguramente podría acabar con ella en cuestión de segundos.

- ¿Qué quieres? - le preguntó mi hermana.

- Mmm..., deja que te explique. Ah, espera, si ya lo sabe tu hermano. Pregúntale a él - contestó haciéndose la coqueta.

Luna me miró pero yo no podía de dejar de mirar a Leah con ganas de matarla por como estaba tratando a mi hermana.

- Creo que ya me siento mejor - dijo Luna mientras se incorporaba.

- Eso es, preocupa a tu hermano mayor del que estás perdidamente enamorada - dijo Leah acercándose a ella.

- Por cierto, ya nos hemos visto antes, solo que pensabas que era Katherine, ella te sigue teniendo miedo. Pobre de ti, cuando se entere de la verdad... - insinuó Leah.

- ¿Qué verdad? - pregunté harto de sus juegos mentales.

- Ah, todavía es demasiado pronto para que lo sepáis pero sobre todo para que lo sepa vuestra hermanita pequeña, sentimental, débil e inocente - contestó haciendo un puchero por lo último.

- Ella no es eso, ella es fuerte, leal y mayor - salté defendiéndola sin pensármelo si quiera.

Luna me miró conmovida y dijo.

- Gracias - dijo mirándome con una sonrisita tierna.

- Me pregunto si Stefan me confundirá con Luna - insinuó una vez más.

- ¡Ja! Llegas tarde, le he contado que eras tú - dije con una sonrisa de orgullo.

- Pero ella no sabe lo que he hecho - dijo mirando a mi hermana.

- En fin voy a ver lo que pasa con Stefan, adiós - se despidió sin más mientras desaparecía por donde había venido.

Luna P.O.V

En cuanto se fue me quedé con Damon y le dije que quería salir del hospital para estar con ellos. Damon accedió a regañadientes y cuando salimos de la habitación nos encontramos con Caroline que nos explicó que tuvieron un accidente en el coche y Elena estaba ingresada en el hospital. Fuimos a verla y después decidimos ir a casa. Una vez en casa Damon me llevó cogida de mi mano hasta mi habitación pero allí no estaba Leah, no podía entrar a casa si no era invitada.

- Luna - dijo Stefan corriendo a abrazarme

- Stefan - dije hundiendo todo mi cuerpo en sus brazos.

- Antes, cuando hemos estado en el hospital Leah nos ha hecho una visita - comentó Damon que estaba serio.

- ¿Qué ha pasado antes cuando os ha engañado Leah haciéndose pasar por mí? - pregunté.

Damon y Stefan se miraron como si tuvieran miedo de decírmelo pero Damon contestó.

- Eh..., bueno, estaba en plan Damon vamos a acostarnos a casa y cuando llegamos ella empezó a besarme. Entonces nos pilló Stefan pero aún así ella no dejaba de besarme, parecía que le quería hacer daño a Stefan y eso y Stefan se fue a vuestra habitación sin decir nada - contestó.

Miré a Stefan apenada y le dije.

- Lo siento - dije sabiendo que no era culpa mía, aún así me sentía culpable.

- Tranquila no eras tú - contestó acariciándome.

- Ya, pero aún así te dolió - dije abrazándole.

- ¿Qué tal si hacemos un trío para relajarnos de todo esto de Leah y compensarlo? - preguntó Damon.

Miré a Stefan y él me miró contestando.

- Lo que quiera Luna - contestó.

Damon se acercó a mí y empezó a pasar sus manos por mi pecho. Él sabía que me encantaba esa sensación. Entonces me llevó de la mano para ponerme contra la pared mientras Stefan me cogía mi mano para acariciármela. Damon empezó a quitarme la camiseta mientras Stefan me iba acariciando la mejilla.

- Siempre serás nuestra - dijo Damon.

- Lo sé y vosotros siempre seréis míos - contesté contenta de tenerlos como hermanos.

Cuando Damon me quitó la camiseta levantó mi sujetador con sus labios tiernamente y luego me lo quitó lentamente mientras pasaba sus manos por mi pecho.

