Capítulo VI - Te veré en tus sueños
Sus ojos se abrieron lentamente, parecía ser el mismo valle del sueño anterior y al igual que antes Shoto estaba allí parado viendo hacia el cielo nocturno, la escena recordaba haberla visto previamente, cuando ellos fueron a la cueva Crystallo, pero a diferencia de aquella ocasión, esta vez los ojos de Shoto son diferentes, recuerda lo que el médico había dicho, ahora sus iris ya carecían de color, pues estas eran totalmente blancas y la luz de luna solo lo hacía más llamativo.
Todoroki giró su vista hacia él —Katsuki —llamó con voz áspera y profunda que hizo que Bakugo se le erizara la piel. Estuvo tentado en ir corriendo a su lado, pero se abstuvo de sus deseos y prefirió hablarle desde donde estaba, que no eran más que unos metros de distancia.
—Veo que ya dominas lo de los sueños —en respuesta el vampiro esbozó una leve sonrisa para después alzar una vez más su vista.
—Una vez que lo comprendes, puede ser sencillo, aunque a veces consume mucha energía —fue su respuesta al final, seguido de un largo silencio, lo único que se escuchaba era la fresca brisa que acariciaba suavemente el valle.
—No esperaba que fueras a buscarme, ¿por qué viniste? —preguntó de repente.
El hombre lobo se quedó sin palabras por un instante, no estaba seguro de que responder a esa pregunta, pues aunque conocía sus motivos, no sabía si decirlos directamente, ya que los consideraba vergonzosos y un tanto ridículos.
—Un "gracias" es lo que deberías decir, bastardo —cruzó sus brazos y desvió la mirada, no quería que el vampiro le diera tantas vueltas al asunto, suficiente tiene con todo lo que ha pasado en estos últimos meses.
—Gracias —le escuchó decir —pero, eso no responde mi pregunta, Katsuki.
—¡Tsk!, como jodes Shoto —balbuceó molesto —¡Quería verte otra vez!
Cuando menos lo sintió ya tenía frente a él y a pocos centímetros al vampiro, Shoto bajo su cabeza y acerco su boca hacia su cuello, creyó que lo mordería, pues, podía sentir como aquellos filosos colmillos trazaban una delgada línea sobre su piel, que en cualquier momento podría ser rota para extraer aquel líquido rojo, él no estaba seguro como sería esto al ser un sueño, pero las sensaciones eran tan vívidas que su cuerpo no pudo evitar temblar ligeramente, no por miedo, más bien, por el escalofrío que esto le causaba. Sin embargo, contrario a lo que pensaba aquella mordida, jamás llegó, en lugar de eso, sintió unos suaves y fríos labios, empezaban a recorrerlo desde el cuello hasta la altura de la clavícula, haciendo que sus orejas y cola se crisparan y él soltara un sonoro suspiro.
Casi por instinto inclinó su cabeza hacia un lado, brindando más acceso a aquella área que por alguna razón estaba siendo lo suficientemente sensible para hacerlo sentirse acalorado. No obstante, antes de que la temperatura siguiera subiendo, el vampiro se detuvo.
—Ojalá pudiera verte —escuchó un susurro cerca de su oído.
Esto hizo que Bakugo se diera cuenta de algo, por lo que tomó al Todoroki de los brazos y lo separó lo suficiente para apreciar su rostro y de nuevo prestó especial atención a sus ojos que seguían siendo tan blancos como la nieve misma —¿No puedes ver? —preguntó alarmado.
La mano del vampiro subió hacia el rostro del hombre lobo, se posicionó sobre su mejilla y con una sonrisa forzada contestó un simple...
—No.
Repentinamente, Bakugo abrió los ojos. La luz del sol entraba sigilosamente por la ventana, parecía ser temprano en la mañana, es decir, que durmió toda la tarde y noche, se sorprendió verse acostado en la cama justo al lado del vampiro, no recordaba en que momento se había movido de la silla para tomar lugar junto a él.
Su vista se fijó sobre el rostro dormido del bicolor, sus facciones reflejaban calma a comparación del día anterior, tan pacífica escena fue la artífice de que moviera su mano y la colocará en la mejilla de Shoto, así como lo había hecho él durante el sueño.
En ese momento se escuchó el leve golpeteó de la puerta, para después ser abierta por Kirishima que traía consigo una bandeja con comida.
—Bakubro, te traigo el desayuno, no has comido nada desde hace rato.
Bakugo se puso nervioso al darse cuenta de que su amigo había entrado y lo vio ser tan íntimo con el vampiro, por lo que se apresuró a levantarse, para evitar que piense en algo que no debe, porque sabe que a veces dejaba volar su imaginación.
Obviamente, el pelirrojo se percató de todas las acciones del rubio cenizo, más no mencionó nada, sabía que la relación de Bakugo con Todoroki de por sí, era compleja, además de que ambos son demasiado toscos para ser sentimentales frente a otros, por lo que todos llegaron a un acuerdo de ser discretos respecto a este tema, al menos no pronunciar algún comentario delante de ellos, sobre todo porque no querían presionarlos ahora que los dos están convalecientes, sumado a que el vampiro no muestra señales de despertar pronto.
