Capítulo III - Estaba Planeado
Durante la noche...
Bakugo abría los ojos algo aturdido y un poco confundido, al percatarse de sus alrededores se dio cuenta de que ya no estaba en su cabaña, más bien, se encontraba en un bosque, el cual tenía cierto aire familiar, está seguro que lo había visto en algún lado, trato de hacer memoria y fue entonces que lo que recordó, aquel sueño que tuvo cuando estuvo en el castillo de los vampiros donde una mujer le había dicho algo sobre Shoto y ahora que lo pensaba bien, podía asegurar que aquella mujer era sin duda la reina.
Entonces, esto era un sueño. ¡Maldición! Que tienen las brujas con estar metiéndose en los sueños de los demás y ahora a quien se encontraría, ¿Otra vez a la reina? ¿O tal vez la bruja Midnight? Aunque pensándolo bien no podría ser la reina vampiro, ya que, según Natsuo sigue desaparecida al igual que el rey, por lo que posiblemente sea Midnight, quizás venía con el mismo discurso que debe buscar al vampiro, si era eso, mejor sería cortarle su palabrería desde el principio.
Trato de mirar a todos lados para ver si la encontraba. No tardó en divisar a la distancia la sombra de alguien, estaba de espaldas y la oscuridad ocultaba bastante bien su presencia, por el tamaño podía fácilmente adivinar que no era la reina o Midnight la que se trataba sino de alguien más.
Se acercó con cautela, atento a cualquier movimiento y aunque fue lo bastante sigiloso, todavía provoco algo de ruido, sin embargo, aquella figura no parecía prestarle atención en lo absoluto, aún incluso cuando estuvo a escasos centímetros de esta.
Bakugo tomando valor se aventuró a encarar a ese alguien y lo giro con fuerza para por fin ver quien era, algo que lo dejo totalmente paralizado debido a la sorpresa.
—¿Shoto?
Era el vampiro, era sin duda él y al momento de reconocerlo aquella oscuridad que consumía lentamente al bosque fue retrocediendo junto con todos los árboles hasta dejarlos en medio de una enorme pradera y a pesar de que todavía era de noche la luna iluminaba con todo su resplandor su entorno.
Aun con la sorpresa inicial, Bakugo no pudo evitar acercarse y abrazarlo, sentía cierta emoción y como no, algo de enojo también, por estar así frente a él como si nada, después de tantos meses. Sin embargo, se dio cuenta de algo, el vampiro no parecía responder a nada, aunque tenía los ojos abiertos, no había señal de que reaccionará, era como si su mente estuviera en otro lado.
Un momento, si es Shoto el que está aquí, quiere decir que fue él, quien lo trajo a este sueño, bueno, es una idea bastante lógica. Ya que puede tomarse como ejemplo él mismo, pues, puede usar algunos poderes de demonio por ser híbrido y ¿si el vampiro estaba haciendo el mismo hechizo que la reina?, después de todo, también es un híbrido, pero de vampiro y bruja, entonces es algo que es muy posible.
Convencido que esa era lo que efectivamente estaba sucediendo, encaró al vampiro y sujetándolo con ambas manos, tomó su rostro y lo observó fijamente.
—¡Hey mitad-mitad! — llamó casi a gritos, tratando de despertarlo de aquel extraño trance al que estaba sumido.
Y para su suerte parecía funcionar de alguna forma, pues el bicolor fue frunciendo el entrecejo y parpadeo un par de veces.
—¿Katsuki?
—Sí, sí, oh maldita sea, ¡Estás vivo!
—¿Vivo? — cada palabra tenía pinta que le costaba pronunciarla.
—Si estúpido, deja de esconderte ¿Dónde estás?
El vampiro lo miro confundido y luego hizo una mueca de dolor —No lo sé — jadeo por el aparente dolor que estaba sintiendo, fue tanta la presión que empezó a tambalearse a lo que el hombre lobo lo sostuvo y ambos se arrodillaron para que el bicolor se recompusiera.
—¡Agh!, ya está aquí de nuevo — mencionó Shoto repentinamente y eso desconcertó a Bakugo.