- Vamos a la cama - suspiré.

- Todavía no, aguanta un poco más, así será mejor - contestó Damon apoyando sus manos en la pared a la vez que se movía lentamente en mí, Stefan tenía mi mano cogida y fue acariciándomela, besándomela y otras cosas que se le ocurrían.

- Me estáis matando, enserio - dije retorciéndome de placer.

Damon paró y dijo de broma.

- Pues si te estamos matando deberíamos parar - dijo provocándome, por lo que le mordí el labio y él se quejó de una forma tierna.

- ¡Ah! - gimió tiernamente.

- Por favor sigue - me quejé.

Damon sonrió y dijo.

- Lo que tú digas - dijo apretando sus manos en mis piernas, por lo que se tuvo que poner de rodillas.

Stefan me besó aprovechando que Damon estaba de rodillas.

- ¿Te imaginas que te dejamos un día de estos embarazada? - preguntó Damon mientras me dejaba besos por la barriga poniendo sus manos sobre mi cadera.

- Eso hay que pensarlo muy bien si queremos o no, o mejor dicho si quiere Luna o no quiere. Ella es la que decide - contestó Stefan.

- A mí me da igual, lo que vosotros queráis - contesté como si no fuera importante.

- Aunque si queréis dejarme embarazada, me gustaría quedarme embarazada de los dos - añadí con una sonrisa traviesa.

- Sobre lo de Leah, ¿qué podemos hacer? - preguntó Stefan.

- Tengo una idea - dijo Damon parando de dejarme besos por la barriga. Yo que estaba un poco cansada decidí coger con mi mente mi sujetador y mi camiseta para ponérmela de nuevo. Me la puse y le pregunté.

- ¿Cuál es? - pregunté.

- Voy a ignorar a esa zorra, adiós - dijo yéndose a su habitación.

- ¡Damon! - dije intentando que volviera.

- Espera, voy a ver cómo está - añadí besando a Stefan.

- Estará enfadado por lo de Leah, ella se ha hecho pasar por ti y le ha besado, posiblemente se sentirá mal por haberte engañado, así que ten cuidado - dijo Stefan.

- Tranquilo, sigue siendo nuestro hermano - contesté con una sonrisa mientras salía de nuestra habitación para ir a la de Damon.

Cuando llegué, llamé a la puerta y mi hermano dijo.

- Vete, estoy enfadado y cuando estoy enfadado hago y digo cosas que no pienso. Así que por favor, vete - dijo mi hermano desde su habitación.

Yo negué con la cabeza y me senté apoyando mi espalda en la puerta, estaba todavía un poco agotada de todo lo que habían pasado durante las últimas 24 horas.

- ¿Por qué te has enfadado de repente? Estábamos bien y de pronto te has enfadado - pregunté un poco preocupada.

- Estás preocupada. Crees que Leah va a desatar mis demonios, ¿verdad? Se desatan solos - dijo mientras echaba el agua para ducharse.

- Sí, Damon, estoy preocupada, pero porque te quiero y como soy tu hermana me tengo que preocupar por ti - contesté alterada levantándome de golpe, todavía no estaba muy estable, eso ya lo sabía pero aún así me daba igual.

Abrí la puerta de su habitación respirando un poco más rápido que antes y entré a su baño donde estaba duchándose.

- ¿Pero es que siempre tienes que ser tan cabezota? - preguntó mirándome un poco molesto por no haberle hecho caso.

- Sí - contesté apoyándome en el lavabo, después de lo de ayer con el invento tenía la sensación de que algo en mí había cambiado, algo de mí era diferente, pero no eran mis poderes ni mucho menos que estuviera débil.

Él vio que me había apoyado en el lavabo y dejó de hacerse el duro para preocuparse por mí al verme en ese estado.

- No debí dejarte salir del hospital - comentó serio saliendo de su ducha con una toalla enrollada en su cuerpo.

Cuando salió de la ducha me rodeó con su brazo y le dije.

