7. La dichosa fiesta
Caroline
Este día aún no termina, ya cumplí con Dereck al ayudarle a sorprender a Raquel, ahora tengo que ayudarle a ella para que pueda sorprender a su novio, al principio tenía muchas ganas de negarme, pero pensar que iré a una fiesta mientras ella se divierte, me parece muy divertido y justo, ya que merezco una recompensa por lo que hice el día de hoy, vaya que no fue cualquier cosa, me arriesgue a que Bernardo golpeará a Dereck y a mí tambien si se entera que yo tuve algo que ver, me estoy arriesgando con Raquel, si Bernardo se entera que en realidad no tiene ningún trabajo en equipo y que la estoy cubriendo, igual no se que podría ser de mí.
- Caroline ¿Por qué tienes puesta mi ropa?
Pregunta Raquel, mientras se pinta los labios.
— Ah, bueno, es que no tengo nada apropiado para una fiesta, espero que no te moleste.
Encojo mis hombros.
- en realidad te vez muy bien, ya verás que pronto papá te dejara vestir así como ahorita... Aunque, creo que no te a puesto mucha atención o ya te habría mandado a cambiar de ropa y por supuesto de peinado.
Sonrió, por que es verdad lo que dice Raquel.
—Si, en verdad espero que no se de cuenta.
Digo, dejando salir un suspiro.
- vamonos, no quiero perder ni un minuto, ya quiero estar con mi novio.
Dice Raquel emocionada.
Salimos juntas de la habitación y Raquel va a buscar a Bernardo.
- ¿papá?, Ya nos puedes llevar a casa de Soleila por favor, se nos hará más tarde.
dijo Raquel.
Mire el reloj y eran las cuatro de la tarde, ya estaba ansiosa por ir a la dichosa fiesta.
- si, pero...
Se queda en silencio en cuanto me ve.
- Caroline, no saldrás vestida así...
Me señala con su dedo indice.
—¿Qué?
Pregunto fingiendo no saber a que se refiere.
- no es apropiado...
Exclama.
—Por favor papá, es de manga larga...
Exclamó.
- el pantalón es muy justo.
- por favor papá, déjala, no se ve mal.
Interviene Raquel.
- suban al carro ahora voy.
Respondió Bernardo eh hicimos caso antes de que se arrepintiera, nos despedimos de Isabel y después salimos de la casa para subirnos al coche.
En menos de veinte minutos ya estábamos afuera de la casa de Soleila.
- ¿A qué horas vengo por ustedes?
preguntó Bernardo a Raquel.
- no se, es que es mucho trabajo lo que tenemos que hacer.
dijo moviendo los hombros.
- vengo a las nueve, eso es bastante para que te de tiempo terminar.
dijo después de mirar su reloj.
- si...
Respondió Raquel.
Bajamos del coche y al menos yo me siento súper nerviosa, nunca le había mentido a Bernardo y Raquel se ve muy tranquila.
Nos acercamos a la puerta de Soleila y tocó el timbre, Bernardo nos mira desde el coche, en cuanto vió que la amiga de Raquel abrió la puerta dio marcha y se fue, soltamos el aire ambas al mismo tiempo, la verdad ni cuenta me dí, que estaba reteniendo el aire.
- ¿Todo bien?
preguntó Soleila con una sonrisa cómplice.
- si...
respondió Raquel.
- ok, entonces ¿ya se van?
- si, pero regresamos a las ocho y cuarenta y cinco ok.
dijo Raquel.
- muy bien aquí las veo entonces.
Volvimos a salir de la casa, antes nos fijamos que no estuviera el coche de Bernardo por ningún lado, y al ver que no era así...
- suerte...
me dice Raquel.
— igual...
Nos despedimos con las manos y ella se fue al coche de su novio que ya la esperaba en la esquina.
En cuanto se subió, comencé a caminar poco a poco a la carretera para buscar un taxi que me llevará a casa de Miguel, prácticamente de regreso a mi casa, ya que el vive muy cerca de donde yo vivo.