Bakugo se dio cuenta de que sus movimientos repentinos no fueron una buena idea, ya que seguía estando herido y eso solo causó que siseara debido al dolor.
—¿Cómo te sientes? —preguntó preocupado Kirishima.
—No te preocupes —respondió sin más —en unos días estaré bien —quiso restarle importancia al asunto.
Ambos se sentaron para comer, Bakugo mentiría si dijera que no estaba hambriento, pues sus alimentos desaparecieron a una velocidad impresionante. Mientras comía no pudo evitar indagar sobre los demás, a lo que Kirishima le respondió simplemente que estaban preparando todo para partir cuanto antes, ya que Izuku había dicho que tiene que llevar las buenas noticias a los hermanos del príncipe.
Bakugo asintió, pues tenía lógica, sin embargo; lo hizo pensar en algo.
—Irán al reino vampiro —afirmó. Por su lado, el pelirrojo únicamente asintió. Fue entonces que el rostro de Bakugo se ensombreció, sabía lo que eso significaba, nuevamente irían por caminos separados. Él tenía que regresar a su manada, no podía alejarse por mucho tiempo y dejar sola a la bruja de cara redonda.
—Sé lo que estás pensando Bakubro, pero sabes que tiene que ser así, sus hermanos estaban muy preocupados por él y es necesario que regresé con los suyos para que se recupere.
—¡Mierda! Ya lo sé, no necesitas decírmelo —no pudo evitar elevar su tono de voz y golpear la mesa.
La puerta fue abierta de nuevo, pero esta vez ingresaba Izuku junto al médico del día anterior, venía a revisar a Todoroki antes de que partieran. Bakugo se cruzó de brazos y camino hacia la ventana para observar como el pueblo poco a poco cobraba vida mientras el sol seguía ascendiendo en el cielo.
Kirishima y Midoriya solo intercambiaron una mirada fugaz y guiaron al médico hacia Todoroki para que hiciera su trabajo, no querían molestar al hombre lobo.
Media hora después escucharon el estado del vampiro.
—Jóvenes, no les mentiré, su estado sigue siendo delicado, sus heridas siguen sin mostrar signos de mejoría, sumado a que aún no despierta, lo que es extraño, por ahora cambie los vendajes y les recomiendo que no más despierte ingiera sangre para ir recuperando fuerzas, pero lo mejor es que lo lleven a su reino para que sea atendido. Ah, y no olviden mencionar sobre los ojos, eso me preocupa en como pueda afectarlo.
—Él no puede ver —habló esta vez Bakugo, quien se mantenía en la misma posición de antes.
—¿Qué has dicho? —interrogó Deku.
Una mirada penetrante se dirigió hacia donde estaban hablando. Esos ojos rojos irradiaban furia, aunque sabían que no era por ellos, era inevitable no sentir lo intimidante que podía llegar a ser.
—El bastardo no puede ver.
—Bakubro ¿Cómo lo sabes?
—Él mismo me lo dijo.
—¿Se despertó? ¿Cuándo? —preguntó con algo de urgencia el peliverde, ya que se estaba poniendo nervioso.
—No, me lo dijo en un sueño.
—¿En un sueño? —consultó el médico intrigado.
—Es algo que aprendió de su madre —dijo, simplemente, no quería revelarle a cualquiera que tanto él como Shoto eran híbridos e Izuku se dio cuenta de ello, por lo que inmediatamente agradeció al señor y lo despidió, quedando así solo los tres en la habitación.
—¿Estás seguro Bakubro?
—Sí —caminó lentamente a la cama y se sentó a su lado —Cuando me enfrenté a la bruja, contó que Shoto intentó usar hipnosis para poder escapar, pero no dio resultado, la maldita quiso quitarlos por eso, sin embargo, no lo hizo y al final seguramente le habrá hecho otra cosa.
—¿Será permanente? —la preocupación de Izuku era palpable.
—No tengo idea, Deku, estoy tan perdido como tú.
—Lo primero es averiguar que fue lo que le hizo, quizás podamos discutirlo con Uraraka —la propuesta de Kirishima sonaba lógica, por lo que los tres asintieron con el plan.
—Uraraka está por ahora en mi manada.
Fue entonces que el pelirrojo pensó en algo —Regresemos a la manada con Todoroki.
—¿Qué? —la reacción confusa del peliverde, era evidente. Kirishima le hizo señas para nada discretas, señalando a Bakugo y Todoroki para que entendiera sus intenciones, por suerte el hombre lobo estaba absorto observando al vampiro, que no se percató de tan obvio plan.
Izuku suspiró, quería llevar cuanto antes a Shoto con sus hermanos, sin embargo, entendía por qué Eijiro le pedía esto, no estaba seguro de que fuera la mejor idea, pero era evidente que Kacchan se miraba muy preocupado por el príncipe.
—Estoy de acuerdo, es más rápido ir donde está Ochaco que mandarla a llamar hacia el reino vampiro.