- Estoy bien, no es nada, se me pasará - contesté como si no importara apartando su brazo.

- Oye, hay que ir a ver a los Lockwood, para darles el pésame - añadí.

- No, tú no vas a salir de esta casa bajo ningún concepto - contestó serio.

- ¿Por qué te empeñas en tratarme como si fueras Padre? - protesté.

- Porque te comportas como una cría y soy tu hermano mayor - contestó.

- En fin, a lo de antes, ya veremos - dije corriendo con mi velocidad de diosa, pero solo pude llegar hasta la salida de su habitación porque caí de rodillas al suelo. No entendía lo que me pasaba, solo sabía que necesita la ayuda de si no una bruja Bennett, de uno de esos manuales que tenía de diosa.

Damon vino después y se quedó un poco confundido con lo que me pasaba.

- Es ese estúpido invento, ha afectado a mis poderes de diosa. Hay algo distinto en mí, ese invento me ha cambiado por dentro y tengo la sensación que es algo muy pero que muy malo - expliqué mientras me levantaba.

- Necesito consultar mis manuales - añadí.

- Voy contigo - dijo dándome la mano.

Subimos arriba y Stefan vio que Damon estaba serio por lo que se preocupó pero no dijo nada. Damon me soltó la mano y busqué en la sección de historia, en realidad había solo un tomo, es decir, que con mis poderes de diosa se abría y solo con ellos me permitían buscar lo que quisiera. Pero cuando lo abrí las páginas estaban en blanco y me empezó a sangrar el orificio derecho de la nariz. Con lo que inmediatamente después de notar lo de la sangre cerré el manual desilusionada. Pero sabía que todavía me quedaba la opción de consultar a Bonnie sabiendo que ella no era la más indicada aunque no tenía otra opción, su abuela no le había dicho mucho, solo le había dejado una nota antes de morir que ella había guardado cuidadosamente por si luego era de importancia.

- ¡Ahrg! No lo entiendo, normalmente esto no me supone ningún esfuerzo, pero ahora... - exclamé frustrada dejando el manual encima de la cama.

- No le dejes salir de casa, es mejor que se quede en casa, Leah no puede entrar si no es invitada - susurró Damon para Stefan, aunque pude oírle.

Ese comentario me sacó de mis casillas, no supe por qué, pero me puse furiosa y lancé a Damon por los aires estampándolo contra la pared. Por un momento pensé en querer hacerle daño. Damon se quejó y yo me tapé la boca asustada y sorprendida. Es decir, yo no quería hacerle daño, era mi hermano, pero sin embargo, por causas desconocidas había perdido el control de mis poderes y había lanzado a mi hermano mayor contra la pared.

- Lo siento, no sé lo que me pasa - dije arrepentida.

- ¿Estás bien? - añadí dándole la mano para ayudarle a levantarse.

- Sí, puff, tienes mucha fuerza - contestó como si no fuera nada.

- Tienes razón, Damon. Id vosotros y le dais también de mi parte mi pésame a los Lockwood - dije.

- Vale, no hagas nada malo y pórtate bien, eh - dijo Damon mientras se bajaba a abajo para esperar a Stefan.

Stefan se acercó con cuidado a mí, sabía que no era por miedo, sino por lo que le dijera y me abrazó para que me relajase. Entonces me besó tiernamente. Le quería tanto... Y sabía que él me quería también de esa misma manera.

- Te quiero - dije asustada.

- Eh, tranquila, no me vas a hacer daño, soy yo, no soy como Damon que se pasa todo el día provocándote - contestó suavemente.

- Tienes razón - dije soltando una risita por lo último que había dicho sobre Damon.

Me cogió de mis dos manos para decir.

- Yo también te quiero, cualquier cosa me llamas, llamas a Damon o lo que sea y estamos para lo que quieras - dijo acariciándome mis dos manos con sus pulgares.

- No te preocupes, os echaré de menos pero estaré bien - contesté.

- Vale, adiós - dijo Stefan.