- ¡Hey!
grito Dereck mientras me alcanzaba con unos pasos largos.
—¿Si?
pregunté con un brinco al sentirlo tan rápido junto a mi; toma de mi hombro con una de sus manos.
- ven, te llevamos...
se ofreció, pero no quiero dar molestias.
—No gracias, tomaré un taxi...
dije un poco nerviosa.
- prefiero llevarte y saber que estas segura, los taxis de ahora no son muy confiables andá ven...
dijo estirando su mano, no se si esperaba a que la tomara, solo la mire y acenti, pero en ningún momento le tome la mano, Raquel podría molestarse.
Abrió la puerta trasera de su coche, tomé la puerta por arriba para apoyarme y sin querer le toque su mano, él sonrió, pero yo me puse nerviosa.
—Disculpa...
le susurré y subí al coche.
- Caroline, sé puntual por favor...
exige Raquel cuando Dereck estaciona el coche frente a la casa de Miguel.
— si Raquel...
dije sin más, abrí la puerta del coche para salir pero la voz de Dereck me detuvo.
- pasamos por ti y de ahí las llevo a casa de Soleila.
veo cómo Raquel mira a Dereck con el ceño fruncido, no dije nada, termino de bajar del coche y camino a la fiesta donde ya se escucha la música y la gente gritando de risas.
- estas al pendiente, no quiero estar buscándote...
Una mirada mas y me aleje de ellos con pasos largos, hasta que me encontré a mi amiga...
- ¡Caroline! Si veniste...
grito Eli en cuanto me vio entrar.
—Hola...
le dije en su oído, ya que había mucho ruido y no se escuchaba lo que deciamos entre nosotras.
- vamos a ver a Miguel está buscándote desde hace rato.
—esta bien...
dije y Eli me jalo, más bien prácticamente me arrastro para ir con Miguel.
- aquí está Miguel...
dijo Eli.
- Caroline si viniste, me da gusto...
dijo Miguel mientras me abraza.
—Feliz cumpleaños Miguel.
dije y saque de mi bolso del pantalón un llavero que compre ayer afuera de la escuela.
- que tierna, no te hubieras molestado.
Exclama tomando el llavero.
—Abrelo.
Le digo.
Miguel frunce el ceño sin dejar su sonrisa y hace lo que le pido, en cuanto abre el llavero me abraza.
- esta muy bonita la foto, recuerdo ese día, fue mi cumpleaños numero cinco, cuando te dije que fueras mi novia y me dijiste que no, por que tu padre te castigaría y a mi me golpearía.
Los dos comenzamos a reír, un recuerdo imposible de olvidar.
—Si, mira tus cachetotes manchados de pastel.
Exclamo sonriendo.
- ven, vamos a divertirnos.
Propone Miguel rodeandome con un brazo.
—quiero ver tus cachetes igual que esta foto.
Sonreímos y caminamos juntos a la estancia.
- ten...
Dice Miguel ofreciendo un vaso de refresco, el cual acepté.
- vamos a bailar...
dijo Eli mientras me quita el vaso de la boca y de inmediato me jala para ir al centro del baile.
El sonido de la música es pegajosa, la música de INNA es muy movida, "hot" era el nombre de esa canción. Comencé a dejar que la música me controlará, me sentía libre, estaba muy feliz por asistir a una fiesta.
Después de un rato de bailar y bailar me dio mucha sed, fui a buscar mi vaso y al no encontrarlo fui a la cocina por otro, pero ahí estaba un amigo de Miguel, su nombre es Cristofer, ya antes lo he visto, de echo Miguel me lo presento fuera de la escuela un día que Bernardo tardo en ir por mí, se veía extraño, se ve que es mayor que Miguel, de echo parece de barrio o algo así, viste de negro y tiene una mirada muy pesada, algo que me provoca escalofríos, no estaba solo aún lado de él, esta una mujer de cabello güero, más alta que yo, en cuanto levanta la mirada puedo ver con claridad el color de sus ojos, azules, muy azules, su mirada es sería, y penetrante.