—¿De nuevo? ¿De quién hablas?
Pero el vampiro no pudo responder porque de repente se desmayó y su piel volvía a tener un tono blanquecino y enfermizo.
—¡Oye! — gritó alarmado el hombre lobo.
De repente, la tierra empezó a temblar y lo que antes era una enorme pradera, ahora no era más que un pedazo de tierra rodeado de una densa oscuridad.
El rubio cenizo abrazó al bicolor de manera posesiva mientras veía como todo desaparecía lentamente ante él, hasta el punto que ya no pudo ver nada y tampoco sentir nada, pues ya no estaba el cuerpo del vampiro, era como si se hubiese desvanecido de sus brazos. Intento buscarlo con el tacto, pero no tuvo éxito, por lo que terminó desesperándose, aun así no se rindió, no obstante, empezó a escuchar una voz que lo llamaba a lo lejos, que poco a poco se iba aclarando, hasta que...
Abrió los ojos.
Al hacerlo, vio como la bruja se hallaba a un lado de su cama, se seguía viendo algo cansada, pero lo que más resaltaba era su rostro que reflejaba una expresión de preocupación.
—Por fin despiertas Bakugo — suspiro aliviada.
—¿Qué mierda acaba de pasar?
—Estaba en lo correcto antes, tienes un objeto mágico, el cual logro hacer alguna conexión con alguien que posee magia.
—¿Qué? — preguntó abruptamente, no porque no entendiera, más bien, porque todo esto le parecía un poco inverosímil.
—No sé que objeto mágico poseas, pero te puedo asegurar que esta noche hizo efecto y te aseguro que se proyectó a través de tus sueños. Pero me preocupa, pues, cuando vine pareciera que lo que estabas viendo era una pesadilla ¿Estás bien?
—Vi a Shoto — lanzó sin más y obviando por supuesto la pregunta anterior.
Aunque a Uraraka le emocionó escuchar eso, también le volvió a preocupar —¿Estás seguro?
—Sí, era sin duda él, pero...
—¿Pero?
—Estaba extraño y parecía débil, similar a como cuando estaba bajo los efectos del veneno, pero de algún modo era diferente — él no era de dar explicaciones ni mucho menos, no obstante, la bruja ya llevaba incontables veces ayudándolo, por lo que podía confiar en ella.
—¿Te dijo algo?
—Sí, pero no logré entender a qué se refería. Dijo "ya está aquí de nuevo"
Eso dejo pensativa a la bruja, sin embargo, no pudo llegar a ninguna conclusión.
Bakugo apretó los puños con frustración, no entendía lo que estaba pasando y lo peor es que ahora sus ganas de ir a buscarlo solo habían aumentado a tal grado que lo estaba inquietando de sobremanera.
Uraraka se dio cuenta de ello, por lo que tras de unos segundos de silencio se animó a preguntar de nuevo —¿No quieres ir a buscarlo?
El hombre lobo alzó la vista un tanto enojado y algo impaciente, no tenía ganas de discutir de nuevo sobre esto, pero a como estaban las cosas, ahora la idea resultaba aún más tentadora. —Se fueron hace rato, ya no tiene caso que los alcance, mejor esperemos sus noticias — intentó justificarse y autoconvencerse una vez más que lo mejor era estar aquí.
—Todavía los puedes alcanzar — mencionó de repente la bruja con una sonrisa.
—¿De qué mierda estás hablando?
—¿Quieres ir si o no? — preguntó ahora en un tono más serio.
Bakugo le gruño en respuesta, estaba molesto por como le cuestionó, aun así hizo acopio de toda su fuerza de voluntad para calmarse y murmuró a regañadientes un "Sí".
—Entonces está hecho — aseguró la bruja y empezó a recitar un hechizo y una luz brillante se encendió en el suelo de la habitación.
—¿Pero qué...? — cuestionó de inmediato.
Al terminar de recitar el hechizo y antes de que el hombre lobo desapareciera, escuchó como la bruja decía: —Buena suerte Bakugo.
Y una vez más hicieron un hechizo de teletransportación sobre él.