- Adiós - contesté tumbándome en la cama.

- Por favor no utilices mucho tus poderes si hacen que estés así de cansada - añadió.

- Vale - contesté.

Cuando se fueron me tumbé en mi cama a descansar un rato, después como yo no era de dormir la siesta me dio ganas de probarme una camisa de Stefan para ponerme cómoda. Abrí el armario y decidí ponerme una de azul marino, me gustaba que me quedara grande por las mangas, a modo de camisón. Entonces me tumbé otra vez boca arriba encima de la cama dejando mi falda y mi camiseta encima de un sillón.

De pronto escuché como se abría la puerta y supuse que eran mis hermanos que habían vuelto, por lo que bajé rápidamente abajo y me encontré en la puerta a la idiota de mi hermanastra que había vuelto para hacernos la vida imposible a mí y a mis hermanos. Estaba como la última vez, tranquila, sin miedo, como si pudiera acabar conmigo sin suponerle el mínimo esfuerzo. Así que como yo estaba en casa y ella no estaba invitada me puse a fardar un poco de ser diosa, no era lo mío, pero en este caso me pareció lo adecuado, solo para dejarle las cosas claras.

- Así que has vuelto otra vez a amenazarme, eh - dije fardando. Ella seguía igual, sin inmutarse.

- Oh, hermanita, tú y yo nos parecemos más de lo que te imaginas, en el fondo somos iguales. Pero eso tú no lo sabes, al menos todavía - dijo dando un paso para cruzar el umbral de la puerta.

No le importaba que fuera diosa, ella no se dejaba intimidar con mi mera presencia.

Al dar el paso pudo cruzar la puerta a la casa sin suponerle ningún esfuerzo, entonces me puse seria y confusa al mismo tiempo. No entendía nada de lo que estaba pasando.

- ¿Cómo puedes hacer eso? Nadie te ha invitado ¿O sí? - pregunté confusa y un poco asustada. Ella rió.

- Eh, tranquila, no he venido a hacerte daño, tengo formas más sutiles de hacerte daño sin que se enteren tus amados hermanos. Pero en fin esa no es la cuestión, la cuestión es que he venido a contarte parte de nuestro pasado, mi pasado, tu pasado o como quieras llamarlo - dijo entrando en casa.

Con su mente hizo que mi móvil acabara en su mano. Lo miró y dijo.

- Mmm, bonito Iphone, a ver si adivino, ¿te lo han comprado tus hermanos por tu cumpleaños? - dijo.

- Sí, ¿me lo das? - contesté extendiendo la mano.

Me miró, pero comentó ignorándome por completo.

- A ver, Luna, he oído que quieres respuestas a esto que te ocurre después de escuchar el invento, pues yo te las daré, pero no te confundas, lo hago por nuestro bien - comentó yendo al salón, por lo que la seguí porque no sabía qué otra cosa hacer.

- ¿Qué quieres? - pregunté mientras se sentaba en el sofá.

- Oh, ¿yo?, quiero un bourbon, gracias. De ese que guardan tus hermanos - dijo haciéndose la educada.

Me di con la mano en la frente pero decidí ignorar su petición y sentarme en el sofá.

- Si no te doy el móvil es para evitar que llames a tus hermanos y le cuentes que he venido a hacerte daño, porque no he venido a hacerte daño, por lo menos hoy - explicó.

- Vale, a ver empieza a soltar todo lo que sabes. Empezando por lo que has dicho antes sobre el invento, ¿qué me sucede? - dije harta de los rodeos.

- No te sucede nada, es solo que el invento ha activado tu lado oscuro, me encanta esa parte de la leyenda - contestó mientras yo me quedaba igual.

- ¿Puedes explicar las cosas más lentamente y con más claridad? - pregunté sin entender nada.