—Hola...
saludo sólo para ser amable.
- hola Caroline, hace tiempo que no te veía.
Dijo Cristofer.
- ¿Tú eres, Caroline?
Pregunto la chica de ojos azules.
—Sí...
Respondí con una sonrisa sincera, aunque la elimine en cuanto ví como hacia una sonrisa como de burla y entonces fruncí el ceño, no entiendo que es lo que esta pasando.
- ¿Gustas?
dijo la chica ofreciéndome un vaso de refresco con alcohol.
— no gracias, por el momento que sea refresco.
Me miro y río, sentí un poco de vergüenza, pero no quería beber habiendo gente extraña en esta casa.
- si, ahorita te doy uno...
Respondió Cristofer.
Ví que me servía cuando el teléfono de Raquel vibró, miré a la pantalla y al revisar ví que no era importante y lo guarde.
- ten...
dijo Cristofer con una sonrisa, no sabía si era amable o se estaba burlando, lo que sí se es que la chica de ojos bonitos no le caí bien, su risa falsa y mirada pesada me pusieron muy incomoda.
—Gracias.
Dije, y ellos dos salieron de la cocina dejandome sola, mire mi refresco y le di un gran sorbo ya que seguía teniendo mucha sed, pero cuando lo tuve en la boca, sentí un sabor extraño.
- ¡Aquí estas!
grito Eli haciendo que sobre saltará y me pasará el refresco.
- ¡ven hay que seguir bailando!
Regresamos a la estancia, donde supuestamente esta la pista de baile, comenzamos a bailar, entre vueltas, risas y gritos poco a poco comencé a sentirme extraña, mi vista se distorsionaba en partes, mis oídos empezaron a escuchar como un "biiiii" molesto, mis pies se empezaron a tropezar, eso hizo que cayera al suelo.
- ¡Caroline! ¿Estás bien?
medio alcanzaba a escuchar a Eli que me hablaba.
- ¿Bebiste? No lo puedo creer.
Exclama sorprendida y asustada a la vez.
Siento que me ayudan a ponerme de pie, se que es un hombre ya que enseguida me carga y me lleva a un pasillo que esta como para ir a las habitaciones de la casa de Miguel.
- ¿Estás bien?
escucho la voz de un hombre al mirarlo y en cuanto mi vista identificó a la persona reconocí a Cristofer.
No podía hablar, me sentía muy mal.
—¿Qué... le echaste... a mí... bebida?
apenas pude decir.
- eres muy hermosa...
este ignora mi pregunta intentando alagarme, lo cual estaría muy bien si mi cabeza no diera tantas vueltas.
—He...
no podía mi vista se nublaba.
- ¡Caroline! Suéltala idiota.
alcanzó a escuchar la voz de Eli.
—¿Qué hago aquí?
Susurró con dificultad.
Me llevo ambas manos a la cabeza, aprieto fuerte mis ojos, mis pies ya no me aguantan, me dejo caer al piso.
- aguanta amiga, ya le marque a tu hermana para que vinieran por ti...
Eli me habla aunque no logro entender que dice.
Por alguna extraña razón, comencé a sentirme muy feliz, reí a carcajadas como tonta yo sola.
- amiga, ahora vengo, voy a ver si tu hermana ya llego...
Mi vista seguía borrosa, medio vi cuando se alejaba Eli, intento ponerme de pie pero resbalo cayendo de nuevo al piso, pero en lugar de quejarme de dolor, me dio más risa.
- hermosa, deja que te ayude...
la voz de Cristofer otra vez se escucha junto a mí.
- anda Cris, besala.
La voz de una mujer se hace presente, aunque no reconozco quien es.