De repente cayó en las afueras de un poblado y fue cuando se dio cuenta de que allí, rodeándolo, estaba Deku, Kirishima, Kaminari y el otro demonio del cual no había escuchado su nombre.
—Que bueno que te unes a nosotros, Bakugo — sonrió Deku para darle una mano para ayudarlo a levantarse.
El hombre lobo lo vio furioso — ¡Malditos! Lo tenían todo planeado.
El peliverde se rio nervioso, pues era cierto. Por poco se rendían porque ya estaba llegando el tiempo límite para esperarlo, pero le alegraba que su amiga lo haya convencido ahora si podían viajar más rápido, ya que deliberadamente se fueron despacio para no alejarse demasiado, puesto que, el rango de teletransportación de Uraraka no es tan extenso.
Bakugo tenía unas ganas enormes de golpear a Deku, pero justo antes de que lo hiciera, Kirishima se puso enfrente y le sonrío como siempre lo hace, esto solo lo hizo bufar y desviar la vista, algo fastidiado, sabía lo que estaba haciendo y no negaría que es algo natural para un hombre lobo ser protector con su pareja, por lo que lo dejaría pasar... solo por esta vez.
—Bakubro que bien que viniste.
—Sí, sí, como sea pelos de pincho — se levantó por su cuenta y luego cruzó los brazos.
Mientras tanto, Denki se cubría la boca para poder aguantarse la risa y el otro demonio solo se limitaba a ver con expresión serena.
—Creo que es hora de partir — expresó Shinso observando como la luna empezaba ocultarse para dar paso al sol. Ya se habían atrasado bastante por culpa de ese hombre lobo indeciso, quería terminar cuanto antes esta misión, la cual había aceptado únicamente porque la princesa se lo había pedido y el cómo uno de los mejores guardias demonio no podía negarse.
No sabía mucho de las personas con las que iba, pero según Kaminari eran confiables, él todavía tenía sus dudas, pero no quería desestimar el juicio de la princesa ni de su compañero. Había muchos factores que lo hacían ponerse en alerta, pero había algo que resaltaba sobre todo lo demás y ese era el tema de los híbridos. Durante su última misión escuchó rumores al respecto -no muy buenos debe agregar- sobre estos y por lo que sabe este hombre lobo y el príncipe vampiro caen en esta categoría, que tan peligrosos podían ser, ni él lo sabía, pero estaba seguro de que tenía que vigilarlos.
Aunque también estaba el hecho de que han encontrado a híbridos muertos recientemente y es por eso que la princesa le hizo tal solicitud, se notaba su preocupación, pero eso lo tenía descontento, pues por lo que escuchó el príncipe vampiro no fue especialmente amable con ella, ni mucho menos, es más, por lo que le dijo Jirou y Denki ellos tuvieron bastantes roces desde el principio y mentiría si dijera que eso no le desagrada, haciendo esto algo que sumar a su desconfianza hacia ellos, entonces por ahora únicamente se quedará para observar, obviamente apoyaría si fuese necesario de lo contrario se mantendrá al margen.
Por el lado de Bakugo, podía estar todavía molesto por lo que los demás extras planearon, pero de cierto modo también estaba satisfecho, pues ahora iría a comprobar que rayos pasaba con el maldito de Shoto, quería cuestionarle muchas cosas y el sueño que recién había tenido con él, solo provoco que cierta ansiedad se instalará en su interior, necesitaba verlo, comprobar si esta o bien... o no y averiguar a quien se refería antes.
Todo ese remolino de pensamientos lo mantuvo callado durante el siguiente tramo del trayecto, algo inusual en él y eso se dio cuenta Kirishima, por lo que no pudo evitar darse la vuelta y acercarse a él.
—¿Estás bien Bakubro?
El hombre lobo reaccionó y solo frunció el entrecejo, confiaba en Kirishima si, pero ahora no le apetecía hablar con nadie.
—No sucede nada — contestó escuetamente.
El pelirrojo no insistió más, sabía que esto puede ser conflictivo para él, por lo que respetaría su silencio.