- Vale. Hay una leyenda, que es muy antigua y dice que la diosa de la naturaleza tiene que tener solo dos réplicas, una la que es de parte oscura y otra la de parte luminosa que es la que tiene el control sobre la naturaleza y digamos que es la estable, es decir tú. Un día cuando se active un extraño artefacto que lo haga un mortal con ayuda de una bruja, ese artefacto activará el lado oscuro de la otra réplica y no sé que más. Está en Wikipedia búscalo, es que me quedé dormida cuando leí eso - explicó.

- ¿Enserio está en Wikipedia? - pregunté atónita.

- Sí, ¿qué pasa que solo usas los manuales que te dieron las brujas? - preguntó.

- Sí, pero es que me he quedado sorprendida ¿Por qué eres mala?Quiero decir ¿Qué te cuesta pasarte al lado de los buenos, con Damon, Stefan y conmigo? - pregunté.

- Lo mismo te digo, tía, ¿qué te cuesta pasarte a nuestro lado para dominar juntas el mundo?, haríamos un buen duo en mí opinión. ¿Ves?Estamos en la misma - contestó.

- Ya pero es que... - dije pensando en qué decir, no sabía qué contestar.

- Es que amas tanto a tus hermanos que eres incapaz de dejarlos - contestó por mí.

- En fin, no he venido para hacerte daño, pero tampoco para hacerme tu amiga, solo para advertirte de la leyenda. Me caes bien, aunque me haga la dura contigo. ¿Sabes?, juntas podríamos hacer grandes cosas incluso si les apetece a tus hermanos podrían unirse a nosotras y los cuatro podríamos, no sé cómo se llama, lo que viene después de trío, cuarteto, creo. Disfrutaríamos mucho y aparte dominaríamos el mundo los cuatro, los cuatro Salvatore dominando juntos el mundo - comentó.

De repente volvieron mis hermanos, pero eso pareció no importarle a Leah, porque se quedó en el sofá sin importarle que estuvieran mis hermanos. Como sabía que estaban mis hermanos me devolvió el móvil.

- Oye, pero hay más que debes saber. Aunque como me da pereza otro día te lo contaré cuando no estén tus amados y sobre protectores hermanos - contestó mientras Damon que estaba furioso se acercaba a ella para cogerle del cuello y llevarle contra la pared.

Cuando le estampó contra la pared yo también lo sentí. Todavía no estaba curada del todo por lo del invento por lo que caí al suelo, pero no estaba inconsciente. Damon al ver lo que me estaba pasando paró de sujetarle a Leah mientras Stefan venía a por mí, sin embargo siguió sujetando a Leah de su muñeca para evitar que se escapara.

- Os encanta adorarla - comentó Leah viendo como Stefan me ayudaba a levantarme.

- A callar - le dijo Damon, pegándole un tirón fuerte del brazo por lo que yo también lo sentí.

- Siempre que me hagáis daño, ese dolor que me causéis lo sentirá también vuestra adorable hermanita - dijo riéndose y haciendo un puchero por lo último.

- ¿Me has engañado? Has hecho algo para vincularnos, como una especie de hechizo, pero no lo entiendo, tú no tienes poderes de bruja, creo, y no hay ninguna bruja cerca, si no lo sabría - dije.

- Cariño, yo no te engañado en nada. Lo que pasa es que no te he dicho que al pasar un rato juntas en plan rollo amigas y eso pues nos vincularíamos. En realidad era inevitable - contestó, haciendo que la odiara un poquito más de lo que ya la odiaba por llamarme de esa forma.

- Es cierto que no te puedes fiar de mí pero en lo que te he dicho antes es todo verdad, al final acabaremos juntas de una forma u otra, ya lo verás, es inevitable - dijo haciéndole daño a Damon. Podía notar como le estaba dejando sin aire porque él estaba poniendo sus manos alrededor de su cuello.

- Déjale - supliqué.

- Mmm, te lo he dicho antes, tengo formas más sutiles de hacerte daño, aunque en esta lo saben tus hermanos - comentó.

- Déjalos, haré lo que quieras - dije entre lágrimas refiriéndome a mis hermanos. Stefan me mostró su apoyo dándome su mano.