Kirishima le sonrió con sus dientes puntiagudos y le daba una mirada de agradecimiento, Midoriya apartó la vista, sonrojado, a veces parecía tan infantil y manso para ser un hombre lobo feroz.
Varias horas después, Bakugo salió de la posada con Todoroki sobre sus hombros. Los únicos que estaban era Izuku y Eijiro.
—¿Y los demonios?
—Shinso regresó al lado de la princesa demonio para informarle de todo, mientras que le pedí favor a Denki que fuera con el rey vampiro para también contarle lo sucedido.
Kirishima se transformó en un enorme lobo rojizo, muchos del pueblo giraron su atención hacia él, pues la mayoría eran humanos, por lo que sentían cierta curiosidad por su presencia. Se acostó para que los tres se subieran sobre su lomo; había establecido que llegarían más rápido en sus formas animales, no obstante, el pelirrojo insistió ser el único que llevaría a alguien, pues consideraba que Bakugo debía descansar más por sus heridas, que si bien ya empezaron a sanar, no planeaba que se volviesen a abrir y muy a regañadientes el rubio cenizo terminó aceptando.
Bakugo se subió con Todoroki en brazos y se posicionó con cuidado, mientras Midoriya se ubicó detrás de ellos, cuando Kirishima vio que ya estaban listo se levantó y salió corriendo a toda velocidad hacia el bosque Superno.
Transcurrió el primer día de viaje, había abarcado bastante camino, por lo que decidieron acampar en ese lugar. No les tomó mucho tiempo instalarse, por su lado Eijiro cayó rendido ante el cansancio y Deku se fue por un momento a recoger agua al arroyo cercano, mientras que Bakugo se acomodó en silencio junto a Todoroki, quedando así, como único ruido el crepitar de la fogata que recién habían encendido. Esa calma produjo una sensación de tranquilidad, que, aunque evitaba quedarse dormido, fue inevitable y sucumbió al sueño.
Abrió los ojos y una vez más, como si fuese un dejavu volvió a encontrarse en medio del valle y pocos metros de distancia estaba el vampiro viéndolo de forma extraña.
—¿Qué sucede?
—Katsuki ¿tienes un objeto mágico? —y otra vez aquella pregunta.
—Si te refieres al anillo, pues sí —Bakugo supuso que eso era, ya lo sospechaba gracias a la cara redonda, por lo que solo pudo afirmar que era esa joya.
—¿Anillo? ¿Cuál anillo?
El hombre lobo tiró de la cadena de su cuello y sacó de entre su ropaje el dichoso anillo, empezó a describirlo lo mejor que podía, ya que el vampiro no podía verlo en este momento, sin embargo, no esperaba que este empezará a moverse de forma anormal, siendo que el rubí y el zafiro giraran al rededor de la argolla y de repente ejerciera presión como si fuese una atracción magnética que lo tiró hacia Todoroki.
Fue tan inesperado todo ese movimiento que no pudo frenar haciendo que se chocaran y cayeran directo al suelo. Ambos soltaron un quejido por el impacto, fue entonces que la joya flotó deteniéndose justo en medio de los ojos del vampiro y luego volvió a la normalidad. Bakugo maldijo por lo bajo, pero cualquier quejo se quedó corta al ver que estaba encima de Todoroki, otra vez, ya parecía que están desarrollando hábitos extraños, cada vez que se encuentran.
Bakugo se apartó y se acostó a su lado, quedando ambos.
—Vaya anillo que tienes —se burló el bicolor.
—En realidad es tuyo, estúpido.
—¿Mío?
—Tu madre lo dejo para ti.
Silencio.
Bakugo giró su cabeza, pues quería ver la expresión de Todoroki, ya que sabía que el tema de los padres es como una espina para él, sin embargo, contrario a la expresión molesta que creía que tendría había una de cierta tristeza, había tocado una fibra sensible, por lo que era mejor cambiar de tema.
—Bastardo, ¿por qué no despiertas?
Shoto soltó un sonoro suspiró —No es que no quiera, simplemente no tengo mucha fuerza.
—Necesitas sangre —sentenció Katsuki.
—Sí, lo sé, ¿tú me la darás? —fue directo.
—¡Tsk! ¿Tengo opción?
—Las tienes, yo ahora no puedo obligarte.
—Pero, ¿Cómo carajos te la doy si sigues aquí vagando en los sueños?
—Puedes hacer lo mismo que el día de mi boda —Todoroki se giró sobre sí mismo y se posicionó encima de él y si bien no podía verlo, podía hacer otras cosas —puedo recordártelo si quieres.
—No te atrevas bastar...
Sus labios fueron sellados por un beso demandante que duro hasta que necesitaron respirar. Bakugo jadeo y sus ojos centellaron por el calor del momento. Todoroki volvió a aproximarse hacia él, pero esta vez volvió a susurrarle con voz profunda.
—Te veré en tus sueños.
Y Bakugo despertó.
Continuará...
16/09/2023
Hola queridos lectores y lectoras, agradezco a los que siguen por aquí, les desea que sigan nadando en la imaginación de sus lecturas, cuidense mucho y espero hayan disfrutado del capítulo.
Nos leemos luego, bye bye.
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