Pasaron dos días y medio más y ya estaban cerca de su destino, el camino fue relativamente tranquilo y no tuvieron ningún percance, sin embargo, conforme se acercaban al bosque Arcanum el ambiente se volvía más denso y extraño. Hasta el pueblo que estaba ubicado cerca de ese bosque parecía lúgubre, además de que no se veía a casi nadie caminando por sus calles.
Entraron con cautela mientras observaban como los pobladores no parecían ser muy amigables con ellos, todos los evadían de forma poca disimulada o simplemente se escondían en sus casas azotando puertas o ventanas en el proceso. Era evidente que lo que estaba sucediendo en el bosque aledaño los ha vuelto paranoicos y temerosos.
Caminaron hasta ver un letrero de un bar, al cual entraron el par de hombres que estaban allí, detuvieron su charla y se giraron a verlos despectivamente mientras que el que servía los tragos suspiro un tanto cansado.
Se dirigieron a la mesa más escondida de todas, tenían que organizarse si iban a entrar al bosque, no porque no fueran fuertes o ágiles en combate, más bien, era porque no sabían que podrían encontrarse y si era cierto que el príncipe de los vampiros estaba atacando de forma tan violenta y aleatoriamente tenían que detenerlo sin lastimarlo, aunque esa parte nadie podía asegurarla.
—Iré por unas bebidas —mencionó Deku repentinamente para luego levantarse y caminar hacia la barra.
—Voy a ir con él — dijo Bakugo después de un rato, sus intenciones eran claras, quería hablar a solas con ese vampiro, pues desde hace tiempo ha tenido una duda.
El hombre lobo llegó junto a él justo después de que escuchara ordenar algo.
—¿Qué quieres decirme? — cuestionó de inmediato Deku viéndolo con una sonrisa.
—¿El anillo que me diste es un objeto mágico? — preguntó sin más.
—Sinceramente, no lo sé, la reina no dijo nada al respecto, pero si te pones a pensar, es posible, después de todo ella es una bruja — explicó —¿Por qué preguntas? ¿Sucedió algo?
—No — negó a la vez que llevaba su mano a su pecho, donde le colgaba dentro de su camisa el anillo.
Ese movimiento no paso desapercibido por el peliverde, intuía que tuvo que pasar algo para que lo mencionara, pero Kirishima le dijo que no hay que presionarlo, por lo que dejo el tema de lado. Aunque le preocupaba verlo algo agobiado, fue entonces que pensó una forma de distraerlo.
—Sabes, me he dado cuenta de que solo tú me tienes un apodo, quizás yo también debería ponerte alguno.
—¿Qué? ¡Ni se te ocurra maldito Deku! — gruñó Bakugo.
El peliverde lo pensó un momento y se le ocurrió uno —¡Ah ya sé! ¡Kacchan!
—Ni una mierda, está horrible — gritó enojado y dispuesto a darle un golpe, pero alguien lo abrazó por detrás para detenerlo, era Kirishima.
—¡Calma Bakubro!, es solo un apodo.
—¡Maldito! Lo escuchaste.
—No, si no quieres.
El encargado de la barra entrego las bebidas y Deku tomo algunas —Kacchan ayúdame con las otras — pidió con una sonrisa mientras caminaba hacia la mesa.
Bakugo quiso a darle un buen golpe, pero Kirishima aún lo retenía.
—Suéltame pelos de mierda, te juro que no lo mataré.
—Mejor tomemos las otras bebidas y regresemos con ellos.
Bakugo dejo de zarandearse y Kirishima lo soltó pensando que se había calmado, pero sintió un golpe en su brazo.
—Auch.
—Es tu culpa, si no lo recibe él, lo recibes tú.
Kirishima se rio, el golpe no fue realmente duro, sabía que su amigo nunca le haría daño a él, pero también conocía su temperamento y fue por eso que siempre que se alteraba trataba de calmarlo y para su suerte lo conseguía.
Continuará...
04/02/2023
¡Hola queridos lectores y lectoras! nuevo capítulo de esta historia ¿Qué les parecio? espero les haya gustado, ya estamos más cerca de un recuentro, bueno, uno en la realidad y no en un sueño. Sin más que decir.
Nos leemos luego, bye bye.
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