Años atrás siempre había tres risas que resonaban dentro del "castillo", no era de extrañar que luego le siguiesen regaños de la reina. Crystal, Jade y Atom fueron amigos desde el primer momento en que se conocieron en Pekín y siempre permanecían juntos aun cuando cada uno debía de cumplir sus deberes.

Pero ya todo es diferente, los tres se encuentran frente a frente y parecieran no reconocer, el silencio entre ellos es más que incómodo. Atom tenía ligeros cambios en su físico, pero quién más había cambiado es Jade, su físico y sus rasgos faciales eran muy distintos a la última vez que se habían visto; quien no supiera que ambos son hermanos pensaría que no comparten ningún lazo sanguíneo.

-perdona por molestar con nuestra presencia, pero solicitamos de su ayuda princesa- Jade fue la primera en romper el silencio.

Por primera vez odió oír que le llamarán "princesa", Jade nunca había usado esa palabra para llamarle. Quería decirle que solo debía usar su nombre y no había problema alguno, pero si había un problema, Crystal es el causante de ese problema.

- ¿En qué puedo ayudarte? -

-en los últimos meses pequeñas manadas han estado recibiendo múltiples cartas con amenaza- le extendió varios papeles pergamino doblados.

Cuando Crystal los sostuvo no pudo evitar soltar una pequeña risa pues pensaba que solo su abuela era quien aún usaba aquel papel. Está reacción no fue bien recibida por Atom.

- ¿Qué es tan gracioso princesa? - esa última palabra salió con un tono de burla y desprecio, aquello causo que hasta Jade se sorprendiera.

-no es nada- empezó a revisar las cartas -no reconozco ninguno de los nombres de estás manadas, ¿Se encuentran aquí hoy? -

-no, ninguna es una manada en forma. No tienen un territorio fijo o un líder en especial, la mayoría son solo familias- paro un momento antes de continuar -minorías según la reina-

- ¡No les digas así! - Atom ya estaba furioso -no por el simple hecho de que serviste para ella vas a tratar así a quienes son iguales a ti-

- ¿Yo soy diferente a ustedes? - Crystal le veía fijamente -agradecería que le tuvieras el más mínimo respeto a tu hermana-

-tú no te involucres en asuntos que no son de tu incumbencia-

- ¡Atom! Ya basta- el alfa únicamente soltó un quejido antes de alejarse de las chicas - ¿Podrás ayudar? -

-lo siento, pero me temo que no puedo-

-pero eres la princesa-

-y ese es exactamente el problema, como sabrás por mi título ninguna tropa de la manada puede obedecer mis órdenes si van más allá de simples peticiones de protección hacia mi o invitados- vio las hojas en sus manos y se la entrego nuevamente a Jade, pero no las recibió –esto debes de tratarlo con la reina, no puedo hacer nada-

- ¿podrías hablarlo tu con ella? - Crystal negó –te lo ruego, apenas y logramos tener una conversación sin estar rodeados por guardias no creo que podamos hablar con la reina- fue en ese instante que ambas chicas cayeron en cuenta de un pequeño detalle.

En todo ese tiempo que llevaban hablando ni un solo guardia se había acercado a donde se encontraban, Crystal tenía un mal presentimiento de la situación y sus temores se confirmaron tras escuchar varios gritos provenientes de dentro del "castillo". En cuestión de segundos todas las personas que se encontraban celebrado salían corriendo horrorizadas del lugar mientras que múltiples betas de la manada ingresaban al lugar.

- ¿Qué está pasando? - la voz de Jade apenas era audible entre los gritos de las demás personas, la multitud corría al lado contrario de donde ellas se encontraban y dentro de la ahora vacía sala se alcanzaban a escuchar gruñidos y quejidos –Crystal- esta vez la voz de Jade estaba cargada de temor.

Lentamente Crystal volteo hacia la otra omega descubriendo como unos metros delante de ellas un gran lobo gris les observaba detenidamente vacilando su mirada entre Jade y Crystal. Jade sin dudarlo mucho corrió en la misma dirección que el resto de las personas mientras que Crystal permaneció completamente quieta en donde se encontraba parada.

El lobo no se movió pese a que Jade había corrido por lo que era fácil deducir por quien realmente se encontraba allí. La única opción de Crystal era igual correr, pero temía que, si lo hacia el lobo la siguiese hasta donde los demás intentaban escapar así que por más que su mente le gritase que corriera ella permanecía parada en el mismo lugar solo a espera de lo que animal fuese a hacer.

"-eres una Wolf, tu deber es cuidar de tu manada cueste lo que cueste-" Las palabras de su abuela resonaban en su mente, y en su interior sabía que tenía razón, ella debía de proteger a los demás.

Un fuerte gruñido se escuchó a lo lejos y el lobo al escucharlo retrocedió corriendo hasta perderse entre los árboles del bosque. Crystal pensó que ya se había librado del animal, pero antes que pudiera voltear unas manos le tomaron por los costados y un fuerte dolor se instaló en la parte posterior de su cuello, desesperada trato de moverse, pero el dolor aumentaba lo que causo que gritara desesperada por ayuda.

Sintió como si la temperatura bajase y un fuerte escalofrió le recorrió el cuerpo y antes que pudiera volver a pedir ayuda el dolor seso, las manos dejaron de sostenerle y una persona paso a un lado y empezó a correr en dirección al bosque. La omega ignoro los ritos que provenían detrás de ella y con sus últimas fuerzas cambio a su forma de lobo y corrió detrás de aquella persona.

El desconocido le llevaba bastante ventaja y no tenía demasiada fuerza, cada que lograba avanzar algo un fuerte dolor se apoderaba de su lobo y su pelaje blanco se iba tiñendo de rojo. Corrió tanto como pudo, pero sus patas le fallaron y termino cayendo al piso donde nuevamente retomo su forma humana, su cuerpo temblaba como si el ambiente estuviera frío y por más que trataba de ponerse de pie nuevamente caía. Cundo estuvo por aceptar su perdición sintió como su cuerpo era cubierto con talgo de textura sueve y a un costado de ella pasaba corriendo una chicha de cabello rubio para después cambiar de forma y dar lugar a un lobo de pelaje negro continuando su camino en la misma dirección que es desconocido.

Crystal nuevamente intento ponerse de pie, pero ya se encontraba demasiado débil, cuando iba a caer al suelo, pero unas manos la tomaron en el momento justo. Pudo distinguir de quien se trataba por su distinguido aroma a sándalo, sin pensarlo se aferró a la alfa mientras esta buscaba cubrir todo lo que se pudiera de su cuerpo con la capa que traía encima la omega. Más tarde se encargaría de averiguar quiénes irrumpieron en el "castillo", ahora lo necesitaba ayudar a Crystal.