- Eso está mejor - dijo soltando el agarre invisible que había creado con su mente.

- Me apetecía escuchar salir esas palabras de tu boca, pero por ahora no te necesitamos Katherine y yo. Más tarde si eso ya vendré a verte otra vez - añadió esfumándose por donde había llegado.

Stefan me soltó la mano y corrí hacia Damon para abrazarle, él me estrechó contra sus brazos y dijo.

- Te quiero - dijo Damon abrazándome.

- Yo también - dije entre lágrimas preocupada por lo que había dicho Leah sobre mi oscuridad.

Stefan se acercó a donde estábamos y me retiró las lágrimas para después abrazarme junto a Damon.

- Damon, Stef... - comencé a decir suavemente.

Damon me miró y Stefan contestó.

- ¿Sí? - contestó Stefan mirándome.

- Tengo miedo, porque Leah ha dicho antes que lo que me está pasando por culpa del invento es que el invento ha activado mi oscuridad, creo que me voy a volver mala y no quiero haceros daño - dije asustada.

- Oh, vamos, Luna, ni que te fueras a convertir en una zorra malvada como Katherine o Leah - dijo Damon.

- No lo sé - contesté.

- Te amargas demasiado, os amargáis demasiado - siguió diciendo Damon.

- Por cierto, ¿esa es mi camisa? - preguntó Stefan viendo que me había puesto su camisa.

- Sí, me apetecía probármela para estar cómoda - contesté.

- Te queda genial - dijo besándome.

- Gracias - contesté abrazándole.

Leah P.O.V

Me encantaba ir a molestar a mis hermanastros, sobre todo a Luna, quería que picase y que su lado oscuro le hiciera ponerse de mi lado, pero para eso faltaba mucho todavía, estaba paseando por la plaza para encontrarme a Katherine que había venido para más o menos lo mismo que yo, solo que ella era por lo de Klaus y para molestar solo a los hermanos.

- Katherine - dije con una sonrisa girándome al notar su presencia.

- Siempre te ocurre lo mismo, tía, nunca te asustas de mí - comentó mientras le chocaba el puño.

Ella me miró confusa y preguntó.

- ¿Qué haces? - preguntó.

- Es la última moda, ahora es el saludo que se da entre colegas, bueno da igual - dije.

- ¿Tienes todo lo que necesita Klaus para romper la maldición? - pregunté poniéndome seria.

- No, tengo una bruja y un hombre lobo. pero me falta un vampiro, la piedra, la diosa y la réplica, quiero decir, Elena, que será pan comido - contestó.

- No estoy tan segura, con Luna de por medio nada es tan fácil como parece, ella hará lo que sea para mantener con vida a los suyos, así que te voy a echar una mano en lo que necesites - dije.

- El hombre lobo, solo por curiosidad, ¿quién es? - pregunté.

- Es Mason Lockwood - contestó.

- Mm, esto se está poniendo interesante ¿Y qué hay del sobrino? Tyler ¿Muestra signos de que él también sea hombre lobo? - pregunté recordando que había oído rumores que decían que Tyler se sentía como en deuda con Luna por algo, pero sabía que en realidad eso tenía que ver con que Luna era la diosa de la naturaleza y como él era hombre lobo tenía que hacerle caso a ella, obedecerle, mostrarle respeto y lealtad.

- No, pero lleva la maldición en la sangre, solo tiene que dejarla salir - contestó Katherine.

- A Elena la tienen en el hospital, o sea que será fácil. Luego está Caroline, a esa la convertiremos en vampira - dije.

- ¿Pero no la habías convertido en vampira? - preguntó.

- Eso es lo que ella y todos se piensan. Excepto Damon, él se acostó con ella y sabe que no es vampira tal y como lo había planeado. Bueno es fácil, me hago pasar por Luna, voy, le doy mi sangre, la mato y después solo necesito que beba sangre de humano. Después la convertiremos en nuestra espía que nos informará de los movimientos que haga Luna. Entonces solo tenemos que hacer que Luna deje ese estúpido romance que tiene con sus hermanos y su lado oscuro la guiará hasta nosotras - dije explicando el plan.