Cristofer pone sus manos en mi cintura y me ayuda a ponerme de pie, creí que me soltaría pero en su lugar me abraza apretándome a su cuerpo, inútilmente intento empujarlo pero simplemente no tenía fuerzas.
- mejor me voy, no quiero que él me vea aquí.
Dijo la mujer, de la cual ni si quiera voltie a ver.
La respiración de Cristofer la siento muy cerca de mí, y sus brazos aún rodean mi cintura con fuerza, intenta pegar sus labios con los míos pero mi instinto me hace echar la cabeza hacía atrás para evitar el contacto de mis labios con los suyos.
- ¡sueltala!
escucho que gritan, siento un pequeño jaloneo, después me siento libre del apretado abrazo de Cristofer, trato de identificar quien a llegado pero mi vista sigue algo borrosa.
- ok, ok... Ya la solté.
Dijo Cristofer.
- no se te ocurra volver a tocarla.
- como digas amigo.
Dice Cristofer y mi vista borrosa lo ve alejarse poco a poco.
- ¿Estás bien? Caroline ¿Qué te hicieron?
Seguía todavía con la vista nublada y con mi cabeza dando vueltas.
- ven, vamos apoyate en mi hombro.
Trato de normalizar mí vista, cuando veo a la persona que me esta ayudando y veo que es Dereck.
— ¿Dereck?
Apenas pude preguntar.
- si, ven... te voy a llevar a casa.
Su perfume llegaba a mis fosas nazales, y debo admitir que era un aroma dulce pero no ostigoso, me gusto de inmediato su olor, pero aún asi Bernardo se hizo presente en mi cabeza.
—No, no, no Bernardo va a matarme.
dije y sin pensar lo abracé.
- esta bien, tranquila, vamos te llevo con Raquel, nos está esperando afuera en el coche.
Estoy apunto de hacer un berrinche, no quiero ver a Raquel, ella aveces actúa como Isabel y no quiero un regaño.
—No con Raquel no, quédate conmigo...
Dije sin pensar.
- ¿Qué?
Pregunto Dereck sorprendido.
— Sí, Dereck quédate conmigo, no vayas con Raquel...
Mi mente no estaba bien y no pensaba en todo lo que estaba diciendo y haciendo, algo me atraía más a él, quizá el efecto del alcohol que me dieron a beber.
- anda Caroline, vamos a que tomes aire para que te sientas mejor.
No dejaba de abrazarlo, lo tenía apretado a mi, él con delicadeza tenía sus manos en mi cintura, seguramente no quería tocar de más, pero podía sentir su respiración fuerte y acelerada.
—Hueles muy rico...
tenía que decirlo, no paraba de oler su cuello.
- Caroline, esto no está bien...
siento como lucha por no caer ante mis provocaciones.
—Claro que no, pero no me importa...
Confesé, nunca me hubiera atrevido hacer esto estando sobria.
- no sabes lo que dices, te drogaron mucho...
—¿Qué?
Pregunto confundida, creí que me habían dado alcohol.
- ven, hay que irnos...
—Besame...
Mí subconsciente me decía que parará, pero el efecto de la droga me hacía hacer cosas que en realidad quería hacer, pero que jamás haría estando consciente.
Levanto la mirada para poder ver sus ojos, es más alto que yo así que él tiene que bajar la mirada para poder ver los míos, el contacto visual fue muy profundo, a pesar de tener borrosa la vista pude ver perfectamente el café de sus ojos, sonreí y él me miraba con intensidad provocando que mi piel se erizara, su pecho subía y bajaba más rápido de lo normal entonces lo bese.
Era tarde lo estaba besando, pegué mis labios a los suyos, me dejé llevar, al principio se resistió, pero al final terminó respondiendo a mi beso, fue increíble, sentí tremendas mariposas en mí estómago, y para ser mi primer beso debo decir que no estuvo nada mal.
- ¡Caroline! ¿Qué diablos hacen?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top