- Vale y mientras tanto, ¿qué hago? - preguntó.

- Ve a hacerle una visita a Damon, disfruta de su compañía - contesté.

- Espera, él estará en la mansión con Luna, no podré entrar - añadió.

- ¡Argh! Es verdad - exclamé frustrada.

- Bien, entonces ve a hacerle una visita al tío John para dejarle las cosas claras, engaña a Jenna haciéndote pasar por Elena y haz que te inviten a pasar para que puedas hacer lo que se te da bien - añadí un poco más tranquila.

- Vamos, que tenemos muchas cosas que hacer - continué diciendo con una sonrisa en cuanto vi que Katherine había desaparecido para hacer de las suyas.

Cuando desapareció Katherine fui a buscar a Caroline suponiendo que estaba en su casa. Fui hasta su casa y antes de entrar llamé a la puerta por si había alguien, allí estaba su madre.

Abrió la puerta y dijo.

- Hola, Luna, no sabía que te habían dado el alta tan rápido, parecía grave - dijo un poco preocupada por mí, ya que me había convertido en Luna.

- Sí, me han dicho que tenga cuidado y no me fuerce demasiado, pero por lo demás bien, he tenido suerte - dije fingiendo ser la buena de mi hermana mayor.

- Pasa, Caroline está arriba en su habitación, está muy preocupada por vosotras, pero sobre todo por ti, Luna, gracias por venir a verla - dijo su madre.

- Oh, no hay de qué, es lo que se hace por las amigas - contesté con la misma modestia que contestaría Luna.

Entré a la casa y la sheriff me preguntó si me apetecía algo de beber o de comer pero yo lo negué sabiendo que Luna haría lo mismo. Fui a la habitación en donde estaba Caroline y abrí la puerta de golpe dejando a Caroline un poco confusa. Ella estaba sentada en el borde de la cama llorando pero cuando me vio vino corriendo a abrazarme y decirme.

- Menos mal que estás bien, antes no he podido decírtelo en condiciones porque teníamos que ir a ver como estaba Elena - explicó mientras yo le acariciaba haciéndome pasar por Luna.

- Vamos a sentarnos en la cama para relajarnos y poder hablar de lo sucedido más tranquilamente - dije sentándome en la cama junto a ella.

Cuando estábamos en la cama escuché que su madre se iba de la casa porque le habían llamado supuestamente por lo de John, es decir, que Katherine había hecho bien su parte, ahora me tocaba a mí.

- Escúchame, Rubita, Barbie, Caroline, o como quieras llamarte. Que te quede claro una cosa, vas a mandarle otro mensaje a los Salvatore y quiero que está vez les digas que va enserio, lo otro no era más que tonterías sin sentido, una simple amenaza para crear más suspense, esta vez vas a ir tú en persona y vas a decírselo a Luna personalmente cuando esté con sus hermanos, les vas a decir que "empieza el juego y jugaré sucio si hace falta para conseguir lo que quiero", porque yo siempre consigo lo que quiero, no como Luna que no le importa salir perdiendo, siempre que sus hermanos estén sanos y salvos - dije sujetándole del cuello para obligarle.

Ella asintió asustada y me mordí mi muñeca con una sonrisa para darle de beber mi sangre, después le partí el cuello y la llevé al hospital obligando a una enfermara para hacer que pareciera todo real. Así dio comienzo mi genial y diabólico plan para conseguir que Luna, mi estúpida hermana mayor, se pasara al lado oscuro junto a mí y a Katherine.























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Luna tiene sueños con una chica que se llama Summer, tiene el pelo corto rubio y con mechas  rojas. En el sueño sale que se ha cambiado el nombre de Summer por el de Leah. Tiene los ojos verdes, puede cambiar de forma y es una vampira convertida por Katherine. Katherine y ella son mejores amigas. (Temporada 2 episodio 1 El regreso).

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